¿Una loca? ¿Una enamorada? ¿Una víctima? ¿Una mártir? Su fantasma se pasea por el imaginario colectivo de México... Carlos Fuentes, Rodolfo Usigli, Miguel Sabido y hasta el español Fernando del Paso lo atestiguan.
¿Porqué su figura ha trascendido el comentario anecdótico y ha cobrado dimensiones poéticas?
Tal vez porque en el árido panteón histórico nacional, eminentemente masculino, María Carlota Amelia de Bélgica, Emperatriz de México y las Américas durante dos únicos años, es, junto con Malintzin y Juana de Azbaje, la figura femenina que se equipara en fuerza dramática y poder de evocación.
Carlota es la mujer que se atrevió a soñar, a amar y a luchar.