LA ESCUELA COMO CULTURA EXPERIENCIA, MEMORIA, ARQUEOLOGÍA
Agustín Escolano Benito
DIRECTOR GENERAL Wilon Mazalla Jr. COORDINACIÓN EDITORIAL Marídia R. Lima TEXTOS DE REVISIÓN Agustín Escolano Benito MAQUETACIÓN Fabio Diego da Silva Tatiane de Lima CUBIERTA Patrícia Lagoeiro FOTOGRAFIA DE LA CUBIERTA Imagen de una escuela indigenista de Chiapas, México, inserta en una reciente publicación de la Secretaría de Estado de Educación Indigenista del país azteca. Sobre la pared se pueden ver escrituras de lenguas vernáculas y en castellano. Catalogación en la fuente de datos (CIP) (Câmara Brasileira do Livro, SP, Brasil) Escolano Benito, Agustín La escuela como cultura : experiencia, memoria, arqueología / Agustín Escolano Benito. -Campinas, SP : Editora Alínea, 2017. Bibliografía. 1. Cultura escolar 2. Educación 3. Experiencia 4. Práctica I. Título. 16-09321
CDD-371.001
Catálogo de índices sistemáticos: 1. Cultura escolar : Educación 371.001 ISBN 978-85-7516-791-5 Todos los derechos reservados a
Grupo Átomo e Alínea Rua Tiradentes, 1053 - Guanabara - Campinas-SP CEP 13023-191 - PABX: (19) 3232.9340 e 3232.0047 www.atomoealinea.com.br Impreso en Brasil
“Son nuestras pasiones las que diseñan nuestros libros, y el intervalo de reposo el que los escribe”. Marcel Proust
Este libro fue publicado por primera vez, en lengua italiana, en la casa editora Volta la Carta (Ferrara, 2016) con el tĂtulo: La cultura empirica della scuola. Esperienza, memoria, archeologia.
ÍNDICE
Prefacio: ¿Que ocurre en el interior de las escuelas? Ejercicio y lección historiográfica develadora de “los silencios de la escuela”......................................................................... 7 (Antón Costa Rico)
La fuerza didáctica de los ejemplos.................................................... 12 Introducción: la escuela como cultura...................................................... 15 CAPÍTULO 1
Aprender de la Experiencia..................................................................... 23 El retorno de la experiencia................................................................ 24 Vida y fenomenología de las aulas...................................................... 28 Confesiones de un enseñante.............................................................. 39 La acción en la escuela renovada........................................................ 46
Cultura efectual e historia.................................................................. 59 Viaje a la memoria y a la ficción......................................................... 65 La ritualización de la experiencia....................................................... 73 Culturas escolares en interacción........................................................ 90 CAPÍTULO 2
La Praxis Escolar como Cultura.............................................................. 97 La praxis como cultura....................................................................... 99 Las tres culturas de la escuela........................................................... 108 Maestros “ignorantes”, enseñantes con oficio................................... 116 Cultura popular y pedagogía vernácula............................................. 122 La “caja negra” de la escuela.............................................................. 127
Del tacto a la phrónesis...................................................................... 144 Experiencia y hermenéutica.............................................................. 148 Etnohistoria de la escuela................................................................. 154 CAPÍTULO 3
La Escuela como Memoria.................................................................... 165 Memoria de la escuela e identidad narrativa..................................... 166 La escuela en el recuerdo.................................................................. 170 Los contenidos de la memoria.......................................................... 175 Patrones de la cultura escolar............................................................ 190 Relato y memoria terapéutica........................................................... 195 Hermeneutizar la memoria............................................................... 204 CAPÍTULO 4
Arqueología de la Escuela...................................................................... 211 La mirada arqueológica sobre la escuela........................................... 213 Materialidades con memoria............................................................ 215 Primera inmersión: la infancia recuperada........................................ 217 Segunda inmersión: escuela palimpsesto.......................................... 222 Tercera inmersión: el legado de otra cultura..................................... 227 Cuarta inmersión: huellas en las basuras........................................... 231 Arqueología y memoria: una nueva subjetividad.............................. 240 Coda: cultura de la escuela, educación patrimonial y ciudadanía........... 255
PREFACIO ¿Que ocurre en el interior de las escuelas? Ejercicio y lección historiográfica develadora de “los silencios de la escuela”
E
stamos ante un nuevo texto del profesor Agustín Escolano, La escuela como cultura, quizás el que mejor responde a los criterios de libertad intelectual y espíritu crítico como los que presidieron los Essais del señor de Montaigne. En este caso, ensayo histórico que nos presenta quien es reconocido en la actualidad como uno de los acreditados historiadores de la educación. Hace ya varias décadas Harold Silver detectaba que los estudios históricoeducativos parecían detenerse a las puertas de las escuelas, sin franquear el dintel, ocasionando con ello el ‘desconocimiento’ de la vida interior de estas instituciones seculares y centrales en nuestras vidas. La cuestión comenzó a inquietar a algunos analistas de la educación, más declaradamente desde los pasados años noventa y así se puso de manifiesto con la pregunta “Wath in the world happens in classrooms?” que abría en 2003 las reflexiones, de claro acento etnohistórico, que plantearon Antonia Candela y Elsie Rockwell desde México. Este es también el interrogante que suscitan las presentes aportaciones, con algunas respuestas, tesis y sugerencias para los necesarios ejercicios de examen investigador. La historia de la educación, viene a indicar el profesor Escolano, es centralmente la historia de las prácticas sociales y profesionales
Prefacio
de educación. Y estas ocurren de modo determinante en las -o a través de las- instituciones escolares. Si pretendemos comprender e interpretar los presentes de la educación, con los entendimientos y expectativas expresadas y vivenciadas cognitiva y emocionalmente por las personas, hemos de conocer y valorar los pasados que viven, declarada o encriptadamente, en los presentes aludidos de estas personas e instituciones. Ello aboca a la necesidad de analizar la historia de las escuelas: “el mundo de la práctica, o de la experiencia, juega un papel esencial en la construcción del conocimiento acerca de la escuela y en la fundamentación de la cultura efectual en la que se materializan las acciones y los discursos que ejecutan e interpretan las instituciones educativas y que informan el habitus profesional de los enseñantes”, señala el autor. Desde este supuesto, el conjunto de ensayos aquí reunidos nos propone un intenso ejercicio analítico sobre la escuela entendida como cultura, una cultura ritualizada, y nos invita a mirar de otro modo: “desde dentro” “hacia afuera”. Lo que en las escuelas sucede en cuanto a la formación y relación entre personas, en la creación de habitus, valores y subjetividades, se ha considerado hasta ahora muy abusivamente como resultado de la aplicación de indicaciones y prescripciones normativotécnicas emanadas de poderes políticos y académicos, acatadas y cumplimentadas con mayor o menor presteza y calidad desde el interior de las instituciones escolares. Sin embargo, la ‘terca’ realidad, la experiencia, parece ‘imponer’ contradictoriamente su presencia, tan visible en algunos de los más notados, y también parcialmente fracasados, ensayos actuales de reforma político-académica de la educación. Un reexamen, con una mirada “desde dentro” “hacia afuera”, como la que nos invita Agustín Escolano, nos debería ayudar a entender las claves de dicho parcial fracaso, el no tener oportunamente en cuenta que la historia de la escuela es una historia de creaciones desde la empeiría misma de los procesos educativos que envuelven a los sujetos, a los objetos y a las acciones, como se pone de relieve en el ejemplar caso de las creaciones de la Escuela Nueva. También ha de considerarse que “las culturas externas de la escuela -la académica y la normativa- sufren, en su interrelación con la cultura ~ 8 ~
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interna de la educación, procesos de recepción, acomodación, apropiación y mestizaje, condicionados por la lógica de las prácticas”. A tal punto, dirá el autor, que “en el interior mismo del universo escolar se ha gestado una cultura específica -“empírica”- en torno a la que se han construído otras dos culturas, una que ha ensayado interpretarla y modelarla desde los saberes (la Pedagogía) y otra que ha intentado gobernarla y controlarla desde los dispositivos de la burocracia (la Política)”. Debemos, pues, examinar más a fondo esa cultura empírica y buscar explicaciones reflexivas a la lógica que subyace en las prácticas y en las acciones escolares, es decir, al logos que gobierna la “gramática interna” a la que en su día se refirieron David Tyack y Larry Cuban; unas acciones, en principio poiéticas, que sin embargo a menudo se han convertido en patrimonio histórico-pedagógico acreditado, con sentidos y significaciones específicas, trasladado mediante re-creaciones hasta el presente. Detectándose, además, la pervivencia en este patrimonio de algunos y precisos modos invariantes transnacionales compatibles con las diversidades culturales. El retorno a la experiencia, a que se refiere el profesor Agustín Escolano de modo enfático, recuerda el aldabonazo lanzado por Lawrence Stone en 1979 con su The Revival of Narrative, y pone ahora el acento en la “experiencia” reclamada por Charles S. Peirce, por John Dewey- en este año que hace justa memoria de su Democracy and Educación, 1916-, por Pierre Bourdieu y por Anthony Giddens, autores que acompañan explicitamente la reflexión del autor de este estudio, con la intención de avanzar con seguridad en el análisis de la tradición escolar experiencial y de subsanar los limites de la más consolidada, pero también limitada, cuando no especulativa o incluso inoportuna, historiografía educativa empirista-positivista, idealistaracionalista, o estructuralista. ¿Cómo? A través de la “antropologización” histórica, desde la inmersión etnográfica, intuitiva y fenomenológica en la realidad fáctica o en los testimonios. En otras palabras, activando la sospecha nietzscheana sobre lo que se cree saber y aproximándose a todo lo empírico, tanto desde la etnohistoria, que procura la exigente atención a todo el patrimonio material e inmaterial, como desde la reflexividad hermenéutica ~ 9 ~
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intersubjetiva (husserliana, gadameriana) ejercida por los intérpretes, como observación interna. Profundizando, pues, en el giro historiográfico que la llamada Historia Cultural ha venido propiciando con respecto a anteriores enfoques, a fin de alcanzar una comprensión más adecuada y objetiva del pasado educativo. Desde este enfoque, el autor de esta publicación se plantea el examen de tres asuntos relevantes, luego de afirmar, como hemos dicho, la centralidad historiográfico-educativa de la experiencia: la praxis escolar como cultura que conviene analizar mediante procedimientos etnohistóricos; lo que la activación de la memoria y la hermeneutica pueden hacer posible para debilitar el silencio y facilitar el conocimiento escolar; y, finalmente, la conveniencia del examen arqueológico complementario de las materialidades. El autor desgrana todos estos asuntos a través de aspectos como la importancia narrativa y el valor de los recuerdos vivenciales y emocionales que las personas guardan de las realidades escolares (espacios, tiempos, mobilia, objetos, libros, corporeidad, entornos, tono profesoral...). Se sirve asimismo de las contribuciones de los textos de ficción al conocimiento de la escuela y del examen de los rituales escolares en tanto que tradiciones, hábitos y prácticas que afectan al ethos de los actores, el de la profesión docente como “oficio experto” que toma en consideración la experiencia corporativa sedimentada. También trata acerca de la de-costrucción derridiana de las representaciones, de la observación de pervivencias de la “cultura de la práctica” vs. la racionalidad burocrática e intelectual, de un cierto protagonismo popular en la misma creación de formas específicas de cultura escolar (a las que se refiere como “modos de folceducación”), de la importancia de los procesos de aprendizaje a través de la mímesis y de la inmersión, realzando el papel de la sociabilidad educativa. Por último, el texto plantea la visión antropológico-cultural de los instrumentos de trabajo de la escuela y su examen arqueológico, como Michel Foucault preconizó. En los anteriores procesos de indagación reflexiva, y a lo largo de todo el ensayo, Escolano camina en compañía y en diálogo con otros textos de autores de reconocido prestigio intelectual, de diferentes círculos ~ 10 ~
Agustín Escolano Benito
académicos europeos y americanos, en los campos de las ciencias sociales y de la historia cultural. El profesor Agustín Escolano, que a lo largo de su vida académica acertó a incorporar marinería a una navegación que suponía la transformación constante de las perspectivas con las que hasta los pasados años setenta se venían elaborando los estudios de historia de la educación en España, en lo que estuvo acompañado desde primera hora por otros profesores como Ruiz Berrio y Viñao Frago, no ha dejado de desarrollar todo un programa de investigación sobre los presentes asuntos, atento a los enfoques genealógicos, etnográficos y hermenéuticos. Ya a comienzos de los noventa inició los estudios etnohistóricos en cuestiones como el tiempo, el espacio, el currículum y los manuales, entre otros. Estos trabajos lo ha sometidos a examen y profundización en diversas contribuciones posteriores. De 1998 es su texto: Sobre el oficio de maestro y los programas de formación. Nuevos enfoques genealógicos, tema que vendría dar dirección académica al XVI Coloquio Español de Educación con el rótulo Arte y oficio de enseñar (Berlanga-Burgo de Osma, 2011). Del año 2000 es su central contribución sobre las culturas escolares (política, académica y empírica), de tanta influencia como propuesta analítica, con derivaciones posteriores en torno a la memoria de la educación y a la cultura escolar. El sujeto en el nuevo paradigma historiográfico de la cultura de la escuela es otro de sus trabajos que cobra una relevancia definitivamente afirmada en el texto que ahora tenemos entre manos. Fruto de estos planteamientos fue, por un lado, la Historia ilustrada de la escuela en España, y por otro, las ediciones, críticas sobre los viajes de Luis Bello por las escuelas de varias regiones, obras con constantes observaciones acerca de las materialidades de la escuela en los pasados años veinte del último siglo, complementados con otros textos de su autoría: La cultura empírica de la escuela: aproximación etnohistórica y hermenéutica (2008), Anotaciones sobre el giro etnográfico de la historia de la escuela (2009), La scuola come memoria: una prospettiva ermeneutica (2012) y Materialidades, educación patrimonial y ciudadanía (2012). Estas contribuciones se han suscitado con ocasión de sus propias reflexiones y de los diálogos constantes ~ 11 ~
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sostenidos con las y los numerosos visitantes y estudiosos que se acercan al CEINCE, o los interrogantes suscitados en los seminarios allí celebrados, bien sobre el patrimonio escolar, bien sobre la antropología y sus enfoques, bien sobre hermenéutica. También juegan su papel en estas miradas, a menudo indiciarias, el hecho de vivir atento en un museo escolar, lo que es sin duda una situación singular. En 2006 llegó de su mano la puesta en marcha de un proyecto largamente deseado. Parecía increíble poder instituir en Berlanga un Centro Internacional de la Cultura Escolar (CEINCE). Berlanga de Duero es un hermoso lugar de la antigua Castilla, en cierto modo aislado de los entornos urbanos por los que suelen circular los académicos. Cerca de este lugar se encuentra la que quizás sea la primera efigie en piedra dedicada en España a los maestros y allí mismo existen otras huellas visibles de la historia de la profesión docente. Esta creación no sería posible sin su teimosía, una expresión gallega inigualable que alude al decidido y tenaz empeño de su fundador. Desde el CEINCE, y desde su vinculación a la Universidad de Valladolid, el profesor Agustín Escolano ha ido tejiendo esta importante iniciativa, que hoy es un topoi de referencia en la comunidad internacional.
La fuerza didáctica de los ejemplos Es más facil predicar que dar trigo, dice el refrán sabio. Consciente de ello el profesor Escolano, aprovechando tanto sus saberes, como su capacidad reflexiva y creativa y su valiosa atalaya académica, no cierra su ensayo, sin más, como un conjunto de recomendaciones acerca de los caminos que la investigación histórico-educativa debe recorrer. Por esto, en la parte final del texto, además de mostrar el posible modo de proceder investigador, de forma similar a como nos propone en un reciente texto sobre la “experiencia etnográfica” Elsie Rockwell, nos presenta ejemplos de estudio arqueológico que podrían ser replicados en numerosas situaciones de formación histórica del profesorado, a través de cuatro inmersiones: una, que nos acerca a un ejercicio de memoria y de recuperación hermenéutica intersubjetiva de ~ 12 ~
La Escuela como Cultura
la infancia escolar; una segunda a través de los graffitti ‘olvidados’ en los pupitres; una tercera de descubrimiento de un conjunto de libretas escolares en un domicilio particular, configurado como un interesante yacimiento arqueológico; y una cuarta que permite rastrear huellas en un desván, al tiempo que suscitar interrogantes, conjeturas y certezas de conocimiento. Y llama finalmente la atención sobre el papel de los museos, en torno a cómo favorecer la arqueología de la memoria y del saber, así como acerca de la educación histórica de la ciudadanía. Es momento de terminar. Estamos ante un texto atenta y cuidadamente escrito, pero no exento de complejidad expositiva que obliga a una lectura atenta. Es asimismo, a no dudarlo, un texto de formación, a la que se nos invita. Un reto que es de agradecer. Si hemos de indagar en torno a la cultura de la escuela, permítanme una propuesta de trabajo para los investigadores más jóvenes relativa a la indagación sobre el conjunto del profesorado que en España a lo largo de los pasados años setentanoventa (varios millares de profesores y profesoras) configuró el tejido de los llamados “Movimientos de Renovación Pedagógica” y sobre las escuelas que con más consciencia confrontaron cuanto de tradición e innovación correría por sus venas. Aciertos, tropiezos, revisiones y condicionamientos. Probablemente, un magnífico taller para la formación histórico-educativa del profesorado en formación con el propósito de aquilatar la precisa conciencia profesional. Sería adecuado que esta indagación sobre la cultura de la escuela mantuviera vínculos con la Historia Social, ayudase a conocer y a comprender los diferentes contextos histórico-culturales de las culturas empíricas escolares, los condicionamientos que imponen, y las relaciones de poder social, cultural y político que se establecen, fortaleciendo la conciencia histórica de los sujetos y el deseo de una educación emancipatoria con el horizonte de una sociedad justa y vitalmente democrática. Antón Costa Rico
Universidade de Santiago de Compostela Expresidente de la Sociedad Española de Historia de la Educación
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