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pertenecientes a la red Ausjal

que reconoce dos tipos de actores juveniles (Reguillo, 2003): aquellos que se han conceptualizado como ‘incorporados’ (analizados desde su pertenencia al ámbito escolar, laboral y/o religioso), y aquellos denominados ‘alternativos o disidentes’ (analizados desde su no incorporación a los esquemas de la cultura dominante).

Considerar que en la juventud se condensan las características de una época resulta particularmente relevante para explicar el significado histórico actual de los estudiantes universitarios y de algunos de los procesos sociales en los que estos toman parte.

2.4. Estudiantes que cursan en universidades pertenecientes a la red Ausjal

La investigación que estamos presentando se desarrolla en una perspectiva de estudio en relación con los jóvenes integrados a la institución universitaria, pertenecientes a la Compañía de Jesús en Latinoamérica, una línea de trabajo que se considera escasa y dispersa en la literatura de las últimas décadas, ya que con frecuencia el objeto de estudio no son los jóvenes sino las instituciones a las que están incorporados. Otros planteamientos en recientes estados del arte identifican por lo menos tres paradigmas en el tratamiento de lo juvenil fuera del ámbito universitario (Escobar, 2004). En este sentido hay estudios que ahondan el tema de la precariedad y vulnerabilidad de los jóvenes, como también el tema de la violencia y la formación de bandas urbanas entre los jóvenes.

Un paradigma más reciente se enfoca en el estudio de las identidades juveniles desde el lente de la producción y el consumo cultural y los mass media. Este abordaje recupera las otras formas de expresión de lo juvenil

más asociadas a estéticas y lenguajes propios en relación a los distintos objetos culturales. De esta manera, se recupera la visión del joven como sujeto de transformación y se introduce la pregunta por la subjetividad en relación con las prácticas, creencias y aspiraciones que lo constituyen como sujeto social.

Este último paradigma ofrece una representación de los jóvenes a partir del reconocimiento de su capacidad de producir cultura; es la noción de un sujeto joven portador de una cultura específica (subcultura, microculturas, culturas juveniles) y de su potencia creadora de sentidos y prácticas (Escobar, 2004). Como menciona Carles Feixa:

Las culturas juveniles se refieren a las maneras en que las experiencias sociales de los jóvenes son expresadas colectivamente mediante la construcción de estilos de vida distintivos, localizados fundamentalmente en el tiempo libre, y/o en espacios intersticiales de la vida institucional. En sentido más restringido definen la aparición de ‘microsociedades juveniles’ con grados significativos de autonomía respecto a las instituciones adultas (1998, p. 84).

Lo anterior presenta dos implicaciones relevantes para esta investigación sobre la cultura juvenil de los estudiantes de Ausjal: por un lado, el hecho de que la categoría de culturas juveniles posibilita el reconocimiento de las particularidades de algunas identidades colectivas y de su acción como “culturas dentro de la cultura”; y por otro, la comprensión de que hay expresiones de los jóvenes fuera de la institucionalidad y de los espacios escolares, en los cuales se constituyen importantes rasgos de su subjetividad. En el intersticio de estas miradas se destaca la idea de los jóvenes como promesas para la trasformación social. En este sentido, el imaginario de joven se asocia al cambio social y, de un modo más general, a la juventud, en un proceso cada vez más generalizado de ampliación del espectro juvenil en culturas tradicionalmente más estáticas.

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