ALGO SOBRE MARCOFILIA NAVAL Manuel García García (Voluntari col·laborador de l’Arxiu Fotogràfic MMB) No es fácil resumir en un artículo todo lo referente al correo transportado a bordo de buques, bien sean mercantes, trasatlánticos, militares, etc., pues nos estamos refiriendo a un periodo de 500 años, o sea desde el Descubrimiento de “las Indias” hasta nuestros días; sin tocar para nada el “correo naval anterior”, transportado en naves fenicias, griegas, romanas, árabes, aragonesas, catalanas, etc. en forma de tablillas de cera, arcilla, pergamino, papel etc., pues no hay duda de que así se comunicaban entre ellos cuando surcaban el “Mare Nostrum” para comerciar o conquistar nuevas tierras... Sólo voy a tratar las Oficinas de Correos embarcadas, que se ocupan de recoger el correo en puerto, cancelar los sellos, clasificar las cartas y entregarlas en la Central de Correos tras atracar el buque en destino. El precedente de este tipo de transporte, son los llamados “Correos Marítimos”, siendo Carlos III el que mediante la Ordenanza de 1777 reguló todo lo referente al transporte de correo, caudales, etc. entre España y los Virreinatos de América, con salidas mensuales de La Coruña (y mas tarde de Cádiz y Santander) hacia las Antillas, donde el correo seguía hacia Tierra Firme: Nueva España, Nueva Granada, Perú o Río de la Plata. Antes de seguir conviene explicar que la “Marcofilia Naval” es la “rama naval” de la Historia Postal, la cual a su vez consiste en el coleccionismo, estudio y clasificación de cualquier tipo de carta o documento postal con los sellos de franqueo, matasellos, o las marcas de otro tipo como pueden ser las “Censuras”, “Tasas”, “Sello reclamado”, etc. Por desgracia, no es la primera vez que he visto T.P. o Cartas con raras marcas o matasellos....y los sellos arrancados o medio rotos, con el consiguiente disgusto, pues sólo sirven para demostrar la idea equivocada de muchas personas, que han oído aquello de “que los sellos valen mucho dinero”...sin darse cuenta que han destruido un documento postal, que “sí valdría dinero” si estuviera completo. Sobre el Correo Marítimo, les sugiero que lean un artículo adjunto, publicado en 1977 con motivo de la emisión de un sello de 15 pts. en recuerdo del mismo. Se harán una idea y verán un ejemplo de las marcas que se estampaban en las “plicas”... ”Y qué eran las “plicas”? Hasta la segunda mitad del siglo XIX no se empiezan a usar “sobres” donde se introducía la carta y luego se cerraban. La “plica”, se hacía escribiendo el texto de la carta en un folio de diverso tamaño, luego se plegaba por los 4 lados, se escribía la dirección del destinatario en el anverso, y en el reverso, el sello comercial o dirección particular de remitente...y se cerraba con lacre o pegamento. Se llevaba al Correo donde se enviaba sin pagar nada pues pagaba el porte el destinatario, hasta que en 1840. G.B. hizo obligatorio el prepago que luego se extendió, poco a poco al resto del mundo. En España, se implantó a partir del 1de enero de 1850, y salvo los organismos oficiales, nobleza, comerciantes, clero, militares...y poco más, la gran masa analfabeta escribía muy poco o nada.... Los medios usados para el transporte del correo eran los habituales en la época: Diligencias, tren o barco. ¿Qué era un Ambulante?: Pues sencillamente una Oficina Postal viajera (en