DE SUR A SUR ANDALUCÍA
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Nº 63 mayo 2015
Gaza en el corazón Era junio de 2014 y en aquella gran operación militar con la que Israel atacó a Gaza recordamos que fue un desastre humanitario. En esas fechas recordamos con Amnistía Internacional que Israel atacó a casas llenas de familias, en Gaza, sin ningún pudor.
En esos días recordamos que la reconstrucción de Gaza podría durar 20 años si sigue sometida al bloqueo impuesto por Israel.
testimonios corresponde a oficiales hasta el grado de comandante, mientras que el resto son de suboficiales y soldados. Sus declaraciones “se han investigado meticulosamente para garantizar su veracidad”, ha dicho RS. El abogado israelí Michael Sfard, consejero legal de RS, considera que el informe “suscita serias preocupaciones por la violación sistemática y no accidental de principios claves de las leyes de la guerra, que se han establecido precisamente para evitar lo que ocurrió en la Franja de Gaza: la matanza masiva de civiles y una vasta e indiscriminada destrucción de edificios civiles y de barrios”. El director de RS, Yuli Novak, no es menos contundente.
En aquellos días dijimos que el 80% de los muertos en Gaza eran civiles, según la ONU. Pues bien, ahora nos llega la noticia con los testimonios de más de sesenta oficiales y soldados que confirman que Israel causó una indiscriminada matanza de palestinos civiles y una destrucción desproporcionada durante la operación Margen Protector del verano pasado contra la Franja de Gaza, cuando murieron más de 2.100 palestinos y resultaron heridos casi once mil, en su inmensa mayoría civiles. Los testimonios los recoge la ONG israelí Rompiendo el Silencio (RS), integrada por oficiales y soldados en servicio o en la reserva que se pronuncian contra la ocupación de Cisjordania y Gaza. El 25% de los
“Mediante estos testimonios nos enteramos de que existe un amplio fracaso ético en las normas de combate del ejército, y de que este fracaso se origina en lo más alto de la cadena de mando y no es simplemente el resultado de "algunas manzanas podridas”. La ONG denuncia que las normas de combate que recibieron los soldados que participaron en la operación eran “las más permisivas que jamás se han oído”, lo que explica el elevado número de víctimas, así como la destrucción de millares de