Anfora
BILBAO. LII CONGRESO NACIONAL BELENISTA Los dos o tres días anteriores al congreso, por lo menos en mi caso, tienes un gusanillo especial que no te deja pensar en otra cosa que no sea Belenismo y Congreso. Este gusanillo es muy distinto al que sentí el año pasado, cuando los organizadores éramos nosotros, el año pasado no me dejaba ni dormir, dándole vueltas a todo lo que quedaba por hacer; y una vez estuvo todo preparado, buscando soluciones a todos los posibles problemas que podrían surgir en las jornadas de Congreso, todo aquello paso, además muy deprisa, casi no llegas a enterarte. Después te quedan unos maravillosos recuerdos de unos años de total camaradería, de unos años de gran esfuerzo, casi de sacrificio, y al final una paz interior te invade al comprobar que has conseguido todo aquello por lo que has luchado y que en muchos momentos te parecía imposible de poder alcanzar.
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