Para que en Jesucristo
SEÑOR DE LA MISERICORDIA DE AMULA todos tengan vida (Jn 10,10) “Siempre existe una minúscula chispa de vida en el más quebrantado de los seres humanos. Es a partir de esa chispa que, despacio, muy despacio, se puede reanimar el fuego y a las personas” (Illuminee Kanazayire) “El amor a la vida es tan contagioso como el amor a la muerte” (Erich Fromm) ¿Qué relación hay entre la necrofilia y el espíritu de la sociedad industrial contemporánea mecanizada, burocrática, trasnacionalizada, explotadora, mercantilista, centrada en la ganancia y extremadamente violenta?
Martín González Enero 2012
Sabiendo cómo las “fiestas” religiosas en la región Sur de Jalisco representan una potencia colectiva persistente –aunque presionadas y desvirtuadas constantemente-, con sus prácticas signadas por la heredada gratuidad, colaboración, desprendimiento, reciprocidad, organización autónoma, alegría e identidad comunitaria y en contra de los proyectos y acciones “feriadas” (M. González 2008), aquí se hace una esperanzada propuesta temática para la Fiesta Patronal al Señor de la Misericordia de Amula, en San Gabriel, Jalisco. ORACIÓN: Señor Jesucristo, a ejemplo tuyo, “concédenos escuchar con corazón dócil y generoso toda palabra que sale de la boca de Dios. Así aprenderemos no solo a ‘no matar’ la vida del hombre, sino a venerarla, amarla y promoverla” (Juan Pablo II). ABREVIATURAS DA Documento de Aparecida. EV Evangelium vitae (El Evangelio de la vida). DCE Deus caritas est (Sobre el amor cristiano). PP Populorum Progressio (Sobre la necesidad de promover el desarrollo de los pueblos). DI Discurso inaugural de S.S. Benedicto XVI en la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano.
PROPUESTA DE TEMAS, REFLEXIONES Y CELEBRACIONES 1. PARA QUE LOS NIÑOS Y NIÑAS TENGAN VIDA: “Como nace la flor más bella…” así nace, se cuida, alimenta y crece un niño(a). También así es como cuidan, protegen, ayudan a crecer y vivir a sus queridos hijos e hijas la “Madre iglesia”, Jesucristo y Dios nuestro Señor. Isaías: ríos, manantiales, estanques, plantas, árboles y vida aun en el desierto, por la fuerza y el amor de Dios (Is 41, 17-20). Evangelio: unir a todos, como la gallina reúne a los pollitos 1
bajo sus alas (Mt 23, 37-39). Acción: sembrar, regar, cuidar, hasta ver crecer y fructificar una plantita, ayudados por sus papás. 2. PARA QUE LOS ADOLESCENTES Y JÓVENES TENGAN VIDA: La “amistad” es agua fresca que reanima la vida de los adolescentes y jóvenes, más aun la íntima amistad con Nuestro Señor Jesucristo El Señor de la Misericordia de Amula. Doc. Aparecida: Jóvenes no teman, abran más las puertas a Jesucristo (DA núm. 15). Evangelio: Muchacho, yo te lo ordeno, levántate (Lc 7, 11-17). Acción: cultiven una amistad firme, sincera, que los(as) haga vivir realmente y no morir anticipadamente, como si fueran muertos(as) en vida. 3. PARA QUE LAS MUJERES TENGAN VIDA: “Dar vida”, pero también “tener vida” propia. 1ª Juan: A diferencia de Caín, dar vida mediante el amor de unos con otros, de verdad y con obras (1Jn 3, 10-18). Evangelio: Mujer, libérate de los preceptos que encorvan tu espalda y da inicio al nuevo tiempo de la plena felicidad (Lc 13, 10-17). Acción: Enderezar la espalda de mujer, no andar con la cabeza agachada, para poder defender la vida de los hijos(as), del barrio y del pueblo entero. 4. PARA QUE LOS VARONES TENGAN VIDA: “Renacer”, rejuvenecer y reanimarse -dejando el Caín que llevamos dentro-, para vivir con la alegría, dignidad y fraternidad de los hijos de Dios. Génesis: Si obras bien, andarás con la cabeza levantada (Gn 4, 1-16). Evangelio: Si uno no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios (Jn 3, 1-8). Acción: Dejar atrás la avaricia, acumulación, rencor y destructividad (el Caín), para construir de nuevo una familia y un pueblo alegre, unido y fraterno como signo del Reino de Dios (el Nuevo Adán). 5. PARA QUE LOS ANCIANOS MAYORES TENGAN VIDA: Vivir en el “amor”, siendo los ancianos mayores el centro del amor y la alegría de unos para con los otros en la familia, el barrio y la comunidad. 1ª Juan: Dios nos ha amado primero, Dios es amor, también nosotros debemos amarnos unos a otros (1Jn 4,7-11). Evangelio: Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que todos los que creen en él tengan vida eterna (Jn 3,16-21). Acción: Regresar a su casa, abrazar a cada uno de sus familiares (chicos y grandes) y decirles “Cristo te ama y yo también”. Seguir haciéndolo de manera cotidiana. 6. PARA QUE LAS RANCHERÍAS Y COMUNIDADES RURALES TENGAN VIDA: “Camino, verdad y vida” de las comunidades rurales. Evangelium vitae: Jesucristo, Palabra de vida, ayuda a no sentirse impotentes ni abrumados ante el mal (EV núm. 29, párrafos 1,2 y 3). Evangelio: Yo soy el camino, la verdad y la vida (Jn 14, 1-7). Acción: Incrementar las
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acciones pastorales, en el seguimiento de Jesús, para aumentar la vida, fraternidad y alegría de nuestras comunidades rurales. 7. PARA QUE LOS BARRIOS, CALLES Y CASAS TENGAN VIDA: “Vida comunitaria” para lograr una vida alegre y digna en las casas, calles y barrios. Deus caritas est: El amor necesita organización para lograr los servicios comunitarios (DCE núm. 20). Evangelio: Jesucristo es Palabra de vida (Jn 1, 1-5). Acción: Prender una vela o cirio en casa y en las reuniones del barrio, como signo de que nuestro compromiso cristiano le gana terreno a la oscuridad. 8. PARA QUE EL AMULA DE AYER, EL VENUSTIANO CARRANZA TEMPORAL Y EL SAN GABRIEL DE HOY TENGAN VIDA EN ABUNDANCIA: Pueblo vivo, amante de la vida y con “vida en abundancia” por la histórica compañía de Jesucristo El Señor de la Misericordia de Amula. 1ª Juan: Con la compañía de Jesucristo que es Palabra de vida, vida eterna y alegría completa (1Jn 1, 1-4). Evangelio: Yo vine para que tengan vida, y vida en abundancia (Jn 10,1-10). Acción: Recordar en familia, barrio y ranchería “cómo” es que se fundó San Gabriel, de ahí entender “para qué” se fundó. 9. PARA QUE LOS HIJOS AUSENTES TENGAN VIDA: La “hospitalidad” ahora también está a prueba en la casa-común, que es el mundo entero. Populorum Progressio: Nunca insistiremos demasiado en el deber de hospitalidad y acogida en el mundo, sobre todo con los trabajadores emigrados (PP núm. 66-67.69). Evangelio: Sin frontera alguna, mi prójimo ahora es cualquiera que tenga necesidad de mí y yo pueda ayudarlo (Lc 10, 25-37). Acción: Ponerse la corona en la cabeza y llevarse una estampa del Señor de la Misericordia, para recordarnos la hospitalidad que debe haber entre los mismos hijos ausentes o migrantes. 10. Misa de función: QUÉDATE CON NOSOTROS SEÑOR DE LA MISERICORDIA DE AMULA, PARA QUE RETOMEMOS LA VIDA PLENA COMO PUEBLO Y REGIÓN: Quédate con cada uno de los hijos e hijas de este pueblo y región, haz “arder de nuevo su corazón” y su compromiso resucitado. Discurso inaugural de S.S. Benedicto XVI en la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano: Quédate con cada uno de los habitantes de éste pueblo y ésta región (DI núm. 6). Evangelio: hacer arder el corazón y levantarse de nuevo, para actuar al lado de Jesucristo resucitado (Lc 24, 13-35). Acción: Tocar el nicho de la imagen peregrina del Señor de la Misericordia de Amula, colocarse su corona en la cabeza y llevarse el aroma del copal, para aplicarlos en los compromisos familiares y comunitarios durante todo el año 2012.
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JUSTIFICACIÓN Y FUNDAMENTACIÓN DE LA PROPUESTA 1. BÍBLICO-TEOLÓGICA. Esta propuesta de temas, reflexiones y celebraciones festivas en torno a Nuestro Señor Jesucristo en su advocación del SEÑOR DE LA MISERICORDIA DE AMULA, retoma y aplica al contexto local y regional de San Gabriel, Jalisco, el tema general desarrollado por la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe celebrada en Aparecida, Brasil (13-31 mayo 2007) y que ha abierto de manera esplendorosa el aun vigente periodo de misión en nuestra Iglesia continental, nacional y local: “Discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en él tengan vida (Jn 14,6)” (cfr. DA núm. 11-12; Mensaje de la V Conf. núm. 5). Tema que vino también a confirmar la revelación cristológica, de que Dios “no es un Dios de muertos [ni amantes de la muerte], sino de vivos [y amantes de la vida]” (Lc 20,38). En el discurso inaugural de la V Conferencia, S.S. el Papa Benedicto XVI (DI núm. 4) lo expresó con toda claridad al decir que “los pueblos latinoamericanos y caribeños tienen derecho a una vida plena, propia de los hijos de Dios, con unas condiciones más humanas: libres de las amenazas del hambre y de toda forma de violencia. Para estos pueblos, sus pastores han de fomentar una cultura de la vida”. Esto “subraya la importancia de la lucha por la vida, la dignidad y la integridad de la persona humana” (DA núm. 468) inspirados en la perspectiva de las encíclicas Populorum Progressio (núm. 66. 14 y 21), Pacem in terris (núm. 34), Gaudium et spest (núm. 1), Evangelium vitae (núm. 10) y Deus caritas est (núm. 15 y 20); así como en el testimonio decidido, contundente y siempre actual de Nuestro Señor Jesucristo -El Señor de la Misericordia de Amula- en Jn 10,10: “El ladrón no viene más que a robar, matar y destrozar. Yo vine para que tengan vida, y la tengan en abundancia”. Ante el dramático y extendido “eclipse del valor de la vida” (EV núm. 10-17), crece entonces el compromiso en la formulación y despliegue de la “Buena Nueva de la vida” o Evangelium vitae (cfr. 1Jn 1, 1-4; Jn 1, 1-5), así como el compromiso, la misión y acción específica y cotidiana al servicio de la vida en plenitud para todos y cada uno de los habitantes, familias, barrios y ranchos del pueblo, la región y el mundo entero. “Ante las innumerables y graves amenazas contra la vida en el mundo contemporáneo, podríamos sentirnos como abrumados por una sensación de impotencia insuperable: ¡el bien nunca podrá tener la fuerza suficiente para vencer el mal! Este es el momento en que el Pueblo de Dios, y en él cada creyente, está llamado a profesar, con humildad y valentía, la propia fe en Jesucristo, ‘Palabra de vida’ (1 Jn 1,1)” (EV núm. 29). Porque “nuestros pueblos no quieren andar en sombras de muerte; tienen sed de vida y felicidad en Cristo 4
(…) La vida nueva de Jesucristo toca al ser humano entero y desarrolla en plenitud la existencia humana en su dimensión personal, familiar, social y cultural”, junto con la naturaleza y el cosmos (DA núm. 350.355). Por eso se descubren dos leyes profundas de la vida humana: 1) La vida sólo se desarrolla plenamente en la comunión fraterna y justa; 2) La vida se alcanza y madura a medida que se entrega para dar vida a los otros (DA núm. 359-360). De hecho, “ante una vida sin sentido, Jesús nos revela la vida íntima de Dios en su misterio más elevado, la comunión trinitaria (…) Su vida es una entrega radical de sí mismo a favor de todas las personas, consumada definitivamente en su muerte y resurrección” (id. 109.102). Por eso ahora “alabamos a Dios por el don maravilloso de la vida y por quienes la honran y la dignifican al ponerla al servicio de los demás” (id. núm. 106). En fin, “el Evangelio de la vida no es una mera reflexión, aunque original y profunda, sobre la vida humana; ni sólo un mandamiento destinado a sensibilizar la conciencia y a causar cambios significativos en la sociedad; menos aún una promesa ilusoria de un futuro mejor. El Evangelio de la vida es una realidad concreta y personal, porque consiste en el anuncio de la persona misma de Jesús (…) En Jesús, ‘Palabra de vida’, se anuncia y comunica la vida divina y eterna… El Evangelio de la vida abarca así todo lo que la misma experiencia y la razón humana dicen sobre el valor de la vida, lo acoge, lo eleva y lo lleva a término” (EV núm. 29.30). 2. HISTÓRICO-SOCIAL. Así mismo, esta propuesta retoma la historia de riesgos de muerte y desaparición colectiva que han corrido a la par de los ancestros y las gentes de San Gabriel y su región (sismos, pestes, caída del número de habitantes, despoblamiento, despojos, revueltas, migración, trasnacionalización), desde la antigua Provincia de Amula, pasando por la dramática colonización española, la desamortización y multiplicación de haciendas en el porfiriato, las revueltas de Pedro Zamora y la cristiada, el agrarismo hecho partido-gobierno (caciquismo), hasta el presente de la trasnacionalización agroempresarial, con su incumplimiento de los derechos humanos y el aumento de la tendencia de deterioro social regional (J.M. Romero de Solís 1996; L.E. Orozco 1970; E. Trujillo González 1975; J.E. Zárate Hernández 1997; J.E. Rocha Quintero 2006 y 2008; J. Bautista Farías et al. 2008). Pero de lo que por la resistencia, memoria y trabajos de la ancestros, a pesar de todo hasta ahora han salido librados y continúan aun “vivitos y coleando” como pueblo. ¿Pero cuánto tiempo más puede durar su decolorada vida y en proceso de degradación constante de manera tras-generacional? La vida y dignidad comunitaria para San Gabriel y su región es lo que ahora debe alimentarse, trabajarse y prender de nuevo –como brasas que son revividas bajo las cenizas- para que se renueve en la actual coyuntura local y regional 5
entre sus habitantes de hoy. Con la convicción de que “todavía persiste en nosotros un pedazo del paraíso perdido; el agitar de las alas de los ángeles [sobre todo del arcángel San Gabriel] continua escuchándose en el corazón; lo simbólico, a pesar de toda la fuerza de los diabólico, emerge siempre de nuevo en nuestras vida y la llena de satisfacción; la inocencia, que es el poder no destructivo, no se ha perdido totalmente. Por eso podemos esperar que la llama nunca se apague y que la brasa todavía se mantenga viva bajo las cenizas” (L. Boff 1997). Sabiendo que “para los gabrielenses, hablar de Amula es referirse al Santo Cristo que en la parroquia de su pueblo veneran y guardan como muy preciada e insustituible reliquia; hablar de ambos a la vez es recordar con un dejo de nostalgia la tradición que relata el origen y fundación de la patria chica: San Gabriel” durante el siglo XVI (E. Trujillo 1975). 3. PSICOLÓGICO-FILOSÓFICA. Por último, también la propuesta se fundamenta en la psicología y filosofía que precisan cómo psíquica y moralmente de manera secundaria –no por instinto ni de manera innata- el “amor a la muerte” o necrofilia (con su secuela de fuerza, ley y orden, desintegración, sadismo, crueldad y destructividad) sólo aparece, se expande y termina por volverse dominante en los individuos y pueblos cuando el primario y fundamental “amor a la vida” o biofilia (con sus expresiones de vitalidad y dar vida, conservar y cuidar la vida, libertad, creatividad, productividad, dignidad, integración y alegría) disminuye, se marchita, deja de influir, se pervierte o desaparece del individuo, familia, grupo y sociedad (E. Fromm 2006, 2004 y 1986); produciéndose entonces hasta sociedades psicopáticas o psicopatológicas (malignas) y por eso también psicopatogénicas (generadoras de cuadros y casos malignos: desvinculados de los otros y del mundo, fríos, amantes de la muerte y del dinero, destructivos), como respuesta a las condiciones económico-sociales, mostrándose así en los barrios, poblaciones y hasta en los países globalizados (M. González 2010; E. Guinsberg 1990; S. Freud 2007). El amor a la vida constituye, pues, la potencialidad primaria del hombre, las familias y los pueblos, mientras que el amor a la muerte es una potencialidad secundaria que aparece cuando la anterior se debilita, disminuye o desaparece. “La potencialidad primaria se desarrolla si existen las condiciones apropiadas para la vida… Si no existen las condiciones adecuadas, aparecerán las tendencias necrófilas y dominarán a las personas” (E. Fromm 2006). Por supuesto, hay a quienes les conviene que esto último sea lo que suceda (los pocos) y hasta lo convierten en su estrategia de dominación y control; pero no es conveniente ni humano para la población de abajo, la gente de a pie, la mayoría, los que viven de su trabajo y con dignidad. Resulta necesario entonces reanimar, experimentar, incrementar y crear las condiciones para el “amor a la vida” (biofilia) de manera personal, familiar, barrial y 6
social. Sabiendo que “la conciencia biófila es movida por la atracción de la vida y de la alegría; el esfuerzo moral consiste en fortalecer la parte de uno mismo amante de la vida” (E. Fromm 2006). Y qué mejor oportunidad entonces -entre muchas otras de distinto tipo y durante todo el año-, que ayudar ya desde las fiestas al Señor de la Misericordia de Amula y al pueblo entero que ama él, hasta restablecer y ampliar una ética biófila o ética de la vida. “La ética biófila tiene su propio principio del bien y del mal. Bueno es todo lo que sirve a la vida; malo es todo lo que sirve a la muerte. Bueno es la reverencia para la vida, todo lo que fortifica la vida, el crecimiento, el desarrollo. Malo es todo lo que ahoga la vida, lo que la angosta, lo que la parte en trozos. La alegría es virtuosa y la tristeza es pecaminosa” (E. Fromm 2006). Nada ni nadie tendría que arrebatarnos el amor, compromiso y trabajos por la vida. Como dijera Baruc Spinoza en su libro de Ética: “Un hombre libre piensa en la muerte menos que en cualquier otra cosa, y su sabiduría es una meditación no sobre la muerte sino sobre la vida” (citado id.). Entonces, como bien lo plantea Enrique Dussel, el reto actual de la ética es detener el múltiple y general proceso destructivo de la vida. Pero “el deber ético de cambiar las cosas para que vivan los que no pueden vivir no se ve, sino se parte de una ética de la vida… Una ética que diga: el contenido de todo acto humano tiene que ver, en última instancia, con la producción-reproducción de la vida humana en comunidad… Y por eso la ética es, en este momento, realmente una encrucijada histórico-mundial muy grave” (E. Dussel 2000). Conclusión Esperamos sinceramente que esta propuesta de temas, reflexiones y celebraciones sea de utilidad para Dios, Jesucristo El Señor de la Misericordia de Amula y su amada comunidad y región. Que “la apuesta por la vida y la autodeterminación” (M. González 2011) brillen con valor como orientación de las opciones, acciones, formas de organizar y vida cotidiana de las gentes, familias, barrios, ranchos y pueblos herederos de la antigua Provincia de Amula, firmemente inspirados por “el evangelio y la ética de la vida” (Evangelium vitae, ética biófila). Se notará, además, cómo ésta propuesta e iniciativa local y en la región trasvolcánica que arranca en enero pero busca desplegarse para todo el año, coincide -aunque también tiene sus diferencias- con la vida y felicidad a desatar por el Año Jubilar Diocesano 2012, y hasta con lo planteado por el grupo de la Agenda Latinoamericana Mundial (generosamente conjuntado ya durante 21 años por José María Vigil y el obispo Pedro Casaldáliga). Mientras que aquí se plantea 7
la importancia de alentar, reforzar y experimentar durante el año el “evangelio de la vida” y una “ética de la vida o biófila” para frenar el apresurado proceso destructivo de la vida, en el continente y el mundo ven importante que se escuche, acoja, conozca y medite -en reflexión colectiva- la propuesta indígena del “Buen vivir” (Sumak Kawsay, en expresión quichua: vida límpida y armónica). Por eso titulan la Agenda 2012 como “Buen vivir-Buen convivir”, y lo expresan de modo armónico global nuevamente con un vivo dibujo de Mino Cerezo (como de cariño le dicen a Maximino). “Esta palabra liberadora, en versión andina Sumak Kawsay, el Buen vivir –expone el obispo P. Casaldáliga (Introducción)-, nos sale al encuentro como ‘evangelio de la vida’ posible, digna y para todas las personas y todos los pueblos. ‘Buena nueva del Buen vivir’ frente al mal vivir de la inmensa mayoría y contra la ‘buena vida’ insultante, blasfema, de una minoría que intenta ser y estar ella sola en la casa común de la Humanidad. Buen vivir-Buen convivir… porque es inimaginable una buena vida humana que no sea una buena humana convivencia”. J.M. Vigil por su parte (Presentación), precisa que el Buen vivir no es la buena vida insolidaria, ni el vivir mejor de la acumulación o del progreso indefinido a cualquier costo. Y agrega que “lo más radical del mensaje que el Sumak Kawsay… nos presenta es la necesidad y la urgencia de un cambio sistémico”, ante “la inviabilidad del sistema actual y la necesidad de esforzarnos por encontrar una alternativa, comenzando sin duda por cambiar nuestras cabezas”. Luchando así por Otro Mundo Posible, “que para los cristianos es una concreción de aquel otro Buen Vivir que Jesús anunció y que llamó Malkuta Yahvéh, Reino de Dios”, el Sumak Kawsay del Reino de Dios. Actualizado y sintetizado bastante bien por el Consejo Indigenista Misional de Brasil, en la Semana de los Pueblos Indígenas 2011: “Vida para todos y para siempre. La Madre tierra clama por el Buen Vivir”. Así pues, el Evangelium vitae y la ética biófila de ésta propuesta escrita, encontrarían una expresión original y autóctona en las etnias del continente con su ancestral, tradicional y persistente experiencia y proyecto del Buen vivir-Buen convivir -como ‘evangelio o buena nueva del vivir’- y su específica ‘ética biófila comunitaria’. Volviendo entonces a “nuestro camino, el camino del equilibro, volviendo a nuestro origen” (David Choquehuanca, citado por R. Zibechi 2011). Aspectos que de otra forma también ya han sido reconocidos y alentados por la pasada Asamblea Eclesial de Aparecida (cf. DA núm. 4.26.83.88, sobre todo 91-97), fuerza social que tendremos que ahondar y corroborar aun más durante las acciones y proceso del año en la región 8
y otros lados. Bajo las acuciantes preguntas de ¿En qué medida la cosmovisión y modos de vida no capitalistas del Sumak Kawsay pueden ser fuente de inspiración para la localidad, región y mundo urgidos de alternativas? ¿Qué obstáculos (estatales, pro-estatales y desarrollistas) impiden desplegar la potencia de esos modos de vivir diferentes? (R. Zibechi 2011; P. Dávalos 2008; Revista ALAI 2010).
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La
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de
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