Curso Básico Bíblico LAS 12 PIEDRAS FUNDAMENTALES
CLASE 01A: LA PALABRA – Primera Parte -
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Junio de 2011
“The Word of God”, Part 1, pg 1
(Las 12 Piedras Fundamentales clase 1A) La Palabra de Dios, 1ª parte: TESOROS NUEVOS Y VIEJOS
1ª parte: Estudio de la Biblia sobre la Palabra de Dios Dios entregó La Biblia a la humanidad: La Biblia es una colección de 66 libros. Constituye el documento escrito de los mensajes que Dios entregó a unas 40 personas elegidas para ser Sus portavoces. Si bien la Biblia fue anotada por mano humana, de hecho fue escrita por Dios. 2 Timoteo 3:16. Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, pa ra corregir, para instruir en justicia. 2 Pedro 1:21. Nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. Conocemos al autor Se cuenta que en una ocasión se le encomendó a una joven universitaria leer determinada obra. Empezó a hacerlo, pero como le resultó un poco sosa y no captó su interés, la dejó en un rincón de su armario, con la idea de retomarla más adelante. Pasado algún tiempo, un conferencista fue a dar una charla al recinto donde estudiaba la joven. En el curso de la conferencia, ella se enteró de que aquel hombre era el autor del libro que tiempo atrás había dejado de lado. Al escucharlo se enamoró tanto de él que al término de la conferencia la muchacha se fue derecho a su casa, sacó la obra del armario, la desempolvó y se sumió en su lectura. ¿A qué se debió ese inusitado interés en un libro que antes consideraba insulso y aburrido? ¡A que había conocido al autor! Esencialmente, ¿por qué motivo sabemos que la Biblia nos expresa la verdad? ¡Porque conocemos al Autor! Sabemos que la Biblia es veraz porque conocemos a Su Autor y tenemos la certeza de que no nos escribiría mentiras. Sabemos además que tiene razón en Sus aseveraciones. Antes que alguien te presentara al Autor de la Biblia, probablemente no te interesaba mucho leerla o no confiabas en la autenticidad de su contenido. Quizá ni la habías leído y es posible que ni siquiera creyeras en ella. No obstante, ahora que te hemos presentado a Jesús y que lo has aceptado en tu corazón, se ha suscitado en ti quizá por primera vez en la vida un repentino interés en la Biblia. Ello se debe a que ahora conoces al Autor y acaricias Sus Palabras.
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b) La Palabra de Dios es veraz y nunca falla: Salmo 119:89. Para siempre, Señor, permanece Tu Palabra en los cielos. Isaías 40:8. La hierba se seca y se marchita la flor, mas la Palabra del Dios nuestro permanece para siempre. Mateo 24:35. El cielo y la tierra pasarán, pero Mis Palabras no pasarán. ¡La Biblia es eficaz! Un escéptico, refiriéndose a la Biblia, aseveraba que en la actualidad era imposible creer en lo que dice un libro cuyo autor es desconocido. Jaime, que cree en Jesús, le pregunta si se sabe quién fue el compilador de las tablas de multiplicar. No respondió. En ese caso, naturalmente, usted no cree en las tablas de multiplicar. ¿No es cierto? preguntó Jaime. El escéptico replicó: ¡Ah, sí! Creo en ellas porque he comprobado su eficacia. ¡Lo mismo digo de la Biblia! respondió Jaime.
«¡Los ríos no te anegarán!» (Carta de un pastor ruso que vive en pueblo junto al río Amur, detrás de los Montes Urales.) ¡El Señor me hizo un milagro al poco tiempo de conocerlos a ustedes! La mañana del día once abrí mi Biblia y leí: Isaías 43:1-2, que dice: «No temas, porque Yo te redimí; te puse nombre, Mío eres tú. Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás ni la llama arderá en ti». Más tarde, en el hospital central, llevamos a cabo un oficio religioso para los enfermos. Pedí al Señor que me indicara de qué debía hablar, y Él me señaló que predicara sobre esos versículos. A la noche siguiente debía ir a un barco que navegaba por el río Amur, para probar si las máquinas le funcionaban bien. (Soy ingeniero e inspector, además de pastor.) Acordamos que a las 9 de la noche yo llegaría al barco en otra embarcación menor. La nave que había que probar mide 45 metros de eslora y alcanza cuatro metros de calado. Antes de partir, terminé todo el trabajo que tenía que hacer en casa, recé, me puse ropa abrigada y partí. “The Word of God”, Part 1, pg 3
Llegué al muelle y tomamos una pequeña embarcación para dirigirnos al barco que se encontraba en el río. Serían como las diez de la noche y estaba muy oscuro. Un rato más tarde, me encontraba en la cabina del capitán de la pequeña nave cuando miré por la escotilla y de golpe vi que un barco de grandes dimensiones se nos venía encima y que chocaríamos sin remedio. No acerté a pensar otra cosa que... «Hágase Tu voluntad, Señor». El choque fue tan fuerte que yo salí despedido hacia el río. El Señor, claramente, me estaba guiando, pues varios metros bajo la superficie de las aguas nadé hasta llegar cerca de nuestro bote. Desde esa profundidad alcanzaba a oír las enormes hélices del buque que pasaba a mi lado. Al salir a la superficie clamé al Señor. Me había quedado sin fuerzas y no podía respirar bien, pero sabía que Dios me estaba ayudando. Miré a mi alrededor. La oscuridad era muy densa y no se veía a nadie cerca. Me encontraba en medio del Amur. (Nota: El Amur es uno de los ríos más grandes del mundo. Fluye hacia el sureste, formando la frontera entre Rusia y China por una extensión de 1.600 km.) ¿Y ahora qué hago, Señor? oré. Pide ayuda fue la respuesta que escuché. Me faltaba el aire para respirar y casi no me quedaba voz, pero empecé a gritar tan alto como pude, aunque dudaba que alguien me fuera a oír. Encontrar a un hombre en el agua en plena noche era como buscar una aguja en un pajar... Pero como el Señor me pidió que lo hiciera, mi deber era obedecer. Después me enteré que cuando la nave chocó contra nuestra embarcación, viró hacia la derecha y encalló en un banco de arena. Los tripulantes oyeron mis gritos y me subieron al barco. Todos me miraban con ojos de asombro, pues no esperaban hallar sobrevivientes. No sufrí lesiones. Ni siquiera me dio un resfrío. Un hombre comentó: «¡Usted está con vida! ¡Yo en su lugar me habría muerto de un infarto! ¡Muy cierto! respondí. Me habría muerto de no haber sido porque el Señor me guió y no permitió que me anegara el río. ¡Gloria a Dios! ¡Él obra milagros! En la Biblia leemos que Jesús es la Palabra de Dios Jesús es el Verbo que «se hizo carne». Juan 1:1,14. En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. [...] Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad; y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre. Hebreos 11:3. Por la fe comprendemos que el universo fue hecho por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. A lo largo de la Historia Dios ha hablado a su pueblo de muchas maneras: a través de la belleza y las maravillas de Su creación; por conducto de Sus profetas y mensajeros, y por medio de Su Palabra escrita. Pero la expresión más clara de “The Word of God”, Part 1, pg 4
Sí mismo de Su naturaleza y Su amor la encontramos en Su hijo Jesús, a quien la Biblia llama el Verbo o la Palabra. Por medio de las palabras expresamos nuestros pensamientos y sentimientos, y éstas al mismo tiempo manifiestan nuestro carácter. Jesús, además, es el medio por el cual Dios nos da a conocer Su esencia. Jesús, Su propio hijo, es el medio más importante por el que el Creador se comunica con nosotros. Eligió a Jesús para expresar Su amor al mundo. La Biblia fue escrita para nuestro provecho Juan 19:35. Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis. 1 Corintios 10:11. Todas estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, que vivimos en estos tiempos finales. El agua de vida El agua es el elemento más valioso de la tierra. En la Palabra de Dios el agua es simbólica de la vida. Frases como el agua de vida, la palabra de vida y el agua de la Palabra de Dios aparecen con frecuencia en la Escritura. El agua es indispensable para el hombre. Dependemos de ella para nuestra misma existencia y supervivencia. Si faltara el agua moriría toda especie viviente. Juan 4:13-14. Jesús le contestó: Cualquiera que beba de esta agua volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. Apocalipsis 22:17. El Espíritu y la Esposa dicen: «¡Ven!». El que oye, diga: «¡Ven!». Y el que tiene sed, venga. El que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida. e) Es importante guardar la Palabra, es decir, obedecerla, prestarle atención Obedecer y guardar la Palabra es prueba de que conocemos y amamos a Jesús. Y en consecuencia salimos beneficiados. Juan 8:31-32. Dijo entonces Jesús: Si vosotros permanecéis en Mi Palabra, seréis verdaderamente Mis discípulos; y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.. Lucas 11:28. Antes bien, ¡bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la obedecen! Juan 15:7. Si permanecéis en Mí y Mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será hecho. Juan 14:1. Si me amáis, guardad Mis mandamientos. “The Word of God”, Part 1, pg 5
La Biblia puede compararse al mapa de nuestra vida. Aducir que no se tiene tiempo para consultarla es como si un conductor que se dispone a realizar un largo viaje protestara: «Tengo tanta prisa por llegar a mi destino que no tengo tiempo de consultar el mapa». La conversión de San Agustín de Hipona En el año 384 d.C. un joven maestro del norte de África viajó a la ciudad italiana de Milán con el objeto de asumir el cargo de catedrático de retórica. Estando allí, comenzó a sentirse muy turbado y caviló sobre el sentido de la vida. Un día, mientras estaba en el jardín trasero de su casa, cuando la angustia lo había llevado prácticamente al borde de la desesperación, oyó a un niño en la casa vecina que decía: «Toma y lee, toma y lee». Al instante echó mano de las Escrituras y leyó que Jesucristo era el camino para la redención total de los pecados del hombre. Al leer la Palabra de Dios, la vida de aquel hombre experimentó una transformación y con el tiempo se convirtió en San Agustín, obispo de Hipona, uno de los cristianos y teólogos más destacados de todos los tiempos. El ladrón Me hallaba en una reunión en la que la gente refería sus vivencias y testimonios. Un señor se puso de pie y, con un Nuevo Testamento en la mano, relató: «Mi caso es poco común. Yo era carterista. Un día vi a alguien con un bolsillo abultado. "Una cartera llenita", pensé, y a los pocos segundos la billetera estaba en mi poder. Al llegar a mi casa descubrí, decepcionado, que se trataba de un libro. Enojado, lo eché en un rincón. Después, movido por la curiosidad, me puse a leerlo. A los pocos días tuve un encuentro con Cristo, mi Salvador y Rey». Al término del oficio religioso un distribuidor voluntario de las Sociedades Bíblicas quiso conocer más detalles y le pidió que le mostrara la biblia en cuestión. Se trataba del mismo ejemplar que durante años él había llevado en el bolsillo y que había dado por perdido. ¿No representa lo anterior una clara prueba del poder transformador que tiene Dios sobre un ser humano? ¿Qué ha hecho la Palabra de Dios en tu caso? «Permanecer» en Jesús para llevar fruto Juan 15:1,4. Yo soy la vid verdadera... Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en Mí. La alegoría resulta evidente. Si un sarmiento, pámpano o vástago se separara del resto de la vid, moriría y no llevaría fruto. “The Word of God”, Part 1, pg 6
f) Ventajas de la Palabra: La Palabra de Dios nos transmite fe, verdad, sabiduría y fuerzas. Salmo 119:7. Te alabaré con rectitud de corazón cuando aprenda Tus justos juicios. Romanos 10:17. Así que la fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios. Hechos 20:32b. La Palabra de Su gracia [...] tiene poder para sobreedificaros y daros herencia. Meditar en la Palabra nos acarrea bendiciones y éxito: Josué. 1:8. Nunca se apartará de tu boca este libro de la Ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que está escrito en él, porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien. Salmo 119:130. La exposición de Tus Palabras alumbra; hace entender a los sencillos. La Palabra nos purifica, nos sana, nos trae felicidad y nos infunde paz. Juan 15:3. Ya vosotros estáis limpios por la Palabra que os he hablado. Salmo 107:20. Envió Su palabra y los sanó; los libró de su ruina. Salmo 119:165. Mucha paz tienen los que aman Tu Ley, y no hay para ellos tropiezo. Jeremías 15:16a. Fueron halladas Tus palabras, y yo las comí. Tu Palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón. 2 Timoteo 3:16. Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia. Lo alumbrará hasta que llegue a su casa. Un pastor religioso se internó en una zona boscosa para oficiar un culto. Al disponerse a regresar, ya entrada la noche, la oscuridad era muy densa. Un leñador le proporcionó una tea para que se alumbrara, pero como el religioso nunca había utilizado algo semejante, arguyó: ... Pero, esto se consumirá pronto. Lo alumbrará hasta que llegue a su casa respondió el campesino. ¿Y si la apaga el viento? Lo alumbrará hasta que llegue a su casa aseveró nuevamente el leñador. ¿Y si llueve? insistió el forastero. Impávido, el campesino le reiteró: Lo alumbrará hasta que llegue a su casa. Contrariamente a los temores del religioso, la tea ardió hasta que llegó a su hogar. “The Word of God”, Part 1, pg 7
Se podría decir que la Palabra de Dios es una antorcha que nos fue entregada a cada uno. ¿Y si llueve? ¿Y si arrecia el viento? ¿Y si nos sumimos en tinieblas? Mientras continuemos sosteniendo la antorcha en alto, nos alumbrará hasta que lleguemos a casa. g) Todos esos beneficios los tendremos únicamente al leer y asimilar la Palabra 1 Pedro 2:2. Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual [la Palabra de Dios] no adulterada, para que por ella crezcáis. Mateo 4:4. Escrito está: «No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios». Deuteronomio 11:18. Por tanto, pondréis estas Mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, las ataréis como señal en vuestra mano y serán como insignias entre vuestros ojos. Colosenses 3:16. La Palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros. 2 Timoteo 2:15. Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la Palabra de verdad. Alguien escribió acertadamente: «Profundizamos en Cristo en la misma medida en que le permitimos arraigar en nosotros.» Para sacar provecho a la Palabra de Dios es preciso leerla. Un joven muy rebelde se fue de su casa. Transcurrieron años antes que se volviera a saber de él. Al enterarse de que su padre había muerto decidió retornar al hogar, donde su madre lo recibió con cariño. Llegó el día de la lectura del testamento del difunto. Toda la familia se congregó, y el abogado empezó a leer el documento. Para sorpresa de los presentes el texto narraba con lujo de detalles las correrías del hijo descarriado. El muchacho se incorporó lleno de ira antes que finalizara la lectura, abandonó el recinto dando un portazo, se marchó del hogar y no se volvió a saber de él durante tres años. Cuando por fin lograron localizarlo, le hicieron saber que el testamento, luego de describir su mal comportamiento, le otorgaba la suma equivalente a 15.000 dólares. ¡Cuántos sinsabores se habría ahorrado el muchacho y cuántas angustias le habría evitado a los demás de haberse quedado a escuchar hasta el final la lectura del testamento! Lo mismo ocurre a mucha gente que lee la Biblia a medias, y luego la dejan, decepcionados. Es verdad que la Biblia dice: «La paga del pecado es muerte», pero dice algo más. Añade: «mas la dádiva de Dios es vida eterna». (Romanos 6:23.)
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2ª Parte: Cómo y qué Leer Las Palabras de Dios no son sólo lindas figuritas. Dios nos las ha transmitido para que las practiquemos. Debieran conmovernos, motivarnos, guiarnos y transformarnos. En la próxima media hora, veremos cómo sacarle el mayor provecho a lo que leemos. Además veremos por qué partes de la Biblia conviene comenzar. No repasaremos muchos versículos, pues ya hemos comprendido la necesidad y provecho de leer la Palabra. Más bien haremos hincapié en algunos consejos prácticos para sacar el máximo provecho posible al tiempo empleado en la lectura de la Palabra. Cuándo leer: Es difícil avanzar mucho en una lectura si no se le dedica cuando menos 20 minutos. ¿Puedes dedicarle 20 minutos todos los días? O, para comenzar, ¿sería más fácil leer tres veces por semana? Lo que sea que hayas decidido, procura fijarte una meta. Seguidamente, toma la resolución de alcanzarla. Será menos trabajoso lograr esa meta si programas un espacio fijo de tiempo y lo consideras parte de tus actividades diarias. No importa a qué hora del día se proyecte; elige la que te resulte más conveniente. A algunas personas les resulta más fácil concentrarse por las mañanas. A otras, les va mejor de noche, cuando ya los asuntos del día han quedado atrás. Prueba a ver lo que te resulta mejor en tu caso. Considera el tiempo dedicado a la lectura de la Palabra un compromiso con Jesús. Resiste la tentación de cancelarlo o postergarlo, así como no accederías muy fácilmente a cancelar una cita con tu jefe. Dónde leer: Conviene ubicarse en sitios donde puedan leer sin interrupciones. En la medida de lo posible, lean en el mismo lugar todos los días. Lo más importante, no obstante, es que sea un sitio tranquilo donde no se distraigan. A lo mejor deben descolgar el teléfono (apagar el celular) o dejar que otra persona conteste. Pretender leer delante del televisor tampoco es recomendable.
Qué leer: Es buena idea programar lo que se va a leer por una temporada. Aunque conviene también ser flexibles. Pregúntale al Señor qué capítulos de la Biblia u otros textos basados en la Palabra de Dios debas leer. Una vez más, es útil establecer una meta. Una posibilidad sería combinar la lectura de uno de los libritos de la colección Actívate con uno de los libros de la Biblia. (El cuaderno del alumno propone diversos materiales de lectura.) De todos modos, aunque se esté siguiendo un determinado plan de lectura, no siempre se debe seguir a pie juntillas y decir «Ya tengo decidido lo que voy a leer “The Word of God”, Part 1, pg 9
durante todo el mes que viene». Cada vez que nos sentemos a leer deberíamos orar para que Jesús nos guíe, pues tal vez el Señor quiere que alteremos el plan. Pongamos por caso que hace unas semanas era preciso que leyeras textos relacionados con el tema de la fe. Total que elegiste algunos artículos sobre ese tema, lo cual está muy bien. Sin embargo, a lo mejor esta semana el Señor sabe que necesitas leer sobre otro tema. Conviene, por eso, orar al respecto en vez de seguir automáticamente el plan trazado. Cómo: Orar antes de leer Cuando te sientas a leer, lo primero que debes hacer es rezar. Pídale al Señor que, por medio del Espíritu Santo, haga que la Palabra cobre vida. El rey David rezó así: Salmo 119:18. Abre mis ojos y miraré las maravillas de tu Ley. Se puede leer la Palabra todo lo que uno quiera. Mas si ésta no cobra vida gracias a la intervención del Espíritu Santo, no nos servirá de nada. Jesús puntualizó: Juan 6:63. El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las Palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida. Por su parte, el apóstol Pablo precisó: 2 Corintios 3:6b. La letra mata, pero el Espíritu da vida. A menos que leamos la Palabra con receptividad y actitud de oración, pidiendo al Señor y a Su Espíritu Santo que nos iluminen, nos costará mucho entender algunas cosas. Roguemos al Señor que nos dé espíritu de sabiduría: Efesios 1:17-18. ...Os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él... que alumbre los ojos de vuestro entendimiento. Es posible que uno lea un versículo cantidad de veces sin entender bien todo su significado, hasta que el Espíritu Santo le habla a uno y se lo aplica a su caso, ¡entonces sí que cobra vida! La voz de Su Palabra, como se la denomina, se manifiesta cuando Dios nos trae a la memoria algún pasaje o versículo aplicado a una situación particular, o para responder a alguna pregunta que le hayamos hecho. Hace que un pasaje cobre vida aplicado a determinadas circunstancias y de pronto, ¡pasa a ser letra viva! Es decir, deja de ser sólo un texto que leemos o palabras que entran por un oído y salen por el otro; sino que de repente ¡uno capta lo que quiere decir! En el cuaderno pusimos algunas oraciones modelo para cuando uno se dispone a leer la Palabra.
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Humor: Así no se lee la Biblia. La hermana Carmela sacó su ejemplar de la Biblia y decidió que dejaría que el Señor le insinuara un versículo específico para ese día. Cerró los ojos, abrió el libro y puso el dedo en un versículo elegido al azar. Al abrirlos, leyó: «Y (Judas) fue y se ahorcó». Buscó con celeridad un versículo distinto. Cerró los ojos, puso el dedo en otra parte del texto y leyó, nuevamente desilusionada: «Ve y haz tú lo mismo». Imperturbable en su resolución, repitió la experiencia por tercera vez. En esa oportunidad el versículo señalado fue: «Lo que vas hacer, ¡hazlo pronto!» No nos limitemos a leer. Estudiemos, planteémonos preguntas y apliquemos lo leído 2 Timoteo 2:15. Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la Palabra de verdad. Uno de los objetivos principales del presente curso es ayudarlos a establecer una comunicación íntima con Dios, de forma que puedan nutrirse espiritualmente de Su Palabra. Usar bien la Palabra de verdad significa comprender y aplicar lo que ésta nos enseña.
Leamos la Palabra con detenimiento, reflexión y actitud de oración.
Si cada vez que te sentaras a comer, engulleras todo con prisa y afán, sufrirías de mala digestión. No asimilarías tan bien los alimentos como si comieras más despacio. Tampoco disfrutarías de las comidas. Lo mismo se puede decir de tu alimento espiritual. Dedica tiempo a sacarle provecho y asimilar bien el alimento de la Palabra. Buena parte del sentido y de la esencia de lo que quiere comunicar el Señor en determinado pasaje se te puede pasar por alto, a menos que hagas una pausa para reflexionar al respecto, aplica la Palabra a tu situación y pregúntate: «Señor, ¿cómo es eso? ¿Por qué es así?» Claro que no debas dirigirte a Él con actitud de incredulidad o cuestionamiento, sino con fe plena, sabiendo que si te ahondas más en la lectura, descubrirás más tesoros y sacaras más enseñanzas.
Hacedores de la Palabra
«La Biblia no nos fue entregada para ampliar nuestros conocimientos, sino para trasformar nuestra vida» (Dwight L. Moody). La Palabra de Dios nos fue revelada para cambiar y modelar nuestro carácter de manera que fuéramos más parecidos a Jesús. Esforzarnos por estudiar la Biblia no nos sirve de nada si al final esas palabras no nos transforman ni nos amoldan más a Jesús. No debemos limitarnos a escuchar la Palabra de Dios; es menester practicar lo que ésta nos indica. “The Word of God”, Part 1, pg 11
Santiago 1:22. Sed hacedores de la Palabra y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. No adquiriremos un real conocimiento de la Palabra de Dios a menos que la apliquemos a nuestra vida. Una persona puede ser una biblia ambulante y conocerse los textos al dedillo, tener la cabeza llena de datos bíblicos y conocimientos teológicos, pero si no practica y aplica a su vida cotidiana lo que sabe, no le sacará ningún provecho.
Planteémonos estas preguntas cuando leamos.
Conviene que mientras leemos pidamos al Señor que nos ayude a poner en práctica lo estudiado y que nos indique en concreto qué quiere que hagamos: ¿Cómo puedo aplicarme a mí mismo esto que leí en la Palabra de Dios? ¿De qué manera puedo emplear estos conocimientos en beneficio de los demás?
Cuando leamos la Palabra y sintamos que el Espíritu Santo nos punza la conciencia, hagamos una pausa en ese momento para reflexionar, orar y meditar en lo que esa enseñanza significa para nosotros. No lo dejemos para después: dediquemos tiempo a aplicarnos lo aprendido. Si nos tardamos, la convicción disminuirá y la Palabra leída caerá en saco roto y quedará sin efecto en nuestra vida. Cuando el Señor nos habla al corazón y nos espolea por medio de Su Palabra, es el momento de actuar, de asumir un compromiso. En ese mismo instante es preciso pensar, meditar, determinar cómo se puede vivir conforme a lo que dice la Palabra y hacer un plan concreto sobre lo que se va a hacer. No esperemos. Si lo dejamos para después, es posible que no lo hagamos nunca. Juan 13:17. Si sabéis estas cosas, bienaventurados sois si las hacéis. Marcar el texto Conviene tener a mano un bolígrafo de punto fino o resaltador de textos. Cuando leas un pasaje de la Biblia que te llame la atención, subráyalo o resáltalo. Subrayar las frases más importantes y marcar los párrafos que se aplican a ti hace más interesante la lectura y mucho más fácil de repasar. Al tomar notas «Más vale lápiz chico que memoria grande». Puede ser buena idea empezar a anotar en un cuaderno los pasajes y versículos más destacados. Esto permite releerlos con facilidad. Llegará a ser como una especie de diario espiritual. Se puede tomar nota de cosas que uno quiera recordar, “The Word of God”, Part 1, pg 12
elementos que uno considere importantes para su relación con el Señor y con los demás. A veces, el simple hecho de anotar algo, lo ayuda a uno a recordarlo y meditar al respecto. Se puede organizar el cuaderno de distintas formas. Podría hacerse en orden cronológico, al estilo de un diario, apuntando cada día las frases y versículos que más te llaman la atención. También puede ser temático: se dispone una página o sección para cada tema en el que estés interesado. En el transcurso del tiempo se van anotando en la correspondiente página los pasajes y versos que vayas hallando sobre cada tema. Memorización Memorizar pasajes de la Biblia siempre ha sido fuente de fortaleza para el pueblo de Dios. El Rey David lo expuso así: Salmo 119:11. En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra Ti. Salomón expuso con relación al mismo tema: Proverbios 4:4. [Mi maestro] me enseñaba, diciendo:“Retén mis razones en tu corazón, guarda mis mandamientos y vivirás”. Los pasajes y versículos que grabemos en la memoria serán un enorme apoyo para nosotros. En épocas de enfermedad y dificultades, los versos retenidos son gran fuente de consuelo y de fortaleza. Conocer determinados pasajes y versos nos sirve también para hablar del Evangelio a otras personas. El apóstol Pedro aconsejó: 1 Pedro 3:15b. Estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros. En una futura clase trataremos más a fondo el tema de la memorización. Qué hacer cuando no entiendas algo Cuando te topes con algo que no entiendes, no dejes de leer. Sigue adelante, que ya habrá muchas otras cosas que sí entenderás. A lo mejor, en una lectura posterior, Dios te revelará algo que no entendiste antes. Cuando te encuentres con un pasaje enigmático y poco claro, envuélvelo en un paquetito de fe y hazlo a un lado. Espera a que el Señor más adelante lo desenvuelva y te revele el significado. Proverbios 2:6. El Señor da la sabiduría y de Su boca proceden el conocimiento y la inteligencia. “The Word of God”, Part 1, pg 13
No hace falta entenderlo todo San Agustín caminaba una vez por la playa, desconcertado por cierta doctrina. En ese momento vio a un niño que iba corriendo al agua con una concha, la llenaba y luego echaba el agua en un hoyo que había hecho en la arena. ¿Qué haces, muchachito? le preguntó Agustín. ¡Quiero meter el mar en este hoyo! respondió el niño. Agustín comprendió lo que Dios quería enseñarle. Así, mientras se alejaba caminando, dijo para sus adentros: «Ahora lo entiendo bien. Soy igual que ese niñito. Estoy empeñado en hacer lo mismo. Parado a las orillas del tiempo pretendo encerrar el infinito en mi mente finita». Debemos aceptar que Dios sabe ciertas cosas que a nosotros no nos es permitido conocer. No hay que afanarse por saber todos los detalles de la historia antigua Muchos hemos llegado al convencimiento de que lo más gratificador de la lectura de la Biblia no ha sido llegar a conocer todos los pormenores de la historia antigua contenidos en sus páginas, sino descubrir las partes que se aplican a nuestra realidad y existencia cotidianas. Por ejemplo, cuando leemos sobre la vida de Cristo y los primeros cristianos, vemos en ellos un modelo de amor en acción que instintivamente deseamos imitar. Al leer los Salmos y otros pasajes de alabanza y plegaria, podemos aplicarlos a las oraciones que nosotros mismos hacemos. Si bien resulta interesante informarse de la historia del pueblo de Dios relatada en la Biblia y tener por lo menos conocimientos generales sobre los sucesos de la Antigüedad, un estudio minucioso de la Historia resulta accesorio y por tanto no es conveniente dedicar a ello mucho tiempo. Algunas recomendaciones: Los Salmos y los Proverbios son buenos libros de culto, oración e instrucción. Asimismo, no deben faltar las lecturas de los evangelios Mateo, Marcos, Lucas y Juan que nos transmiten las pláticas y enseñanzas de Jesús. Éstos se encuentran en el Nuevo Testamento. El Evangelio de Juan en particular reproduce, más que los otros evangelios, las Palabras textuales de Cristo. Algunos capítulos están enteramente dedicados a los dichos de Jesús; por ejemplo, los capítulos 14-17 recogen las últimas palabras que Cristo expresó a Sus discípulos. Por eso es muy recomendable empezar por el evangelio de Juan. (Verás que en el cuaderno se recomienda leer aproximadamente siete capítulos por sección.) Resumen de los pasos necesarios para una eficaz lectura de la Palabra Comprometerse a dedicar regularmente determinado espacio de tiempo a la lectura y procurar cumplir con lo establecido. Leer en un sitio tranquilo, libre de interrupciones y distracciones. “The Word of God”, Part 1, pg 14
Planear lo que se va a leer por una temporada, pero al mismo tiempo ser flexible y dejar un margen para que el Señor pueda sugerir algo distinto si surgiera la necesidad. Antes de ponerse a leer, se debe orar para que el Señor que le hable a uno por medio de Sus Palabras y haga que cobren vida por el Espíritu Santo. No limitarse a leer; ir más lejos: estudiar. Procurar aplicar lo leído a la vida cotidiana y comprometerse a llevarlo a la práctica. Marcar o resaltar el texto para facilitar el posterior repaso. Anotar en un cuaderno los versículos y pasajes más destacados. Aprender de memoria los versos más importantes. No dejar de leer cuando no se entienda algo. Dos preguntas clave para plantearse al leer: ¿Cómo puedo aplicarme a mí mismo esto que leí en la Palabra? ¿De qué manera puedo emplear estos conocimientos en beneficio de los demás?
CIERRE
Ahora depende de ustedes poner estos principios en práctica. Digamos que éste es un curso de cocina y que te hemos enseñado una receta. Sin embargo, si no vuelves a tu casa, buscando los ingredientes y preparando el plato, ¡jamás sabrás lo delicioso que es!
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12 Piedras Fundamentales – Suplemento de apuntes para la clase 1A
Tesoros nuevos y viejos La Palabra de Dios, 1ª parte
Objetivo: Leer la Palabra de Dios.
Versículos clave Romanos 10:17. La fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios. Mateo 4:4. Escrito está: «No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios». Juan 3:16. De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Lecturas recomendadas de la Biblia Evangelio de Juan, capítulos 1–7 PLEGARIA Y ALABANZA: ¡TU GLORIA! (ADAPTACIÓN DEL SALMO 19) Los cielos cuentan Tu gloria, oh Dios, y el firmamento anuncia la obra de Tus manos. Tu ley, oh Señor, es perfecta, que convierte el alma; Tu testimonio es fiel, que hace sabio al sencillo. Tus mandamientos son rectos, que alegran el corazón; Tu precepto es puro, que alumbra los ojos. Tu temor es limpio, que permanece para siempre; Tus juicios son verdad, todos justos. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces más que miel, y que la que destila del panal. Tu siervo es además amonestado con ellos; en guardarlos hay grande galardón.
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MEDITACIÓN: LA TRANSFORMACIÓN TOMA TIEMPO 2 Corintios 5:17. Si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas. Cuando pedimos a Jesús que venga a vivir en nosotros, Él instantáneamente penetra en nuestro corazón. Lo que probablemente nos tardará mucho más es compenetrarnos nosotros con Él, es decir, llegar a morar en Cristo, como lo llama la Biblia. No se trata simplemente de tener a Jesús en el corazón; hay que llegar a conocerlo íntimamente, estar imbuidos en Él, arraigarnos y cimentarnos en Él y en Su Palabra. Entonces, a medida que profundizamos más en Él, se reafirma aquello de que las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas. Esa transformación y ese proceso son muy grandes y requieren tiempo. Cuando aceptamos a Jesús y la Salvación que nos ofrece, todo lo viejo no queda automáticamente atrás ni todo se hace nuevo de repente. Aceptar la salvación es la decisión más importante que se puede tomar en la vida, el paso más trascendental que se puede dar. Supone dejar atrás una vida ya pasada a fin de iniciar una nueva. Todo será o debiera ser diferente. No obstante, dicha transformación lleva tiempo. No es que se agite una varita mágica y a partir de ese momento uno cambie íntegramente al instante. <Reflexión> ¿Dedicas tiempo a estrechar tu relación con Jesús? ¿Por lo menos dedicas un rato diariamente a la lectura de Su Palabra?
CONOCIMIENTOS DE LA BIBLIA: EL EVANGELIO DE SAN JUAN El Nuevo Testamento contiene cuatro Evangelios: según Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Estos libros relatan la vida de Cristo en la Tierra. Es aconsejable leer primero el cuarto de estos evangelios, el de San Juan, que es uno de los más sencillos y elementales. Juan poseía un profundo entendimiento de Jesús y de la verdad divina revelada por medio de Él. Su evangelio explica el significado de la salvación con mayor claridad que los otros tres evangelios. La finalidad del Evangelio según San Juan está claramente definida en Juan 20:31: «Estas [crónicas de la vida de Cristo] se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en Su nombre». Juan era hijo de Zebedeo, un pescador que faenaba en aguas del mar de Galilea. Era asimismo hermano de Jacobo (Santiago), otro apóstol de Jesús. A Juan y a Jacobo los apodó Jesús Boanerges, que significaba hijos del trueno (Marcos 3:17). Este apodo insinúa que ambos eran discípulos muy fogosos. A Juan también se le conocía como el discípulo a quien Jesús amaba. Fue compañero y buen “The Word of God”, Part 1, pg 17
amigo del apóstol Pedro, según lo acreditan los Evangelios y el libro de los Hechos de los apóstoles. Además, Juan escribió el Apocalipsis y tres epístolas. A saber, 1ª, 2ª y 3ª de Juan. Cada capítulo del evangelio de Juan revela una característica o una obra de Jesús: Cap. 1: El Hijo de Dios Cap. 2: Hijo del hombre Cap. 3: Divino Maestro Cap. 4: Conquistador de almas Cap. 5: El gran Médico Cap. 6: Pan de vida Cap. 7: Agua de vida Cap. 8: Defensor de los débiles Cap. 9: La luz del mundo Cap. 10: El buen pastor Cap. 11: Príncipe de vida Cap. 12: Rey Cap. 13: Siervo Cap. 14: Consolador Cap. 15: Vid verdadera Cap. 16: Dador del Espíritu Santo Cap. 17: Gran intercesor Cap. 18: Modelo de padecimiento Cap. 19: Salvador enaltecido Cap. 20: Triunfador sobre la muerte Cap. 21: Redentor del alma penitente
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Suplemento RESUMEN DE LOS PASOS NECESARIOS PARA UNA EFICAZ LECTURA DE LA PALABRA Comprometerse a dedicar regularmente determinado espacio de tiempo a la lectura y procurar cumplir con lo establecido. Leer en un sitio tranquilo, libre de interrupciones y distracciones. Planear lo que se va a leer por una temporada, pero al mismo tiempo ser flexible y dejar un margen para que el Señor pueda sugerir algo distinto si surgiera la necesidad. Antes de ponerse a leer, se debe orar para que el Señor que le hable a uno por medio de Sus Palabras y haga que cobren vida por el Espíritu Santo. No limitarse a leer; ir más lejos: estudiar. Procurar aplicar lo leído a la vida cotidiana y comprometerse a llevarlo a la práctica. Marcar o resaltar el texto para facilitar el posterior repaso. Anotar en un cuaderno los versículos y pasajes más destacados. Aprender de memoria los versos más importantes. No dejar de leer cuando no se entienda algo. Habrá mucho que sí se entenderá. Dos preguntas clave para hacerse uno mismo y a la vez plantearle al Señor cuando se lee algo: ¿Cómo puedo aplicarme a mí mismo esto que leí en la Palabra? ¿De qué manera puedo emplear estos conocimientos en beneficio de los demás? HALLAZGOS ARQUEOLÓGICOS CONFIRMAN LA VERACIDAD DE LA BIBLIA La arqueología bíblica es el estudio científico que —por excavación, examen y publicación— se hace de los hallazgos relativos a las diversas culturas y civilizaciones del periodo histórico descrito en la Biblia. Los descubrimientos arqueológicos han desvelado muchos aspectos del trasfondo bíblico y ofrecido explicaciones a numerosos sucesos referidos en la Escritura. Aunque no es posible verificar todos los incidentes descritos en ésta, los hallazgos arqueológicos que se vienen produciendo desde mediados del siglo XIX demuestran la fiabilidad y verosimilitud de la narrativa bíblica. He aquí algunos ejemplos: El descubrimiento de los archivos reales de Ebla (la actual Tell Mardij), antigua ciudad del norte de Siria, durante la década de 1970, ha demostrado que son viables los escritos bíblicos con relación a los patriarcas. (El término patriarcas generalmente se aplica a ciertos personajes bíblicos, jefes de familia, como Abraham, Isaac y Jacob, entre otros). Los documentos, grabados en tablillas de arcilla “The Word of God”, Part 1, pg 19
que datan aproximadamente del año 2300 a.C., demuestran que los nombres de personas y lugares mencionados en la Escritura son auténticos. El nombre Canaán figura en los textos de Ebla. Algunos críticos sostuvieron que ese nombre no existía en aquella época y que se utilizó incorrectamente en los primeros capítulos de la Biblia. Se afirmaba que la palabra tehom (abismo) empleada en Génesis 1:2 era un vocablo no utilizado en la fecha atribuida, por lo que quedaba demostrado que dicho pasaje había sido escrito en fecha más reciente. Tehom, sin embargo, sí formaba parte del vocabulario de los habitantes de Ebla, que emplearon esta palabra más de 800 años antes que naciera Moisés. Los usos y costumbres de la antigüedad reflejados en los relatos de los patriarcas también aparecen descritos en las tablillas de arcilla de la antigua Nuzi (actualmente Yorgam Tepe), al norte de Irak y en los documentos cuneiformes de la antigua Mari (en la actualidad Tell Hariri), en Siria occidental. Alguna vez se creyó que los hititas no eran más que una leyenda narrada en la Biblia, hasta que su capital y archivos reales se descubrieron en unas excavaciones realizadas en Bogazköy, Turquía. Muchos pensaban que la referencia bíblica a las riquezas de Salomón constituía una flagrante exageración. Archivos antiguos recuperados en época reciente demuestran que en la antigüedad las fortunas de un pueblo se concentraban en las arcas del rey. La prosperidad de Salomón era, pues, totalmente viable. Alguna vez se aseveró que ningún rey asirio actuó bajo el nombre de Sargón, citado en Isaías 20:1 y del cual no existía ningún otro registro. A la postre se descubrió el palacio de Sargón en Khorsabad, Irak. El mismo acontecimiento mencionado en Isaías 20, la captura de Asdod, se encuentra grabado en los muros del palacio. Es más, en la misma ciudad de Asdod se desenterraron fragmentos de una piedra con una inscripción conmemorativa de la victoria. Otro monarca de cuya existencia se dudaba fue Belsasar, rey de Babilonia, aludido en Daniel 5. El último rey de Babilonia, según la historia conocida hasta entonces, fue Nabonides. Más adelante se hallaron inscripciones cuneiformes en las que se leía que Belsasar fue el hijo de Nabonides y cogobernante de Babilonia, lo que demostraba que Belsasar efectivamente tenía autoridad para otorgar a Daniel el puesto de «tercer señor en el reino» (Dan. 5:16), el más alto que se pudiera ofrecer, en recompensa por haber logrado leer lo escrito en la pared. Estos hechos, tantas veces corroborados por descubrimientos arqueológicos, nos confirman la veracidad del texto bíblico. (Texto basado en la investigación de Bryant Wood, Associates for Biblical Research.) PERSONAJES DESTACADOS DE TODOS LOS TIEMPOS OPINAN SOBRE LA BIBLIA Sir Isaac Newton (1642-1727). Matemático y físico británico. Formuló las leyes del movimiento y dedujo a partir de ellas la ley de la gravitación universal. Son muy conocidas las valiosas aportaciones de Newton en muchos campos de la ciencia. Lo que no se conoce tanto es que dedicó mucho más tiempo al estudio de la Biblia que al estudio de la astronomía. “The Word of God”, Part 1, pg 20
Hay más señales de autenticidad en la Biblia que en la Historia profana. Todos mis descubrimientos han sido respuestas a las plegarias. Tomo mi telescopio y observo el espacio, lo que se encuentra a millones de kilómetros de distancia. No obstante, entro a mi habitación y, por medio de la oración, puedo acercarme más a Dios y al Cielo que si contara con todos los telescopios que hay en la Tierra. Johan Wolfgang Von Goethe (1749-1832). Poeta, novelista y dramaturgo y científico alemán: Que avance la cultura intelectual, que las ciencias naturales progresen en mayor medida y profundidad, y que la mente humana se expanda tanto como le plazca. No superará lo elevado y la cultura moral del cristianismo, tal como irradia en los Evangelios. En mi opinión, los Evangelios son meticulosamente auténticos, pues en ellos se encuentra la reflexión eficaz de lo sublime que emana de la persona de Cristo: y eso es tan divino como lo más divino que ha aparecido en la Tierra. Madre Teresa de Calcuta (1910-1997). Monja católica de etnia albanesa. Fundadora de la orden de las Misioneras de la Caridad y premio Nobel de la Paz; muy respetada mundialmente por su labor entre los pobres: Usted se sorprenderá cuando le diga que en los barrios más pobres de muchas ciudades donde vivimos y trabajamos, al abordar a las personas que viven en casuchas, lo primero que nos piden no es pan ni ropa, pese a que muchas se están muriendo de hambre y andan casi desnudas. Nos piden que les enseñemos la Palabra de Dios. La gente tiene hambre de Dios. Anhela escuchar Su Palabra. Gabriela Mistral (1889-1957). Poetisa chilena. Obtuvo en 1945 el Premio Nobel de Literatura: La Biblia es para mí, el Libro. No veo cómo puede alguien vivir sin ella. Robert Boyle (1627-1691). Científico irlandés. Se le llamó el padre de la química moderna. A lo largo de su vida Boyle leía la Biblia todas las mañanas y, como él mismo lo expuso, se esforzó al máximo por defender y ensalzar las excelentes doctrinas de las Santas Escrituras. Immanuel Kant (1724-1804). Filósofo alemán, considerado uno de los pensadores más influyentes de la era moderna:
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La existencia de la Biblia como texto para el pueblo es el más valioso bien que posee el género humano. Todo intento de menospreciarla constituye un crimen contra la humanidad. Mahatma Gandhi (1869-1948). Líder nacionalista indio que condujo a su país a la independencia mediante una revolución pacífica. Su nieto Arun Gandhi, del movimiento pacifista M.K. Gandhi Institute, habla de él así: Pasaba horas estudiando la Biblia y la vida de Cristo. En particular, le gustaba la filosofía expuesta por Cristo en el Sermón del Monte. Tenía muchos amigos cristianos. Al preguntársele por qué no se convertía al cristianismo, respondió: «Cuando usted me convenza de que los cristianos viven conforme a las enseñanzas de Cristo, seré el primero en convertirme». John Adams (1735-1826). Segundo presidente de Estados Unidos: La Biblia encierra más filosofía que la contenida en todas las bibliotecas que he visto. Las partes que en ella encuentro y que no logro conciliar con mi propia filosofía, las dejo para una futura investigación. William Herschel (1738-1822). Astrónomo alemán. Descubrió el planeta Urano: Por lo que veo, todos los descubrimientos del género humano parecen tener el único propósito de confirmar más y más firmemente la verdad contenida en las Sagradas Escrituras. Napoleón Bonaparte (1769-1821). Emperador de Francia durante 10 años. Conquistó la mayor parte de Europa: La Biblia no es un simple libro, sino una Criatura Viviente. Tiene poder para conquistar todo lo que se le oponga. [...] Alejandro Magno, César, Carlomagno y yo hemos establecido imperios, ¿pero a qué se debió nuestra obra genial? ¡A la fuerza! Jesús, sin ayuda, fundó Su emperio basándose en el amor, y en la actualidad millones de personas morirían por Él. William Gladstone (1809-1898). Primer Ministro de Gran Bretaña en cuatro ocasiones: Todo lo que pienso, todo lo que espero, todo lo que escribo, todo aquello por lo que vivo, está basado en la divinidad de Jesucristo. Él es el centro que alegra mi pobre e imprevisible vida. He conocido personalmente a 95 de los hombres más célebres de mi época y, de ellos, 87 eran seguidores de la Biblia.
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Ambrose Fleming (1849-1948). Físico e inventor inglés. Contribuyó significativamente al desarrollo de la telefonía, la telegrafía inalámbrica y el alumbrado eléctrico. Inventó el tubo rectificador de diodo (radio). Expresó: Se dispone de abundantes pruebas de que la Biblia, pese a haber sido escrita por hombres, no es producto de la mente humana. Incontables multitudes la han venerado como un mensaje transmitido a nosotros por el Creador del universo. Francisco Giner de los Ríos (1839-1915). Pedagogo, escritor y filósofo español: La Biblia... es una sagrada colección conservada bajo el nombre de «Libro de los libros» y en la cual se contiene el sistema doctrinal, moral y religioso más profundo, popular e inteligible que haya aparecido en la historia de la Humanidad. Fiódor Dostoievski (1821-1881). Novelista realista ruso, uno de los más importantes de la literatura universal. En Memorias de la casa de los muertos (1861-1862), describió las condiciones infrahumanas y la falta total de privacidad entre los presos, resultado de su experiencia en Siberia. Durante este tiempo también experimentó un cambio espiritual y psicológico del que dio testimonio. Sus lecturas, limitadas a la Biblia, le empujaron a rechazar el ateísmo socialista, de inspiración occidental, que había practicado en su juventud. Las enseñanzas de Jesucristo se convirtieron en la suprema confirmación de sus ideas éticas. George Washington Carver (1864-1943). Pedagogo estadounidense y destacado innovador de la agricultura. Hijo de esclavos, logró estudiar y graduarse en la Universidad. Continuó sus estudios universitarios, especializándose en el trabajo bacteriológico de laboratorio relativo al campo de la botánica. Su desarrollo e instrucción en los métodos de rotación de cultivos para la conservación de los nutrientes del suelo fue otro de sus valiosos aportes. Descubrió cientos de nuevos usos para el maní y otros productos agrícolas. Aseveró que, en su labor, la Biblia era igual de importante que su laboratorio. Solía levantarse a las cuatro de la madrugada para estar a solas con lo que amaba más, sus plantas y Dios. Declaró: En ningún otro momento tengo el entendimiento tan agudo y comprendo mejor qué es lo que Dios quiere que haga que en las primeras horas del día. Cuando otros duermen, escucho mejor a Dios y Él me comunica Su plan.
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¡CIENTÍFICOS DESCUBREN VERDADES REVELADAS EN LA BIBLIA DESDE LA ANTIGÜEDAD! Muy pocos se han percatado de ello, pero hay pasajes en la Biblia que coinciden con los principios científicos descubiertos por hombres de ciencia miles de años después que se escribiera la Biblia. A continuación unos ejemplos: La Biblia describió el ciclo hidrológico: En varios pasajes, la Biblia describe el ciclo del agua, proceso en el que ese líquido vital circula continuamente entre la tierra y la atmósfera, se forman las nubes, llueve y las corrientes subterráneas vuelven a abastecerse. La ciencia realizó el mismo descubrimiento en el siglo XVII, mucho después que la Biblia detallase el fenómeno. He aquí algunos versículos en los que se menciona el ciclo del agua: Job 26:8. Encierra las aguas en sus nubes, y las nubes no se rompen debajo de ellas. Job.26:8. Ata las aguas en sus nubes, y las nubes no se rompen debajo de ellas. Job 36:27-28. Él atrae las gotas de agua cuando el vapor se transforma en lluvia, la que destilan las nubes, y se vierte en raudales sobre los hombres. Eclesiastés 1:6-7. El viento sopla hacia el sur, luego gira hacia el norte; y girando sin cesar, de nuevo vuelve el viento a sus giros. Todos los ríos van al mar, pero el mar no se llena. Al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo. La Biblia señala que no es posible contar el número de estrellas: Durante siglos, científicos y astrónomos creyeron haber contado el número exacto de estrellas que poblaban el universo. Brahe, por ejemplo, aseveró que eran 777. Kepler afirmó que el total ascendía a 1.005. Hiparco declaró que había 1.022. Tolomeo creyó que el número ascendía a 1.056. A la larga, los científicos, entre los que se cuenta Galileo, gran figura de la ciencia, llegaron a la conclusión de que las estrellas no se podían contar. Así lo expresa la Biblia: Jeremías 33:22a. Como no puede ser contado el ejército del cielo ni se puede medir la arena del mar…(N. de la R.: Comúnmente la Biblia alude a las estrellas como el ejército del Cielo.) Génesis 15:5a. Entonces lo llevó fuera [a Abraham] y le dijo: —Mira ahora los cielos y cuenta las estrellas, si es que las puedes contar.
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La Biblia da cuenta de la existencia de valles y corrientes subterráneas en el interior de los mares: Hasta hace pocos siglos la humanidad no contaba con los recursos técnicos necesarios para descubrir la existencia de valles profundos y manantiales de agua dulce en los océanos. Sin embargo, en la Biblia lo afirmó mucho antes: 2 Samuel 22:16a. Las cuencas del mar quedaron a la vista; ¡al descubierto quedaron los cimientos de la tierra! (Nueva Versión Internacional). Génesis 7:11. Aquel día del año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, fueron rotas todas las fuentes del gran abismo y abiertas las cataratas de los cielos. Palabras de sabios… Isaac Newton, comentando en el siglo XVII la profecía de Daniel 12:4 (escrita hace unos 2.500 años), dijo que para que ello ocurriera sería necesario que se inventara un nuevo medio de transporte, pues el conocimiento aumentaría en tal medida que el hombre sería capaz de viajar a razón de 80 kilómetros por hora. Daniel 12:4. Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia aumentará. Voltaire, escritor y filósofo francés, contemporáneo de Newton, replicó con gran escepticismo: Fíjense en la otrora prodigiosa inteligencia de Newton, descubridor de la ley de la gravedad: ese pobre iluso se puso a estudiar ese libro que llaman la Biblia y para dar crédito a las fábulas absurdas que contiene, creyó que el conocimiento de la humanidad aumentaría de tal manera que viajaríamos ¡a la velocidad de 80 kilómetros por hora! Hasta un escéptico afirmaría hoy en día: «Newton fue un gran filósofo; Voltaire, un POBRE iluso». PARA LOS RATOS DE QUIETUD Oraciones modelo para antes de la lectura de la Palabra Bendice, Señor, este estudio que voy a iniciar de Tu Palabra. Ilumina mi corazón y mente. Aclara mis pensamientos a fin de que logre entender Tus caminos y procure así con diligencia presentarme aprobado en Tu presencia, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que interpreta rectamente la palabra de verdad (2 Timoteo 2:15). Haz que este estudio sea de provecho y que entienda Tu Palabra. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén. --Te doy gracias, Jesús, porque nos hablas mediante Tus Palabras dadoras de vida. Gracias por las soluciones, el consuelo, la orientación y la sabiduría que encierran estas páginas. Ayúdame a retener lo que leo, a ponerlo en práctica en mi realidad “The Word of God”, Part 1, pg 25
cotidiana, pues Tu Palabra recomienda: «Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos» (1 Timoteo 4:15). --Te doy gracias, Jesús, por este momento y este lugar en que puedo estudiar Tu Palabra. Gracias por prodigarme Tu Espíritu Santo. Tu Palabra nos dice que el Espíritu que nos enseñará todas las cosas y nos guiará a toda la verdad (Juan 14:26 y 16:13). Haz que Tu Palabra cobre vida para mí ahora y me dé a conocer lo que Tú quieres hablarme. Amén. --Te doy gracias, Señor, porque nunca me fallas. Gracias porque siempre estás muy cerca de mí. Ayúdame a concentrarme en Ti ahora que voy a leer Tu Palabra. Ayúdame a hacer lo mismo que el apóstol Pedro: poner los ojos en Ti, no fijarme en las olas, sino mantener mi corazón afirmado en Ti y en Tu Palabra más que nada. Tengo la certeza de que cumplirás Tus promesas y me darás la fe que necesito. ¡Amén! --Jesús, dame un hambre y un deseo sinceros de Tu verdad, de manera que ésta opere en mí las transformaciones que necesito. Que mi corazón sea el terreno fértil del que hablaste en la parábola del sembrador (Mateo 13:8). Así, la semilla de Tu Palabra germinará y dará buen fruto. Ayúdame a aprender algo nuevo de lo que voy a leer ahora, algo excepcional, y a ponerlo en práctica en mi vida diaria. Abre mis ojos y miraré las maravillas de tu Ley (Salmo 119:18). --Te doy gracias, Señor, porque esta oportunidad de dejar de lado los asuntos del día, de sentarme en silencio y dejar que me hables por medio de los escritos de quienes te aman. Dijiste que la persona que te ama, guarda Tu Palabra (Juan 14:23). Te amo, Señor, y te pido que me ayudes a aplicar a mi vida cotidiana lo que leo. Haz que viva y actúe de un modo mejor, basándome en lo que aprenda de Ti.
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PRUEBA DE LA CLASE 1A, «LA PALABRA DE DIOS: TESOROS NUEVOS Y VIEJOS», DE LAS 12 PIEDRAS FUNDAMENTALES NOMBRE: 1.
FECHA:
¿Tienes Biblia? ¿Estás leyendo algún libro de la Biblia en particular? ¿Cuál?
2.
Cuando lees la Biblia, ¿qué esperas que te aporte? ¿Fe, consuelo, conocimientos generales o alguna otra cosa?
3.
¿Qué es lo primero que deberías hacer al sentarte a leer la Palabra de Dios? (Pista: Véase Salmo 119: 18)
4.
¿Qué dice Juan 1:1?
5.
¿Qué dice Romanos 10:17?
6.
¿Qué espera el Señor que hagamos respecto de lo que leemos en la Palabra? (Pista: Juan 13:17)
OPCIONAL 7.
Nombra 3 beneficios que nos reporta estudiar la Palabra de Dios.
8.
Nombra 3 de los consejos de esta clase que más te aportaron para el estudio eficaz de la Palabra. ____________________________________________________________
¿HUBO ALGO DE LA CLASE QUE NO HAYAS ENTENDIDO O QUE TE SUSCITA INTERROGANTES? SI ES ASÍ, EXPLÍCALO A TU GUÍA.
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