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f) Religiosidad popular profunda

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EXHORTACIÓN

EXHORTACIÓN

Propaganda Fide al cual aparece atado indisolublemente su fundador el fraile franciscano Antonio Margil de Jesús que trabajó incansablemente en las misiones hasta el año de 1726. Él y otros frailes misionaron en aquellos territorios no penetrados por otros; o bien, ya penetrados pero perdidos una vez más para la viña del Señor debido a la oposición de sus habitantes. La santidad de vida de muchos de estos frailes y su paciencia en realizar una evangelización sin armas hizo posible la conversión de estas personas; y son territorios que en la actualidad se precian de seguir la fe de Cristo.

85. En una palabra, para el siglo XVIII, la Iglesia se había extendido por todo el territorio salvadoreño. Los párrocos atendían ermitas y capillas de algunas doctrinas; además de sus parroquias; y necesario es mencionar que sacerdotes y religiosos estuvieron presentes al momento de fundar los pueblos; muchas veces, eran las doctrinas, milpas, villas o cantones que generalmente disponían de una ermita o capilla, donde solían fundarse pueblos, erigiendo el Obispo la nueva parroquia y nombrando a un párroco, fuera religioso o diocesano.

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f) Religiosidad popular profunda

86. Paralelo al aumento de parroquias y vocaciones religiosas y sacerdotales estaba la fe del pueblo. Esa fe prístina llamada muchas veces “religiosidad popular”; pero que hace mucho bien a la gente pues en medio de las calamidades naturales, los avatares del día o en los momentos más felices de su vida, reconocen la presencia de Dios en sus vidas.

87. Esa fe se traducía en un crecido número de cofradías que, consistían en: Asociaciones de fieles legalmente constituidas, con finalidades religiosas y benéficas que tenían como titular a un santo, la Virgen María o alguno de los misterios de

la fe cristiana y tenían un reglamento propio109. Podían ser erigidas por religiosos y clero secular con la autorización del Obispo y aprobación de sus reglamentos por parte de este. En todas las iglesias habían erigidas varias; y en algunos casos tenían sus propias capillas.

88. Su número llegó a ser tan grande en todo el Reino de Guatemala que, en 1637, la Audiencia de los Confines denunció que su número era excesivo y ordenó anular algunas y se prohibiera la fundación de nuevas cofradías110 . Pero, con o sin permiso, las Cofradías siguieron surgiendo una tras otra111. Se refleja en este hecho un acto de resistencia por parte del pueblo cuya fe es antepuesta a los mandatos que considera atentatorios contra ella. De hecho, en la actualidad muchas son las Cofradías que todavía sobreviven al paso de los años y los cofrades que la componen siguen manteniendo viva esa religiosidad que les caracterizó siempre.

89. En suma: Los siglos XVII y XVIII están llenos de hermosos frutos que florecieron tras los primeros y afanosos años de evangelización del siglo anterior. Innegablemente, existen sombras como los abusos cometidos por la inquisición o el anti testimonio provocado por las actitudes de religiosos y sacerdotes que no siempre encarnaron el Evangelio de la mejor manera. Pero, frente a estas sombras existen imponderables luces que solo el Espíritu Santo pudo permitir haciendo que el paso de Dios fuera sensible y visible en nuestras tierras. Frutos cuyos efectos aún en la actualidad se hacen sentir y que debemos fortalecer para que el paso de Dios siga con más fuerza.

109 Cf. Ibidem, p. 175. 110 Cf. Ibidem, p. 175. 111 Cf. Ibidem, p. 175.

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