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HAY FESTIVAL: LEER TAMBIÉN ES CAMINAR
Desplegado anterior: Hay Festival en el Teatro de la Ciudad en 2016.
Septiembre ha sido siempre el mes más bonito para ir al campo. Después de la temporada de lluvias, el verde es más intenso y profundo, sin la urgencia de los primeros brotes entusiastas pero frágiles del inicio del verano y con la elegancia que dan los hongos y las flores a las bases de los árboles. Casi con el mismo entusiasmo que me da caminar por veredas del monte, me encuentro emocionada por la llegada del Hay Festival a la ciudad, que no es arbolada, pero sí luce su tradicional color rosa pálido, y que durante cuatro días recibe un evento que en realidad son muchos caminos circulares y enredados disfrazados de conversación.
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Walter Benjamin pensaba en la figura del flâneur como alguien que, al andar, busca «botanizar el asfalto». De jueves a domingo, y una vez al año, nos revolvemos en las calles del Centro Histórico de la ciudad tal como harían algunos caminantes perdidos en el cerro, pero con la certeza de que en la plana urbana los cruces no son errores, sino encuentros, y dotados de la seguridad con la que los botanistas, más que trazar una línea directa en su camino, observan con curiosidad y atención el entorno, creando así una especie de jardín en la cantera.
De jueves a domingo, y una vez al año, nos revolvemos en las calles del Centro Histórico de la ciudad tal como harían algunos caminantes perdidos en el cerro, pero con la certeza de que en la plana urbana los cruces no son errores, sino encuentros.
El Hay Festival se define como un festival cultural y de ideas para todos los públicos, que celebra las artes y las ciencias a través de eventos inclusivos, accesibles y lúdicos. Se lleva a cabo en diversas ciudades de Colombia, España, Perú, Reino Unido y Ucrania, y en México se celebra en Querétaro desde hace ocho años. Definirlo como un festival literario sería un error, dado que aun cuando tiene al texto como soporte principal, este se convierte en un pretexto para conversar sobre derechos humanos, ficción, ciencia, infancias, diversidades y música. Su programa incluye a premios Nobel, autores consagrados, escritoras queridas en México y en el mundo, y periodistas internacionales que
Arriba a la izquierda: Daniel Mordzinski, Lucía Blasco y Jesús Abad Colorado, 2019.
Abajo: Charla «Escritores en el objetivo de Daniel Mordzinski», 2016 comparten sus ideas con generosidad y precisión en charlas de una hora exacta de duración.
Su encanto principal reside en su formato: más allá de conferencias, el programa se construye desde la conversación.
Su encanto principal reside en su formato: más allá de conferencias, el programa se construye desde la conversación. Así, a las diez de la mañana se puede escuchar a un periodista conversar con la autora de una novela sobre su último libro, y a las cinco de la tarde escucharle de nuevo, en otro foro, compartiendo sobre sus reportajes de no ficción con estudiantes universitarios. Este diálogo genera una horizontalidad interesantísima que rompe con los formatos típicos y que invita a reconocer a quienes escriben también como espectadores atentos y curiosos de su entorno. Aunque la mayoría de las actividades suceden en el centro, la apuesta del evento es también acercarse a otros espacios, como universidades o centros culturales de delegaciones circundantes, para llevar el acto de leer como una invitación punzante y abierta a más lectores.
Dentro de estas andanzas lectoras situadas, más que en un espacio geográfico, en una especie de atlas efímero, me pregunto qué es lo que hace distinto a este evento, y en por qué se ha convertido en un tránsito tan esperado año con año. Es así que intento (re)construir, si es posible, una cartografía
Querétaro, Mordzinski y el Hay
Este reportaje está ilustrado con imágenes de Mauricio Mallet, quien —tras asistirlo por años— nos abre una ventana al ambiente que retrata Daniel Mordzinski: conocido como «el fotógrafo de los escritores», ha retratado a los protagonistas más destacados de las letras hispanas. Es fotógrafo de los Hay Festival de lengua española.
emocional del festival. Y comienzo por imaginar las vistas que ofrece el paisaje. Pienso en la velocidad de la ciudad y en la lentitud del texto. Wolfgang Iser describe que «el proceso de lectura se hace de manera pausada, y por ende el lector se desplaza dentro del texto con ritmos cambiantes, sintetizando aquello que va comprendiendo al mismo tiempo que genera, confirma o contrasta sus expectativas». También dice que «así, el acto de leer se reivindica como una de las formas más íntimas de descubrirse a uno mismo».
El desplazamiento que hacemos dentro de las páginas me recuerda a los que cambian dependiendo de las calles que transitamos. ¿Cómo cambian los andadores cuando habitamos el festival? ¿Es posible leer las calles de otra forma en esos cuatro días? Para pensarlo en compañía —que es francamente la mejor forma de hacer cualquier cosa—, hablo con lectoras inteligentes y curiosas. Son escritoras, profesoras, gestionan espacios culturales y, sobre todo, son botanistas atentas de textos diversos que abarcan la poesía, la ficción, el ensayo y el cine. Y son todas asistentes asiduas al Hay Festival.
Anaclara reflexiona acerca del espacio del Centro Histórico, y de qué le sucede durante esos días:
«Cada año lo he vivido un poco distinto, pero casi siempre me he sentido eufórica. Si es posible, trato de estar casi todo el día en el centro para poder ir a varios eventos, que es una actividad que ya no hago tan seguido. Me da emoción escuchar a personas brillantes que están muy cerca. Y en ese sentido renueva los espacios o los edificios: les da una luz distinta, y creo que el centro se hace como una especie de mapa para hacer una ruta. Lo vivo como un espacio de encuentro: vas por allí, te encuentras personas, conversas un poco. Siento que las pláticas le dan vida a esos edificios antiguos». Escuchándola, pienso en aquella frase de Roland Barthes que dice que el usuario de la ciudad toma fragmentos del enunciado para actualizarlos en secreto. Es quizá ese mapa personal lo que también ubica Julieta, que al reflexionar me comparte: «sí hay una disrupción en cómo vivimos la ciudad. Hay una especie de turismo de personas que quizá no suelen habitar el centro y que en torno a esos días lo descubren. Reconocen espacios que normalmente no visitan». La cartografía se desplaza, entonces, y confirma las sospechas: durante cuatro días habitamos las calles de otra forma, subvertimos el espacio.
Paulina me regala una metáfora preciosa sobre la ciudad que se expande, al imaginarla como un espacio en el que «se ponen en el mismo nivel diversas capas de la realidad con las que yo convivo, pero que no necesariamente están en el mismo espacio. De pronto, en el Hay confluyen personas que veo en el terreno de lo literario (que me interesa en el plano de lo personal y lo profesional), pero que no viven aquí, y que están en la normalidad de la ciudad que habito. Y se le encima otra capa, el de la ficción, que es otro mundo en el que convivo cuando abro este espacio para la lectura, pero que en el Hay crece: de pronto se crea un Querétaro que está sumando estas capas con las que yo relaciono los libros, que sí tienen que ver por supuesto con el lugar donde vivo, pero que se va ensanchando, con la presencia de personas que quiero y admiro, y con las fantasías que hay encima de la literatura. Como lo que pasa con una esponja cuando la mojas y se ensancha».
No pocos presentadores o participantes dudan brevemente al subir al escenario y pronunciar el nombre del festival, como también pasa entre conocidos que se refieren a él para recomendar algún evento. Conviene recordar que el nombre de este encuentro, que al día de hoy se realiza en diversas ciudades del mundo, proviene de la pequeña población galesa donde se creó en 1988: Hayon-Wye, un poblado de 1,500 personas y 41 librerías, conocido también como la ciudad de los libros. Así que la próxima vez que quieras mencionarlo, piensa en la pronunciación del lugar donde se originó: «jey féstival».
«Este espacio es breve y finito, pero deja una permanencia: el Hay le pone un apellido distinto, le cambia la tipografía, la viste diferente: entonces ya no vuelve a ser la misma.»
Janine es una de las lectoras más entusiastas que conozco. Ella me dice: «pienso en la ciudad no solo como lo que nos rodea o nos abraza de manera arquitectónica, en los objetos que habitamos, sino también en la que imaginamos durante el festival. Leerla es ver cómo las personas se mueven o no se mueven en los espacios habituales, en los silencios, en el ruido, en las conversaciones que suceden.
Pienso en el Hay como un espacio itinerante que abre oportunidades y diálogos. Es saberme distinta después. Y no solo soy yo: somos tantas personas que creo que este efecto es colectivo y a su vez es como si nos diera la oportunidad de crear una nueva ciudad, de habitarla distinto por unos días, y que, no porque sea itinerante, significa que no es permanente. Este espacio es breve y finito, pero deja una permanencia: el Hay le pone un apellido distinto, le cambia la tipografía, la viste
Las citas anuales del «Woodstock de la mente»
Hay Festival
Querétaro
México
7 al 10 de septiembre 2023
Hay Festival
Segovia
España
14 al 17 de septiembre 2023
Desde 1996, este encuentro entre escritores, músicos y otros artistas —el cual fue calificado como «el Woodstock de la mente» por el expresidente estadounidense Bill Clinton—
Hay Festival
Arequipa
Perú
9 al 12 de noviembre 2023
Hay Festival Winter Weekend
Reino Unido
Noviembre 2023
Lviv Bookforum
Ucrania
Otoño 2023
Hay Festival
Jericó
Colombia
19 al 24 de enero
2024 se realiza a nivel mundial en diversas ciudades, de septiembre a junio, una labor que le valió el premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades de 2020:
Hay Festival
Medellín
Colombia
23 al 24 de enero 2024
Hay Festival
Cartagena
Colombia
25 al 28 de enero 2024
Hay Festival Gales
Reino Unido
23 de mayo al 2 de junio 2024 diferente: entonces ya no vuelve a ser la misma».
Escucharlas me conecta con mi propia experiencia durante los días del festival, y me confirma entonces la sospecha de que el Hay Festival es mucho más que su programación. Es un espacio que convierte los días en una forma de texto. Michel de Certeau escribe que «el acto de caminar es al sistema urbano lo que la enunciación es a la lengua». Durante el Hay Festival, leer es caminar, y el texto es el espacio urbano, las conversaciones, los andadores, los teatros, las plazas públicas, las fiestas y las calles. Andamos, observamos, escuchamos, nos reconocemos como botanistas que buscan en caminos conocidos y desconocidos: sembramos.
VIERNES 8, 10:30 H
La historiadora Andrea Wulf conversará acerca de su libro Magníficos rebeldes. Los primeros románticos y la invención del yo, en el que narra uno de los movimientos intelectuales más importantes de la historia: la invención en Jena, Alemania, de lo que hoy llamamos romanticismo, por un pequeño grupo de amigos compuesto por Goethe, Schlegel, Schelling, Schiller y Novalis. Un libro cuyo núcleo es un pulso entre la libertad y el egoísmo, como llegó a describirlo su autora en una entrevista.
Cineteca Rosalío SolanoEscenario Gales / Llwyfan Cymru
Daniela Rea, Tania Tagle y Alejandro Zambra
VIERNES 8, 12:30 H
Tienen en común haber escrito libros, en la ficción o no ficción, sobre el significado y la experiencia de ser madres y padre, y que no es otra cosa que cuidar de otro: Fruto, de Daniela Rea, Germinal, de Tania Tagle, y Literatura infantil, de Alejandro Zambra. Conversan con Elvira Liceaga, locutora y autora de una novela que aborda también la tensión de los cuidados, Las vigilantes
Geoff Dyer
SÁBADO 9, 10:30 H
El escritor británico Geoff Dyer presenta su más reciente libro, Los últimos días de Roger Federer, un texto alrededor del sentido de un final en las carreras de diversos y disímiles creadores, como el pintor William Turner, Beethoven, Nietzsche, Bob Dylan o el tenista del título. Conversará con la traductora literaria Heather Cleary, autora del libro The Translator's Visibility: Scenes from Contemporary Latin American Fiction.
Hernán Díaz
SÁBADO 9, 17:00 H
Tras ganar el premio Pulitzer 2023 en la categoría de Ficción —del cual fue finalista con su primer novela, el western A lo lejos, en 2018— el escritor argentino, radicado en Estados Unidos, presenta su novela
Fortuna, un engranaje narrativo sobre el dinero —la cual fue escrita originalmente en inglés, donde su título Trust juega con el doble significado, la confianza y la formación de una sola empresa con miras monopólicas, y que en español intentó emularlo: suerte y acumulación de capital.
Teatro de la Ciudad
Fernanda Melchor y Julián Herbert
DOMINGO 10, 10:30 H
Pocos autores contemporáneos en México conocen y han explorado los alcances y formas de una novela como Fernanda Melchor y Julián
Herbert; sus libros dan cuenta de ello: la polifónica y barroca Temporada de huracanes —traducida a más de treinta idiomas— y la autobiográfica Canción de tumba, respectivamente. Una charla entre dos de las voces más interesantes de la literatura mexicana actual.
Teatro de la Ciudad
Alejandro Zambra
DOMINGO 10, 19:00
Uno de los escritores contemporáneos más sobresalientes de la literatura en español presenta su más reciente libro, Un cuento de Navidad, una historia sobre la relación de un autor con su editor desde sus inicios, su eventual separación y reencuentro —un relato con vigas a la vista.
Museo de la Ciudad