Cada año, durante el tiempo litúrgico de Cuaresma, la Iglesia invita a todos sus hijos a un examen más profundo sobre su fe cristiana y la influencia de ésta sobre su vida. Esta profunda reflexión tiene como objetivo proponernos un camino de purificación y conversión, porque, de este modo, la intensa preparación cuaresmal nos va a preparar para la celebración gozosa del Misterio Pascual de Cristo, misterio central
de nuestra fe.