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Ramiro Obando MenesesSimón y el Comercio Intergaláctico de la Chicha

SIMÓN Y EL COMERCIO INTERGALÁCTICO DE LA CHICHA

Por: Ramiro Obando Meneses

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¿Estamos solos en el Universo?

Claramente es una pregunta que se ya se

respondió hace mucho tiempo y es que no estamos solos. La verdadera interrogante es: ¿A que vienen estos extraordinarios seres de otros universos a nuestro humilde planeta?

A partir de su experiencia, Simón,

tiataqueño, decía que ellos vienen por chicha del valle alto, específicamente por la de Tiataco; así como cualquier buen aqha devoto. Sólo que ellos vienen de mucho más lejos en sus naves espaciales, cuya base tiene la forma de una tutuma.

Simón, productor de ese delicioso néctar, tuvo la oportunidad de entrevistarse con uno de estos extraordinarios seres. Como buen anfitrión inicia con una buena galeta de aqha. Ambos estaban sentados en una banca, al

lado de enormes wirkhis bebida ancestral. que contenían la

Simón le preguntó:

— ¿Por qué hay tanto avistamiento de platillos voladores por todo el mundo?

—Es un poco complicado dar con la localidad de Tiataco. Por eso hay tanto platillo volador dando vueltas por todo el mundo tratando de ubicar este bello lugar, dijo el amigo del espacio, como quien se hace al desentendido.

Luego, cuenta que hace muchas generaciones, Zulkatan, un alienígena encargado del sector T-23, que llegó a la Tierra justo a una hermosa provincia del valle alto de Cochabamba, pudo observar que los habitantes de Tiataco consumían con

bastante frecuencia, un liquido de color amarillo (chicha) servido en un recipiente semiesferico de color café (tutuma) y que les cambiaba su forma de ser. A algunos los volvía más alegres, a otros sentimentales, y

casi todos los que bebían perdían la coordinación de sus movimientos.

Entonces, los visitantes del espacio intrigados por la curiosidad, decidieron

probar el líquido amarillo, les resulto muy agradable y los efectos no eran muy diferentes a los de los humanos en la Tierra. Así, decidieron llevar este preciado néctar a su planeta. Antes de partir, Zulkatan decide dejar una marca en la localidad de Tiataco

con algo que lo identifique fácilmente, esto sobre todo para aquellos que vuelvan. Con la tecnología avanzada que tenía, hace emerger del suelo, enormes árboles que formaron un bello bosque de algarrobos, único en el valle Además, relata que al llegar, Zulkatan, a su planeta y compartir la bebida con sus congéneres, pudo observar que todos los que habían consumido el preciado liquido sufrieron cambios en su anatomía. Se hicieron más altos y de contextura más

fornida. Ya no eran grises, se volvieron luminosos, y se hicieron más inteligentes.

Asimismo, Zulkatan dijo que al hacer un análisis de la chicha pudieron observar que contenía tiamina. Esto combinado con las condiciones de su planeta temperatura

elevada, azufre, dióxido de carbono, reaccionaba en el sistema energético de los extraterrestres y los transformaba y había cambios en su comportamiento. De esa manera, la chicha también se convirtió en

una necesidad básica para ellos.

Se organizaron muchas expediciones hacia la Tierra en busca de este preciado líquido y para encontrar el lugar de donde obtener, consultaban a Zulkatan. Él les dio las

coordenadas, no muy claras por cierto. Les decía simplemente que cuando lleguen a la Tierra, se encontrarían con ruinas antiguas y de allá tendrían que continuar 3 PKS (medida extraterrestre) hacia el este, y justo ahí verían un hermoso bosque de algarrobos, donde

estaría la comunidad de Tiataco, que viene del quechua tian t´aqo (hay algarrobo).

Lo cierto, es que al llegar las expediciones a la Tierra se toparon con muchas ruinas antiguas (muralla china, pirámides de Egipto,

ruinas de Tihuanaco, etc.), y de ahí la confusión de no encontrar Tiataco, y por eso hay tanto platillo volador dando vueltas en el mundo, conforme le va explicando el extraterrestre.

Simón, medio incrédulo le sigue

preguntando:

—¿Qué son esas señales que aparecen en los sembradíos y que la National Geographic los estudia y que hasta ahora no ha podido responder?

—Simón, los lugares que tienen estas señales son los que se han revisado en las

distintas expediciones y no se ha encontrado el néctar. Entonces, se marca para que otras naves vean y se den cuenta que ahí no hay chicha, le dice el astronauta galáctico, mostrando una cara de pícaro.

aqha que llevaba la nave accidentada. Y cínicamente dieron la versión de que el platillo era un globo aerostático.

Luego, Simón se enteró de que la chicha también tenía su importancia en las culturas extraterrestres. El néctar amarillo era

también parte de su identidad cósmica, puesto que la chicha era una bebida de los dioses.

Simón también le preguntó el porqué de la forma común de los platillos voladores:

—Los platillos voladores que tienen forma de

Zulkatan también le comenta a Simón de que

algunas expediciones tuvieron éxito y lograron encontrar Tiataco, lo malo es que en una de esas expediciones, los extraterrestres chuparon demasiado, se marearon, y el resultado fue que se fueron a estrellar en

Roswell, Nuevo México.

Para Simón una de las grandes incógnitas como la de Roswell estaba resuelta. O sea que el accidente de la nave se debió a que sus ocupantes estaban yucas (demasiado ebrios). A su mente le vino la idea de que,

producto del accidente, se mejorarían las normas para conducir: “Si bebe no maneje su platillo volador”.

Obviamente, de acuerdo a lo que pensaba Simón, el gobierno norteamericano y sus hombres de negro habían ocultado las tutumas, los wirkhis, los baldes y bidones de

—Y por qué en ciertas ocasiones los platos voladores se llevan gente a la fuerza (abducciones).

—¡Ah! Es simplemente para ver si habían consumido el líquido amarillo buscado. Así sería más fácil encontrar el lugar donde se produce el néctar.

tutuma son los que vienen a buscar el néctar, los que no, simplemente están de paso.

Entre charla y charla, Simón le revela el proceso de elaboración de la chicha. Le explica todos los pasos.

Agradecido por tan importante revelación el

amigo extraterrestre le comenta que por las condiciones físicas de su planeta sería imposible para ellos elaborar tan preciado producto. Entonces, tendrían que nomás venir a la Tierra para importar la chicha. Entonces, Simón pensó que por la chicha se

salvó la Tierra de ser destruida por los extraterrestres, y es por eso, que los terrícolas deberían valorar más la bebida tradicional de Bolivia. Cuando llegó el momento de que el extraplanetario se vaya, Simón le ofrece otro “casco más”, que significa “una chichita para el caminito”. Y le dio a entender que los extras, con un “tutumasu” más, retornaban felices y contentos a su planeta.

Y es así como Simón hizo los nexos para que Tiataco se convierta en el principal distribuidor intergaláctico de la chicha.

Biografía:

Ramiro Obando Meneses, con inclinación por la literatura fantástica neoindigenista. Ha incursionado en la poesía, habiendo publicado “Cuantas veces”, y creó la letra “Por mi Tiataco” para una Cueca en 2019. Es licenciado en Fisioterapia y trabaja en el Tenis

Club Cochabamba

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