PERIÓDICO DE LA ASAMBLEA POPULAR DE CARABANCHEL
ejemplar gratuito
número 3
diciembre de 2012
www.carabanchel.tomalosbarrios.net
Reinventando las huelgas, multiplicando los piquetes informativos Lo primero y lo último que se siente antes y después de vivir una Huelga General son nervios, al menos eso me sucede a mí. Deseas que todo el mundo la secunde, que se entiendan sus causas, que triunfe, que nadie salga dañado y que posteriormente a este día, la lucha continúe. Porque es más que evidente que con una jornada de Huelga General las cosas no se arreglan, pero sí se promueven cambios, se transforman pensamientos, se demuestra nuestra fuerza para hacer que este sistema caiga, y que juntas somos más fuertes que un puñado de líderes políticos y gigantes grupos empresariales. No obstante, a la mañana siguiente los nervios se mantienen presentes. ¿Por qué? Porque acudes de nuevo a tu puesto de trabajo y te sometes al análisis de aquellos que no secundaron la huelga y que además tienen el descaro de decírtelo en voz alta y con orgullo. Menos mal, que mientras tanto te vas topando con unos cuantos rostros cansados y un sin fin de miradas cómplices que el día anterior estuvieron dando la cara por todas las personas que sufrimos las consecuencias de los recortes y la pérdida de nuestros derechos. Y entonces recuerdas esa famosa cita que dice que ‘quienes no tienen el valor de luchar deberían tener al menos la decencia de callarse’. También, he sentido nervios ante la idea de enfrentarme a la lectura de los titulares de la prensa, la manipulación de sus imágenes y el derroche de sus mentiras. ‘Fracasados sin futuro’, titular de La Razón ha sido uno de los que
El Roto
CRÓNICA
ASAMBLEA POPULAR de C ARABANCHEL 14N manifestación Huelga General (fotogracción)
más me ha impactado. Por su crueldad, por su falta de objetividad e imparcialidad y por la muestra más que aparente de alegría de que haya una juventud con un porvenir incierto.
Desde que existe el movimiento 15M, las Huelgas Generales han cambiado
Pero volvamos al 14 de Noviembre. Desde que existe el movimiento 15M, las Huelgas Generales han cambiado, o al menos así lo percibo yo. Nunca antes había oído hablar tanto de la paralización respecto al consumo, y no sólo de la producción en el ámbito del trabajo. No compres el pan, no utilices el transporte público, no cocines… eran algunas de las pautas que se trasladaban a través de los carteles que hemos pegado por el barrio, en la celebración de las asambleas, en las redes sociales, en la Web… Desde la Asamblea Popular de Carabanchel he tenido la sensación de que lo que se pretendía era que esta Huelga General fuese la huelga de todas las personas, no sólo de aquellas que tienen un trabajo. Y me atrevería a decidir que nunca antes se había visto a los barrios tan despiertos durante los piquetes informativos. Imagino cómo fueron las huelgas anteriores y las visualizó con un pequeño megáfono que lanzaba consignas de algún partido político o sindicato en alguna
de las principales bocas de Metro del distrito, pero nada más. En esta ocasión, al igual que sucedió en la pasada Huelga General del 29 de marzo, ha sido distinto. Comenzamos con una cacerolada en la Plaza de Oporto a las 12 horas de la noche y de ahí recorrimos una parte de la zona para hablar con los comerciantes que tenían sus establecimientos abiertos. Y como siempre hay algunas compañeras que parecen tener fuerzas para todo, y desde bien temprano continuaron con el piquete en Plaza Elíptica. Para mí, la mejor parte es la que llega sobre las 9,30 horas de la mañana, momento en el que nos juntamos más gente para recorrer el barrio, para animar a secundar la huelga, megáfono en mano con lemas ya conocidos y otros inventados a partir de la imaginación de cada una. Así fuimos andando juntas hasta llegar a Marques de Vadillo y regresar por el carril contrario a la Plaza de Oporto. Tuve la sensación de que había más comercios cerrados que en la anterior, más gente que se sumó al piquete, algo más de policía, y mucha más gente apoyando desde los balcones de sus casas y con los pitidos del claxon de sus coches. Y en fin, como somos humanas además de activistas, hicimos una pausa para comer. Algunas en sus hogares, otras por el barrio y unas cuantas en el centro donde se hizo una que- ►