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Una papa caliente

Inmigración se está convirtiendo en una papa aliente para Eric Adams, alcalde de Nueva York. La estrategia del gobernador de Texas, Greg Abott, de enviar inmigrantes indocumentados a esta ciudad para generar una crisis, parece estar ganando.

Más de 42.000 inmigrantes que quieren asilo político han llegado a esta ciudad a buscar refugio y el alcalde Adams ha dicho que es “injusto” para Nueva York e inclusive se atrevió a decir que “quienes buscan asilo no tienen el mismo derecho a refugio”. El alcalde Adams está buscando más ayuda federal, aunque las críticas no tardaron en llegar.

El año pasado, estos inmigrantes iban a ser desplazados Orchard Beach en el Bronx y luego a Randalls Island. Pero la ciudad decidió ubicarlos en hoteles.

Se estima que más de 7.000 viven en Corona, Queens, quienes se quejan de maltrato y de la mala calidad de la comida.

El sábado 28 de enero comenzaron a mudar a los inmigrantes indocumentados del Hotel Watson al oeste de la calle 57 de Manhattan a un refugio de emergencia en el Terminal Marítimo de Red Hook en Brooklyn.

Se trata de más de mil inmigrantes, en su gran mayoría hombres de Latinoamérica, quienes han vivido en ese hotel hace varias semanas. “No quisieron mudarse por las precarias condiciones del terminal”, dijo Ariadna Phillips, fundadora del grupo de defensa South Bronx Mutual Aid.

Los inmigrantes dijeron que las condiciones eran como las de una cárcel, sin cale- facción o cobijas, algo inhumano. Entonces decidieron regresar al hotel del centro de Manhattan.

La oficina de prensa de la alcaldía dijo que no es cierto, que es un edificio con calefacción y buenas condiciones para vivir.

Las fotos que se filtraron en las redes sociales muestran camas de campamento, alineadas y sin privacidad alguna. Para ducharse hay que salir de ese salón al aire libre e ingresar a otro edificio, enfrentando el frío y el viento.

En el hotel les dijeron que no podían ingresar y entonces los inmigrantes decidieron campar en el andén. Así durmieron en Manhattan durante la noche del domingo 29 de enero.

La policía acudió a impedir que los inmigrantes ingresaran a la fuerza al hotel, aunque no hubo peleas o arrestos.

La administración de la ciudad culpa a las organizaciones comunitarias de guiar a los indocumentados para que exijan mejores condiciones. La ciudad de Nueva York, por ley, está obligada a ofrecer refugio a cualquier desamparado, tenga o no documentos de inmigración.

Murad Awawdeh, director ejecutivo de la Coalición de Inmigración de Nueva York, dijo que la ciudad debió de estar preparada para esta reacción de los indocumentados. “El terminal es un desierto como Orchad Beach y Randalls Island”, dijo Awawdeh.

La policía retiró los campamentos del andén y comenzó a llevar a los inmigrantes al terminal de Brooklyn, a regañadientes.

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