Ibero-León 28-8-18
QUÉ SIGNIFICA UNIVERSIDAD JESUITA HOY EN AMÉRICA LATINA Luis Ugalde, S.J. Me da gran alegría poderlos acompañar en los inicios de la celebración de los 40 años de esta Universidad Iberoamericana de León y agradezco la oport6nidad de compartir con ustedes algunas reflexiones sobre lo que significa una universidad jesuita de inspiración cristiana en el siglo XXI.
Notas 1-Llevamos unos 25 años haciéndonos seriamente esta pregunta las diversas universidades de AUSJAL. 2-Hace unos 200 años se produjo en nuestra América una ruptura con el sistema colonial y nacieron las repúblicas liberales americanas con las ideas de la Ilustración. Según estas la religión cristiana y la Iglesia católica pertenecen al obscurantismo que hay que superar. Luego de la Independencia se acabaron las universidades católicas coloniales. Las de la Compañía de Jesús se habían acabado medio siglo antes en 1767 con la expulsión de la Compañía de Jesús por el monarca Carlos III. 3-Hoy hay unas 240 universidades católicas y de inspiración cristiana en el mundo iberoamericano. Casi todas creadas en la segunda mitad del siglo XX. La Compañía de Jesús tiene una treintena ( 8 en México), incluyendo las 5 de Brasil. Su alumnado de unos 250.000 estudiantes representa algo menos del 1% del total de estudiantes de educación superior en nuestro continente. 4-Luego de la Ilustración las universidades de Occidente se convierten en templos de la razón con la pretensión de sustituir el “oscurantismo” religioso anterior con el iluminismo y la diosa Razón. Se da un inmenso desarrollo de la racionalidad instrumental, de la ciencia, tecnología y de su aplicación a toda la dinámica económica. La creencia original de la 1
Ilustración es que la racionalidad instrumental lleva en sí el orden, la finalidad de su aplicación y por tanto unívocamente conduce al bien. La ética es innecesaria y contraproducente. Así se defendió por ejemplo el liberalismo económico sin interferencia de la ética, de leyes y de autoridades. ANTROPOLOGÍAS DIFERENTES 5- De entrada podemos decir que hay dos antropologías diferentes y contrapuestas. a-La original antropología de la Ilustración que alienta una universidad reducida a la racionalidad instrumental. Se legitima con el aval de los prodigiosos desarrollos que logra la ciencia y la tecnología instrumentales. b-Al mismo tiempo en las de dos siglos de éxitos queda en evidencia la ambigüedad de la racionalidad instrumental en cuanto que ella potencia los instrumentos para multiplicar el bien y también el mal. Hoy día las armas son infinitamente más eficaces y las guerras pasan de producir decenas de miles de muertos a muchas decenas de millones. c-La capacidad de dominación también se multiplica y por ejemplo en la iconomanía los medios y la búsqueda de ganancia se convierten en fines y la gente en medio económico, más allá incluso del ámbito de la empresa productiva. Toda la vida humana en sus diversas dimensiones es leída como capacidad de producción y de consumo cuantificables en ventas y dinero. 6-Las universidades jesuitas modernas van apareciendo en América Latina en el marco de la universidad racionalista y tienen que someterse y hacerse reconocer como universidades de identidad racionalista. Pero tienen una peculiaridad: junto con la afirmación y cultivo de la ciencia y la razón, señalan su radical insuficiencia y reduccionismo humano. Tratan de destacarse por el cultivo de la razón y ser altamente competentes en el desarrollo científico. Pero a su vez afirman como corazón de la universidad la inspiración cristiana, la Fe-amor como fuente de sentido de la vida y de valores imprescindibles para discernir y convertir la ciencia y los saberes en vida y no en muerte de la humanidad y de su hábitat, de su casa común. 7- Hay otro producto del racionalismo liberal, algo más tardío, que nace de la reacción contra la catástrofe humana de la miseria del proletariado, 2
producida por el liberalismo económico, libre de toda norma y ley que no sea su misma dinámica interna de búsqueda de la ganancia. La explotación proletaria y la inmensa miseria de la primera industrialización llevó a ver que esa racionalidad tenía dos productos, dos caras contrapuestas: 1) la increíble revolución permanente de las fuerzas productivas, luego de miles de años de la economía de subsistencia se da el salto a la economía de acumulación que a su vez desarrollará una cultura economicista envolvente y 2) la proletarización de la inmensa mayoría de la población en el límite de la subsistencia con clara negación de su humanidad. El iluminismo trajo una terrible oscuridad y alimentó como reacción la necesidad revolucionaria. 8-Marx a mediados del siglo XIX considera que hay leyes materiales y racionales que explican esa dualidad de liberación productiva por un lado y opresión humana por el otro. Es la apropiación privada de los medios de producción que según Marx es la causa de la explosión y miseria. La revolución proletaria y su toma del poder llevarán a la supresión de la apropiación privada de los medios de producción y por ello al paraíso comunista, con el fin de la explotación, a la extinción del estado y de la religión, que siempre son productos y refuerzo del sistema de explotación. La religión, por ser “el suspiro en la miseria”, “el opio del pueblo sufriente” u “el corazón de un mundo sin corazón”, desaparece, se extingue; en ese nuevo mundo del paraíso en la tierra y del “hombre nuevo” sin mal donde no hay explotación, ni suspiro. (Ver Carlos Marx Critica de la Filosofía del Derecho). En ese sentido la fe y la justicia serían incompatibles. Por supuesto una Iglesia y una universidad vinculadas a la clase privilegiada daban la razón a la crítica marxista. 9- La Iglesia y en ella la Compañía de Jesús no sólo afirman la posible convivencia de fe y justicia, sino la absoluta necesidad de la fe-amor trascendente para que sea posible la justicia. Ello no se produce con solo leyes económicas (marxistas), pero tampoco con la fe católica, convencionalmente vivida.
3
La existencia de la universidad ignaciana en América Latina debe combinar fe y razón y también fe y justicia, demostrando en la práctica sus frutos y demostrar con los hechos que no es legitimadora de las injusticias sociales. 10-La Iglesia post-conciliar y la latinoamericana especialmente desde la Asamblea Episcopal de Medellín (1968) y la Compañía de Jesús con la carta del Padre General Juan Bautista Jansens (1949)y la carta de Rio de Janeiro de 1968 del P. Arrupe y de todos los provinciales latinoamericanos, llaman a todos los jesuitas a un cambio profundo para que su fe sea levadura de justicia con cambios sociales estructurales. 11-El tiempo ha demostrado en qué han quedado la utopía liberadora de la Ilustración y la revolución marxista-comunista y sus paraísos terrenales con el método leninista de la toma y afianzamiento del poder. Pero al mismo tiempo es evidente que la Iglesia tan mesclada y confundida con el “antiguo régimen”, se ha ido transformando con la ayuda de las críticas desde la ciencia y la razón y no menos desde la crítica marxista. Ha entendido que no basta afirmar la fe y la creencia en un Dios. Nuestra identidad viene de Jesús de Nazaret, al creer en él creemos en el Dios-encarnado y hermanado presente en el amor al prójimo. Ese Dios fue perseguido y rechazado en Jesús por los creyentes en otros dioses. Ese Dios- Amor que nos revela Jesús no da una identidad liberadora más allá de las fronteras entre religiones y más allá de toda religión. AMBIGÜEDAD Y DISCERNIMIENTO 12-Nosotros no somos legitimadores ni justificadores del orden económico y político dominantes, sino críticos y liberadores. Somos críticos desde la universidad y asumiendo la ciencia, pero no la reducción del humanismo a mera ciencia. Nuestras universidades de inspiración cristiana aceptan el reto de hacerse universidades basadas en una visión antropológica derivada de Jesús y convertirla en fuerza humanizadora y transformadora de la sociedad. 13- Por esta razón es imprescindible que en nuestras universidades esté activa la pregunta sobre qué universidad queremos hacer, para qué sociedad. Al tiempo que nos preguntamos qué persona queremos formar y cómo entendemos la excelencia universitaria. 4
14-ANTROPOLOGÍA INSPIRADA EN JESÚS Y ESPIRITUALIDAD • No es posible que la razón por sí sola produzca un mundo justo. Es imprescindible la presencia actuante de Fe-Amor (de Dios en nosotros). • Hay una realidad antropológica común al hombre (a hombres y mujeres) de todos los tiempos que Pablo expresa diciendo que “no hago aquello que quiero, sino hago lo que no quiero” y que “soy capaz de querer el bien, pero no de realizarlo” (Pablo Carta a los romanos 7,15-18). • El hombre no se halla completo en sí mismo, ni cerrado en la fórmula de sus instintos, a diferencia de los animales cuya relización está en su fórmula cerrada que los determina. Se busca a sí mismo tratando de “ser como Dios” (Adán) y construir torres para alcanzar el cielo, construir el paraíso en la tierra (torre de Babel. Una de esas torres es la moderna construcción ilustrada y otra el paraíso en la tierra marxista. La torre se construye, pero nunca alcanza al cielo sino que más bien en esa construcción aparecen nuevos infiernos y “confusión de lenguas”. Jesús nos dice que ese anhelo es cierto, pero que el camino es errado. El verdadero modo de “ser como Dios” es dar la vida por el otro. “Nadie tiene más amor que quien da la vida por otro”. Como el Hijo del Hombre que se revela como Hijo de Dios porque da la vida. Dar la vida no es perderla, sino encontrarla, como el grano de trigo que cae en tierra y muere para renacer como espiga. Como el buen samaritano que se compadece del herido y sale de sí para ayudarlo y así “gana la vida”. • Es cierto, y al mismo tiempo no lo es, que el hombre es lobo para el hombre (Hobbes Homo homini lupus”). La humanización y divinización pasa por hacer que el lobo se transforme en hermano, es hacernos dioses. Construir el “nos-otros” donde el yo no se pierde, sino que se encuentra en el otro.
5
• Humanizar es “ordenar los afectos” que dice Ignacio y con ello ordenar toda la racionalidad instrumental y los poderes (económico, político etc.) en medios de realización humana.
•
Descubrir esa “sabiduría evangélica” y hacer que sea central a toda la universidad la pregunta cómo convertirla en levadura para la humanizadora aplicación de la razón instrumental de la ciencia y los saberes en la transformación de la sociedad.
Nota final Para caminar en esa dirección quiero resaltar cuatro notas: • Lo anterior es la identidad y patrimonio espiritual de toda la universidad y de quienes la hacen posible; no solo de los jesuitas. • Apostamos a formar líderes multiplicadores; no sólo individuos para sí, sino “hombres y mujeres para los demás y con los demás”. • El cultivo de lo público en la universidad es algo central, pues sin ello y sin transformación de la política y de la acción pública no son posibles los cambios estructurales. • No a la exclusión. La sociedad latinoamericana es excluyente y en ella el “darwinismo social” es particularmente chocante. Las cifras no mienten. Somos conscientes de los conflictos sociales y de intereses, que no deben perpetuarse; por eso sembramos la “reconciliación”, con Dios-Amor, y con la naturaleza que estamos destruyendo de manera suicida y la “reconciliación” como negación de esa exclusión y el arte de superar las guerras sociales dentro de los países y las guerras entre naciones e identidades diversas con un mundo reconciliado en el que todos podamos convivir en paz. U. Iberoamericana de León, agosto de 2018
6