Boletín de Sur a Sur, nº 70

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DE SUR A SUR ANDALUCÍA

www.aspa-andalucia.org

Nº 70 septiembre 2015

Europa cerrada No vale decir que es una inmigración ilegal, irregular, económica, para deslegitimar sus derechos de asilo. No vale acusar a las “mafias” del tráfico de seres humanos. No vale culpar a sus países de origen por la pobreza y el hambre de que huyen. El Frontex y Acnur, dos organismos internacionales que están ahí, sobre el terreno, lo han dicho muy claro: la inmensa mayoría de los más de doscientos cincuenta mil inmigrantes llegados a las costas europeas, tienen derecho de asilo porque huyen de conflictos como el de Siria, Afganistán, Irak o Eritrea. Grecia, el país quebrado de la UE, ha recibido en sus costas a más de la mitad de estos ciudadanos sin patria. Precisamente poniendo el énfasis en este país, conviene poner sobre el papel que la aceleración de los desembarcos en Grecia aumentó en un 750% entre el 1 de enero al 31 de julio con respecto al año pasado. Solamente en julio llegaron 50.000, sobre todo de Afganistán, Irak y Siria. Los habitantes de las pequeñas islas griegas de Lesbos, Quios, Kos, Samos o Leros, no tienen capacidad para acoger a tantas personas, les falta comida, techo, y unas mínimas condiciones higiénicas para acoger a tantas personas. Ciertamente llevan clamando a sus socios de la UE una solución compartida ante ese drama humanitario. Pero Europa se hace la sorda, mira a otro lado. Y, para vergüenza y oprobio, entre los más insolidarios, el que más excusas ha puesto para no admitir ni siquiera un cupo mínimo, es el Gobierno español. Alega que aquí ya no se cabe, que el paro nos

desborda, y hacen declaraciones tan sonrojantes como la del ministro Fernández, responsable de Interior, que pidió a los europeos indignados que facilitaran sus domicilios para enviarles inmigrantes a sus casas. Y eso sabiendo de primera mano que España es el país que más recortes ha hecho en ayuda al subdesarrollo de toda la OCDE.

La europea es una sociedad envejecida, sin el suficiente relevo generacional. La emigración no ha hecho más que aportar riqueza, fuerza de trabajo, precisamente en aquellos cometidos que ya no realicen los nacionales. El cuidado de los niños y los ancianos está en manos de jóvenes venidos de otros países que con sus aportaciones a las arcas de la Seguridad Social contribuyen, también, al pago de las pensiones. Y, además, son fundamentales en el rejuvenecimiento de los países. Hay que buscar soluciones de dignidad y acoger a los que ya están en territorio europeo. ¿O es que estamos olvidando el


éxodo español tras la guerra civil y su triste destino en los campos de concentración en el sur de Francia? Qué mala memoria tenemos. ¿Vamos a hacer lo mismo?

Si Europa solo está interesada en proteger sus fronteras, sin una brizna de solidaridad podría ocurrirle lo que Edgar Allan Poe cuenta en La máscara de la muerte roja donde se simboliza la futilidad del intento del príncipe de encerrarse en su palacio hasta que la peste pasara. Pero la muerte acabó entrando igual. Parece baste

hipócrita la tenacidad con que Europa procura negar el asilo a los inmigrantes cuando no son otra cosa que el residuo patético de sus correrías coloniales de varios siglos o de las guerras inconfesables que ella misma ha podido encender. Desde la organizaciones proinmigrantes tenemos claro que El Viejo Continente tiene que decidir entre el caos que vive en la actualidad o regular la situación con un sistema organizado. Por supuesto tiene que establecer en esta situación insostenible unos criterios mínimos de salvaconductos humanitarios de máxima urgencia para los grupos que ya no pueden esperar más o al menos permitir al menos la reagrupación familiar con los ya residentes en la UE. Luis Pernía Ibáñez (ASPA y presidente de la Plataforma de solidaridad con los Inmigrantes)

Actividades de ASPA ASPA con las personas refugiadas Desde ASPA convocamos a las andaluzas y andaluces a expresar nuestra solidaridad con las cientos de miles de personas que tratan de encontrar en el continente europeo refugio y protección, huyendo de las situaciones de guerra, caos o miseria que sufren en sus países de origen. Se ven forzadas a abandonar su hogar, su vida y sus raíces para sobrevivir, por lo que todas han de ser consideradas refugiadas, sin distinción de que la causa sea bélica, política, religiosa, económica o de cualquier otra naturaleza. Son seres humanos y deben ser tratados como tales siempre y en todo lugar. Como ciudadanas y ciudadanos no queremos permanecer impasibles ante el horror de muerte y sufrimiento que diariamente contemplamos en las imágenes y conocemos en las noticias. No queremos vivir en una Europa blindada, hostil e insolidaria con el resto de pueblos del mundo. Máxime cuando los países desarrollados hemos sido y seguimos siendo quienes hemos provocado las situaciones de expolio de recursos que mantienen empobrecida a buena parte de África y Asia, quienes les vendemos armas e incluso exportamos guerras.


Desde ASPA queremos tender la mano fraternal a las mujeres y hombres de todo el mundo que se ven abocados a sufrir destierro, persecución y migración. Queremos que se oiga clara y fuerte nuestra voz reclamando a la Unión Europea y a todos los países desarrollados un plan de acción inmediata de acogida humanitaria a todas esas personas, garantizando rutas seguras de tránsito y respeto a sus derechos fundamentales. Pero, sobre todo, exigimos un cambio drástico y urgente de las políticas internacionales que aborde decidida y eficazmente las raíces de los problemas que obligan a la huida y éxodo masivo de tantas poblaciones. Políticas encaminadas a erradicar la pobreza y la desigualdad, condonar la injusta deuda, preservar los recursos naturales de cada país, combatir el cambio climático y sustituir el gasto militar por la cooperación al desarrollo y la resolución pacífica de los conflictos. (Texto adaptado del manifiesto que hemos firmado de "Córdoba con las personas refugiadas")

Esta semana os presentamos el proyecto "Mujeres, campesinos e indígenas productivas/es agroecológicos, comercializando en la Amazonía norte ecuatoriana" que estamos desarrollando desde el 1 de marzo de 2015 en el Ecuador. El proyecto tiene una duración de un año, un presupuesto de 48.571 euros y esta cofinanciado por Diputación Provincial de Córdoba (31.571,00 euros) y Proyecto de Reparación Socio Ambiental – Clínica Ambiental (17.000,00 euros). Con el proyecto pretendemos a través de una propuesta de formación en permacultura y agroecología con mujeres, campesinos e indígenas, aplicar programas de recuperación de suelos y semillas amazónicas: a) investigando y realizando prácticas de experiencias de cultivos propios de la zona amazónica como los denominados “bosques comestibles”, realizando viveros con semillas amazónicas y chacras (huertas) propias de este lugar; b) aplicando herramientas alternativas que ayuden en el trabajo de las fincas sin el uso de combustibles fósiles (bicimáquinas, biodigestores, estufas rocket, filtros de agua, baños secos, estimulantes microbiológicos de la tierra negra); c) comercializar productos a través de la obtención de certificaciones para productos procesados obtenidos de las fincas agroecológicas de mujeres en Sucumbíos y la creación de una empresa colectiva de mujeres en Napo, que permita impulsar alternativas a la producción, comercialización y consumo desde lo local y orgánico; y


d) Ferias agroecológicas que entre sus objetivos promuevan la participación de mujeres productoras para fortalecer las relaciones del tejido social con el territorio. Hemos priorizado la intervención con mujeres productoras en Napo. La propuesta pretende allí que las mujeres dejen de fumigar con químicos, medida económica que hasta hoy les esclaviza a las serias enfermedades que sufren, para que se reúnan en una asociación, aprender el manejo y gestión colectiva de recursos y la centralización de una forma más agroecológica de producción y consumo que les permita además tener un sustento familiar y animar a la colectividad a la creación de huertos agroecológicos para suministrar al comedor comunitario. En el caso de Sucumbíos y Orellana se pretende incentivar las ferias de productos agroecológicos que se han venido realizando y la idea es dar salida a los mismos pero de una forma regulada. Las fincas de las mujeres a las que se va a dar apoyo llevan varios años, en torno a 5, produciendo en agroecológico y ya tienen productos procesados entre los que se encuentran la fariña, granola, chocolate, café. Se pretende apoyar el procesado de dichos productos y su comercialización para lo que se requieren las certificaciones necesarias. La población beneficiaria está compuesta por mujeres y organizaciones de comunidades campesinas e indígenas de las provincias de Sucumbíos, Orellana y Napo. Las Mujeres productoras de Sucumbíos son un colectivo de mujeres campesinas que desde hace 5 años vienen participando en las actividades de la Clínica Ambiental y han desarrollado actividades de producción, participando en ferias agroecológicas e impulsando huertas familiares libres de químicos. En el caso del Napo, el grupo meta es un colectivo de mujeres indígenas que se está conformando como empresa social “Asosuk” siendo solidarias para la comercialización de servicios de alimentación principalmente en la comunidad. Las organizaciones campesinas con las que se va a trabajar corresponden a la provincia de Sucumbíos y se hará con promotores con los que se viene trabajando desde hace años y ya tienen formación y reciben este año su certificación de permacultores. Pertenecen a 11 comunidades: La población que se beneficia indirectamente de las actividades llevadas a cabo dentro del proyecto, se corresponde con la población total de las parroquias objeto de la intervención, el total de población beneficiaria indirecta corresponde con 30.000 personas. Los beneficiarios directos teniendo en cuenta un promedio de 10 personas por 60 talleres, más los participantes de las asociaciones, podrían ser 640. Objetivo general


Aplicar un modelo de recuperación de suelos y semillas adaptado para la Amazonía que permita desarrollar la soberanía alimentaria y la permacultura, y facilitar tecnologías que sin el uso de derivados del petróleo desarrollen una mejor producción y comercialización y faciliten procesos organizativos. Objetivos específicos 1) Realizar estudios que valoren los gastos e ingresos de la propuesta de permacultura de “bosques comestibles” en la Amazonía” 2) Facilitar el uso de herramientas para demostrar otras formas de intervención sin consumo de energía. 3) Revalorizar los trabajos campesinos construyendo organización a través de ferias demostrativas y asociaciones.

Y para acabar compartimos los últimos artículos subidos a nuestra web: 

Córdoba con las personas refugiadas

Mariem Hassan

Mahamud solidario

Memoria de ASPA 2014

Para más información sobre ASPA y nuestras actividades puedes visitar nuestra web y seguidnos a través de las redes sociales (twitter y facebook).


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