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El Corazón mata

Por Javier Castaño

Los problemas cardiovasculares matan más gente que cualquier otra enfermedad en los Estados Unidos y son la principal causa de las hospitalizaciones. Cada año, más de 275 millones de mujeres son diagnosticadas en el mundo con problemas del corazón y 20.8 viven en esta nación.

Por el eso el hospital Mount Sinai quiere llamar la atención de las mujeres, en espacial las latinas, con la campaña ‘Go Red for Women’. Empleados, doctores, enfermeras y pacientes acudieron el viernes 3 de febrero a varios hospitales del sistema Mount Sinai para informarse y actuar.

“Las mujeres siempre quieren cuidar a los demás y por eso descuidan su salud”, dijo la cardióloga Preethi Pirlamarla del Hospital Mount Sinai de Astoria, Queens. “Deben aprender a cuidarse, a detectar los síntomas como el dolor abdominal y la nausea, mantener una dieta comiendo alimentos bajos en grasa y sodio, hacer ejercicio y relajarse”.

La cardióloga Pirlamarla llevaba puesto un traje rojo debajo de su delantal de doctora para unirse al movimiento Go Red for Women. Dijo que antes se recomendaba que todas las mujeres mayores de 35 años deberían de hacerse un examen del corazón. “Pero ahora estamos viendo mujeres mucho más jóvenes con problemas cardiacos debido al stress. La salud mental es cada vez más determinante en las enfermedades del corazón y por eso las mujeres debe aprender a relajarse, a meditar y practicar meditación, además de ejercitarse”, añadió la cardióloga Pirlamarla.

Geri Fils-aime es paciente del hospital Mount Sinai de Astoria y se hallaba recogiendo información. “Nosotros los latinos desconocemos los problemas del corazón y cómo tratarlos”, dijo Fils-aime. “Por eso esta información es muy valiosa y me la llevo para repartirla en la escuela pública en la cual trabajo”.

Fils-aime trabajó en el bajo Manhattan después de los ataques terroristas del 9-11 y desde hace cuatro años sufre de problemas respiratorios como bronquitis, además de haber tenido neumonía 11 veces. “Debido al tratamiento en este hospital, ahora me siento bien”, dijo Fils-aime, latina de origen francés.

En el pasillo de la entrada principal al hospital Mount Sinai de Astoria, había mesas con información sobre cómo dejar de fumar, cómo dormir mejor, qué ejercicios puede hacer cada día, cómo llevar una dieta balanceada con frutas, verduras y pescado, y cómo controlar el colesterol para evitar la diabetes, la hipertensión y otras enfermedades.

La cardióloga Pirlamarla también habló de la necesidad de combatir las desigualdades de salud que afectan a los latinos y negros en especial. Es decir, que haya más acceso a centros de salud y sistemas de prevención de enfermedades. “Los latinos están en mayor riesgo de contraer enfermedades del corazón”, dijo la doctora Pirlamarla.

El 17 de octubre del 2019 dio a luz a su hijo Sage y desarrolló una infección en la cesarea. “Al comienzo dije que quizás tenía una lesión, tomé antibióticos, aunque el dolor se volvió indescriptible”, dijo de los Ríos en su apartamento de Maspeth, Queens.

Un día cualquiera explotó la cesarea y comenzó a salir sangre y un líquido blanco y verde que olía muy mal. Acudió al hospital y la operaron. Regresó a su casa.

A las dos semanas estaba durmiendo y se despertó con un inmenso dolor en el pecho. “Sentía como burbujas en el interior de mi cuerpo, una sensación muy extraña”, recuerda de los Ríos. “Me diagnosticaron con la enfermedad conocida como fallo del corazón post-parto, me dijeron que estaba palpitando a un 5 por ciento y que estaba viva de milagro”.

De los Ríos fue llevada al hospital Mount Sinai de la Quinta Avenida de Manhattan para ser operada, pero llegó la pandemia y cerraron las salas de operación. Hasta que la llamaron para que el doctor George Syros la operara con el fin de ponerle un defibrillador en el corazón.

“El doctor Syros, quien también es rockero, me puso música del grupo Motorhead durante la operación porque yo estaba sedada, pero consciente. Cantábamos como si estuviéramos en un bar. Sentía los cables y la sangre, como si fuera la novia de Frankestein. Me tuvieron que dar dos choques eléctricos para mantenerme viva durante la operación”, recuerda de los Ríos.

Salió viva del quirófano y ahora se siente bien porque ya no toma licor, se volvió vegetariana y practica meditación. Tomaba 5 pastillas todos los días. Ahora solo toma 2.

De los Ríos dijo: “Tuve un sueño lúcido con la Santa Muerte, pero le dije que no era mi tiempo, que no me podía morir por mi hijo y ahora le agradezco al universo, a la medicina y a los doctores del Mount Sinai porque mi corazón volvió a la normalidad”.

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