DE SUR A SUR ANDALUCÍA
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Nº 62 mayo 2015
Comprar en las tiendas del barrio L@s ciudadan@s tenemos a nuestro alcance una herramienta fundamental de cambio social, el uso responsable del consumo. Como consumidor@s y ahorrador@s tenemos la oportunidad de utilizar nuestro criterio de decisión de acuerdo a nuestras convicciones y promover, a través de nuestros patrones de compra e inversión, la construcción de la sostenibilidad.
porque se compran productos cuyo origen puede ser conocido y contrastado. Para corroborar este punto de vista basta mirar el espejo roto de Mercadona, precisamente porque su presidente, Sr. Roig, proclive a dar “moralina” en sus apariciones públicas, reitera que l@s español@s no somos ningún ejemplo en el trabajo y hay que incentivar las empresas competitivas de este país. ¿Pero Mercadona es un espejo donde mirarnos? Porque la realidad es que, sin ningún pudor, Mercadona elimina más de 1.800 productos españoles por otros extranjeros de baja calidad, como puede comprobarse en los envases. La imagen que vende Mercadona es sobre todo de una empresa netamente española y valenciana. Pero que no tiene ningún problema en saltarse a la torera a los agricultores de su tierra e importar directamente las naranjas de Argentina durante todo el año, incluso durante la temporada de naranjas valencianas.
Y en el terreno del consumo existe una gama de opciones para que sea efectivamente responsable. Una de ellas, y que está a nuestro alcance, es comprar en las tiendas de barrio, dejando de lado las grandes superficies. ¿Por qué las tiendas de barrio? Porque se favorece la economía cercana, de nuestr@s propi@s vecin@s y sobre todo
Además, el aceite de oliva Hacendado, de muy baja calidad, lo envasa Sovena, una compañía ubicada en Portugal cuyo principal accionista es Roberto Centeno, casado con una hija del señor Roig. Este mismo Roberto Centeno ha comprado miles de hectáreas de olivares en Marruecos para Roig, que se preocupa mucho por el futuro de España y se atreve a opinar de cómo hacer las cosas públicamente, pero no se corta un pelo a la hora de llevarse la producción del aceite a