12PF Clase 09a: ¿Cómo es el Cielo?

Page 1

Curso Básico Bíblico LAS 12 PIEDRAS FUNDAMENTALES

CLASE 09A: ¿COMO ES EL CIELO? © La Familia Internacional Editado por http://audioconectate.net Junio de 2011

―Heaven‖ part 1, page 1


lase 09A-1 BÁSICA) El Cielo, 1ª parte ¡CÓMO ES!

PRIMER TRAMO: NOCIONES SOBRE EL CIELO

¡El Cielo nos aguarda!

Jesús quiere que comprendamos el amor que reina en el Cielo y que al mismo tiempo tengamos conocimiento del lugar que nos aguarda a quienes lo amamos, una vez que trascendemos el velo de esta vida. La distancia detrás de ese velo no es muy grande y lo que ocurre del otro lado del mismo no difiere totalmente de lo que vivimos de este lado, del lado de la tierra. La misma alegría, amor, paz y contentamiento que los salvos apenas si logramos saborear aquí en la Tierra, allá predominan y los experimentaremos en abundancia. Él quiere que comprendamos la plenitud del amor que experimentaremos y el cumplimiento de las promesas que nos ha hecho. El Cielo es real; la muerte no es más que la puerta por la que pasamos de la vida que ahora vivimos, a la eternidad. 1 Corintios 13:12. Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. Muchos dicen que cuando traspasamos el umbral de la muerte se acaba todo, es el final. Pero se equivocan. El umbral de la muerte es la entrada a una nueva vida: La vida del otro lado del velo que separa esos dos mundos. Seguimos siendo nosotros mismos. Conservamos nuestra individualidad. No dejamos de vivir, madurar y aprender. Nuestro espíritu sigue adelante. 

El tema que abordaremos hoy En la clase de hoy echaremos un vistazo a lo que dice la Escritura acerca del Cielo. También vamos escuchar algunos testimonios de quienes han tenido vislumbres del Cielo por medio de experiencias de muerte clínica. Gracias a un sinnúmero de testimonios, de las enseñanzas de la Biblia, de profecías y de otras revelaciones, tenemos una buena idea de lo que nos aguarda. Hoy queremos compartir al menos una parte de todo eso. Lo más importante que podemos asimilar de esta clase es que Jesús nos ha preparado un sitio maravilloso en el más allá. Él nos dijo: Juan 14:2–3. En la casa de Mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, Yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a Mí mismo, para que donde Yo estoy, vosotros también estéis. ―Heaven‖ part 1, page 2


Cuando el Señor nos llame a Su Reino y abandonemos esta vida, cuando lleguemos a ese umbral y se nos pida que lo atravesemos, dejaremos atrás las cosas de esta vida: nuestro cuerpo físico, nuestros bienes materiales. Nos despojamos de esas cosas como quien se quita un atuendo. Pero nuestro espíritu, que constituye la esencia de lo que somos —el verdadero yo y verdadero tú traspasa ese velo y continúa. Nuestra experiencia y conocimientos —y sobre todo lo que hemos aprendido espiritualmente, lo relacionado con el amor, la bondad, y la verdad— eso nos lo llevamos con nosotros y nos rinde beneficios por la eternidad. Por eso, esta clase y la que le sigue, suponen un reto. Nos plantea la inquietud: ¿Aprenderemos y aplicaremos lo que esta vida nos enseña? En el espléndido reino divino del amor, todo es amor. Allí tendremos y experimentaremos todo lo que anhelamos. Cualesquiera que sean nuestras limitaciones aquí, allí gozaremos de paz interior y satisfacción de espíritu; no sentiremos ningún temor; nuestras necesidades serán satisfechas en abundancia; podremos ser creativos, hallar verdadero amor y llenar los espacios vacíos de nuestra vida, corazón, mente y espíritu. Jesús es la puerta al Cielo, y al entrar allí a través de Él, nuestra vida, tanto en este mundo como en el venidero, será más grandiosa que todo lo que nos hayamos podido imaginar. Por el hecho de haber aceptado a Jesús vamos a vivir para siempre con Él en ese reino fascinante, maravilloso y gratificador en el que impera la paz.

―Heaven‖ part 1, page 3


Pero no se pongan impacientes El Señor nos llevará allí a Su tiempo: Salmo 31:15a. En Tu mano están mis tiempos. Salmo 48:14. Este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; Él nos guiará aun más allá de la muerte.

Estudiamos el Cielo porque ese es nuestro destino final. Pero mientras tanto, el Señor nos tiene reservado mucho trabajo que hacer aquí, sobre todo el de llevarnos con nosotros a todos los que podamos. Te recomendamos que disfrutes observando y leyendo “Seis Relatos del Cielo” publicado en http://issuu.com/audioconectate/docs/seis_relatos_del_cielo SEGUNDO TRAMO: ¿POR QUÉ ESTUDIAMOS EL CIELO?

Además de estudiar lo que dice la Biblia acerca del Cielo, vamos a echar un vistazo a los recuentos de personas que experimentaron lo que se denomina muerte clínica. Se trata de gente que murió, tal vez en un accidente o durante una intervención quirúrgica y que luego revivió. Durante el periodo que estuvieron clínicamente muertas, la experiencia que vivieron no tiene otra explicación plausible que no sea la de una vislumbre de lo que sucede durante la transición de esta vida a la otra. 

La apoteosis

―Heaven‖ part 1, page 4


El Cielo es un final feliz tan increíble y casi inimaginable que los últimos capítulos de la Biblia hablan exclusivamente de él. La descripción del Cielo que aparece en los capítulos 21 y 22 del Apocalipsis es la apoteosis de la Biblia, el estruendoso clímax de la sinfonía divina. Revela un sitio de una belleza tan deslumbrante que el solo hecho de leerlo lo eleva a uno hacia la dimensión celestial, más allá de la capacidad imaginativa del hombre. En un ratito examinaremos esos capítulos. Las cosas más estupendas que ustedes jamás soñaron son realidad en aquella fabulosa morada de los hijos de Dios, la Ciudad Celestial, cuyo arquitecto y constructor es Dios, y de la cual ya disfrutan los santos y nuestros difuntos amigos. Hebreos 11:13-16. Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad. Se trata de un lugar tan hermoso que casi no cabe imaginarlo. Sin embargo, a causa del gran amor que el Señor nos tiene, nos lo ha relatado extensamente. 1 Corintios 2:9-10. Antes bien, como está escrito: «Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman». Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.

¿Qué propósito tiene estudiar sobre el Cielo? Dicen que la mitad del placer de algo proviene de aguardarlo con ilusión y expectativa. Entonces, ¿por qué no disfrutar de la mitad del Cielo ahora mismo? En espíritu, ya estamos a media distancia del Cielo. El simple hecho de meditar en él, alabar y agradecer al Señor por él, leer sobre el tema, soñar con él e ilusionarnos con él nos permite obtener la mitad del placer de antemano. Podemos disfrutar del 50% del placer ahora mismo con solo aguardarlo con expectativa. Esa, entre otras, es una buena razón por la que nos hace bien hablar del Cielo, pensar en él y leer sobre él. Al fin y al cabo, allí pasaremos la eternidad. Visto desde esa perspectiva, es un sitio bastante importante, ¿no les parece? Nuestra morada eterna, el lugar que Jesús fue a preparar para nosotros con miras a la eternidad. Es, pues, natural que suscite nuestro interés y curiosidad, que queramos saber cómo será cuando lleguemos allí. Todos los hijos de Dios, todas las personas de fe desde tiempos inmemoriales han anhelado «una ciudad que tiene fundamentos —fundamentos eternos— cuyo Arquitecto y Constructor es Dios». No les satisfacía ser ciudadanos de este mundo, constituido por reinos físicos, terrenales, gobernados por hombres y por espíritus perversos. Ansiaban más bien una patria creada por Dios, una nación celestial edificada por el Señor. ―Heaven‖ part 1, page 5


Hebreos 11:10. Esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo Arquitecto y Constructor es Dios.

Si sueñan con una ciudad perfecta y un país perfecto gobernado por un gobierno perfecto y habitado por personas perfectas, solo tendrán que aguardar un poco. ¡Está ya en camino! Jesús prometió que nos está preparando un lugar. (V. Juan 14:2-3, más arriba). El Cielo es un estupendo lugar que podemos aguardar con expectativa. Esperamos que ustedes también se ilusionen y se entusiasmen con él, pues tomar conciencia de las cosas fantásticas que Dios nos tiene reservadas nos ayuda a sobrellevar algunas de las cargas y pruebas a las que nos vemos enfrentados ahora. Romanos 8:18. Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. 

No hay nada que temer El miedo a la muerte es uno de los temores más grandes que aquejan a la gente. Sin embargo, la Biblia nos dice que Jesús puede librarnos de ese temor. ¡Jesús venció a la muerte! No hay nada que temer. Solo nos queda aguardar con gozo y paciencia el momento de encontrarnos con nuestro Salvador cara a cara. Hebreos 2:15. Y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. ―Heaven‖ part 1, page 6


1 Corintios 15:55-57. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?, ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Apocalipsis 22:3-4. No habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y Sus siervos le servirán, y verán Su rostro, y Su nombre estará en sus frentes. 

Las experiencias de muerte clínica casi siempre disipan el temor a la muerte

Una de las características más sobresalientes de quienes han experimentado la muerte clínica es que pierden el miedo a la muerte. Han podido vislumbrar el más allá y saben que no hay nada que temer. ¡Las experiencias de muerte clínica son hechos reales! Los estudios nos ofrecen pruebas bastante contundentes de que esas experiencias son auténticas. Por ejemplo, el Dr. Melvin Morse, autor de Más cerca de la Luz, escribe: Michael Sabom, cardiólogo de Atlanta, ha realizado unos estudios fascinantes sobre experiencias de abandono del cuerpo y de personas que estuvieron a punto de morir de un infarto. En dichas experiencias, la persona que experimenta la muerte clínica afirma haber abandonado su propio cuerpo y presenciado su propia resucitación a cargo del médico en la sala de emergencias o en el quirófano. ―Heaven‖ part 1, page 7


Los estudios de Sabom incluían a treinta y dos pacientes. El facultativo condujo una encuesta entre veinticinco pacientes con conocimientos clínicos elementales. En la misma les pidió que a partir de lo que ellos sabían, explicaran lo que a su parecer sucedía cuando un médico intentaba devolverle sus funciones a un corazón. Sabom se proponía comparar a los pacientes con nociones clínicas con otros que habían experimentado la muerte clínica sin tener ningún conocimiento médico. Descubrió que veintitrés de las veinticinco personas del grupo encuestado explicaron erróneamente el procedimiento de resucitación. Comparativamente, todos los pacientes que habían experimentado la muerte clínica describieron con precisión lo sucedido durante su resucitación. Aquello constituye una prueba muy firme de que esas personas en efecto habían abandonado su cuerpo y se observaban desde arriba, tal como lo afirmaron. La muerte clínica: El recuento de Jerry En 1997 (a la edad de 47 años) protagonicé un grave accidente de tránsito en el que sufrí muchas lesiones de extrema seriedad. Estando atrapado dentro del auto, no sentía ningún dolor pese a que tenía doble fractura de cadera, fractura de cóccix, un pulmón perforado por una costilla, fractura de cráneo, múltiples laceraciones en la cara y una oreja parcialmente amputada. Vi un lugar en el que reinaban la calidez, el amor y la amistad. Parecía una suerte de túnel pero no era redondo. Era un túnel tipo pasadizo, como los que se usan para unir edificios o tiendas por encima de una calle. No era angosto, sino más bien ancho. Iba caminando por él. Al menos eso me parecía, pero no recuerdo que mis pies se movieran. Los lados del túnel no estaban iluminados, pero tampoco se veían oscuros. Al llegar al final, me topé con unas personas. Solo las veía de la cintura para arriba. No me dio miedo en absoluto. Todas sonreían y se veían felices. Vi varias caras conocidas. Dos de ellas eran mis abuelos y una, mi padre. Detrás de ellos estaba muy oscuro, pero podía percibir la presencia de multitudes de personas. Alguien me dio la mano a modo de saludo. Creo que era mi padre. Él había muerto de Alzheimer y pasó sus últimos días en muy mal estado. Ahora, sin embargo, se erguía y se veía saludable. De golpe me di cuenta de lo bajito que era él en realidad. Todas aquellas personas estaban muy contentas de verme. En ese momento sentí el apremio de volver a la vida. No era una sensación de angustia sino simplemente un punto en que era hora de decidir. Hasta hoy no pienso que la decisión haya sido mía. Alguien lo decidió por mí. Todavía tenía tomada de la mano a la primera persona a la que había saludado. Era una mano muy cálida, que me proporcionaba mucho alivio. Mi mano se deslizó lenta y suavemente de la suya a medida que regresé flotando al mundo de los vivos. Y ahí terminó todo. Estaba de regreso. Retrospectivamente ya no le temo a la muerte.

―Heaven‖ part 1, page 8


Pensemos en el Cielo Todos aquellos héroes de la Biblia que figuran en el cuadro de honor de Dios, el capítulo 11 de Hebreos, se consideraban extranjeros y peregrinos aquí en la tierra porque anhelaban una Ciudad Celestial que tiene Fundamentos, la única patria que realmente les pertenecía y a la que ellos pertenecían. Soportaron toda suerte de tribulaciones, sufrimientos, trabajos arduos y hasta la tortura y la muerte en la tierra, porque aguardaban con ansias aquella Ciudad. 2 Corintios 5:1. […] Tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los Cielos. Vale, pues, la pena pensar en el Cielo y hablar de él, procurar visualizarlo y darnos cuenta de lo que nos aguarda, sabiendo que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria que vamos a compartir en un futuro no muy lejano.

2 Corintios 4:17-18. Esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. Colosenses 3:1-2. Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Hebreos 13:14. No tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir. ¡La Ciudad Celestial, que descenderá de Dios para morar con los hombres! Esa es la esperanza de todas las épocas: Aquel mundo eterno, al presente invisible, donde moraremos con Él para siempre. ¡Eso es lo que todos aguardamos con ansias! No hablo de castillos en el aire, de pura fantasía, sino del Cielo que se posa en la Tierra. Un nuevo Cielo y una nueva Tierra con su Ciudad Eterna. ―Heaven‖ part 1, page 9


Un destino distinto: el infierno Naturalmente, no todos los que mueren se van al Cielo. Sin embargo, todos sí pasan al mundo invisible del espíritu y algunos se van al infierno. ¿Qué es el infierno? Es la antítesis del Cielo. En todos los aspectos en que el Cielo exhibe belleza, el infierno está completamente desprovisto de ella. Para tener una idea de cómo es el infierno, imagínense la peor pesadilla posible. Lucas 16:19 - 26 Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, el cual estaba echado a la puerta de él, lleno de llagas, y deseaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. Y aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el infierno alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio a Abraham de lejos, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque soy atormentado en esta llama. Y Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; mas ahora éste es consolado, y tú atormentado. Y además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan, ni de allá pasar acá. 

Oración En sus escritos a ciertos seguidores suyos acerca de cosas celestiales, el apóstol Pablo decía que oraba continuamente. Efesios 1:16-18. No ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que Él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de Su herencia en los santos.

―Heaven‖ part 1, page 10


―Heaven‖ part 1, page 11


(Clase 09A-2 BÁSICA) El Cielo, 1ª parte ¡CÓMO ES!

TERCER TRAMO: ¡NUESTRO HOGAR CELESTIAL! 

La descripción del Cielo que hacen las Escrituras Los capítulos 21 y 22 del Apocalipsis nos ofrecen la descripción más explícita que hay en la Biblia acerca del Cielo. Emprenderemos a continuación un estudio exhaustivo versículo por versículo de las maravillas que revelan esos capítulos. Acompáñennos ahora en nuestra travesía cósmica hacia el futuro lejano. En realidad, lo detallado en estos increíbles capítulos trasciende las dimensiones de tiempo y espacio para aventurarse a una esfera fascinante donde mora Dios mismo, el Eterno Ahora. ¿Están listos? ¡Ahí vamos!...

La eternidad con el Señor Apocalipsis 21:2-3. Yo Juan vi la Santa Ciudad, la Nueva Jerusalén, descender del Cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para Su marido. Y oí una gran voz del Cielo que decía: «He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y Él morará con ellos; y ellos serán Su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios». El sitio donde vamos a morar con el Señor para siempre no es una tierra de fantasía perdida en el espacio sideral, sino una ciudad de ensueño aún más fantástica que Dios enviará del Cielo. Dios descenderá a vivir con nosotros, y nosotros con Él en esa ciudad soñada. Zacarías 8:8. Los traeré, y habitarán en medio de Jerusalén; y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios en verdad y en justicia. Apocalipsis 7: 9 Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; (16) «Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; (17) porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos».

―Heaven‖ part 1, page 12


Ezequiel 37:26-27. Haré con ellos pacto de paz, pacto perpetuo será con ellos; y los estableceré y los multiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para siempre. Estará en medio de ellos mi tabernáculo, y seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Salmo 16:11. Me mostrarás la senda de la vida; en Tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a Tu diestra para siempre. 

Ya no habrá más lágrimas Apocalipsis 21:4. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Ustedes probablemente coincidirán con nosotros en que este es uno de los versículos más hermosos de la Biblia. Leámoslo detenidamente: no dice que no habrá lágrimas. Creo que al llegar al Cielo y verse ante el Señor, muchas personas se van a sentir avergonzadas y van llorar a causa de sus pecados y fracasos. Sin embargo, el Señor es tan comprensivo, amoroso y misericordioso, ¿cierto?, que la Escritura señala que enjugará todas esas lágrimas y que ya no habrá más dolor ni muerte ni pesar. Solamente felicidad total y eterna. Va a ser tan estupendo que nos olvidaremos de todas nuestras pasadas tribulaciones. Isaías 35:10. Los redimidos del Señor volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido. ―Heaven‖ part 1, page 13


Nuestra herencia Apocalipsis 21:5-7. El que estaba sentado en el trono dijo: «He aquí, Yo hago nuevas todas las cosas». Y me dijo: «Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas». Y me dijo: «Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, Yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas, y Yo seré su Dios, y él será Mi hijo». En aquella prodigiosa Ciudad Celestial, Sus vencedores «heredarán todas las cosas». 1 Juan 5:5,4. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. Al Señor le encanta la fe y Él ama a Sus hijos fieles, por lo que los va a recompensar grandemente. Heredarán todas las cosas, todo lo que alguna vez hayan querido o deseado. Pues si amamos a Dios y nos deleitamos en Él, Él se deleita en darnos los deseos de nuestro corazón. Dice: Salmo 37:4. Deléitate asimismo en el Señor, y Él te concederá los deseos de tu corazón. Lucas 12:32. No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.

Nos reuniremos con nuestros seres queridos Otro aspecto magnífico del Cielo es que nos reuniremos con nuestros seres queridos. Será la reunión familiar más grandiosa que hayamos conocido, en la que estarán presentes nuestras personas más queridas, nuestros familiares, hijos, padres, ancestros, descendientes, camaradas y amores. Allí estaremos todos juntos en el mismo lugar a la misma vez, celebrando y alabando al Señor juntos en una descomunal reunión celestial de compañerismo. Así que esa es otra fascinante característica del Cielo que podemos aguardar con ilusión. Al fin estaremos todos reunidos. Allí todos serán buenos, amorosos, considerados, serviciales, afables, tiernos, alegres y fieles. Todos amarán mucho al Señor y se desvelarán unos por otros. ¡Será hermoso! La sociedad perfecta, la comunidad perfecta, en la que gozaremos de fraternidad perfecta unos con otros y con el Señor. No habrá odios ni envidias ni egoísmo ni crueldad ni ninguna de esas cosas malas. ¡Todos se comportarán de maravilla! ¡Serán dulces y amorosos! ¡Será hermoso, simplemente perfecto! ¡Como ángeles! ¡Un éxtasis! ¡Les encantará!

―Heaven‖ part 1, page 14


Experiencia de muerte clínica: La historia de Sammy Llevaba un tiempo con síntomas de gripe acompañados de algunos dolores leves que se difundían desde el pecho hacia ambos brazos y la mandíbula. Entregué a los médicos dos electrocardiogramas perfectos, por lo que atribuyeron los síntomas a algún virus pernicioso. Al cabo de un par de semanas sin mejoras y un nuevo ECG, decidieron hacerme una prueba de esfuerzo cardíaco. Para ello, uno camina sobre una cinta sinfín con distintos niveles de dificultad a la vez que lo conectan a un ECG bien complejo. Durante la primera etapa de la prueba, sentía un dolor como si me comprimieran. Era como si alguien me hubiera colocado una enorme morsa en el pecho. Me acuerdo que el médico me preguntó si estaba bien y que luego me desplomé. Pero no recuerdo haber caído al suelo o sobre la cinta. Sobre lo que ocurrió después guardo recuerdos bastante fragmentados en imágenes y sensaciones sueltas. Tengo memoria de haber pasado por un túnel o pasaje tubular mientras escuchaba un fuerte ruido como de torrente en el fondo. No me acuerdo de haber entrado ni salido del tubo. Lo siguiente que recuerdo fue verme atraído hacia una luz magnífica de un resplandor indescriptible. A medida que me acercaba a ella, mi primera esposa (su primera esposa había fallecido antes) me interceptó el paso. Estaba feliz de verme pero a la vez preocupada porque aún no era mi hora de estar allí. Yo sabía que ella estaba feliz y satisfecha en su actual situación. No recuerdo que me lo dijera. Pero yo lo sabía. Fue como si tomáramos un giro a la derecha. Lo siguiente que me viene a la memoria es que estaba sentado en una pradera de un color verde cálido bajo un cielo azul brillante. No recuerdo claramente si había hierba, flores u otras plan―Heaven‖ part 1, page 15


tas allí. Hablé con alguien. Conversamos durante horas acerca del motivo por el que estamos aquí y mis planes para esta vida. En ese momento lo tenía todo claro: sabía cuál era el sentido de la vida y lo que entrañaba. No recuerdo nada de lo que dijimos a excepción de la última frase. Estoy convencido de que no debía recordarlo. Hasta el día de hoy, sueño vívidamente con aquella conversación, pero cuando me despierto, no la recuerdo. No sé con quién o con qué hablé, pero puedo afirmar que me sentí incondicionalmente amado por un ser de sabiduría infinita. Como decía, lo único que recuerdo de aquella conversación es la última frase. La recuerdo tan vívidamente como si acabara de escucharla. Una voz grave, masculina, me decía: «Entonces está decidido. Volverás». Al final de aquella frase, el personal médico me practicó una segunda desfibrilación. Fui reabsorbido violentamente por mi cuerpo y sentí la fuerza del impacto. Era como si alguien me hiciera estallar una pequeña bomba en el pecho. Se me abrieron los ojos de golpe y vi la parte posterior de la cabeza del hombre que lo había hecho. Lo escuché decir: «conversión», que es el término médico que emplean para referirse a reestablecimiento del ritmo cardíaco. Me dijeron que era el segundo shock. El médico que me había dado la prueba de esfuerzo dijo que me habían dado dos descargas. En la primera no se produjo la conversión. Cerré los ojos de nuevo. Cuando volví a abrirlos estaba en la unidad de cuidados cardíacos. Lo que logro recordar de mi experiencia de muerte clínica es muy claro y gráfico. No tiene características oníricas. Recuerdo haber viajado a gran velocidad a través de un pasaje tubular oscuro. Vi una luz muy brillante, de espectro de banda completa y de una belleza indescriptible Aunque era muy resplandeciente, no lastimaba la vista. Me encontré con mi finada primera esposa. Hablé con una entidad superior acerca de por qué estamos aquí y cuál es mi misión en la vida. 

El modelo divino de nuestro hogar celestial El apóstol Juan nos da una descripción detallada y específica de nuestro futuro hogar celestial, la gran ciudad del espacio: la Nueva Jerusalén. En la misma nos revela incluso sus medidas exactas, sus colores, materiales, etc.: Apocalipsis 21:9-11. Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: «Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero». Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal. Dicho de otro modo, se asemeja a un diamante. Además, es tan hermosa que Dios la compara con Su creación suprema: una hermosa mujer. Más arriba en el versículo 2, Juan dice que vio la Santa Ciudad descender dispuesta «como una esposa ataviada ―Heaven‖ part 1, page 16


para Su marido». Eso deja claramente establecido que la referencia a la ciudad en términos de la esposa es simbólica, pues según lo descrito en este pasaje es evidente que se trata de una magnífica morada, celestial pero muy concreta, con muros, mansiones, un río, árboles, puertas y dimensiones físicas exactas. Es la ciudad que nos ha preparado para Su verdadera esposa, la Iglesia. El muro y las puertas

Apocalipsis 21:12-14. Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel; al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas. Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero. Cada una de las puertas lleva inscrito el nombre de una de las doce tribus de Israel. También dice que en el muro están los nombres de los doce apóstoles. Eso no significa que ellos sean el muro o las puertas. Se trata simplemente la forma en que Dios los honra. Apocalipsis 21:15-16. El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro. La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales.

―Heaven‖ part 1, page 17


¿Tienen alguna idea de cuánto es doce mil estadios bíblicos en medidas modernas? No hay un consenso muy claro en torno a la medida exacta de un estadio en tiempos bíblicos, pero aproximadamente equivale a 185 metros. De modo que 12.000 estadios equivaldría a unos 2.200 kilómetros. ¡Eso significa que constituye una ciudad gigantesca! 2.200 kilómetros en cada dirección: ancho, largo y alto. Casi escapa a nuestra comprensión. El Cielo tiene forma de pirámide

Es nuestra creencia que la ciudad celestial tiene forma de pirámide. Ahora bien, la Biblia no dice específicamente que sea piramidal. Lo que sí describe claramente (Apocalipsis 21:16) es que la base es cuadrada. Si la altura es igual a la anchura, ¿qué tipo de edificación se podría construir sobre una base cuadrada, además de un cubo o una pirámide o alguna construcción de forma extraña? ¡Quizá sea eso lo que los antiguos egipcios trataban de imitar con sus pirámides! Tal vez tuvieron acceso a misteriosos datos del mundo del espíritu que les indicaron que el mundo venidero tendría esa forma geométrica y por eso procuraban imitarla y garantizar que sus reyes pasaran a ese mundo como era debido. Aunque no podemos demostrar a partir de la Biblia que la ciudad tenga forma piramidal, existen algunos pasajes de la Escritura acerca del Cielo que indicarían que lo es.

―Heaven‖ part 1, page 18


Hebreos 12:22. Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles. Isa 2:2 Y acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová por cabeza de los montes, y será ensalzado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Mic 4:1 Y acontecerá en los postreros días que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y será exaltado más que los collados, y los pueblos correrán a él. De esos versículoss inferimos que tiene forma de montaña. Sin duda que una pirámide de 2.200 kilómetros de alto tendría aspecto de montaña. Dado que estamos comparando estos versículos con la descripción específica de esa morada que aparece en el Apocalipsis, es factible correlacionar ambas y dar por sentado que eso es a lo que se refiere: una pirámide. ¿Cabríamos todos? En su intento de desacreditar la Biblia, algunos escépticos dicen: «Da lo mismo. Aunque la hiciera así de grande, no habría suficiente espacio para albergar a todos los cristianos nacidos de nuevo, eso sin hablar de otras personas». ¡Pues eso es ridículo! Basta con tomar un trozo de papel y un lápiz o una calculadora y ponerse a hacer cuentas. Si la base tiene 2.200 kilómetros de lado, significa que tiene una superficie de unos 5.000.000 de kilómetros cuadrados. Eso equivale a tres cuartas partes de la superficie del continente australiano. Y con una altura de unos 2.200 kilómetros desde la base hasta la cúspide, el volumen total de la pirámide asciende a más de 3.500 millones de kilómetros cúbicos. Los estudiosos afirman que hasta el presente han vivido unas 70.000 millones de personas en la tierra. Bastaría con que una tercera parte de ellas se hubiera salvado para que la ciudad contenga actualmente 23.000 millones de habit antes, es decir, 7 personas por kilómetro cúbico. Más espacioso, ¡imposible! 

Muchas mansiones Tomando en cuenta las medidas presentadas en Apocalipsis 21, la Ciudad Celestial es inmensa. La capacidad de esa urbe que Jesús ha ido a preparar para nosotros es simplemente pasmosa. Recuerden lo que dijo Jesús en Juan 14:2: Juan 14:2a. En la casa de Mi Padre muchas moradas hay.

―Heaven‖ part 1, page 19


¡Imagínense! Un día serán propietarios de una morada que no les va a costar nada. Nada de mantenimiento, ningún gasto, nada de nada, salvo lo que ya le costó a Jesús. Estará pagada con sus obras en la tierra, con lo que ya hayan abonado por ella aquí abajo. Ciertas cosas por las que estamos trabajando ahora mismo no las recibiremos hasta llegar allá. Aun así, veremos que todo lo que hayamos pagado aquí no será comparable con la gloria venidera que allí ha de manifestarse. Sea como sea el lugar que Jesús ha ido a preparar para nosotros, podemos tener la certeza de que será fantástico. Seguro que cuando lleguemos allí quedaremos perplejos. 

Jesús, la gloriosa Luz del Cielo Apocalipsis 21:23. La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. No dice que no vaya a haber luna ni sol, sino que la ciudad no tendrá necesidad de luna ni sol, pues poseerá luz propia, la Luz de Dios y de Su Hijo, Jesús. Eso no quita que el sol y la luna sigan iluminando el mundo fuera de la ciudad, el planeta Tierra, el cual continuará existiendo, aunque cubierto de una nueva superficie semejante al Edén. Dentro de la Ciudad Celestial, sin embargo, no necesitaremos esas lumbreras terrestres, porque el Señor es su lumbrera. Estará siempre iluminada, día y noche. Imagínense, nunca habrá que acostarse, nunca habrá que dormir, porque no existirán el cansancio ni la fatiga. El sólo hecho de morar fuera de ella será una bendición, el simple hecho de ser un poblador de las cercanías, que la tenga a la vista, constituirá un privilegio. Simplemente poder admirarla por la noche y estremecerse con su mag―Heaven‖ part 1, page 20


nificencia, con el resplandor de la milagrosa luz dorada de Dios, será una dicha. La Palabra de Dios dice que los mismos sol y luna se confundirán al lado de la gloria, la belleza y la luz de esa Santa Ciudad aquí en la superficie de la tierra. Isaías 24:23. La luna se avergonzará, y el sol se confundirá, cuando el Señor de los ejércitos reine en el monte de Sion y en Jerusalén, y delante de sus ancianos sea glorioso. La ciudad de Dios va a ser perfecta y pura, regida por Dios mismo. De hecho, no lo va a ser, sino que ya lo es. Jesús ha estado preparándola desde partió de este mundo. Experiencia de muerte clínica: La historia de Donna Era l973 y yo tenía 17 años. Estaba hospitalizada. Había perdido muchísima sangre y sufría de calambres abdominales a causa de un aborto natural. Recuerdo que estaba en la sala de emergencias y me llevaron a un cuarto privado. Mientras el médico me examinaba allí, tuve un paro cardíaco, de tan alta que tenía la fiebre, el termómetro ya no la registraba. El doctor llamó a otros colegas y enfermeras. Recuerdo vívidamente que sentía que abandonaba mi cuerpo y flotaba hacia el techo del recinto. Observaba que abajo se movían cinco médicos y tres enfermeras. Me habían puesto intravenosas en ambos brazos y trataban de hacerme volver por medio de un aparato cardíaco. Yo los miraba desde arriba y me sentía tan bien allí que era hermoso. No tenía mucho interés en retornar. Lo que recuerdo después fue que, flotando sobre una luz resplandeciente, subí hasta un lugar nunca visto en este mundo. No podría describir con palabras la calidez, el amor y la sensación de paz que tenía en aquella luz. De golpe vi surgir una enorme pantalla tridimensional, más grande que cualquier pantalla de cine que haya visto en mi vida. Me quedé allí observando toda mi vida pasar delante de mis ojos en aquella pantalla. Todas las personas con quienes había tenido alguna relación en mis 17 años de vida aparecían en la pantalla; también asomaban todas mis emociones y sentimientos. Era surrealista. Después empecé a atravesar un túnel, un túnel muy largo, pero la luz que había al final era increíble. Mientras iba en dirección a aquella luz me sentía inmensamente feliz. Muy amada y en paz. Nunca había sentido nada así en la tierra. Quería irme para no volver. Era puro gozo, paz y felicidad. Pero me dijeron que debía volver, que mi propósito en la vida aún no se había cumplido. Comencé a flotar de regreso. Luego recuerdo que desde arriba contemplaba mi cuerpo y todos aquellos médicos que trataban de hacerme volver. Yo me resistía. Mientras mi cuerpo espiritual retornaba al cuerpo físico, todavía no podía mover un solo músculo. Repetía una y otra vez: «¡No, no, no me hagan eso! ¡Déjenme ir! ¡No me salven!» No quería reincorporarme. Mientras estuve allí aprendí algo que nunca olvidaré. El mensaje era que amara a mi prójimo y que no juzgara a nadie ni nada. ¡Así de simple! Isaías 60:20. El Señor te será por luz perpetua y los días de tu luto serán acabados. ―Heaven‖ part 1, page 21


El Río de la Vida

Apocalipsis 22:1-2 – Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. El profeta Ezequiel también vislumbró aquel prodigioso río y los árboles celestiales. Los describió de la siguiente forma: Ezequiel 47: 3-12 - Y saliendo el varón hacia el oriente, tenía un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos. Y midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. Y midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar; porque las aguas habían crecido, aguas para nadar, y el río no se podía pasar. Y me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? Después me llevó, y me hizo volver por la ribera del río. Y cuando volví, he aquí en la ribera del río había muchísimos árboles a uno y otro lado. Y me dijo: Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán a la llanura, y entrarán en el mar; y entradas en el mar, recibirán sanidad las aguas. Y será que toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este río. Y será que junto a él estarán pescadores; y desde Engadi hasta Eneglaim será tendedero de redes; en su especie será su pescado como el pescado del Mar Grande, mucho en gran manera Sus pantanos y sus lagunas no se sanearán; quedarán para salinas.

―Heaven‖ part 1, page 22


Y junto al río, en su ribera de uno y otro lado, crecerá todo árbol frutal; su hoja nunca caerá, ni faltará su fruto; a sus meses madurará, porque sus aguas salen del santuario; y su fruto será para comer, y su hoja para medicina. Apocalipsis 22 Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos. Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. ¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro. Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios. Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira. Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana. Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente. Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro. El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén. 

Si Morimos Antes del Arrebatamiento, Nos Iremos Derechito al Cielo En nuestra lectura de Apocalipsis 21 y 22, nos hemos concentrado en la descripción del Cielo como destino final. Una vez que Jesús haya retornado para reclamar el mundo para Dios, después del Milenio, la Ciudad Celestial será nuestra morada eterna. Pero ¿qué hay de los creyentes que mueren ahora? ¿Dónde están en este momento? ¿Tienen que esperar hasta más adelante para disfrutar de los placeres del paraíso? ―Heaven‖ part 1, page 23


¡No! Los que mueren ahora no tienen que esperar hasta la Segunda Venida de Jesús para ser resucitados. Pablo dijo: 2 Corintios 5:8. Pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. De modo que ese estupendo lugar sobre el que hemos leído ya se está poblando con los salvos de todas las épocas. Ya están disfrutando de la maravillas del Hogar Celestial Divino. Ya se encuentra en la presencia de Jesús. Tal vez se pregunten cómo están allá y cómo son ellos. Hasta ahora hemos hablado de cómo es el Cielo. En la próxima clase vamos a hablar de los moradores del Cielo —¡nosotros!— y cómo seremos. CIERRE

Oración Jesús, te agradecemos que podamos pasar la eternidad contigo y con nuestros seres queridos que te hayan aceptado. Gracias que nunca estaremos separados. Jamás estaremos solos; con cada día que pase llegaremos a conocerte más y mejor, te veremos con más claridad y te comprenderemos más profundamente. Amén.

―Heaven‖ part 1, page 24


12 Piedras Fundamentales – Suplemento de apuntes para la clase 9A

¡Cómo es! El Cielo, 1ª parte Objetivo: ¡Ilusionarnos con nuestro futuro celestial! Versículos clave Juan 14:2–3. ( En la casa de Mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, Yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a Mí mismo, para que donde Yo estoy, vosotros también estéis. Apocalipsis 21:2. Yo Juan vi la Santa Ciudad, la Nueva Jerusalén, descender del Cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para Su marido. Lecturas recomendadas de la Biblia – 22

Otras lecturas recomendadas Vislumbres del Cielo (publicación de Aurora)

PLEGARIA Y ALABANZA: «GRACIAS POR TU AMOR, JESÚS» Te doy gracias por Tu amor, Jesús. Gracias por aceptarme como soy y amarme a pesar de mis muchas debilidades. Gracias por separarte de Tu Padre y dejar Tu Hogar Celestial para venir a la tierra a enseñarnos a amar. Gracias por haber muerto por mí a fin de que yo pueda vivir contigo para siempre. Te agradezco, Jesús, que puedo transitar por el camino de la vida contigo como compañero constante. Te doy gracias por revelarme nuestro destino final: tu Reino Celestial. Gracias por preparar un lugar de tal belleza y felicidad para Tus hijos. Aprecio mucho, Jesús, que Tu amor, misericordia y paciencia conmigo no sea igual a los que tengo yo por los demás. Tu amor es inconmensurable. Tu misericordia trasciende los ―Heaven‖ part 1, page 25


cielos. Tu paciencia es más profunda que el mar. El hecho de que comprendas mis problemas y preocupaciones me conforta y me infunde fe. ¡Te amo! ¡Te alabo! ¡Te honro y te enaltezco!

MEDITACIÓN: POR QUÉ DEJÓ MOISÉS A EGIPTO Pensar en el Cielo nos da fuerzas para sobrellevar algunas de las cosas que enfrentamos actualmente. Ese es uno de los motivos por los que Moisés logró lo que logró, porque «tenía puesta la mirada en el galardón, como viendo al Invisible». Hebreos 11:24–27. Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible. Miró más allá de todos los problemas que tenía en Egipto y puso los ojos en el Señor y en su recompensa futura. Previendo lo que le deparaba el futuro, fue capaz de sobrellevar el presente. Vislumbrar el Cielo le dio fuerzas para soportar todo lo que tuvo que soportar aquí en la tierra.

―Heaven‖ part 1, page 26


¡Pudo haber sido faraón, rey de Egipto! Sin embargo, al mirar más allá de Egipto y todas sus riquezas temporales, poder y gloria, vislumbró el mundo venidero y «puso su mirada en el galardón». Tuvo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que todos los tesoros de Egipto, la nación más poderosa de la tierra, el reino más rico del mundo de aquel entonces, del cual podría haber ejercido el cargo más encumbrado de rey. Miró más allá de este velo terrenal en pos de una Ciudad Celestial, cuyo Arquitecto y Constructor es Dios.

CONOCIMIENTOS DE LA BIBLIA: LAS EPÍSTOLAS (CARTAS) DE PABLO (2ª PARTE) Parte del ministerio de Pablo consistió en escribir cartas o «epístolas». (En Nociones de la Biblia, 1ª parte, encontrarán una reseña de las 14 cartas que rubricó.) Gran parte de los escritos de Pablo giraban en torno a explicaciones de la salvación por gracia a través del amor de Dios. Algunas de sus misivas son largas disertaciones teológicas y legales dirigidas a los intelectuales. Pablo era abogado, por lo que se proponía interpretar el Evangelio para los pensadores y legalistas como él. Lo hace muy bien, pero muchos de sus escritos son bastante difíciles de entender y de seguir. A veces resulta más fácil hacerlo en una versión más moderna de la Biblia, como la Nueva versión internacional. Además de las enseñanzas teológicas contenidas en sus escritos, parte de lo expuesto por Pablo se aplicaba a su época pero no necesariamente estamos sujetos a ello hoy en día. Por ejemplo, su afirmación de que las mujeres no debían hablar en la iglesia fue tal vez en deferencia a la sociedad judía en que se había criado, donde la mujer no ostentaba ningún cargo público. Ello, sin embargo, contradice lo que el Espíritu Santo dijo por boca de Pedro en el segundo capítulo de los Hechos (Hechos 2:17-18). ¿Cómo harían las mujeres para guardar silencio en la iglesia si habrían de profetizar? O ¿cómo iban a profetizar si debían guardar silencio en la iglesia? Pablo mismo admitió que no todo lo que decía provenía del Señor, sino que era producto de sus propios razonamientos. «Y a los demás yo digo, no el Señor» (1 Corintios 7:12).

―Heaven‖ part 1, page 27


PRUEBA DE LA CLASE 9A, «EL CIELO: ¡CÓMO ES!», DE LAS 12 PIEDRAS FUNDAMENTALES NOMBRE:

FECHA:

1. ¿Qué capítulos del Nuevo Testamento describen el Cielo en detalle? 2. ¿Quién o qué es la luz del Cielo? (Pista: Apocalipsis 21:23) 3. Todos los salvos finalmente van al Cielo. Si nos morimos antes que regrese el Señor, ¿iremos derechito al Cielo o tendremos que esperar? (Pista: 2 Corintios 5:8) 4. ¿Qué esperas con más ansias al llegar al Cielo?

5.

Hasta ahora, ¿qué te imaginabas cuando pensabas en el Cielo?

6.

Ahora que has estudiado esta clase, ¿qué es lo que más te llama la atención del Cielo?

7.

Ilusionarnos con las dichas y placeres que gozaremos en el Cielo nos hace mucho bien. Describe algunos de los beneficios.

¿HUBO ALGO DE LA CLASE QUE NO HAYAS ENTENDIDO O QUE TE SUSCITA INTERROGANTES? SI ES ASÍ, EXPLÍCALO BREVEMENTE A TU GUÍA.

―Heaven‖ part 1, page 28


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.