SISTEMÁTICA FRAGMENTACIÓN DE LA VIDA ECONÓMICA EN MÉXICO El capitalismo sólo triunfa cuando se identifica con el Estado, cuando es el Estado (F. Braudel)
Martín González Abril de 2012 Introducción Recientes estudios, coloquios, debates y publicaciones hechas por el Tecnológico de Monterrey, la UNAM y el INEGI de enero a marzo del presente año, han venido a corroborar el sentir socioeconómico generalizado de la población mexicana y a levantar señales de alerta, rabia y desesperación en la coyuntura del año 2012. Aunque también de ingenio, resistencia y construcción de alternativas productivas, sociohambientales, y culturales contra y más allá del Estado y el capital (Rev. Desacatos núm. 37). Bien se sabe que no hay economía pura o aislada, sino que toda economía imbuida de su contexto sociopolítico, de grupo y clase es intencionada; que responde a proyectos, estrategias e intereses explícitos o implícitos de los grupos formales, factuales, públicos y ocultos que la condicionan y dominan (F. Hahn y M. Hollis, 1986; I. Wallerstein, 2003). Que las intervenciones legales, ilegales o extralegales en las relaciones de producción, distribución o consumo, llevan el tinte de quienes las implementan; y que eso puede reforzar, desestructurar, alterar o crear una nueva base económica productiva nacional e internacional. En fin, que toda economía es siempre economía política (Marx, 1980; F. Braudel, 2002). Política de la economía en México Desde principios de los años 80 del pasado siglo XX y hasta el presente (con presidentes y funcionarios ya de todos los partidos políticos), ha habido una constante y sistemática intensión autoritaria de socavar y fracturar las históricas bases de la nación mexicana, entre ellas la base económica productiva. Son ya más de treinta años de terca y empedernida acción coordinada, y paradójicamente implementada por quien debiera defender al país y su gente: el Estado, con todos sus aparatos, organismos, instituciones y niveles. Ya con leyes y acuerdos en las cámaras de diputados y senadores, o con sesgada impartición de justicia e impunidad en sus instancias jurídicas, militares y policiales; con tratados y acuerdos internos y externos del poder ejecutivo con los capitalistas, o con la 1
acción intencionada de las secretarías, subsecretarías e institutos a través de sus planes y estrategias regionales; con intereses y componendas de los gobiernos estatales, o el control faccioso de municipios, partidos y elecciones. Todo con el afán de beneficiar las lucrativas iniciativas empresariales y sobre todo del capital trasnacional, bajo el supuesto “salvífico” de la inversión privada en la actual “fase de globalización fallida” (Arturo Ortiz Wadgymer). Así es como ahora campean por los pueblos, ciudades y territorios (al modo oligárquico) la infraestructura, reglas y horarios, de la presencia de inversionistas trasnacionales y nacionales; aunque a costa del país, los territorios y su gente. O bien nos encontramos ante una descarada instrumentalización del Estado por parte del capital internacional y nacional con su interés de incremento exorbitado en las ganancias y a cualquier costo. O los aparatos, instancias, niveles e individuos del Estado han encontrado su lugar adecuado como voluntariosos instrumentos, servidores y administradores de empresarios, inversionistas, truhanes y hasta mafias del capital; pero en contra de la nación, el sistema de producción interna, sus trabajadores y su gente. Consecuencias y evidencias actuales Ahora, las consecuencias graves y desastrosas para el país, su población, los trabajadores de la ciudad y el campo, los jóvenes y los hogares son inocultables. Así lo reflejan una serie de estudios, coloquios y debates implementados durante el primer trimestre del 2012 por dos universidades de México y el reporte del INEGI, al lado de los crecientes testimonios, vivencias y casos doloridos del entorno y en lo cotidiano. Sólo quien no quiere ver, que se engaña, es beneficiado o está desahuciado no alcanza a percibir tamaña piedra de molino que imponen para tragarla. El Indicador de ocupación y empleo del INEGI, reportó en febrero la tasa de desocupación más alta de los últimos cinco meses (5.33%, los especialistas esperaban un 4.8%), 2.6 millones de mexicanos no encontraron trabajo. Mientras que los que declararon tener necesidad y disponibilidad para trabajar horas extras creció en un 8.5%, 4 millones de personas buscan otra fuente de ingresos ante los bajos salarios que perciben en su actual trabajo. Hasta el Centro de Investigaciones en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey, con contundencia ha terminado por probar que la severa caída en las condiciones laborales (“precariedad laboral”, es decir caída en salarios, derechos y prestaciones) ha propiciado que en lo que va del sexenio un total de 15 millones de personas más se sumaran a las condiciones de pobreza (60 millones en total, cerca del 60 por ciento de la población nacional). Con las 2
actuales condiciones laborales, para la mayoría de mexicanos tener empleo ya no es ninguna garantía para no caer en niveles de pobreza; por eso se prevé que, al cierre del 2012, alrededor de 2.5 millones de personas más se sumarán a la pobreza. Un trabajador ahora requiere laborar cuatro días, para siquiera ganar lo que representaba un día de salario en los años 70; el salario mínimo real de hoy, representa sólo el 23 por ciento del existente hace 40 años. El Instituto de Investigaciones Económicas y el Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM, con una decena de investigaciones recientes terminan por completar el panorama. Mientras que los productos básicos han tenido abultados incrementos (el kilo de tortillas 70.5%, de huevo 68%, de arroz 47.8%, de frijol bayo 127.3%, el litro de aceite vegetal 83%), en los últimos 12 años los salarios han tenido un incremento real de sólo 0.5%. En el último sexenio, la pérdida del poder de compra de los salarios ya rebasó el 25 por ciento. Con un salario mínimo actual (alrededor de 60 pesos), se compra menos de lo que se compraba con un salario mínimo del año 2006 (alrededor de 47.05 pesos). En el 2006 con un salario podía comprarse o bien 7 kg de tortillas, 3.2 kg de huevo, 4 kg de arroz, 5.3. kg de frijol bayo o 3.7 litros de aceite; actualmente sólo puede comprarse 5 kg de tortillas, menos de 3 kg de huevo, poco menos de 3 kg de arroz, alrededor de 3 kg de frijol bayo o más de 2 litros de aceite. Esto explica el promedio de endeudamiento de los hogares mexicanos, que del 2006 al 2012 creció en un 64 por ciento (y estimaciones preliminares de la deuda pública y privada total del país, la ubican en casi la mitad del PIB, 57.8 por ciento). Aún más paradójico y revelador del tipo de sistema productivo impuesto es que, de la población que se reporta empleada, el 59 por ciento lo hace de manera informal (28 millones de trabajadores; poco más de la mitad de los trabajadores del país), sin seguridad social, ni prestaciones laborales (sólo entre las empleadas domésticas, 2 millones de ellas no tienen ninguna prestación). Entre quienes tienen 60 años de edad o más, el trabajo informal alcanza el 75.7 por ciento; y quienes no cuentan con la primaria completa, llega al 90 por ciento. El 58.7 por ciento son varones y el 59.5 por ciento mujeres; 57.4 por ciento del trabajo informal se encontró en el sector terciario o de servicios. En su reporte del mes de marzo, el investigador Ciro Murayama aclara que hoy “los informales no sólo los encontramos en las esquinas, sino también en las empresas y el gobierno, con personas que trabajan sin prestaciones ni seguridad social”. De hecho, Juan Arancibia Córdova comprueba que del total de trabajadores informales, el 66 por ciento son 3
jóvenes; y de la población entre 15-‐24 años de edad que labora en “empresas formales”, 40 por ciento no tiene seguridad social ni prestaciones. Aparte de los 7.8 millones de jóvenes de entre 12-‐25 años de edad que se encuentran desocupados, sin poder trabajar ni estudiar. Por otro lado, las tan cacareadas empresas de exportación muestran que el 80 por ciento de las ventas externas, son de productos manufacturados por las mismas empresas trasnacionales asentadas en el país. Por lo que “no se pueden considerar transacciones nacionales, sino negocios entre compañías que asientan movimientos de capital, al importar parte de los insumos, ensamblarlos y regresarlos al exterior (…) Son las grandes empresas corporativas las que se benefician de los tratados de libre comercio” (Arturo Ortiz Wadgymar). Ahora bien, en el campo mexicano, fruto de 18 años de tratado de libre comercio con América del Norte (TLCAN) y 20 años de las modificaciones al artículo 27 Constitucional, el 72 por ciento de los productores rurales ahora se encuentran en quiebra o bancarrota. El poder de compra de sus familias mostró una pérdida del 44 por ciento; más de 29.2 millones de personas ya no tuvieron acceso a la canasta básica, sólo 3.9 millones pudieron consumir algunos de sus productos. Al cierre del 2011 el 29 por ciento de las tierras ejidales y comunales se encontraban en proceso de modificación de propiedad, pasando a manos de empresas trasnacionales; mientras que el 51.3 por ciento de los ejidatarios ya sólo poseen el 13 por ciento de las tierras de la nación (el resto controladas ahora por agronegocios, mineras trasnacionales y emporios hoteleros o turísticos). Con la apertura comercial, la importación de maíz se incrementó en 1 mil 500 por ciento desde 1994, aumentando también la dependencia con los EU. Por el mismo acuerdo trilateral y la extrema explotación territorial que éste justifica, en los últimos diez años el costo por agotamiento ambiental ha pasado a representar el 10 por ciento del PIB, alrededor de 42 mil millones de dólares. México ahora ocupa el primer lugar mundial en deforestación, con 731 mil hectáreas al año. Tan sólo de 1990 a 1999, el área arbolada con tierras forestales se redujo de 32 a 28 por ciento. En fin, 8 de cada 10 integrantes de las familias rurales terminan por desplazarse sobre todo a los EU; dejando comunidades desmembradas y el tejido social desarticulado. Después de China e india, México se ubica en el tercer lugar mundial en la recepción de remesas. El 63 por ciento de la población latina ya es mexicana, pero unos 400 mil de ellos (de 7 millones en total) son quienes padecieron la pérdida de su empleo entre 2007-‐2010. Mientras que los EU deportan unos mil mexicanos por día, al continuar intentando ingresar de manera indocumentada. 4
Conclusiones La sórdida amplitud de los anteriores datos terminan por comprobarnos cómo de manera sistemática y coordinada el Estado e inversionistas han desestructurado, fragmentado y –en algunas regiones-‐ destruido las bases económico-‐productivas de la nación mexicana, ya con severas secuelas y consecuencias para el largo plazo. Así pasa con la producción en el campo, el cuidado del territorio y el ambiente, la producción industrial (pérdida de 700 mil empleos en los últimos diez años), el trabajo asalariado, la economía familiar, la vida en el campo y en las ciudades, la vida y trabajo de los jóvenes, también de los trabajadores migrantes. Bajo ésta situación impuesta, amplios sectores de la población se han quedado sin alternativas de sobrevivencia autónoma, mucho menos con propia vida digna; se han perdido conocimientos, habilidades y recursos para la vida autónoma e independiente del capital y el Estado. Esto frente a la predominante estrategia de convertir a México en un país con sólo trabajadores mínimamente asalariados, sobreviviendo en precariedad e informalidad laboral y con la amenaza constante de caer en la pobreza o la expulsión por las rutas de la migración. Con un territorio, regiones y aguas en explotación desmedida, por la exigida acumulación de parte del capital trasnacional y nacional. No se puede decir que en México “la vida no vale nada”, sino que, porque vale mucho, no merece lo que hasta ahora se le ha ocasionado por los grupos de poderes fácticos y formales. Tres cosas quedan claras como salida ante esta cruenta realidad impuesta por el Estado e inversionistas: 1) Seguir el ejemplo y testimonio de quienes defienden y recuperan su territorio, recursos y capacidades personales y colectivas (aire, agua tierras, conocimientos, familia, barrio, comunidad) en la búsqueda de la sobrevivencia autónoma y digna, contra y más allá del Estado y el capital; por lo tanto, con novedosas organizaciones, movimientos y sociedades en movimiento. 2) El campo de los derechos laborales es ahora un espacio de férreo combate por la dignidad de los trabajadores, combinando los elementos jurídicos, con nueva organización y construcción social. 3) La transformación social sigue siendo urgente, tal vez ahora más que antes. Más bien, urge la construcción autónoma, autogestiva e independiente de otra sociedad nacional (con sus hogares, poblados, territorios y regiones), y a partir de la defensa y recreación de la base económica productiva, tan agredida y fracturada como ahora se encuentra.
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APÉNDICE 1: Las perlas de la economía rural, millonarios de Forbes subsidiados por Sagarpa. Diez trasnacionales agroalimentarias de la lista de Forbes y que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores recibieron 1 mil 410 millones 727 mil 997 pesos del erario mexicano tan sólo en el 2011 como beneficiaros de la Sagarpa (Secretaría de agricultura, ganadería, desarrollo rural, pesca y alimentación). Los subsidios equivalen a 1.4 millones de veces más que la “cuota normal” correspondiente a los beneficios del Programa de Apoyos Directos al Campo (Procampo) −principal subsidio “en apoyo de la economía de los productores rurales”–, que asciende a 963 pesos por hectárea. El municipio de Cochoapa el Grande, en Guerrero, recibió 17 millones 556 mil 874 pesos, durante el periodo de 1994 a 2009. Esto significa que este municipio más pobre del país obtuvo 80 veces menos, en 15 años, que lo entregado en un sólo periodo fiscal a las 10 multinacionales. Empresa
Propietario
Compañía Nacional Almacenadora (Maseca-‐ Gruma). Mayor fabricante de tortilla a nivel mundial
Roberto González Barrera. Sitio 683 de los hombres más ricos del mundo. En México es el 7° más acaudalado Empresa familiar del exgobernador sonorense Eduardo Bours Castelo, también propietario de Megacable. De origen estadounidense con 140 años en el mercado. Con 38 años en México, controla el 70% del mercado agroalimentario nacional.
Bachoco. Gigante comercializador de pollo en México
Cargill. Una de las 3 compañías más poderosas del sector agroalimentario a nivel mundial. Con ADM (Archier-‐Daniels-‐Midland Company) y Bunge controlan el 80% del comercio mundial. Gradesa S.A. de C.V. Transporte y comercialización de granos. Molinera de México (Gruma). Mayor fabricante de tortilla a nivel mundial
Monto de beneficio 2011 292’ 367, 772 pesos
267’ 169, 632 pesos
Sin dato. Ventas netas en el 2010: 24, 715 millones de pesos.
120 mil millones de dólares. Emplea a más de 30 mil personas en 63 países.
Sin dato
224’ 920, 340 pesos En apoyos para la comercialización de maíz. De 2005-‐2009 obtuvo 500 millones por subvenciones de la dependencia Aserca (Apoyos y servicios a la comercialización agropecuaria) 213’ 825, 129 pesos
Roberto González Barrera. Sitio 683 de los hombres más ricos
161’ 686, 729 pesos Sin dato (total recibido como Maseca-‐Gruma, 454’ 054, 501 pesos)
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Fortuna calculada 1 millón 917 mil millones de dólares. Provenientes de sus compañías Gruma y Grupo Financiero Banorte.
Sin dato
Grupo Gamesa. Su matriz ocupa el lugar 86 de compañías a nivel internacional.
Minsa. Segundo productor de harina de maíz en México. Ganadería Integral Vizur. Mantiene en el mercado la marca Zukarne. Bunge Ltd. Pertenece a las 3 firmas dominantes del mercado de granos a nivel mundial. Con Cargill y ADM controla el 80% del comercio mundial Sabritas Controla el 80% de los “antojitos” en México.
del mundo. En México es el 7 más acaudalado Propiedad de la trasnacional PepsiCo. Sus principales marcas son Frito Lay, Gatorade, Pepsi cola y Qarker. Sin dato
104’ 049, 218 pesos
102 millones de dólares. Con ventas anuales de 57 millones de dólares.
71’ 031, 072 pesos
3 mil 96 millones 110 mil pesos.
Sin dato
37’ 853, 996 pesos
Sin dato
De origen estadounidense
28’ 325, 338 pesos
1 mil 519 millones de dólares. Más de 30 mil empleados y operaciones en 40 países 102 millones de dólares
Propiedad de la 9’ 498, 769 pesos trasnacional PepsiCo. Sus principales marcas son Frito Lay, Gatorade, Pepsi cola y Qarker. Total 1, 410’ 727, 997 pesos Fuente: Erika Ramírez (2012). Millonarios de Forbes, subsidiados por Sagarpa. Revista Contralínea 278, 01 de abril y los portales informativos de las mismas empresas.
APÉNDICE 2: Caída del salario e incremento de la explotación de los trabajadores.
La caída de los salarios reales en México en la fase neoliberal, ha ubicado el ingreso
de los trabajadores en los niveles más bajos de su historia, ha señalado Sergio Rodríguez Lascano (2010). Vistos desde 1935 hasta el presente, los salarios reales representaban entre 68.49 y 88.2 pesos en los años 30, han tenido su periodo más alto en los 70 llegando hasta los 120.77 pesos, para caer drásticamente hasta los 26.65 pesos en 1985 y no poder rebasar los 50 pesos reales hasta el presente: entre 48.09 y 27.2 pesos en los años 90, y desde el 2000 al presente ronda los 32.81 pesos reales. Sin embargo, de manera inversa a esa depreciación salarial se ha vivido un incremento de los ritmos de explotación por las dos vías tradicionales: incremento de la 7
jornada de trabajo y aumento de la productividad laboral del mismo. Veámoslo esquemáticamente: El nivel de explotación de la mano de obra, en función del tiempo de la jornada de trabajo con el que se paga el salario de los trabajadores y el tiempo que queda para los empresarios y el gobierno, que se muestra con un crecimiento-‐ decrecimiento inversamente proporcional. Tiempo de la jornada diaria destinado al ingreso de los mismos trabajadores Años
Empresa-‐gobierno
Trabajadores
1976
4.38 horas de la jornada
2.22 horas de la jornada
1989
5.55 horas de la jornada
2.05 horas de la jornada
1994
7.21 horas de la jornada
0.38 horas de la jornada
1997
7.35 horas de la jornada
0.25 horas de la jornada
2000
7.42 horas de la jornada
0.18 horas de la jornada
2004 7.47 horas de la jornada 0.13 horas de la jornada Tabla realizada por Sergio Rodríguez Lascano (2010), con datos del Centro de Análisis Multidisciplinar de la UNAM.
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