HISTORIA DE LA PARTICIPACIÓN
HISTORIA DE LA PARTICIPACIÓN Primera Fase: las tradicionales Hasta el año 1990 no se hablaba mucho de la participación ciudadana, no estaba en las discusiones públicas, pero existían algunas prácticas participativas originadas en diversas tradiciones.
Era posible reconocer tres de esas tradiciones: •
tradición ancestral que se mantenía en las formas de participación comunitaria;
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tradición colonial que se practicaba en los gobiernos principalmente municipales;
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participación electoral en la tradición de la democracia liberal.
HISTORIA DE LA PARTICIPACIÓN La tradición ancestral principalmente presente en las comunidades campesinas e indígenas del sector rural, en algunos gremios artesanales y obreros, y en algunas organizaciones barriales del campo y la ciudad, por las cuales, eran las comunidades en su conjunto (hombres, mujeres, jóvenes e incluso niños) las que tomaban diverso tipo de decisiones, ejecutaban obras comunitarias, elegían y controlaban a sus representantes con apego a normas tradicionales. La tradición colonial expresada en los cabildos coloniales, que reconocían, que en ciertos momentos críticos, era posible ampliar la participación al vecindario, es decir, a notables reconocidos de las “fuerzas vivas” de sus respetivas ciudades. Esta participación se hacía a través de cabildos abiertos, audiencias públicas, comisiones y consultas a notables. Es un proceso que pasó a la Independencia y de ahí surgieron las “juntas cívicas”.
HISTORIA DE LA PARTICIPACIÓN La tradición del régimen electoral liberal en 1808, cuando las Juntas Soberanas de Cádiz dictaron una Constitución de corte liberal, plantearon que la soberanía recaía en el pueblo y propusieron la posibilidad de que los hombres libres (incluyendo parcialmente a los indígenas) pudieran elegir a sus representantes (a la junta y a los cabildos).
Con la independencia, la votación se restringió a “electores” que eran personas escolarizadas, con patrimonio y cristianos, lo cual permitió que solo un 3% de los ecuatorianos participe en la elección de los gobiernos municipales, diputados y presidente.
Esta tradición se amplió con la revolución liberal, luego se incluyeron el voto de las mujeres y de los analfabetos, hasta lograr que la mayoría de los ecuatorianos participe en estos eventos. Sin embargo, se trataba de una participación delegativa, que transfería el poder a los mandatarios, que resultaban electos a través de mecanismo clientelares, caudillistas y populistas.
HISTORIA DE LA PARTICIPACIÓN Segunda Fase: la ciudadanía organizada.
En la década de 1980 surgió el tema de la democracia en el mundo. En América Latina este debate se produjo en medio de una transición de dictaduras de larga trayectoria a regímenes democráticos, en el contexto de la globalización y de la implantación de regímenes neoliberales.
Frente a la creciente exclusión de grandes sectores sociales se desarrollaron las propuestas de un nuevo sector: organizaciones populares, indígenas, ONG’s, iglesias, ciudadanos, agencias de cooperación solidarias, que crecieron inusitadamente entre los 80 y 90 para profundizar la democracia, para extenderla a los sectores no incluidos, para que cada individuo y comunidad tengan la capacidad de decidir sobre lo que concierne y sobre el destino de sus propios pueblos.
HISTORIA DE LA PARTICIPACIÓN
En este proceso de “empoderamiento” de los actores organizados de la sociedad civil, se apeló a la tradición participativa comunitaria y a la creación de nuevos elementos democráticos. Aparecieron nuevos temas de debate que ampliaron la democracia interna en esos colectivos:
la búsqueda por una mayor autonomía de las organizaciones, una construcción más consciente de la democracia interna, la construcción de redes y coaliciones horizontales para lograr mayores niveles de impacto, la construcción de sistemas de comunicación e información para debatir y socializar sus ideas, la movilización de recursos para lograr cambios en su ingresos, aprovechar adecuadamente los espacios de participación para permear a los sistemas políticos estatales, recuperar su historia, crear, conocer otras experiencias, adaptarlas, recrearlas y universalizar sus propios avances.
HISTORIA DE LA PARTICIPACIÓN Tercera Fase: la participación local Con la irrupción de los movimientos sociales de nuevo cuño, varias experiencias organizativas producidas en cantones de tradición indígena, lograron a través de procesos electorales universales, captar varios municipios, con lo cual la participación abrió una nueva fase, que la hemos denominado de “participación local”, caracterizada por el paso de experiencias sociales a modalidades institucionales de participación impulsadas por Municipios Innovadores (Parlamentos, Asambleas Cantonales, Consultas amplias) que provocaron cambios significativos en esos contextos. Varios de estos procesos se iniciaron, como hemos dicho a mediados de la década del 80 y crecieron sustantivamente en los 90.
HISTORIA DE LA PARTICIPACIÓN
En el estudio realizado por Torres (2004), se mostró que hasta ese año, 52 municipios habían realizado alguna acción participativa. La mayoría de ellos estaban en la sierra (33 casos), 14 en la Amazonía y solo 6 en la Costa. Constató en estas experiencias, que ellas se habían producido, allí donde había una clara combinación de capital social acumulado (densidad organizativa, presencia de movimientos sociales y grupos contestatarios), de liderazgos democráticos nuevos y el apoyo técnico y financiero de ONGs y Agencias de Cooperación.
HISTORIA DE LA PARTICIPACIÓN
En marzo del 2008, pocos meses antes de que se reúna la Asamblea Nacional Constituyente, el CEPLAES y el DED realizaron un nuevo estudio de las buenas prácticas en participación y control social en los procesos de desarrollo del Ecuador
El mapeo identificó 79 experiencias, que tenían una distribución regional parecida a la encontrada por Torres cuatro años antes: el 65%, se ubicaron en la sierra, el 18 % en el oriente y 17% en la costa (García, S. compiladora, 2008:41), es decir, la combinación entre capital social, liderazgos democráticos y apoyo técnico/financiero de agentes de desarrollo, continuaban en la base de estas experiencias.