12PF Clase 11b: Tercer y Ultimo Paso para la Victoria

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Curso Básico Bíblico LAS 12 PIEDRAS FUNDAMENTALES

CLASE 11B: 3 PASOS PARA VENCER (Paso 3) © La Familia Internacional Editado por http://audioconectate.net Junio de 2011

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Clase 11B-1 BÁSICA Superar conflictos, 2ª parte TRES PASOS PARA VENCER (2ª parte)

TERCER PASO: SIGUE ADELANTE

Ya estamos listos para el tercer paso: «Sigue adelante». a) RECONOCE LO QUE TIENES QUE APRENDER Y MADURA

La vida es un proceso de aprendizaje constante. Aceptar a Jesús y Su don de Salvación es apenas el comienzo, el primer paso que nos lleva a convertirnos en lo que Dios quiere que seamos. El proceso de aprendizaje es algo extraordinario. Nadie es perfecto. ¿En qué consiste la vida? En no ser perfectos, sino en aprender y madurar. Quizá una de las mejores formas de entender esto es echar un vistazo a la ilustración alegórica que hizo Jesús en Juan 15. El pámpano o sarmiento de la vida que es podado es el que lleva fruto. Juan 15:1–7. Yo soy la vid verdadera, y Mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en Mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en Mí, y Yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en Mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en Mí, y Yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de Mí nada podéis hacer. El que en Mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. ) Si permanecéis en Mí, y Mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. 

La experiencia es para nuestro desarrollo lo que el ejercicio para el cuerpo

¿Qué beneficios rinde el ejercicio al cuerpo? Lo fortalece. De modo que todas las experiencias por las que pasamos, todas las pruebas y tribulaciones, cada cosa nueva que se nos presenta, cada enseñanza que tomamos en el camino nos proporciona experiencia. Y la experiencia es para la mente lo que el ejercicio para el cuerpo. Todas las experiencias por las que pasamos, Dios las concibe para hacernos más fuertes. 

Aprende lo que te toque y sigue adelante

Concentrarse demasiado en los propios errores y defectos acarrea sus peligros. Muchos cristianos se pasan largas horas empeñados en perfeccionarse. Algunos se pasan la vida leyendo la Palabra, rezando y yendo a la iglesia con el solo objeto de “3 Steps to Victory” Part 2, page 2


perfeccionarse y auto superarse. Lo que han hecho es enrolarse en un curso de superación personal. No es eso lo que nos proponemos nosotros. Aunque todos tenemos cosas que aprender y nos hace falta madurar espiritualmente —sobre todo si nuestras debilidades están perjudicando a otros, hay que encararlas—, no queremos pasarnos toda la vida resolviendo nuestros conflictos personales y superando los propios pecados, fallos y debilidades. Reconoce lo que tengas que aprender y sigue adelante. Es preferible invertir la mayor parte de nuestras energías en ayudar a los demás. Las cargas pueden convertirse en puentes Un biólogo cuenta que una vez vio a una hormiga transportar una brizna de hierba que parecía una carga excesiva para ella. La hormiga llegó hasta una grieta en el suelo que era demasiado amplia como para cruzarla. Se quedó un rato como analizando la situación; luego puso el trocito de hierba sobre la grieta y cruzó por encima de ella. Qué hermosa lección para toda la humanidad. Las cargas que lleva a cuestas una persona pueden servirle de puente para vadear obstáculos y progresar. Si te caes, no te quedes ahí tendido Una señora mayor resbaló y se cayó en una concurrida calle. Los transeúntes se apresuraron a asistirla, pero ella se estaba incorporando por sus propios medios. —Gracias, estoy bien —les aseguró—. Siempre me caigo hacia adelante, nunca hacia atrás. De todos modos, aceptó el ofrecimiento de sentarse en una tienda cercana. —Parece que soy propensa a besar el suelo de mi pueblo natal —comentó con humor. Evidentemente, sabía cómo tomarse los tumbos de la vida con una sonrisa. El incidente me invitó a la reflexión. Físicamente, no todos logramos caer hacia adelante cuando tropezamos; a veces es inevitable que caigamos hacia atrás. Pero cuando la vida nos propina un fuerte golpe mental, podemos tratar de tomarlo con valor a fin de caer hacia adelante, es decir, mirando al futuro en vez de empantanarnos en el pasado. Aldous Huxley dijo: «La experiencia no es lo que le sucede a un hombre; es lo que un hombre hace con lo que sucede». Termina la carrera Podemos extraer inspiración de la vida de John Stephen Akhwari, como la cuenta Bud Greenspan en su libro 100 Greatest Moments in Olympic History (Los 100 momentos más grandiosos de la historia de las Olimpíadas). Cuando el ganador cruzó la línea de llegada en la maratón olímpica de México de 1968, las autoridades pensaron que la carrera había concluido. Pero una hora más tarde, John Stephen Akhwari, un maratonista de Tanzania, entró al estadio. Ensangrentado y vendado a raíz de una caída, cojeaba dolorosamente. “3 Steps to Victory” Part 2, page 3


Al dar la vuelta a la pista, la multitud comenzó a ovacionarlo. Al cruzar la línea de llegada, por la aclamación de la multitud uno habría pensado que Akhwari había sido el ganador. Más tarde, cuando le preguntaron por qué no abandonó antes, él respondió: —Es que usted no entiende. Mi país no me envió a México a empezar la carrera, sino a terminarla. Cuando la vida te deja maltrecho y golpeado, sigue adelante; tu Creador no te envió aquí a empezar la carrera, sino a terminarla. Sigue adelante a cualquier costo. Por muchos magullones que tengas, sigue luchando. Por muchas veces que tropieces y caigas, sigue corriendo. Tus heridas, golpes, rasguños y cicatrices son medallas de honor a los ojos del Señor. Son señales de que tuviste la fe, el valor, la determinación y el empeño para seguir adelante, por difícil que fuera. Puede que hayas caído, pero te negaste a abandonar. Al final de la carrera, podrás decir al igual que el apóstol Pablo: «He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día» (2 Timoteo 4:7-8). 

b) MANTÉN LOS OJOS PUESTOS EN JESÚS, NO EN TI MISMO.

Romanos 7:18a. Yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien. Gálatas 2:20. ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí. Isaías 26:3. Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.

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Pon los ojos en Jesús. Piensa en el Señor. Jesús es tu mejor Amigo y Él es quien puede ayudarte a conseguir la victoria, ya sea sobre tus debilidades o cualquier otro obstáculo que se te presente en el camino. Hebreos 12:1–3. Nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a Aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra Sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Pedro caminó sobre el agua y casi se hunde cuando apartó su mirada del Señor Mateo 14:28–32. Entonces le respondió Pedro, y dijo: «Señor, si eres Tú, manda que yo vaya a Ti sobre las aguas». Y Él dijo: «Ven». Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: «¡Señor, sálvame!» Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: «¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?» Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. Deja tu peso en Él Aprendí a nadar cuando niño, pero no fue hasta el verano pasado que aprendí a hacerlo bien. Durante 30 años pensé que debía luchar constantemente para no hundirme. Cierto día un experto nadador me observó unos minutos y luego exclamó: «Deja de luchar contra el agua y confía en que no te hundirás. Utiliza tus fuerzas para avanzar». Seguí sus instrucciones y bastaron unos minutos para convencerme de que tenía razón. Me extendí en el agua sin mover los brazos ni las piernas y para mi asombro, el agua me sostenía. Luego comencé a nadar usando mis fuerzas para avanzar. ¡Qué descubrimiento! ¿Por qué nadie me lo había dicho antes? Hay tantas personas que luchan continuamente para tratar de ser cristianas, cuando en realidad lo que deberían hacer es confiar en que el Señor las sostendrá. Por encima de la neblina Hay una anécdota acerca de los pasajeros de un barco que navegaba por el río San Lorenzo. Estaban airados porque a pesar de la densa neblina reinante, la nave avanzaba a toda velocidad. Por fin fueron a quejarse al primer oficial. «¡No se preocupen! —les dijo éste con una sonrisa—. La neblina está muy baja; el capitán se encuentra por encima de ella y tiene buena visibilidad». “3 Steps to Victory” Part 2, page 5


¿Te ves inclinado a quejarte por la forma en que el Gran Capitán te conduce? Confía en que Él ve el final del camino. Y luego afirma: «Solo Tú, Señor... me haces vivir confiado». 

c) CONFÍA EN QUE EL SEÑOR SABE LO QUE MÁS CONVIENE Romanos 8:28. Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a Su propósito son llamados. Algo que puede ayudarte a aprender a ejercitar tus músculos espirituales es tomar conciencia de que todo lo que sucede en nuestra vida tiene un propósito. El Señor tiene algún motivo y siempre debemos procurar descubrirlo. Cuando observas tu vida bajo ese prisma de Romanos 8:28 y tomas lo que te sucede como la voz del Señor que quiere hablarte y quiere indicarte algo, se abre ante ti toda una nueva forma de ver las cosas y estrecha mucho tu relación con el Señor. Si te detienes, miras y escuchas, y le preguntas qué se propone enseñarte, te vuelves mucho más consciente de Su presencia y percibes todas las vías concretas por las que te conduce. Cuando reconoces la forma tan estupenda en que el Señor se vale de todos los pequeños sucesos de tu vida para hablarte, te da un enfoque más positivo. Por ejemplo, si te enfermas, en vez de verlo como un impedimento, quejarte de tu suerte y considerarlo como algo con lo que simplemente tienes que lidiar, procura buscar todos los motivos positivos por los que puede haber sucedido. A veces no es fácil descubrir lo que el Señor desea comunicarnos, pero si persistimos y no dejamos de buscar las respuestas, Él es fiel en indicarnos que siempre tiene un propósito. Si aprendes a verle el lado bueno a todo lo que te sucede, tu vida se enriquece, las enseñanzas que le saques se hacen más profundas, alcanzas una mayor paz interior y percibes con facilidad la mano del Señor en los acontecimientos que te afectan. Hacer frente a un aluvión de problemas, pruebas, batallas y tribulaciones esperando que ocurra lo peor es muy distinto a ver esos mismos problemas, pruebas y batallas con la expectativa y la ilusión de descubrir todo el provecho que sabes les sacará el Señor.

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El fin de una amarga prueba (Por Corrie Ten Boom en su libro, Father Ten Boom.) Sucedió alrededor del año 1640. Un grupo de españoles viajaba por las selvas de Sudamérica cuando uno de sus integrantes se vio gravemente aquejado de la malaria. En poco tiempo, la fiebre lo había debilitado tanto que ya no podía caminar. Sus amigos no sabían qué hacer. Improvisaron una camilla hecha de ramas y hojas e intentaron cargarlo en ella. El estado del enfermo y las dificultades que entrañaba transportarlo se hicieron tales que finalmente decidieron colocarlo junto a un estanque de agua a la sombra de un árbol de denso follaje. Allí lo abandonaron. Su situación parecía no tener esperanza alguna. Sus compañeros le habían dejado algo de comida pero él no le prestó ninguna atención. ¡Agua! Era lo único en que pensaba. Atormentado por una sed insaciable, se inclinó hacia el agua. Lo embargó un sentimiento de desesperación al comprobar que tenía un sabor amargo y desagradable. Obligado por la continua fiebre que seguía quemando y consumiendo su cuerpo, bebió una y otra vez. Entonces algo extraño comenzó a suceder. Cada vez que bebía, la fiebre bajaba y los dolores eran menos intensos. Su debilitado organismo recobraba fuerzas. Aquella agua amarga le había restituido la salud. El árbol bajo el cual sus compañeros lo habían dejado resultó ser una chinchona o árbol de quinina. Las hojas y trozos de corteza habían caído al agua y la quinina se había disuelto en ella. Además de producir la curación de aquel extenuado viajero, aquella desgracia derivó en el descubrimiento de un remedio muy eficaz que ha permitido salvar incontables vidas. Así ocurre a menudo con quienes se ven obligados a pasar por pruebas amargas y tenebrosas. Con qué facilidad nos rebelamos contra aquellas circunstancias que nos causan sufrimiento y que no podemos alterar. Sin embargo, a veces el Señor nos envía pruebas para sanarnos. Debemos creer en Su amor y sabiduría. Pronto descubriremos que fue necesario soportar una amarga píldora para poder curarnos.

No hay mal que por bien no venga (Humor) Un hombre de manos muy torpes que desde hacía mucho tiempo pasaba penurias por falta de trabajo encontró por fin un empleo en una tienda de porcelanas. Llevaba apenas unos días trabajando cuando hizo trizas un gran jarrón. Fue rápidamente requerido en la oficia del gerente, donde este le informó que se le descontaría determinada cantidad semanal de su salario hasta que cubriera completamente el importe del jarrón que acababa de destrozar. “3 Steps to Victory” Part 2, page 7


—¿Cuál era su precio? —preguntó el culpable. —Trescientos dólares —respondió el gerente. —¡Qué maravilla! —exclamó el primero—, estoy contentísimo. ¡Por fin he hallado un trabajo estable! 

d) Olvídate de ti mismo y ayuda a los demás. Emplea las enseñanzas que recoges para ayudar a OTROS El Señor nos deja pasar por experiencias difíciles para consolar y ayudar a los demás. La mejor forma de olvidarte de tus propias desdichas es ayudar a alguien a superar las suyas. Concéntrate en apoyar a los demás. Procura la felicidad ajena antes que la tuya. Pide al Señor que te ayude a amarlo a Él, lo cual a su vez te motivará a amar tanto a los demás que te olvidarás de ti mismo y vivirás por Jesús y los demás. Dicen que la terapia ocupacional es bastante eficaz, que viene bien estar ocupado físicamente, trabajar con ahínco y olvidarse uno de sus propios problemas. Hasta cierto punto es cierto, pero no deja de ser una solución parcial. ¿Por qué no ponerse a trabajar en serio por Jesús, para favorecer a otras personas? Si te dedicas a asistir a los demás, te llenas tanto del gozo que Él te da por hacerlos felices que te olvidas de tu mal estado. Recuerda también que lo que aprendes y el consuelo que recibes del Señor y de otras personas te pone en condiciones de consolar a los demás. Nos compadecemos más profundamente de alguien cuando nosotros mismos hemos pasado por momentos difíciles. Si fuéramos todos tan justos y no tuviéramos ninguna de esas debilidades, no podríamos ayudar mucho a nadie. No nos identificaríamos con los demás ni nos compadeceríamos de ellos. Ni siquiera seríamos capaces de entenderlos. Emplea lo que te ha tocado aprender para ayudar a otros a sobreponerse a sus momentos difíciles. 2 Corintios 1:4. El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Se salvó por salvar a otro Se cuenta que Sundar Singh viajaba con un acompañante tibetano en un día sumamente frío. Nevaba copiosamente, y a los dos hombres les resultaba muy difícil avanzar, por estar casi congelados. Les costaba creer que pudieran sobrevivir a terrible experiencia. De repente, llegaron al borde de un abrupto precipicio y vieron allí a un hombre que había resbalado junto al borde y yacía tendido, moribundo, sobre una saliente de roca cierta distancia más abajo. Sundar le señaló a su compañero que deberían transportar al pobre hombre a un lugar seguro. El tibetano se negó a colaborar, aduciendo que lo único que podrían hacer sería tratar de salvarse ellos mismos, y continuó la marcha, dejando atrás a Sundar. Luego de muchas dificultades el monje logró subir al moribundo hasta la ladera de la montaña. Lo cargó sobre sus hombros e inició la durísima marcha con su pesada carga a cuestas. “3 Steps to Victory” Part 2, page 8


A poco de reiniciada la travesía se topó con el cadáver de su acompañante tibetano. Había muerto congelado. Sundar siguió adelante, sin desmayar, y poco a poco el hombre agonizante, al entrar en calor por la fricción de su propio cuerpo con el de su salvador, empezó a revivir. También el monje fue entrando en calor a raíz de los esfuerzos que realizaba. Por fin llegaron a una aldea y se pusieron a salvo. Con el corazón lleno de regocijo, Sundar recordó entonces las palabras de Su Maestro: «Todo el que quiera salvar su vida, la perderá, y todo el que pierda su vida por causa de Mí, este la salvará» (Mateo 16:25).

Llevar la carga Cuando un aldeano tiene que llevar una carga muy pesada, lo que hace a menudo es atarla a un extremo de un palo con una piedra de igual peso sujeta al otro extremo. Luego, colocándose el palo sobre los hombros, le es posible llevar su carga de la forma más fácil posible. Es lo mismo que empacar nuestro equipaje de vacaciones en dos maletas pequeñas en vez de una sola maleta grande a fin de distribuir equitativamente el peso cuando las cargamos. En la vida sucede lo mismo. Muchas personas han descubierto que la mejor forma de lidiar con sus pesos y estorbos es ayudar a alguien a cargar con los suyos. Al desviar su atención a los problemas ajenos, se les hace más fácil olvidarse de los propios.

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e) AGUARDA PACIENTEMENTE AL SEÑOR Has orado pidiendo ayuda. Has seguido los pasos anteriores. Confías, crees, luchas y te esfuerzas por cambiar. Sin embargo, todavía te ves asediado por la misma prueba. Puede que se trate de una debilidad que no logras superar. Quisieras dejar de fumar o dominar tu mal genio. O tal vez necesitas curarte de una dolencia de larga data. O quizá te hace falta otro empleo para hacer frente a tus compromisos económicos. Así y todo, aunque has hecho todo lo que te hemos recomendado, todavía no se te dan las cosas. ¿Qué pasa? Es indudable que no siempre recibimos respuestas inmediatas. Eso no significa necesariamente que estemos fallando en algo; bien puede ser que el Señor quiera enseñarnos paciencia. Cuando Él demora la respuesta a una plegaria, pone a prueba nuestra fe. La paciencia requiere fe, exige confiarle a Dios el resultado final. Salmo 40:1. Pacientemente esperé al Señor, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Lamentaciones 3:26. Bueno es esperar en silencio la salvación del Señor. Hebreos 10:36. Os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. La paciencia es una de las enseñanzas que Dios nos imparte con más frecuencia y, sin embargo, una de las virtudes que más escasean, pues pone a prueba nuestra fe y nos lleva a acudir al Señor y a Su Palabra, a los cuales de otro modo quizá no dedicaríamos tanto tiempo y atención. Al menos es uno de los medios de los que Dios se vale para llamarnos la atención mientras aguardamos Sus respuestas. Isaías 40:31. Los que esperan al Señor tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán. Santiago 5:10–11. Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor. He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo. Reza una sabia moraleja: «Algo inesperadamente prodigioso puede suceder en ese margen de tiempo en que no nos damos por vencidos, sino que seguimos creyendo y orando». Siempre lo ha hecho (humor) Una mañana, cuando William Howells y Mark Twain salían de la iglesia, comenzó a llover con fuerza. —¿Cree usted que parará? —preguntó Howells. —Siempre lo ha hecho, ¿no? —respondió Twain. Los atajos no siempre son lo más aconsejable “3 Steps to Victory” Part 2, page 10


Jeffrey aspiraba a ser conductor de taxi en Londres. Parte de la prueba consistía en estar familiarizado con las rutas más cortas entre dos sitios determinados de la ciudad. Estudió los mapas hasta que se los sabía de memoria, pero no aprobó la prueba. Como respuesta a la pregunta sobre cuál era la forma más rápida de llegar de un punto a otro, dio lo que habría sido sin duda la ruta más corta según el mapa. No obstante, recorrerla habría supuesto conducir su taxi por una larga escalinata y a través de un pasaje cuya anchura solo permitía el paso de peatones. Los atajos no siempre son lo que parecen. Aunque es lógico que uno se sienta agradecido cuando una prueba ha terminado, debemos tener siempre en cuenta que la mayoría de las cosas que valen algo nos llegan con paciencia y esfuerzo. No te dejes engañar por los atajos de la vida.

Breve sinopsis del tercer paso: ¡Sigue adelante! Hagamos una breve sinopsis del tercer paso: cómo seguir avanzando para salir del «valle de las tribulaciones» y entrar en el «terreno montañoso de la victoria». a) Reconoce lo aprendido y madura. La vida del cristiano es un proceso de aprendizaje. Reconoce lo que debes aprender del trance que te ha tocado vivir. Aunque no sea culpa tuya, de todos modos podría dejarte valiosas enseñanzas. b) Mantén los ojos puestos en Jesús, no en ti mismo. Confía en que Jesús te concederá las victorias que necesites. c) Confía en que el Señor sabe lo que más conviene. «A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien». Si confías en que el Señor te ama y que no permitirá que te pase nada que no termine redundando en tu bien, aunque no lo entiendas a primera vista, disfrutarás de mayor paz. d) Olvídate de ti mismo y ayuda a los demás. Dedicarte a ayudar a alguien bien podría resolver tus propios problemas. Recuerda también que el Señor nos deja pasar por ciertos aprietos para que podamos consolar y ayudar a los demás. e) Aguarda pacientemente al Señor. El Señor siempre responde, pero Su calendario en muchos casos difiere del nuestro. «Algo inesperadamente prodigioso puede suceder en ese margen de tiempo en que no nos damos por vencidos, sino que seguimos creyendo y orando».

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SEGUNDO TRAMO: MOMENTOS DE QUIETUD: REFUGIO DE LA

TEMPESTAD 

Momentos a solas con Jesús Las tempestades de la vida nos sobrevienen de una u otra forma. Pruebas personales, batallas espirituales, dificultades de orden físico. Es estupendo saber que hay un refugio donde podemos hallar solaz, reposo, consuelo y orientación. Ese refugio se halla en la presencia del Señor. Recuerda que Jesús nos dice: Mateo 11:28–30. Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, y Yo os haré descansar. Llevad Mi yugo sobre vosotros, y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque Mi yugo es fácil, y ligera Mi carga. Uno de los mejores recursos para llevar a la práctica estos tres pasos y superar obstáculos antes que se nos presenten siquiera, es dedicar un poco de tiempo cada día a morar en la presencia del Señor. Pasa tiempo todos los días orando a solas, alabando al Señor y leyendo la Palabra. Pueden ser 10, 30 ó 60 minutos. No es lo mismo que el tiempo de estudio; más bien es un rato de intimidad con Jesús, un rato que pasas conversando con Él y escuchándolo. Asócialo con pasar tiempo a solas con una persona amada, como lo haces con tu marido, tu esposa, tu novio o novia.

El dador de fuerzas Estos momentos de retiro y recogimiento espiritual te renovarán y te darán las fuerzas para enfrentar lo que te toque en el camino. Isaías 30:15. Así dijo el Señor Dios, el Santo de Israel: «En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza». Hebreos 4:9–10. Queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Jesús es capaz de resolver todos tus problemas de un solo atisbo. Puede oxigenarte todo el espíritu con una sola bocanada profunda. Puede aclararte los pensamientos con una sola melodía de dulce música celestial. Puede llevarse todos tus temores y enjugar todas tus lágrimas con un solo y breve momento de reposo, de la perfecta paz que Él te da cuando tu pensamiento persevera en Él y solo en Él, porque en Él has confiado. Una sola vislumbre de Jesús hace que todo valga la pena.

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«Lo único que puedo hacer es estar tendido inmóvil» Hudson Taylor (misionero inglés que laboró en la China, 1832-1905) estaba tan endeble en los meses finales de su vida que escribió a un íntimo amigo diciendo: «Estoy tan débil que no puedo trabajar; no puedo leer la Biblia; ni siquiera puedo orar. Lo único que puedo hacer es estar tendido inmóvil en los brazos de Dios, como un niñito, y confiar». Aquel portentoso evangelista, dotado de un gran poder espiritual, llegó a tal punto de sufrimiento físico y debilidad que todo lo que podía hacer era estar quieto y confiar. Eso mismo espera Dios de ti, Su hijo amado, cuando desfallezcas ante los fieros embates de la aflicción. No trates de ser fuerte. Simplemente, permanece quieto. Belleza en lugar de cenizas La Biblia promete que “a los que aman Dios todas las cosas les ayudan a bien”. (Rom.8:28) No solamente algunas, ni la mayoría, ni muchas, sino todas. ¡Qué promesa! A veces es difícil creer que Dios pueda sacar algún provecho de las peores tragedias y decepciones que sufrimos. Pero si lo amamos y procuramos complacerlo, lo hará. ¿Cómo? En muchos caso por medio de lo que aprendemos en nuestros momentos de desesperanza. La experiencia que adquirimos da profundidad a nuestra relación con el Señor y a nuestra interacción con los demás. Además, nos permite identificarnos con otras personas y comprenderlas mejor, a fin de que podamos consolarlas en sus momentos difíciles. No obstante, en otras situaciones no vemos con claridad los beneficios que puede habernos reportado cierta contrariedad. Es posible que no lo entendamos del todo hasta que lleguemos al Cielo y veamos lo ocurrido entre bambalinas en nuestra vida espiritual, lo cual no se nos hizo tan patente cuando estábamos en la Tierra. De todos modos, puedes tener la certeza de que si amas a Dios, algo bueno saldrá de los obstáculos con que te topes en la vida. Intenta, pues, verle el lado bueno a cada situación, por desventajosa que pueda parecer a simple vista. Eso requiere un esfuerzo considerable además de una dosis de oración. No se logra de la noche a la mañana. Pero hará la mar de diferencia cuando te enfrentes con problemas y escollos. Lamentablemente, si no vemos nuestros desengaños, penas, pruebas, enfermedades y demás dificultades bajo el prisma de Romanos 8:28, nos perdemos las valiosas enseñanzas que el Señor se propone impartirnos y nos privamos de la paz que se obtiene al confiar en esa singular promesa y principio. Las pruebas equivalen a beneficios. Comprender esa sencilla ecuación y creer en ella puede enriquecer nuestra existencia y darle un sentido más profundo y alegre. Hay una diferencia enorme entre el efecto que tiene el afrontar los escollos y tropiezos con miedo, esperando que suceda lo peor, y encarar los obstáculos con fe y valor, seguros de que el Señor les sacará provecho y de que nos fortalecerán espiritualmente. *** “3 Steps to Victory” Part 2, page 13


Es natural que nos preguntemos por qué nos ocurren cosas malas. Conviene recordar que Dios escribe derecho con renglones torcidos. Él siempre tiene un propósito, aunque no siempre nos lo revele enseguida. A veces se vale de enfermedades, aflicciones y contrariedades para llevarnos a estrechar nuestra relación con Él y confiar más en Él. De lo contrario tendemos a dejarnos llevar por la corriente. A veces nos suceden ciertas cosas con el único fin de mantenernos humildes; en otras ocasiones para acercarnos a otras personas; en algunos casos para forzarnos a rezar; en otros para enseñarnos a ser más cuidadosos y proceder con más oración; otras más tienen por objeto poner a prueba nuestra fe. Hay muchos motivos por los que Dios permite que pasemos tribulaciones, pero en última instancia, todos cumplen el mismo propósito: acercarnos a Él y obligarnos a recurrir más a Su poder, para que nos llenemos más del amor y el gozo que Él nos proporciona. <<Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas lo librará el Señor>> (Salmo 34:19) Él permite esos sinsabores a modo de pruebas. Tienen por objeto fortalecer nuestra fe y obtener una victoria aún más resonante de lo que parecía una derrota. Lo que debemos recordar constantemente es que todo lo que Dios hace, lo hace con amor. Dios no va a permitir que a un hijo Suyo que lo ama le ocurra algo que no sea para su bien. Aunque es posible que sufras multitud de aflicciones y penalidades, el Señor dice en el versículo citado que Él te librará de todas, cualquiera que sea su naturaleza o cantidad. David Brandt Berg *** Aunque todas las naves que tengo en alta mar vuelvan a puerto con los mástiles destrozados, confiaré en la Mano que nunca me ha abandonado, que cambió en bien para mí lo que parecía mal. Y aunque rompa en llanto al ver mis sueños destruidos, gritaré en las ruinas: <<¡Señor, en Ti confío!>> Ella Wheeler Wilcox *** Con mi desdicha aumenta mi ventura. Cervantes *** No ha habido médico que haya recetado un medicamento a su paciente ni con la mitad del cuidado y precisión con que Dios dosifica cada una de nuestras pruebas. Jamás deja que se excedan en un solo gramo.

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12 Piedras Fundamentales – Suplemento de apuntes para la clase 11B

Tres pasos para vencer, 2ª parte Superar conflictos, 2ª parte 

Objetivo: ¡Conservar la victoria! Versículos clave Romanos 8:28. Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a Su propósito son llamados. 1 Corintios 10:13. No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar. 2 Corintios 1:4. El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Lecturas recomendadas de la Biblia

PLEGARIA Y ALABANZA: ASISTENCIA PARA SUPERAR DEFECTOS ESPIRITUALES

Jesús, te pido que me ayudes a obtener la victoria sobre estos pecados asediantes que me han causado tantos problemas. No me siento digno de Tu perdón, pero te ruego que perdones mis pecados, que extiendas Tu mano y me toques con Tu poder milagroso a fin de librarme. Pareciera que he librado esta batalla durante tanto tiempo. De tanto en tanto hago algunos progresos y por épocas estoy un poco mejor, pero luego vuelvo a caer en mis viejas debilidades, a tal punto que muchas veces parece que no tiene caso seguir intentándolo, pues no logro nada. Luego siento el enorme peso de la condenación del Enemigo, porque sé que mi pecado no proviene de Ti. A pesar de mis pecados y faltas, sé que eres mi Amigo constante, mi Compañero, y que siempre estás a mi lado; que me amas con amor eterno. Nunca me dejas ni me abandonas ni me das la espalda, por muy indigno, pecaminoso y malvado que me “3 Steps to Victory” Part 2, page 15


sienta. Al rezar esta plegaria, invoco el versículo que dice que no es por obras de justicia que yo haya hecho que Tú me has salvado, sino por Tu misericordia (Tito 3:5). ¡Necesito Tu ayuda! No puedo lograrlo por mi cuenta. Mi única esperanza, Señor, eres Tú. Por fe te agradezco por responderme. ¡Te amo y te alabo!

MEDITACIÓN: SÉ COMO SAMUEL Mensaje de Jesús Necesito que seas como Samuel, que vivía y trabajaba en el tabernáculo. Él escuchaba Mi voz y me amaba por sobre todas las cosas. Aunque las cosas no siempre resultaban como él esperaba, y se enfrentó a numerosas pruebas, Yo lo guardé y lo formé e hice de él el hombre que necesitaba que fuera. A causa de su fidelidad a Mi Palabra y dado que me buscaba diligentemente, pude hacer de su vida una bendición enorme para mucha gente por medio de las Palabras Mías que transmitió y las cosas que hizo por Mí. Estuvo en el sitio oportuno en el momento oportuno para ungir a Mis reyes escogidos y contribuyó a acercar al pueblo a Mí. Todo ello fue posible a causa de la diligencia de Samuel para prestar oído a Mis susurros. Sé como Samuel. Sigue Mis susurros y conságrame tu corazón. Puede que ahora no lo veas todo con claridad, al igual que los hombres y mujeres de la Biblia no siempre sabían lo que les deparaba el futuro. Pero me siguieron y Yo cumplí con la parte que me correspondía: protegerlos y bendecirlos aun en medio de dificultades y de grandes retos. Si no dejas de querer entregármelo todo, Yo te bendeciré. No podrás ver todo lo que obro y digito detrás de las bambalinas, pero cuando sigues Mi voz y mantienes el corazón recto ante Mí, estoy en condiciones de obrar grandes cosas por intermedio de ti. Aunque no todo salga tan bien como quisieras y aunque haya más batallas y dificultades a lo largo del camino, te ruego que recuerdes que estoy pegado a Tu lado. No tienes más que levantar los ojos, dirigirme la mirada y clamar Mi nombre. Yo entonces te prestaré toda la ayuda que necesites.

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LA PALABRA LLEVADA A LA PRÁCTICA: ¡TRES PASOS PARA VENCER! Primer paso: Determinar las dificultades por las que se están pasando a) Pregunta al Señor acerca de tu impedimento o el conflicto que vives. b) Lee la Palabra. c) Reconoce la guerra espiritual. d) Asume la responsabilidad que te quepa. e) Pide consejos de personas profundas en el Señor. Pide a otros que oren contigo. Segundo paso: Dar con la solución a) Ora y pide ayuda al Señor. b) Confiesa tus pecados al Señor y, de ser necesario, a los demás. c) Aborda el asunto con actitud firme y decidida. No te des por vencido. d) Asume una actitud positiva. e) Alaba al Señor. Sonríele a la vida. Tercer paso: ¡Sigue adelante! a) Reconoce lo que tienes que aprender y madura. b) Fija la vista en Jesús, no en ti mismo. c) Confía en que el Señor sabe lo que más conviene. d) Olvídate de ti mismo y ayuda a los demás. Emplea las enseñanzas para ayudar a otros. e) Aguarda pacientemente al Señor.

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Suplemento

REFLEXIONES: APÓYATE EN ÉL Confía en Él Cierta vez, estando en la India, fui a una convención. Iba junto con varios hermanos nativos y nos topamos con un arroyo que se presentaba bastante profundo. Para vadearlo había un tablón atravesado de una orilla a otra, pero no me atreví a cruzarlo. —¿Por qué dudas? —me preguntaron—. Lo único que tienes que hacer es atravesar el riachuelo por el tablón y en pocos segundos estarás del otro lado. Este es el único arroyo que debemos cruzar para llegar a la convención. Aún así, tenía mis dudas y respondí: —Sí, pero no creo que el tablón resista sea lo bastante resistente como para aguantar mi peso. Dijeron: —No hace falta preocuparse por eso. Cientos de personas han cruzado sin traspiés antes que tú llegaras. —Sí, tal vez —respondí—, pero yo soy más alto y pesado que las personas que he visto atravesando este torrente y aunque el tablón las resista a ellas, tal vez no me aguante a mí. Para demostrarme la resistencia del tablón, dos hombres pesados cruzaron juntos. —Mira —dijeron—, nosotros dos somos más pesados que tú, y el tablón resistió el peso de ambos. —Está bien —dije—, lo intentaré. Entonces comencé a cruzar muy lentamente y con mucha cautela, mientras ellos se sonreían ante mi desconfianza. Cuando llegué al otro lado, comentaron: —Te dijimos que era seguro. ¿Por qué no nos creíste desde el principio y confiaste en que el tablón era seguro? —Verán —les expliqué—, no fue la fuerza de mi fe lo que me ayudó a cruzar, ya que como ustedes bien saben, mi fe era muy débil. Fue más bien la firmeza del tablón, el objeto en el que ustedes me dijeron que depositara mi confianza. (Juan 4:42; Hechos 16:31; 2 Timoteo 1:12). Aguarda con paciencia la respuesta —¿Por casualidad han hallado ustedes un pendiente de diamantes? Estoy segura de que lo perdí anoche en el teatro —preguntó una mujer por teléfono sin haberse identificado. —Aún no, señora —respondió el gerente—, pero lo buscaremos minuciosamente. Por favor, no cuelgue que ya le informaré el resultado de la búsqueda. Al volver al teléfono minutos después, el gerente dijo: —¡Señora, le tengo buenas noticias! ¡Hemos hallado el pendiente! Al no haber respuesta el gerente dijo: —¡Aló! ¡Aló! —pero la señora que preguntaba por el pendiente perdido se había cansado de esperar. El gerente intentó sin éxito rastrear la llamada. “3 Steps to Victory” Part 2, page 18


Muchos de los hijos de Dios son iguales a esa mujer. No esperan al Señor. La respuesta a nuestras oraciones llegará en el momento apropiado. Su promesa es infalible: «Clama a Mí, y Yo te responderé» (Jeremías 33: 3). Las pruebas nos impulsan a aferrarnos a Él con mayor ahínco La planta trepadora se aferra al roble en las tormentas más inclementes. Aunque los rigores del clima arranquen al roble de raíz, los zarcillos seguirán abrazados a él. Si la trepadora se encuentra del lado opuesto a la dirección del viento, el gran roble le servirá de abrigo. Por el contrario, si queda expuesta al vendaval, la fuerza de este la apretará más estrechamente contra el tronco. En algunas de las tormentas que experimentamos en la vida, Dios interviene y nos da abrigo; en otras nos deja al descubierto, para que seamos empujados con más fuerza hacia Él. Mantente por encima de los afanes de esta vida Si va uno a la orilla de un pequeño arroyo y observa a las golondrinas que vienen a bañarse en él, advierte que aunque sumergen sus cuerpecitos, mantienen las alas fuera del agua y levantan vuelo sin que se les hayan mojado siquiera. He ahí una enseñanza para nosotros. Aquí estamos, inmersos en los afanes y asuntos de esta vida. No obstante, mantengamos las alas de la fe y el amor fuera de este mundo para que, libres de todo impedimento, estemos listos para levantar vuelo hacia el Cielo. Un cristiano no se ve afectado por vivir en el mundo, sino cuando el mundo vive en él. (Juan 17:16–19; Gálatas 6:14; 1 Juan 2:15–17.) Puedes tenerlo a Él El Dr. S. D. Gordon cuenta de una señora cristiana ya entrada en años a la que había empezado a fallarle la memoria. En una época se había memorizado gran parte de la Biblia. En sus últimos años, solo podía recordar un preciado pasaje: «Porque yo sé a Quien he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar hasta aquel día lo que le he encomendado a Él» (Trad. Dir. Versión King James). A la larga, parte de aquel versículo se le olvidó. Repetía quedamente: «Lo que le he encomendado a Él». Finalmente, mientras pendía en la delgada línea divisoria que separa el mundo espiritual del nuestro, sus seres queridos advirtieron que movía los labios. Acercaron el oído para ver si necesitaba algo. La anciana repetía una y otra vez la única palabra del texto que recordaba: «Él, Él, Él». Había olvidado toda la Biblia menos una palabra. Pero esa Palabra encerraba toda la Biblia.

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PERMANECE EN CONTACTO CON LA FUENTE Mensaje de Jesús La fuerza espiritual proviene de Mí, de permanecer en Mí y en Mi Espíritu. Yo soy quien la proporciona. La entrego a los que se apacientan con ganas de Mi Palabra, los que la atesoran y extraen su alimento de ella. Ellos son Mis seguidores auténticos: los que desean verdaderas fuerzas, los que tienen la fe para dejar las demás cosas de lado y nutrirse de Mi Espíritu fortalecedor, que proviene de Mi Palabra. Requiere fe dejar otras cosas de lado y venir a Mí. Ese paso por sí solo infunde fortaleza espiritual, pues equivale a confiar en Mí. Confía en Mí de todo corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconóceme en todos tus caminos y Yo enderezaré tus veredas. Es muy fácil ocuparse con una cosa por aquí y otra por allá, pues siempre hay mucho que hacer. No te olvides, sin embargo, de tomar ese tiempo conmigo, de hacer esa conexión conmigo, de mantenerte en contacto conmigo, pues así puede fluir Mi Espíritu. Cuando te haga falta, estará a tu disposición, lo tendrás contigo y te dará las soluciones. ¡Mantente en contacto con la Fuente! Permíteme reabastecer en todo momento tus reservas de fuerza espiritual. Tómate tiempo para venir a la fuente, para abrir tu vasija y permitir que sea llenada. Atesora lo que más falta te hace. Absórbelo y deja que se convierta en parte de tu mismo ser; hasta tal punto que no puedas hacer nada sin ello. Sumérgete hasta tal grado en ello que te dé miedo moverte sin haberlo recibido, tomar decisiones sin saber que estás sintonizado con Mi canal, permaneciendo en el flujo de Mi cauce y dejando que este te guíe, te fortalezca, te refresque y te mantenga cuerdo, feliz y realizado. La verdadera inspiración proviene de la fuente de Mi luz, la cual irradia con intensidad. Deseo que descienda profusamente sobre todo el que venga a ella, el que la desee y sepa que la necesita. Saldrá de ti hacia los demás. Por tanto, alégrate de estar sumergido en la corriente de Mi Espíritu. ¡Tengo océanos en los que puedes nadar, los cuales no conoces! La única manera en que los puedes encontrar es zambulléndote, nadando con todas tus fuerzas, y luego deslizándote y reposando sobre Mí. ¡Deja que te llene! Permanece en Mí, y Yo en ti. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; tú tampoco, si no permaneces en Mí. Yo soy la Vid, vosotros los pámpanos. El que permanece en Mí lleva mucho fruto. Ya conoces la importancia de permanecer cerca de Mí. Sencillamente quiero animarte a que te esfuerces por seguir haciendo eso mismo. Estoy a tu disposición y te ayudaré. Sigue poniendo los ojos en Mí, apoyándote en Mí, poniendo tu mano en la Mía y dejando que Yo te guíe. Tu fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios. Tienes la Palabra en abundancia. Emplea esa arma, ese instrumento. Perfecciónate en su uso. Desarrolla tu habilidad para emplearla, ¡y te será de mucho provecho! Sigue confiando en Mí y Yo seguiré valiéndome de ti y ayudándote. Sigue echando tus cargas sobre Mí, y Yo las llevaré. Te sustentaré. Te fortaleceré. Te “3 Steps to Victory” Part 2, page 20


sostendré. Seré tu auxilio en momentos de tribulación. Seré tu Consejero, tu Consolador. Te ayudaré a sanar los corazones quebrantados, a vendar las heridas, a verter el bálsamo tranquilizador de Mi amor y de Mi Espíritu. Sigue dejando todo en Mis manos y permitiéndome que cumpla Mi perfecta voluntad. Sigue sometiéndote. Sigue entregándote de lleno, y Yo seguiré fortaleciéndote. Te guardaré y te ayudaré. Sigue aguardándome y confiando en Mí.

FIJARSE METAS La vida se compone de múltiples decisiones, enseñanzas, experiencias, retos y vaivenes. Pero eso es lo que torna la vida en algo tan satisfactorio y entretenido. Nos encanta aprender y experimentar cosas nuevas, y al Señor le encanta que nos fijemos metas. Pero recuerda que hay mucho que aprender y no podemos asimilarlo todo a la misma vez. Así que no te desanimes ni te fijes metas tan altas que no resulten inalcanzables. La mejor forma de fijarse una meta es fraccionarla en tramos más asequibles de menor envergadura. Una vez que se llega a una de ellas, enseguida podemos ir en pos de la siguiente, y así sucesivamente. Aprender todo lo que tenemos que aprender exige muchas pruebas, errores y batallas. Así que no te desanimes por todo el tiempo que lleva. Tienes toda la vida por delante. ¡Y también la eternidad! El solo hecho de que tengas que luchar no significa que no estés progresando. Es más, así precisamente se crece y se madura: a base de lucha y de esfuerzo. Si no te das por vencido y mantienes los ojos fijos en la meta, seguirás avanzando. Algo que te ayudará a lograr tus metas es pasar más tiempo con el Señor. Puedes hacerlo leyendo Su Palabra y escuchando Su voz en profecía. Luego simplemente haz lo que Él te pida.

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PRUEBA DE LA CLASE 11B, «SUPERAR CONFLICTOS: TRES PASOS PARA VENCER, 2ª PARTE», DE LAS 12 PIEDRAS FUNDAMENTALES NOMBRE: 1.

FECHA:

En parte la victoria requiere olvidarse de uno mismo para concentrarse ¿en qué? (Pista: Isaías 26:3)

2.

¿Qué dice Romanos 8:28?

3.

¿Cómo podrías valerte de uno de tus defectos en beneficio de otra persona? (Pista: 2 Corintios 1:4)

4.

Menciona un versículo sobre la paciencia.

5.

¿Qué pasos puedes dar o estás dando para librarte de distracciones o interrupciones durante los ratos que pasas a solas con Jesús?

6.

¿Puedes contar una vivencia tuya o de otra persona en la que se haya cumplido «Romanos 8:28», es decir, que una situación complicada terminó redundando en bien?

7.

¿CUÁLES SON «LOS TRES PASOS PARA CONSEGUIR LA VICTORIA»? 1. 2. 3.

¿HUBO ALGO DE LA CLASE QUE NO ENTENDISTE BIEN O QUE TE SUSCITÓ INTERROGANTES? DE SER ASÍ, EXPLÍCASELO A TU GUÍA.

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