DE SUR A SUR ANDALUCÍA
www.aspa-andalucia.org Nº 87 mayo 2016 Un golpe brasileiro
Este artículo nos lo ha enviado nuestro amigo y compañero Javier García, de Meninos de la Rua. En él nos cuenta en primera persona lo que está viviendo en Brasil y sus reflexiones sobre el intento de golpe contra el gobierno legítimo de Dilma Rousseff.
Javier nos cuenta: "En mi vida de luchas sociales y políticas he vivido pequeñas y grandes victorias colectivas y derrotas tremendas que han sido la mayoría, claro. Entre las victorias recuerdo con mucho cariño la huelga de hambre y la acampada del 0,7 que abrió las puertas de la cooperación internacional española, los realojos de los vecinos del Bulto, Huerta del Correo, Perchel… esa playa nudista de Guadalmar a partir de una moción y, por supuesto el día de la aprobación del matrimonio de personas del mismo sexo que presencié en el propio congreso. Sobre las derrotas,… miles. Desde mi primera decepción en mi adolescencia del referéndum de la OTAN hasta las múltiples victorias del PP en todos los ámbitos, pasando por la no solución de la situación
de esos pueblos que visité y amé como el saharaui o el iraquiano. Hoy recibimos un golpe más, de los grandes, al igual que ocurrió en Paraguay y en Honduras, un gobierno de izquierdas elegido democráticamente fue destituido por un golpe. Un golpe porque la constitución brasileña permite que sea apartada el presidente si existe algún delito, pero si ningún delito demostrado, los partidos de derecha y de extrema derecha junto a diputados de decenas de partidos veletas – en Brasil existen 40 partidos políticos-, con vergonzosos discursos apelando a Dios, a la familia tradicional y a las buenas costumbres. Acabé de llegar de una vigilia de 24 horas con 20.000 personas, el movimiento sin tierra, los sindicatos de clase, el movimiento LGTB, de jóvenes, las comunidades eclesiales de base y los militantes de los 3 partidos de izquierdas de Brasil, el PT, el PSOL Y el PCdoB. En la plaza de Portugal, el barrio rico de la ciudad los empresarios, la clase alta, las iglesias evangélicas celebraban que hoy se abren las puertas a un gobierno de derecha cuyo programa contempla la privatización de la Petrobras, los bancos públicos y el recorte de derechos laborales y los programas sociales como el bolsa familia o las cuotas para que jóvenes de baja renta entren en la Universidad. Hoy hemos perdido otra batalla importante en América, un referente de reparto de la renta y el combate a la pobreza.