Chile - versión electrónica Angela Barraza Risso editorial FUGA 2011 Primera edición 500 ejemplares
ediciOn y diseño: Arturo LedeZma equipo editorial: Ar.-L, A.B.R, C.G.O. impreso en Santiago de Chile en el taller de editorial de Fuga. septiembre 2011 editorialfuga.CL se permite su reproducción y difusión a través de cualquier medio, especialmente digital, para ello se recomienda descargar gratuitamente el Ebook en http://editorialfuga.cl y en http://angelabarrazarisso.blogspot.com. Sólo se exige que se cite la fuente, sea sin fines comerciales y se respete la autoría de los textos.
Angela Barraza Risso
Chile
editorial FUGA
para Ar.-L ahora y siempre
La realidad no es verbal (Cansa el cansancio de decir esto mismo) Enrique Lihn
Vuestros nombres valientes soldados Que habéis sido de Chile el sostén Nuestros pechos los llevan grabados ¡LOS SABRAN NUESTROS HIJOS TAMBIÉN! himno nacional de Chile
III estrofa
Abro
La patria interior
En mi país no hay geografía, no hay montañas, valles, océano. Nunca entendí realmente la fotografía del catálogo y jamás pude pensar en otra forma de cruzar la calle que no fuera mirando siempre con desconfianza a la derecha. En mi país no hay tristeza, mas no por eso hay alegría. La lluvia es lluvia y nunca aparece un arco iris luego de ella. En mi país las avenidas se cierran de cuando en cuando y corren carros que ruedan y escupen fuego y temblor sobre el inicio de nuestra fiesta. En mi país, y aún más lejos, en mi patria las banderas están dobladas para el futuro y nosotros estamos doblados adentro de un cajón junto con cada una. Este es mi Chile personal entro en el libro y las fotografías entran conmigo.
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Recuerdo
a Manuel
De la captura
un dos tres UNO DOS TRES y mientras mi mano es la que se acerca sorprendida a la manilla de la puerta que aunque blanca negra a media noche la puerta se abre de golpe tres hombres junto con la muerte más absurda entran y sacan a punta de pistola de la cama a Manuel mientras él busca desesperadamente un cepillo de dientes una pijama una barra de jabón que nunca va a usar en ese lugar frío y sin espejos al que lo llevan. al suelo dos niños, mis niños, se tiran a los pies de su padre yo lloro él llora nosotros lloramos ellos no lloran - 17 -
ellos sólo se lo llevan dándonos donde más nos duele. Los golpes de captura siempre los daban de noche ahí, cuando estábamos más vulnerables ahí, cuando estábamos más desorientados y a medio dormir, ahí en la duermevela de nuestra insistencia cuando no sabíamos si soñar o simplemente dormir.
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La despedida
No desaparezcas, pensé mientras, llorando, cerraba la puerta. Nuestra despedida fue así, tan tibia de mañana y sólo ahora comprendo el acto y el gesto sin importancia tuyos antes de perderte por completo. Gané, a cambio el monopolio de tu memoria y la certeza de mi muerte que te sigue y te busca. Así fue que aprendí a vivir despidiéndome de a poco en mendrugos, en migajas que atrás van dejando un poco de mí en cada acto y en cada cosa una señal para no desaparecer soy y así fue que me hice cada día más presente más concreta más protagonista en esta historia nuestra. - 19 -
Dejé de buscarte cuando comprendí que ya no desaparecería en la certeza de ya no encontrarte dejé también de despedirme dejé detrás de mí el rol del mártir y la heroína. He aquí en nosotros la corroboración de nuestra tragedia en la que tú tan vencido, y yo tan vencedora nos anulamos con el tiempo con un camino que vuelve y empieza cada noche donde mismo desembocando en la indiferencia perfecta.
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El reconocimiento
Si lo hubieran matado nada más pero yo sé que lo torturaron Se que le arrancaron los dientes y de a uno porque no tenía la mandíbula quebrada ni le quedaban pedacitos lo sé porque muerto y hediondo como estaba me acerqué a abrirle la boca para reconocerlo por la dentadura y es que su sonrisa era lo que más me gustaba pero ya no estaban sus dientes ni rastros de ellos ni menos aún de los besos que me dio ese último día en que lo vi. Le faltaban mechones de pelo de ese pelo café claro que le llegaba un poco más abajo de la boca inconfundible el pelo que tenía y que no se le secaba nunca una vez que salía de la ducha - 21 -
algo de ese pelo pude ver colgando de esa cama de metal frío como su cuerpo. Y su nariz de príncipe totalmente desfigurada con un corte que le llegaba hasta la frente pasando por uno de esos ojos verde pardo con que me despertaba en la mañana esos ojos que se le prendían cada vez que lloraba quedando sólo verdes y para mí porque no lloraba en público, eso jamás porque le daban vergüenza sus pestañas que mojadas le hacían ver como si se hubiera maquillado los ojos de puro tupidas y largas que las tenía. Me contaron que fumó su último cigarrillo con las manos esposadas y con los ojos vendados me contaron que tiritaba y que no podía aspirar el humo y eso me da pena porque lo recuerdo así fumando siempre encendía un cigarro y aleteaba mucho al hablar porque le ponía énfasis a sus palabras aleteando y si es que estaba debatiendo parecía un cóndor y si es que estaba pensando en voz alta - 22 -
parecía un mirlo y si es que estaba alegando parecía una gallina cacareando y aleteando con un cigarrillo entre las alas dando bocanadas enormes y llenando el espacio de humo, su espacio porque todo siempre se trataba de él. Si lo hubieran matado nada más pero me cuesta imaginarlo en la tortura y yo sé que lo torturaron porque busqué en sus muñecas una M que se dibujó por una muchacha sobre la piel con una aguja para no olvidarla lo sé aunque a veces me ponía celosa sin embargo no pude encontrar esa M porque tenía marcas en las muñecas solamente y es que lo colgaron o lo estiraron no sé o lo pusieron en el pau de arara que es como me dijeron que se llamaba ese método atroz con que los hacían sufrir, la verdad no sé qué habrá sido lo más terrible el asunto es que esa M no pude encontrarla porque la desgarraron en el caso de que hubiese estado allí
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Tampoco pude reconocerlo por su ropa porque estaba vestido con un overol de mezclilla que no era de él y no llevaba zapatos y sus pies estaban quemados, no con fuego sino con corriente, y lo digo porque se notaba perfectamente donde le pusieron los cables hinchados estaban sus pies pero afortunadamente no tenían la piel chamuscada sin embargo tampoco eran los pies que calentaban los míos por las noches y que me hacían reír cómo saber si realmente eran sus pies Me echaron de la sala directo a una oficina y me preguntaron si era él. Me quedé callada y ante la duda me amenazaron con dejarme con las manos vacías Era su pelo dije yo casi en susurro era su pelo y luego una firma
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Después de eso me lanzaron a la calle y esperé por varias horas hasta que me entregaron un cajón cerrado no pude ver lo que me llevaba nunca supe en realidad si es que lo que lo que enterré era mi Manuel
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La Patria
Siempre pensé que la patria mía debería llamarse Manuel. Amanda corría a la fábrica a buscar a Manuel El hijo del señor que vivía en cachiyuyo en el comercial de telefónica se llamaba Manuel El personaje del cuento el Padre, se llamaba Manuel siempre en las telenovelas de la tarde, hay un jovencito que se llama Manuel la mujer de la trenza que se encadenaba en el congreso todavía busca a Manuel todos deberíamos llamarnos en algún momento Manuel como gentilicio o como raza Manuel
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El funeral Él siempre dijo que quería que su funeral fuera una fiesta que estuvieran todos sus amigos que lo veláramos por dos días cantando las canciones que cantábamos siempre pero no fue así luego de la firma en el instituto médico legal me echaron a la calle, ya lo he dicho esto era miedo, vergüenza y asombro por como lo dejaron El dolor no puede ser representado con un manojo de lágrimas no debía llorar no debía mientras tanto calle, automóviles árboles y al fondo el cementerio general con esa entrada fría esperando a tragarse este episodio que apenas comenzaba luego de tres horas salieron unos hombres, no sé cuantos - 27 -
cajón en mano, cerrado, buscando entre los que estábamos afuera y me llamaron Subieron el cajón a una camioneta como si adentro llevara manzanas rojas y con un gesto nimio me indicaron que subiera. El trayecto duró menos de cinco minutos como en la canción hasta dentro del cementerio hasta la tumba que ya esperaba abierta. Pensé en decir unas palabras pensé en resignificar mi mandíbula hablándole pero nada los recuerdos se encontraban fuera de cualquier palabra fuera de cualquier relato, agolpadas en el umbral de mis dientes que casi volaron de un culatazo cuando notaron mi intención de hablar. Tuve que enterrarlo en menos de una hora en sangre y golpes fue que ocurrió la despedida me amenazaron de muerte si es que notaban algún gesto de luto o si decía la palabra misa porque ni los perros ni los marxistas creen en Dios y yo era ambas cosas.
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Luego me hicieron agradecerles por mi vida y lo hice de rodillas mientas me cuestionaba por quĂŠ es mejor durar que arder.
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La Patria
Chile no es mรกs que la fatamorgana en una pesadilla que se me repite
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Paro
Conversión
Le pegaría tres cabezazos a una bala molería a combos la culata de un fusil le metería vaginas a los ratones haría nudismo en Isla Dawson con tal de ver satisfecha cómo los edificios se lanzan desde mis hombros.
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La Patria
La forma de Chile es la del poema mรกs triste que se haya escrito nunca yo adentro de Chile no soy mรกs que un adverbio de tiempo repitiendo nunca mรกs nunca mรกs nunca mรกs
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Pinochet
En Chile no tenemos tango no tenemos cumbia no tenemos rumba ni lambada, no tenemos samba ni balsesitos pero tenemos a Pinochet No somos buenos para el futbol no somos buenos para el tenis no somos buenos para el automovilismo no tenemos básquetbol ni rugby no jugamos voleibol ni beisbol pero tenemos a Pinochet no tenemos Capitolio no tenemos un Cristo corcovado no tenemos líneas de nazca no tenemos Machu Picchu ni Cuzco no tenemos basílica de Guadalupe pero tenemos a Pinochet el peor dictador de américa latina es lo que tenemos el más servil el más básico, ordinario, sanguinario y burdo el que tenía la voz mas ridícula y terrible de todas - 35 -
el que tenía la más cara de perro el que oprimió por más tiempo y duró el más ladrón el más traicionero el más medroso y cobarde el que tenía el séquito más crudo el que mató y desapareció a más personas el más inolvidable en eso ganamos por goleada nosotros tenemos a Pinochet.
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La patria
El color de Chile huele a silencio a boca zurcida a mutilaci贸n somos un cuerpo cortado una derecha sin izquierda una mano que se lava sola una cara sucia
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Sigo
Los discursos
Mis discursos
Mis discursos jamás existieron a poco y fueron arrebatos del lenguaje que me sobrevivieron a mí y a los caprichos de circunstancias tan íntimas que pocas veces tuvieron realmente relación con la política. mis discursos siempre fueron simples alegatos precarios, de una opresión que, aunque doméstica me parecían representativos de todas aquellas que igual que yo sufrieron tanto Nuestros discursos
Nuestros discursos siempre apuntaron más certeramente que las balas para hacernos cariño y descolgarnos de los patíbulos que construíamos cada vez que al caer la tarde - 41 -
veíamos que no habíamos conseguido nada. Nuestros discursos nunca apuntaron a lo multitudinario sino que aspiraban a ser pronunciados en las esquinas o en la mesa oculta en que lográbamos reconocernos. Nuestros discursos eran mucho más cálidos que una sopa o que el vino navegado alrededor de los que nos reuníamos porque sabíamos, con el dedo en alto que de esas palabras otra sacaría el aliento que le faltaba para salir de su cama en una nueva búsqueda. Sus discursos
Sus discursos estaban diseñados para que rompiéramos el miedo sin saber que a expensas de levantarnos y exponernos -porque nos hacían sentir valientestodos nosotros tendíamos a morir a fin de que ellos administraran el poder que conseguimos en contra una vez más de nosotros.
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Sus discursos nos enloquecían y nos llevaban directamente hacia la muerte mártir, dolorosa y nos hacían creer que valía la pena porque, insisto, sus discursos fueron los que nos convencieron de que podíamos confiar y así lo hicimos con cuatro pistolas y un par de bombas molotov frente a un emancipado. Casi nadie sobrevivió, y no hablo nada más a esa clase de muerte sino a la idea constante del suicidio única idea que se mostraba limpia de todo resentimiento como última idea de amor hacia nosotros mismos en este proceso en el que quedamos reconocidos únicamente como un costo social. Su discurso
Su discurso ronco enorme era ocultamiento y la parodia sádica del matador. El que te muestra una bandera y la flamea y se ríe y se entretiene bailando para mantenernos vivos y darnos muerte.
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Su discurso era la voz de un Chile nuevo, ese Chile que nacía despiadado feroz, rotundo, tal como lo conocemos ahora 40 años después, diciendo que jamás lograríamos la victoria de lo que fuera que estuviéramos tramando.
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El disimulo
disimular el miedo la rabia la pena la pobreza el hambre disimular el frĂo el olvido la soledad el abandono el espanto y el heroĂsmo disimular el disgusto los gritos las consignas los discursos las banderas disimular las marchas el agua en la ropa el picor de los ojos las lecturas la mĂşsica disimular el habla disimular la vestimenta disimular el apellido disimular el gĂŠnero disimular el barrio disimular las sospechas las barricadas el humo las balas - 45 -
disimular el fuego en los ojos disimular las bombas disimular los muertos debajo de la alfombra.
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Pienso
Qué sería de nosotros
De pie, cantar, que vamos a triunfar. Avanzan ya banderas de unidad, y tú vendrás marchando junto a mí y así verás tu canto y tu bandera florecer. El pueblo unido jamás será vencido Sergio Ortega
Mi Chile es un país de derrotas mis héroes son hombres vencidos y si hubiese una batalla ahora yo seguramente también moriría gritando ¡venceremos! ¿Qué sería de nosotros en la victoria?
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La Patria
debajo de las sumas, un río de sangre tierna. García Lorca
Chile está segmentado en fracciones y no es divisible ni multiplicable por ninguna de ellas porque no queremos tener nada en común los unos con los otros no queremos compartir los éxitos ni los fracasos menos las derrotas ni las catástrofes Chile es un país que cae se disgrega y se congela con nosotros adentro.
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La militante
«Eran delincuentes políticos subversivos». El Mercurio, edición del 30 de marzo de 1985 [respecto de la muerte de los hermanos Eduardo y Rafael Vergara Toledo]
Yo fui la que tuvo que dibujar sola cuando niña un luche en la calle jugar con una piedra y guardar luego esa piedra en el bolsillo hasta la adolescencia por si acaso se hiciera necesario sacarla en algún momento y lanzarla contra algo que fuese realmente mío
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Te digo
Papá
Papá cuéntame otra vez ese cuento tan bonito de gendarmes y fascistas y estudiantes con flequillo y dulce guerrilla urbana en pantalones de campana, y canciones de los Rolling, y niñas en minifalda. Ismael Serrano
Papá, necesito que me expliques, que me cuentes una cosa: qué pasó con las banderas rojas, qué pasó con las barricadas, qué pasó con los libros de Bertold Brecht enterrados en el patio. Qué pasó con los discos de Víctor Jara, qué pasó con la foto de la Violeta Parra, qué pasó con la batalla. Papá, explícame por qué no te mataron, dime por qué tú no estás muerto dime dónde estabas tú, en qué casa cubierto dime qué pasaba por tu cabeza cuando veías la sangre correr por las calles y murallas de esta república. Quiero que nos sentemos a la mesa y que mirándome a los ojos me digas dónde dejaste los suecos y las bombas molotov. Quiero que te subas esa manga y muestres tu puño izquierdoso quiero que me digas cuántas armas empuñaste realmente cuántos palos y azadones levantaste cuánta piedra para defender todo aquello que soñabas.
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Papá, dime cuánto lloraste por no poder hacer nada. Dime por qué no llegaron nunca las armas por qué, dime, ni siquiera sabías disparar. pero claro, ¿qué más da a estas alturas? Viejo mío esta tarde recuerda otra tarde antigua y canta el viejo Canto Nuevo otra vez sentado en tu sillón. Vuelve a mirar las fotografías a repasar con agujereado júbilo el pasado y muérete pensando en que Soldado que arranca sirve para otra batalla.
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Rodrigo Rojas De Negri
Sólo la mancha veo del amor que nadie nunca podrá arrancar del cemento, lávenla o no con aguarrás o sosa cáustica, escobíllenla con puntas de acero, líjenla con uñas y balas, despíntenla, desmiéntanla por todas las pantallas de la mentira de norte a sur: sólo veo al inmolado. Gonzalo Rojas
Se está quemando se está quemando Chile Rodrigo, y tu nombre apenas resuena a nado mariposa en el mar de gente que todavía marcha. Pez de fuego avanza lanza y cansa la memoria. A ti te hablo Rojas De Negri en una foto blanco y negro cámara colgando al cuello como perpetuando la imagen ¿qué imagen? en cada disparo. De qué te sirvió la muerte ahora que todo vuelve a repetirse marchas - 57 -
cantos estudiantes represión guanacos y zorrillos siguen en su danza macabra por cierto, entonces, dime qué vamos a fotografiar ahora para que valga la pena la muerte para que valga la pena el fuego sobre la carne dime una cosa: ¿vale lo mismo el fuego de Acevedo inmolado que el fuego tuyo? ¿cuánto vale el que se quema y cuánto vale el que quemaron? La causa era común. Qué sabes tú del fuego, Rodrigo qué sabes tú del fuego si tu compañera Quintana sirve desfigurada ahora a los que te quemaron años después de correr carroza al viento con tu cadáver arrancando de los verdugos y cantando levántate y mírate las manos para que pudieras reposar tus huesos abrasados Viniste a este país hostil nada más para encontrar la muerte flameando - 58 -
como la bandera de Chile que pende sangrienta y chabacanamente enorme en la Alameda como burla a los paseantes como cortina para tapar lo perverso ficticia Come moscas cuando tiene hambre la bandera de Chile en boca cerrada no entran balas se calla1 igual que antes. Esa fue la frazada que te tendieron para apagarte Rodrigo y envuelto en esa bandera te arrojaron a la calle. Y envuelto en esa bandera te arrojaron a la muerte mártir marcha, Rodrigo, marcha una vez más junto a nosotros los que podemos sonreír en medio de la muerte y en plena luz2 sírvenos como antorcha luz de sagrario fogata en toma sirio de entierro linterna en apagón sírvenos como luz y calor en este frío de preludio a la debacle porque Chile, Rodrigo, Chile se disfraza y se acomoda pero no cambia 1 La bandera de Chile, Elvira Hernández 2 Al final de este viaje, Silvio Rodriguez
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se hace más o menos tolerable a ratos incluso habitable pero te juro que no cambia. Si pudieran volvernos tizón a todos si pudieran hacernos crepitar a todos si encontraran la excusa para quemarnos vivos a todos qué duda cabe de que lo harían y qué se hace con eso a los diecinueve años mientras acusan a tu memoria de terrorismo frente medio país que se alegra por el exterminio de un peligro, un demonio extremista de diecinueve años que amenazaba el orden público con una cámara y un discurso a voz en cuello. A mí, en lo personal una pala y un sombrero3 me parecen más violentos pero Prometeo a tu castigo y es que el infierno contigo llamarada no basta. Se está quemando se está quemando Chile Rodrigo, y tu nombre se aviva en cada consigna renace fénix
3 Con una pala y un sombrero, Gervasio
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como símbolo y perpetuidad en el brío de otros jóvenes y estudiantes igual a ti que marchan. En cada barricada estás tú otra vez ardiendo en cada semáforo que da rojo abriendo espacio para la barricada apareces en toda intención de roza de excoria y herida vuelves a articular discursos como la remembranza de tu voz en la idea de tu cuello que se enciende esta vez no para morir sino para guardar a quienes, como tú suponen todavía que no hay nada que temer en esta contienda desigual que no se acaba. Vuelves para calentar a los que, como tú no duermen por las noches en la lucha que intuyen necesaria. Vuelves para defender como un incendio a este pueblo joven que desarmado se levanta y se defiende de los mismos que no dudaron - 61 -
armados hasta los dientes en quemarte vivo y abandonarte en una zanja en Quilicura boqueando como un pez de fuego fuera del mar. Se está quemando se está quemando Chile Rodrigo, y tu nombre no es más que otro nombre en los documentales sobre la historia reciente de Chile. Tu nombre no es más que una taxonomía para encontrar videos de youtube de los años ochenta. Tu nombre no es más que parte de una canción de Illapu y de otra canción de Quelentaro. Tu nombre no es más que otro caso de los informes negociados que han servido para dar cuenta de lo que pasó pero dejando de lado la nómina de los acusados. Tu nombre, Rodrigo, no es más que otro estandarte del partido político con menos adherentes y con menos simpatizantes de este país. A ti te hablo Rojas De Negri en una foto blanco y negro cámara colgando al cuello perpetuando la imagen horrorosa de este y de otro tiempo, a ti te hablo como se le habla a un santo - 62 -
como se le habla a la estampita que una madre guarda en su billetera y le pide por sus hijos cuando recagada de miedo por esta historia que no deja de repetirse vuelve a confiar a ti te hablo y te repito como mantra sofocado por la bandera de Chile que me amordaza casi bufando una súplica, Rodrigo Chile se está quemando nuestra constitución se está quemando y nadie se da vuelta a mirar a este Chile y su destino que se derrite y al que le caen chispas maravillosas que se parecen a los fuegos artificiales de una celebración lejana se desgasta Chile como lacre Rodrigo y las botas de las fuerzas policiales son el sello que nos dice: callados Muralla y metralla es lo que les espera. ¡Fuego! Rodrigo donde fuego hubo, cenizas quedan donde fuego hubo, Rodrigo fuego queda y Chile Rodrigo, se está quemando debajo de las llamas está Chile, debajo de las llamas dime qué fue lo que quedó de ti.
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La patria
A ti te hablo bandera, pabellón A ti te hablo Alameda, Mapocho, Cordillera. A ti te hablo geografía, a ti te hablo conflicto. A ti te hablo Bolivia, Perú, frontera línea divisoria a ti te hablo tozudez de no querer ceder un paso. A ti te hablo indígena, estudiante, maricón a ti te hablo resignado, a ti te hablo hermano a ti te hablo hijo. Yo también tengo fe en Chile y su destino y veo al fondo una bala un fusil un agujero abriendo parietal este momento que se recordará con círculos flotando en el aire.
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Me pienso
De la revolución
Ahora sólo quedan grabadas en cassettes las voces que fueron acalladas durante el golpe los ojos de cuyas cuencas aún salen casquetes de balas frenéticas manos que golpearon cacerolas bajo el cobijo de la noche y panderetas para que no las vieran sonreír las revistas amarillentas que fueron blancas clandestinas las leyendas de un padre que hacía miguelitos para lanzarlos en Avenida La Feria los memoriales que ahora son poco veraces en su abundancia las poleras baratas con estampados bolivarianos y la leyenda de que algún día venceremos llantos que caen espontáneos ante los recuerdos de los que cuentan cómo fue realmente la tortura.
Y yo que me sentía tan revolucionaria tiñéndome azul el pelo.
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La esperanza
Cerró la puerta con llave. Miró hacia atrás con desconfianza y se guardó la llave en el bolsillo. Le detuvieron en esa postura. Le maltrataron durante meses. Hasta que una noche confesó (y quedó demostrado) que la llave y la casa eran suyas. Yannis Ritsos
Despiertas abres los ojos miras lo que queda: una cama vacía. Te refriegas los ojos y escuchas únicamente el sonido de la calle Descubres la ropa de cama y sientes el aire frío de no decir buenos días y contienes el saludo en el fondo de la boca. Miras el fondo del baño la puerta abierta posas los pies sobre el suelo y entras perfectamente en las zapatillas que no se han movido un centímetro desde la noche anterior. Te pones de pie y caminas en dirección a la cocina en ella coges el un único plato y la taza del día de ayer.
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Haces el aseo una sola vez en el día guardas una papa pelada adentro del refrigerador –porque pelaste cuatro en vez de tres– miras por la ventana de la cocina demasiadas veces sabiendo que no va a llegar. Pones la mesa y guardas un juego de servicio –has tomado involuntariamente dos–. Adquieres conciencia de que esta vez no te equivocaste con los vasos y pusiste únicamente el suyo para ti. Sales de casa y echas seguro en cada una de las puertas menos en la de la cocina porque sólo él conoce el código íntimo de dejarla abierta por si alguno de los dos olvida las llaves al salir. De noche vuelves rápido, apuras el paso al dar la vuelta en la esquina de casa, te echas el pelo detrás de la oreja, practicas esa sonrisa que le gusta tanto Quizá ha llegado. Contienes nuevamente otro saludo en la boca lo dejas ahí, entras a casa y sientes un ruido en el baño. Te desilusionas al ver que no ha sido más que la cortina de la ducha flameando frente a una ventana abierta. Enciendes la televisión y le prestas inusitada atención al segmento deportivo de las noticias, pero no lloras porque siempre piensas que en cualquier momento aparece y la pintura se puede correr. - 69 -
Te desmaquillas prolijamente antes de ir a dormir y tienes la precaución de quitar los residuos de crema porque sabes que no le gusta el sabor. Te quitas las zapatillas que quedan al costado de la cama en el mismo lugar. Quién sabe si de pronto es necesario levantarse para ir a abrir la puerta en medio de la noche. Siempre dejas la puerta junta para las fiestas, te lo han dicho. Despiertas, nadie lo sabe, en las noches de viento y lluvia cuando la puerta cruje otra vez. Pocas veces cambias de lugar uno de sus libros al leerlo, doblas y guardas en la misma posición el chaleco una vez que vuelves a apretarlo contra tu nariz. Limpias a diario la foto suya para que no quepa duda de que lo extrañaste y así la vea al volver una vez que doble cerradamente en la esquina. Cuando quienes lo tomaron sepan que él no tenía nada que ver.
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La patria
Si Latinoamérica fuera una discoteque Chile sería el tubo de Neón que en la entrada intenta vender un nombre bien chulo para una fiesta en que soy la niña más fea la que tiene la pollera sucia la que se queda mirando en el suelo el reflejo del brillo de su propio país.
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Busco
Setenta y tres
Los desaparecidos
Afuera la mañana continúa. Adentro el gran amor se mueve y alza todavía. Juan Gelman
esto no es (porque jamás ha sido) una leyenda negra esto se trata de una búsqueda que no pude (aunque quiera) detenerse (porque) no estamos hablando de las llaves o del celular (metidos entre los cojines del sillón) no estamos hablando de los documentos que uno puede renovar sino de un fragmento enorme (y más que fragmentos) de las vidas de los que quedaron (debajo, a un lado) metidos en nosotros. Pienso de pronto en familias, amigos, compañeros de trabajo (muy buenos amigos) (entonces) y pienso en cómo abordar la muerte cuando ni siquiera sabes si es real (o irreal) o es otra tregua de la cabeza que juega (no juega) a ponernos distancias a las que llegar. Pienso en cómo abordar eso de que un tipo se ha ido o simplemente se ha restado ¿estará muerto? ¿en serio? (¿qué crees?) Entonces, cómo seguir o parar ante la posibilidad (del abandono) de que (este o este otro, ella también) estará en alguna parte detenido se habrá arrancado se habrá exiliado (¿y no puede comunicarse?) - 75 -
o acaso no quiere reunirse con nosotros porque de hacerlo nos desprotege de la amenaza invisible de saludarnos de una manera inoportuna. ¿estará escondido? (oculto, implícito) en alguna parte, pienso. En medio esas reflexiones es que va pasando el tiempo (agua bajo el puente)
y en Chile fíjate que fueron más de treinta mil los que desaparecieron (y más) en un período de diecisiete años (y más) sin embargo, aún hay gente que piensa que todo eso es mentira (que se inventan historias) fíjate que todavía hay gente que piensa que los militares sirven a la patria (¿cuál patria es la que sirven?) porque fíjate que todavía hay militares dando vueltas por las calles y plazas de Chile, y con ellos todavía hay gente que les tiene miedo (imagínate) precisamente porque no podemos olvidar (no queremos, no debemos olvidar) que hubo un tiempo en que a unos los encontraron flotando en una playa con los ojos vendados (ciegos) con la cabeza embolsada (sordos) y con un alambre amarrado al cuello (mudos) Bueno, la cosa es que aprendimos a callar (en chile todo el mundo aprendió a ser tan sólo ciego, sordo, mudo)
para no saber, para no pensar en los hombres y mujeres (y niños) que aparecieron metidos en los hornos del Lonquén acribillados, llenos de balas y colgados
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con las manos atadas en frente (muertos por la espalda) aprendimos a callar para no ver los cuerpos en Pisagua o en la cuesta Barriga aprendimos a callar para no ver (en vacaciones) a las manos y brazos y cabezas que devolvió el mar es que aprendimos a callar bien duro y para no vivir (ni un segundo) en el regimiento Buin callados. Pero fíjate que hay cierto ruido (¿le oyes?) en el discurso, en el transcurso hay cierto murmullo (y canto) que nos hace pensar aún en ellos. En los desaparecidos de Chile que aún parecen volver (lo sabes) en medio de cada pequeña cosa que hablamos para decir (lo intuyes) que están aquí (hablándote) que no se han ido porque están entre nosotros y nos contemplan desde el escenario que se han quedado Pegados a las rocas al mar y a las montañas (Zurita).
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No puedo
Poema para un domingo
En vano nos envalentonamos con las historias que nos contaron hace más de quince años. Tomamos partido nos calzamos el chaleco de alpaca, cancionero en mano de la Mercedes Sosa guardamos en el morral una quena, un libro de poesía y tabaco para hacernos un cigarrito. Incluso aprendimos a tocar guitarra. Leímos a Marx, a Engels y a Stalin a la Marta Harnecker, de noche leíamos a Marcuse (nos informamos). Nos compramos un marcapáginas del Che, postales de Neruda no supimos qué hacer con tanto aparataje que aun tenemos guardado en una caja y que miramos de vez en cuando con alegría y vergüenza por la nostalgia El viento ha barrido con algunas hojas otoñales y en julio de cada año se inunda la ciudad con las lágrimas de todos los que lloran en nuestros sueños. Se modificó el lenguaje y sólo queda un alegato pobre porque las palabras de antes no son capaces de describirme ahora. En algún momento sucedió que se nos quebró el diálogo mientras masticábamos la razón y nos preocupábamos de lo que pensarían las ventanas. Los ojos se nos poblaron de amaneceres en tránsito: Puente Alto, La Florida, Macul, Ñuñoa, Providencia, siempre es de día en Providencia. - 81 -
Resulta que el Copelia ahora es muy caro demolieron el Paula, desaparecieron la Apsi, la Bicicleta, la Hoy, la Vea como solía ser y a cambio nos dejaron la miss 17, la Cosas y la Caras. Inti-Illimani sólo toca en las fondas VIP Allende y Pinochet son estampados de tazones cool que se venden al por mayor en la misma tienda los 11 de septiembre de cada año se suceden cada vez con menos minutos en los noticiarios y el sistema crediticio nos ha puesto en el primer lugar de América latina en calidad de vida. Me parece increíble mirar hacia atrás y ver lo tan poco o casi nada que se tiene guardado en alguna parte del cuerpo, por no decir en la memoria como si la historia política de los hijos de los trabajadores fuese una de las carteras viejas de mamá, esperando el día fatal de aquel aseo de domingo por la mañana (porque mamá sólo estaba en casa los sábados y domingos) en los que solía ordenarlo todo descartando aquello que no había sido usado por largo tiempo Sola Sierra, un esmalte seco de uñas José Toribio Merino, una carpeta de cartón amarillenta Manuel Bustos, un porta carnet rojo abierto por algún lado Jaime Guzmán, revistas viejas de tejido General Prats, un santito de bautizo del hijo de una compañera de trabajo Gustavo Leigh, remedios vencidos Mamá cansada con todo disperso alrededor, se sienta al borde de la cama, enciende un cigarrillo en el que quema otro resto de memoria mientras se mira los zapatos pensando y luego sigue:
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Hortensia Bussi, un ramo seco y despeinado del domingo de ramos Carlos Contreras Maluje, un vestido de fiesta talla M Jecar Neghme, un cojín plástico, inflable, pinchado Salvador Allende, una bata vieja manchada con tintura Orlando Letelier, un cassette de Locomia José Tohá, un calendario triangular de sobremesa Summa En todas estas cosas se nos va yendo la vida, a cambio de todo lo que bota van apareciendo cosas nuevas. Ella nunca dice que todo tiempo pasado fue mejor, sino que se empeña fuerte en seguir hacia adelante, a pesar de que le queda poca fuerza y, sin embargo, sigue Tucapel Jiménez, un palillo huacho Miguel Enríquez, una caja de perfume Gladys Marín, unos zapatos azules de taco aguja, sin tapillas Gato Alquinta, una plancha sin cordón Patricia Verdugo, una peineta plástica amarilla muy sucia Augusto Pinochet Ugarte, una medalla de san Benito oxidada pero invariablemente termina viendo fotografías tamaño carnet que encuentra en billeteras viejas y contando las mismas historias de mañanas de domingo. Es ahí cuando se acaba el orden y quedan algunas cosas que se salvan para otra batalla de exterminio. Generalmente escoge alguna foto al azar, y la pone a la vista en el vértice de un galvano, cuadro o espejo. Desde alguno de esos vértices, una niña igual a mí, que viste uniforme escolar, insiste en buscarme antes de que vuelva a mi casa y dice al verme: Al contemplar tu mirada tan triste vuelvo a pensar en ayer4 4 Para que nunca más en Chile, Sol y lluvia
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Vuelvo a recordar
Los pacos
…somos del débil el protector Himno de Carabineros de Chile
De chica aprendí el Himno de Carabineros mientras afuera, en las protestas les gritaban asesinos. Para aprenderlo lo ensayaba despacito escondida entre las malezas del jardín. Entonces fue cuando descubrí la culpa.
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Mapocho
En los domingos de infancia mamá contaba que vio cadáveres flotando en el río Mapocho. La última vez que pasé caminando por el mismo río vi a dos carabineros mirando el cauce uno de ellos hablaba por celular y se reía.
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Un dos tres momia
De niña nunca me sentí cómoda jugando al «un dos tres momia es» No momia jamás yo quería ser UPelienta como mi mamá.
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Pienso
Sinécdoque
Ni siquiera tenemos la fortuna de decir que sobrevivimos. Vivimos tuvimos la mala raja de nacer en una época de nadie llegamos justo a tiempo para ver el final de la película y, por las caras de los espectadores hacernos una vaga impresión de cómo fueron las cosas De pura rabia salimos antes de la sala de cine contando el final de la historia a los que esperan en la fila. Los de afuera, sin embargo, vienen a ver otra parte de la historia una película distinta. No queda más, entonces, que volver a nuestros cuartos en la casa de nuestros padres para pegar afiches viejos que anuncian Coming soon
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Del daño
Soy la damnificada víctima del abandono que comenzó hace apenas un cuarto de hora y a quien se le permite decir cualquier cosa porque no sabe de nada soy la damnificada que puede escuchar Isabel Parra y no tiene derecho a sentir nostalgia. Soy a quien le entregaron un legado, una receta sin mérito alguno soy la damnificada criticada por leer a Patricia Verdugo y encontrarla FOME. Soy la que se protege únicamente de la palabra municiones soy la damnificada. Yo puedo decir bala, muertos, maricón, acuartelamiento, tortura, Copelia, terrorista, desaparecido, paredón, legado, panfleto, exilio, república, acribillado, culata, banderas, bombas, protesta, pueblo, estadio, milicos, compañero, terrorista, país, dolor, camarada, lacrimógena, Fortín Mapocho, miguelitos, Frente, marcha, tanquetazo, estado de excepción, venceremos, Unidad Popular, GAP, revolución, patriótico, partido, reaccionario, Silo, movimiento, libertad, oligarquía, momio, UPelientos, igualdad, vendepatria, nacionalización, golpista, Marxista Leninista, apagones, paro, represión, terror, desabastecimiento, soplón, - 94 -
amarillo, El ClarĂn, Enano maldito, DIRINCO, puro Chile, mercado negro, atentado, oligarquĂa, asesino, Pinochet maldito hijo de puta y ya no pasa nada.
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La patria
Chile le pica a Chile solo en Chile Chile arde, sofoca hiere Chile y duele puta que duele Chile en Chile y Chile en la distancia vuelve a doler no por casualidad, obvio porque nadie se traga un Chile por accidente no, jamรกs Chile es voluntario Chile es masoquismo Chile abruma espera Chile latiendo como un dedo, largo y flaco apoyado en el gatillo de un arma cualquiera dispuesto a disparar para parar la historia que se repite.
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Yo soy
Maluje
Soy Carlos Contreras Maluje Avísenle a mi mamá en Concepción vayan a la farmacia Maluje en Concepción y avisen que estoy muerto gritaba en Nataniel un hombre su sentencia a los paseantes y envilecido por la mañana no conoció de la misericordia en este Santiago rotundo, que nada quería saber de flagelaciones y tortura. La ciudad entera se calló simultáneamente y todos se dieron vuelta de cara a la muralla como simulacro de fusilamiento un paredón a la memoria y es que todos tenemos algo que olvidar: unos, el beso insurrecto la pateadura de borrachos otros el papelón bochornoso o el suicidio de un pariente por qué no olvidar entonces la certeza de que a un hombre lo van a matar. El color de Chile huele a silencio a boca zurcida a mutilación somos un cuerpo cortado - 99 -
una derecha sin izquierda una mano que se lava sola una cara sucia sucia las manos, el cuerpo la línea de los ojos que preferimos hacer pasar por maquillaje pero eso es otra cosa: eso es fingir arrepentimiento es practicar las disculpas u ofrecer simulado escrúpulo a las mortificaciones que un hombre declama el tres de noviembre de mil novecientos setenta y shhh! Soy Carlos Contreras Maluje detenido por la DINA en el recinto de La Firma me han torturado y me van a matar. Avísenle a mi mamá en Concepción vayan a la farmacia Maluje en Concepción y avisen que he sido torturado y muerto. Cuando vio que los agentes se acercaban se lanzó a las ruedas de una micro que venía de norte a sur por Nataniel sin embargo en dictadura nada era así tan fácil y, a pesar de que seguía voceando su nombre cinco hombres lo tomaron y lo subieron a un Fíat celeste dejando tras de si nada más que un remolino de sílabas y un charco de sangre junto al polvo. Con él, se fueron también a la fosa el Puente Carrascal, los tranvías las gatas preñadas, el Manquehue la confianza pública. Las celebraciones de fin de año en las calles de las poblaciones buscaron, también, irse a fondo. - 100 -
Los espectadores de aquel día volvieron a casa con una lengua aún más dura y una sola vocal para el tema. Los más avezados se llevaron susurros para ser comentados en la sobremesa cuando los niños ya se han retirado a los juegos o se han ido a la cama y qué más da otro muerto más, dice una vieja entre más de 30.000 si, ni siquiera, le han encontrado. Ya han pasado más de treinta años y Alrededor de ese momento todo continuó su curso en Chile, se han muerto tantas cosas y tantos nombres que no vale ni la pena mencionarlo desde las Ovalle Negrete hasta don Luis Corvalán y creo que, de una u otra forma todos hemos aprendido que el eterno presente no es más que la línea divisoria entre el futuro y el pasado con sus recuerdos ¿y qué recuerdo no está constituido también de ausencias? incluso aquellos que ficcionamos los que hemos creado, no a punta de fusil sino a punta de sentirnos tan solos tan impotentes, tan faltos de consecuencia pues si pensamos hasta las fabulaciones son un tiempo que nos falta pero ¡Vamos Chile caramba, Chile no se rinde caramba! Vamos a nacionalizar el cobre, vamos a congelar los precios de los artículos de primera necesidad vamos a devolver el agua y la electricidad de Chile a Chile vamos a reajustar el salario mínimo en un 66 por ciento vamos a estatizar las grandes empresas de acero y cemento, la telefonía y la banca - 101 -
NO ya no se puede nuestro gobierno, elegido democráticamente nos dice que eso ya no se puede. Yo afirmo: Todo tiempo pasado fue mejor, precisamente porque las carencias de antes tenían un culpable pero ahora nos hacen creer que somos víctimas y victimarios padecemos solos y nuestro dolor nos interesa íntimamente y en secreto, pues no tenemos compañeros ni camaradas frente al abismo y, por eso, todos damos el paso adelante sin conciencia de la caída creyendo que estamos volando (que alguien me susurre el golpe) que alguien me diga por favor que no será necesario otro Carlos Contreras Maluje antes de que el pasado se repita veloz así como otra ronda de cervezas o su resaca del día siguiente y la inevitable pregunta por lo que hicimos. La dictadura en Chile no fue un mal sueño y no ha pasado tanto tiempo tampoco como para dejar de seguir hablando de lo mismo. Nos han convencido de que decir política en un poema es malo es poco estético, es de mal gusto y si no lo decimos ahora cuándo ¿y qué pasa si es que Dios no existe y ninguno es castigado? por eso es que hoy prefiero hablar en lengua muerta y no por mí, en esta página. - 102 -
Hoy Soy Carlos Contreras Maluje Av铆senle a mi mam谩 en Concepci贸n vayan a la farmacia Maluje en Concepci贸n y avisen que estoy muerto.
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La patria
No, yo no soy la patria.
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Recuerdo otra vez
Los escondidos
Luego de un par de días la familia esperaba nerviosa porque sonaran cuatro golpes a la puerta y el diálogo absurdo sobre la venta de paraguas que habían establecido como contraseña luego el comentario absurdo que en diciembre no ha parado de llover. -Adelante, pasen. y sin preguntar nombres la familia se sentía contenta de que los cuatro extraños durmiendo en el garage aún estuvieran con vida.
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Mnemotecnia
Se oye música afuera donde antes se oía el crepitar de barricadas y ahora me sorprendo espiando por una abertura de la cortina. Son niños los que hablan, gritan, se ríen en una ligereza de ropa que los hace ver tan bellos beben cerveza, fuman, se ríen se convidan en secreto ciertas cosas –se oyen Un, Dos, Tres disparos las niñas gritan cae una botella, todos corren (salto en recuerdo) y veo a alguien que entra a nuestra casa la vereda se ilumina con los focos de un camión de militares que se bajan dos disparos, no tan lejos mamá llora porque sabe se nos viene la guerrilla. Y luego del trance se abre la puerta de la casa del lado silencio tos ahogada miradas mutuas - 108 -
con los ojos bien abiertos intentando memorizar las marcas o lunares por los cuales nos reconoceríamos en la muerte y en el tiempo: camisa damasco, pantalón azul, zapatos negros camisa damasco, pantalón azul, zapatos negros camisa damasco, pantalón azul, zapatos negros rezábamos todos en casa al nombre de nuestro padre (vuelvo) Un, Dos, Tres disparos un motor en marcha que se aleja y otro que vuelve. Hay gritos afuera oigo música y el humo se ha disipado con las lágrimas que arrancaron de mis ojos. (vuelvo) y antes de quitar la vista de la calle veo niños afuera en una ligereza de ropa que los hace ver tan bellos. Papá trabaja mamá está durmiendo nada fue tan malo como entonces cuando odiábamos a los milicos y ahora sólo le tenemos un poco de rabia a los flaytes que corretean y se apoderan de la calle en una ligereza de ropa que los hace ver tan bellos.
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Fabulo
Aristóteles para principiantes
Si le pego a un perro se pone bravo, si le pego a un perro se pone malo, si le pego a un perro como le pegaron a mi padre yo no confiaría en ese perro. Es por eso que el testimonio debiera tomarse de otra parte: Que nos cuenten los medidores de electricidad de Villa Grimaldi la historia de Chile que nos cuenten las parrillas (no festivas) la historia de Chile Que nos cuenten las botas de quienes juraron defender la patria y su pueblo la historia de Chile que nos cuenten los fusiles la historia de Chile que nos cuenten las mordazas la historia de Chile que nos cuenten las graderías y los discos negros del Estadio Nacional la historia de Chile Ya no confío en nadie más.
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Allende
Mira, hablemos de la muerte y de la muerte de Allende porque su muerte es importante y lo es precisamente porque significa muchas cosas y no sólo un entierro más, con tierra, fosa y péndulo. Fíjate que si no se hubiera muerto hubiese sido otro más de nuestros mártires llenos de fracaso y bolsas negras, o quizá se hubiera muerto igual pero de viejo o de exilio quizás en un sospechoso accidente aéreo del que poco se sabría o simplemente de un tiro en la cabeza en una esquina, en un semáforo en rojo parado en Providencia. Quizás se hubiera muerto de enfermo abatido de vejez y cordura con su velorio impropio en el ex congreso pero sin bandera a media asta - 114 -
o duelo nacional. Pero no tozudo Allende murió de arritmia sístole y diástole de un gobierno que le palpitaba en rocket y avión sobre la cabeza. Por eso es que mejor pensemos que la muerte su muerte fue oportuna. …que se mató de un tiro dijeron y con eso se fue a la tumba, derechito y se alejó, digámoslo de la tortura y el sufrimiento que se aventó como neblina sobre la madrugada militar de nuestro pueblo. Su memoria es nuestro último bastión de insurgencia intocable imperecedero como aliento rebelde. (ahora y siempre) …Que era un cobarde, también dijeron y la iglesia en su momento pegaba cantos de suicidio para impregnar el pecado más condenable a los ojos de dios sobre la frente no ungida sino descerebrada de la cabeza de un pueblo que quedó estirado también a un lado de la carretera - 115 -
pero Dios no existe, qué duda cabe y que nuestra existencia no es más que una charada o una falla del sistema cuarenta años más tarde. cruzó el bosque y el lobo pudo más que la capucha roja que intentó hacer cruzar de un extremo a otro en pánico y bandurria. Bueno, la cosa es que pasó de un lado a otro de esta república con las manos atadas y el cráneo abierto al ejercicio de mirar adentro. se puso un Ak47 en el ojo y dijo bala antes que funeral sin mirar atrás. Hoy día, hijo no más nos queda el vértigo y la fábula, el grito o la pintura en el muro que nos dice que hace unos años no tantos aprendimos a decir por añadidura o desacato: Salvador Allende Ahora y siempre.
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La Patria
Dice la historia, cuenta que todos los finales desde hace unos aĂąos terminan igual: gente que dice una cosa un tipo gigante que dice otra diferente. Goliat estĂĄ tan lejos que apenas podemos darle pedradas en las rodillas.
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Yo digo
AK47
No es ni un minuto el que se necesita para perder la paciencia, un segundo una mirada es suficiente para volverse loca y tirar de golpe los diez dedos de la mano derecha en puño contra la nariz del hombre que hasta hace tan sólo un minuto saludábamos como amigo. Así fue que le rompí la ñata al flaco Faundez y el ojo al peregrino infeliz de quien no supe nunca el nombre. Mitad derecha de gato maldito, mitad izquierda de buey. Lado psicópata y lado infeliz, mis dos partes se las arreglan para poner en vela a los perseguidores y a los sucesores de este hijo de puta que nos puso el gobierno en contra. Si quieres pelear pues la peleo, si quieres ir tranquilo ya camina que en la otra esquina y a lo chueca te caigo desde arriba de un árbol en lo oscuro y te muerdo la nariz hasta quedarme con ella. Luego solamente la escupo sobre tu pecho para que te la quedes y así me recuerdes. *** Demás está decir que no tengo paciencia.
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*** Arriba de una nube somos todos idiotas, vestidos de ángeles somos todos hermanos, amigos, ciudadanos, pero acá abajo paraditos pata a pata sobre el mundo es que somos tal cual fieras o bestias no hay lugar a dudas. Y es que no hay tiempo para el pusilánime que pretende la paz a cambio de una piñata llena de banderas y ballenas y focas y glaciares. Estamos en la época de los más malos, somos infelices y queremos dejar de serlo a cambio del llanto del enemigo.
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Y cierro
De anemia y registro
... le falta sangre, le falta corazón. Al tipo de la esquina le falta corazón, al hombre que magulla un sueldo y se golpea la cabeza con el puño a fin de mes no le falta seso sino sangre, insisto, le falta corazón para llegar sano a fin de mes. Sobra lo rojo, sobra el gemido, sobra el sentido religioso pero falta la sangre. Falta la rabia. Lo herido. Se echa de menos, se requiere esa cuota de sudor que uno intuye esa página que queda en ti cuando un verso te abre de par en par los ojos y te toma de la mano silencioso parados tú y él bajo la luz de un paradero y ahí los dos militan. Quiero sangre, rabia y muchedumbre. Quiero sentir que una muchacha cayó en este mundo a mis pies y el grito juntos aún cuando no vea a nadie excepto a mí mirando esta palabra sé que al decir sangre, que al mencionar y hacer venir la imagen de un dedo que apunta la dirección del viento digo sigue adelante, me quedo aquí no te defraudaré, muere tranquilo.
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La patria interior
Salgo del texto me voy contigo sin geografía, sin océano sin montañas otra vez sin patria en realidad, sola prendida al pecho. Salgo del texto y de llorar no lloro y de reír hasta me río porque no voy sino a guardarme otra vez adentro del registro. Quieta como bandera esperaré a que volvamos a salir para contemplar el incendio enorme que termina siendo la memoria cuando aparece en todas partes hablándonos. Muros, agujeros, pedazos de periódico, generales. La historia nos contempla sin que podamos dar cuenta de ella. La patria interior: la procesión que va por dentro el canto, el ruido que se mueve y mulle un recuerdo a balloneta la explosión que jamás pudimos ver de cerca y que imaginamos enorme. La fabulación y el tiempo que nos falta.
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En Chile todos llevamos un Nüremberg detrás de la garganta, un juicio, una traición, todos llevamos no la herida sino la huella de la fractura que para los inviernos, con el frío, duele y obliga a recordar. Por eso es que insistimos tanto por eso es que nombramos tanto a Chile de manera personal y repetimos Chile para que pierda el sentido o mude de piel. Avanzo.
Salgo del libro y las fotografías se van conmigo.
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Chile
Indice ABRO
La patria Interior
13 RECUERDO
A Manuel De la captura La despedida El reconocimiento La patria El funeral La Patria
17 17 19 21 26 27 30 PARO
Conversión La patria Pinochet La patria
33 34 35 37 SIGO
Los discursos El disimulo
41 45 PIENSO
Qué sería de nosotros La patria La militante
49 50 51
TE DIGO
Papá Rodrigo Rojas De Negri La patria
55 57 64 ME PIENSO
De la revolución La esperanza La patria
67 68 71 BUSCO
Los desaparecidos
75 NO PUEDO
Poema para un domingo
81 VUELVO A RECORDAR
Los pacos Mapocho Un dos tres momia
87 88 89 PIENSO
Sinécdoque Del daño La patria
93 94 96 YO SOY
Maluje La patria
99 104
RECUERDO OTRA VEZ
Los escondidos Mnemotecnia
107 108 FABULO
Arist贸teles para principiantes Allende La patria
113 114 117 YO DIGO
Ak 47
121 Y CIERRO
De anemia y registro La patria interior
125 126
Agradecimientos A Adelmo Yori, mi cariño y mi poesía para ti setenta veces siete. A Rodrigo Hidalgo, por la confianza y por apañarnos tanto, jefe Chapeau! A Ana González, por permitirme ser parte de ese mundo que me fue negado por temporalidad y destreza. A mi madre, por esa incondicionalidad sin tiempos ni reparos. A mi padre, Luis Barraza Sepúlveda, por darme la vida y permitirme salvarle la suya y quedar a mano. A Camilo Norambuena, por los alegatos eternos y esos dos favores que siempre son uno, fatigoso. A Paula Ilabaca, Jaime Retamales, Carlos Cardani, Rodrigo Gómez, Angélica Parra, Jaime Pinos, Alvar Herrera Ana Montrosis y Diego Zúñiga por la tranquilidad, la confianza y ese apoyo discreto para que todo esto se materializara luego de tanto tiempo. A José Manuel Barrios, porque a punta de chuchás me hizo despertar de mi patria en un lugar tan lejano. A Jose Boza por la ironía y la diplomacia. Al Tom, por el zoológico de globos en casa, por esa hermandad elegida, incuestionable, de antaño, aunque somos ahora. A Maurizio Medo y Ludy Villanueva, por extenderme las fronteras de la patria y hacerme sentir que más allá de las fronteras también hay hogar. A José Luis Torres Rojas por devolverme a Chile y la confianza en los amigos. A Rebeca Ramos Riquelme por tu entierro y la conciencia de clases que resolviste ese día en mí. A José Kozer y Guada, por esa proyección doméstica y poética que me ayudan a seguir en la porfía. A Juana Barraza, por tirar por tierra las fabulaciones de infancia y renovar, a punta de golpes, mi convicción en la literatura. A Pancho Rissetti y la gallina pituca, por ser un amigo entrañable, y por los martes que permiten también este libro. A Marcelo Arce, por su exhumada y por regalarme esa generación de la que jamás fui parte. A Antonio Silva, por enseñarme la importancia de la lectura pública y my she, y bungalow, que un día los volvió sólo para mí. A Héctor Hernandez por ser referente, norte y asombro. A Mario Borel Borel, mi hermana chica y su paisaje de Chile que me acompaña en los pasos y espero que lo siga haciendo siempre. A Alex Piperno, que me apañó en el desamparo y el desarraigo más absoluto, el día en que murió Mercedes Sosa. A rodrigo arroyo, por ser tan denso y quererte tanto. A Pablo Paredes, mi único compañero sin serlo. A René Silva Catalán por
acompañarme desde la partida. A Marisol Correa y su amistad eterna, silenciosa, que es un pilar enorme. A Jaime Bristilo y su ojo de águila, el más y más seco de todos, el más generoso y abnegado que me dio la valentía para enfrentar una primera publicación. A Felipe Ruiz Valencia, por el cobijo y el cariño inquebrantables. A Priscila Cajales, por esa compañía férrea en el puerto y en la distancia, por ser una de las primeras en confiar a poto pelao en este trabajo y darle la importancia que yo misma no le daba. A Lorena Reyes Andreson, por darme una plataforma insospechada en uno de los escenarios que me formó en esta disciplina. A Cristián Gómez, el primer ángel, de puro hermano postizo, que me quiere, porque yo sé que me quiere. A Ernersto Lumbreras, por el llanto a punta de burritos en un bar de Santiago y la promesa que se cumple del Tenampa y sus mariachis en el DF. A Alejandra Fritz, por ese tiempo y esa hamburguesa que me trajeron de vuelta de la abstracción más perfecta, cuando perdí una hermana y gané otra. A mi hermana de Sangre que es mi tía, Brenda Risso, por ser tan distinta a mi que, al verla, me ayuda a reafirmarme sin dejar de amarla. A Luis Barraza Risso, mi hermano, por todo, que eso resume muchísimo, más de lo que quisiera y me avergüenza. A Vicente y Javier, mis hijos; porque confían tanto en lo que hago, que me obligan a ser mejor cada día, sólo para ellos. A Mariana Martínez, por su incredulidad, que me ayuda a ser cada día más lúdica, para que algún día sepa que en el otro lado de Chile hay una mujer que la ama por ser quien es y porque me dio la descendencia para perpetuar lo que creo. En especial, a quien me pidió que no lo nombrara. Porque me hizo llorar a gritos cuando me dio el vamos en esta poesía tan dolorosa y bella, y con ese vamos me dijo que todo el sacrificio de años valía la pena. Él fue la generosidad que me hace sentir burda a la hora de agradecer, porque las palabras no me, ni le hacen justicia. Por eso gracias y mil gracias. Para terminar, a mi Ledezma, la más dura de todas las batallas, la más apasionada, la más terrible de todas las competencias. Porque sin ti, sería hoy una secretaria y Chile seguiría siendo lo mismo, sólo que sin nosotros ardiendo. y como dijo Cerati Gracias Totales! A.B.R.
CHILE de Angela Barraza Risso se terminó de imprimir el día 29 de septiembre de 2011 en el taller de gráfica de editorial FUGA ubicado en Santiago de Chile para ser presentado por primera vez en la ciudad de México para el encuentro de poetas Vértigo de los aires durante los primeros días del mes de octubre. Este libro fue diseñado, impreso y armado por Angela Barraza & Arturo LedeZma usando técnicas caseras de impresión, armado y encuadernación. La versión electrónica se puede descargar gratuitamente y compartirla desde la página de la editorial en editorialfuga.CL contacto de la autora:
angela.barraza.risso@gmail.com angelabarrazarisso.blogspot.com
Chile - Angela barraza risso vertigo de los aires mexico DF - 2011
editorial
FUGA