NÚMERO 53 - WWW.AUTOPOS.ES - 2011
LA REVISTA DE LOS QUE LEEN
EL MUNDO DE
DOÑA MILAGROS (POSVENTA CON SENTIDO COMÚN)
05 FOTOMANíA
11 ILUSTRADOS
17 SON ELLOS
23 LAS COSAS
29 QUé IMPACTO
31 TALLERES
ILUSTRES
QUE DICEN
DE MI ALMA
Editor: Miguel Ángel Prieto [map@autopos.es] • Subdirectora: María Ruiz [mrs@autopos.es] • Redactores/Colaboradores: Doña Milagros [milagros@autopos.es] • José María Cernuda [jmcernuda@ autopos.es] • Carlos Garriga [cgarriga@autopos.es] • Víctor del Val [vval@autopos.es] • Reporteros Gráficos: Piero Schiavo • Gestión Comercial y Márketing: Yolanda Jareño [yjareno@ autopos.es] • Administración: María Ruiz [mrs@autopos.es] • Secretaría: Esperanza Llorente [ellorente@autopos.es] • Ilustraciones: Eduardo Fuentes • Alina Muresan • Diseño y Realización gráfica: MON, Taller de Diseño, S.L. • Redacción, Publicidad y Administración: Edificio Prolar - Calle Carpinteros nº6 - Oficina 25, 28670 Villaviciosa de Odón (Madrid) • email: [prensa@autopos.es] • Tel. 916 161 912 / Fax. 916 166 322 Impresión: Imprimex [comercial@imprimex.net] • Depósito Legal: M- 22.747-1999 • Edita: Market Version Press S.L. Edificio Prolar - Calle Carpinteros nº6 - Oficina 25, 28670 Villaviciosa de Odón (Madrid) email: [mvpress@ autopos.es] • Director: Miguel Ángel Prieto • Directora Adjunta: María Ruiz Solás.
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Érase una vez HACE MUUUCHO TIEMPO,
una señora ya entradita en años, que andaba en sus quehaceres cotidianos de madre y abuela, oyó de repente que llamaban a su puerta: “Toc-toctoc”, ‘¿quién es?’, “soy el editor de una revista para profesionales de posventa”. ‘¿El quéeee?’. La señora dudó si abrir o no; un editor de no sé qué cosa, a esas horas y llamando a su casa, pero como tenía pinta de buena persona (pues sí, qué pasa, la pinta la tenía) le dejó entrar al fin. Lo que allí hablaron nadie lo supo nunca, pero lo que sí sabemos es que la revista de aquel editor salió desde su primer número con una sección escrita por una misteriosa mujer de nombre doña Milagros y edad imprecisa (ni menos de 60 ni más de 70) a la que nadie ha visto jamás... Vaaale, me he pasado con el misterio, pero salvando licencias literarias, este podría ser perfectamente el cuento de doña Milagros, porque más o menos así fue como empezó mi... cómo podría decir... ¿Trayectoria profesional senior? El caso es que me ha parecido que podría empezar esta edición especial conmigo como protagonista contándoles la historia de cómo llegué a este mundo (al de la posventa digo, que no cunda el pánico). Ya sé que la mayoría de los asiduos a Autopos me conocen, pero seguro que muchos no saben que en realidad la idea de buscar a alguien como yo para colaborar en la revista surgió de una conversación entre Miguel Ángel Prieto, el editor de Autopos, y su amigo François Passaga, un franchute de lo más castizo que sabe de posventa más que los ratones coloraos. La idea fue tomando forma y llegaron a la conclusión de que esa colaboradora debería ser mujer, desvinculada de la posventa y con una mentalidad de usuaria corriente y moliente, para que pudiera ofrecer una visión diferente, más de andar por casa, que refrescara un poco el ambiente entre tanta opinión profesional...
¡Y entonces llegué yo! Con más miedo que vergüenza, todo hay que decirlo. Y lo que empezó como una colaboración se ha terminado convirtiendo en dos secciones fijas en la revista: “Doña Milagros” y “D.M. La visita”, otra en Autopos, el periódico, un blog en autopos.es y, para rematar, esta edición especial. Desde luego, si alguien no quería caldo... se va a tener que tomar dos tazas.
De carne y hueso
Por cierto, ya sé que hay quien piensa que no soy real, supongo que por aquello de que sólo me han visto dibujada (seguro que son los mismos aguafiestas que no creen en los Reyes Magos), pero se equivocan de cabo a rabo. También los que creen que soy un hombre: por Dios, con lo femenina que yo soy; qué retorcidos. El caso es que cuando me propusieron dibujarme, más por una cuestión de diseño que por otra cosa, me pareció una idea estupenda por divertida y diferente, pero cuando vi los primeros bocetos de Fragoso, nuestro ilustrador de entonces, sentí además que aquella otra yo sería mucho más yo y mucho más libre para contar cualquier cosa. Por eso sigo siendo un dibujo en lugar de una foto; por eso y porque al ilustrador siempre le puedo pedir que me saque un poquito más joven, mientras que a Piero, nuestro fotógrafo, aunque sea el mejor, no le puedo pedir que haga... milagros. Aclarada mi condición de ser humano de carne y hueso, las circunstancias que me trajeron hasta ustedes y la razón de ser de mis escritos, me pongo manos a la obra con este “Especial Doña Milagros” que no pretende ser otra cosa que un conjunto de reflexiones, en la misma línea de siempre, sobre algunas de las cosas que me han llamado la atención en estos últimos años, con la intención de que cuando ustedes las lean saquen sus propias conclusiones.
Ya sé que hay quien piensa que no soy real, supongo que por aquello de que sólo me han visto dibujada (seguro que son los mismos
aguafiestas que no creen en los Reyes Magos), pero se equivocan de cabo a rabo.
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Atrévete a posar
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ué importancia tienen las imágenes, ¿verdad? Cuántas cosas nos transmiten, cuánta creatividad nos permiten, cuánta información nos dan. Sobre todo en estos tiempos en los que tanto ha cambiado la forma de fotografiar y también la forma de posar. Y es que ya no hay límites ni para una cosa ni para la otra; bueno sí, los del buen gusto, que de esos siempre hay que tener la alforja llena. Desde luego en Autopos es muy evidente que las fotos formales y serias de despacho pasaron a la historia y que ahora cualquier cosa es posible en sus páginas. A saber: un director de una multinacional tocando el piano, o al menos haciendo que lo toca, otro montando en bici… Pero, para ser justos, hay que reconocer que si esto ha sido posible no ha sido solo por la creatividad de un fotógrafo o por la valentía, casi temeridad, de un editor. La paciencia, docilidad y confianza en el fotógrafo de los protagonistas de esas fotos son indispensables, y el que se presten tan generosamente sin duda dice mucho de ellos, de lo bien que han entendido el mensaje de evolución y de modernidad que quiere transmitir Autopos del propio sector, y de lo bien que aprovechan la oportunidad que se les brinda para transmitir el suyo, sea cual fuere, de la mejor manera posible. Yo creo que esta implicación es fantástica, porque al final ganamos todos: la revista, en calidad y en interés para sus lectores, los anunciantes en efectividad para sus impactos y los entrevistados en prestigio y en importancia dentro del sector, porque colaborando de esa manera con el fotógrafo se muestran más a sí mismos y resultan más simpáticos, más humanos, más cercanos.
El que se presten tan generosamente sin duda dice mucho de ellos, de lo bien que han entendido el mensaje de evolución y de modernidad que quiere transmitir Autopos del propio sector.
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Aftermarket Star
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ué son los protagonistas de cualquier entrevista o reportaje de los que se publican en nuestra prensa profesional sino lo más granado de nuestro sector? Y si es así, ¿por qué no tratarlos como a verdaderas estrellas del… aftermarket? Oye, que si en los grandes medios sacan a los artistas y a los políticos como si fueran estrellas de Hollywood por el mero hecho de tener cierta trascendencia social, ¿por qué no se va a poder hacer lo mismo con el gerente de un grupo de distribución o con el dueño de un taller que tienen esa trascendencia dentro de nuestro sector? Pues claro que se puede; es más, se debe. Porque cualquiera que tenga algo que decir en nuestro sector es importante para nuestros medios, y por tanto debería ser tratado como otros medios tratan a quienes son importantes para ellos. Es algo que en Autopos se tiene cada vez más claro, por eso hay quien sale en las fotos como si fuera un modelo de Hugo Boss o como saldría en la portada de Esquire si fuera actor de éxito. En fin, que empecemos nosotros mismos a darnos importancia, que si no, ¿quién nos la va a dar? Pues eso.
Por eso hay quien sale en las fotos como si fuera un modelo de Hugo Boss o como saldría en la portada de Esquire si fuera un actor de éxito. En fin, que empecemos nosotros mismos a darnos importancia, que si no, ¿quién nos la va a dar?
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Mujeres diferentes
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arde o temprano tenía que ocurrir, era inevitable: nuestro sector por fin se está feminizando. Está siendo un proceso lento como el de la gotita que va cayendo y va formando una estalactita (¿o era una estalagmita? Bueno, ustedes me entienden). El caso es que cada vez trabajan más mujeres en el sector y que cada vez lo hacen en puestos de mayor responsabilidad. Lo sabemos porque las vemos en ferias, congresos, y reuniones profesionales; eso sí, como nos pongamos a analizar proporciones… Bueno, bueno, seamos optimistas, que teniendo en cuenta de dónde venimos, mejor ver el vaso medio lleno. En cualquier caso, está claro que si algo no se ve parece que no existe, y gracias a que los medios de comunicación del sector han entendido que debían darles más espacio sabemos que existen, las cosas que hacen, qué es lo que piensan y qué es lo que aportan desde una perspectiva que complementa y enriquece. Y aunque a muchos todavía les cueste acostumbrarse, no les va a quedar más remedio que hacer un esfuerzo y empezarlas a mirar con otros ojos, no con los del hombre que miran a una mujer, sino con los del profesional que miran a otro profesional, porque tiene que llegar el día en el que “ellas” no tengan que preocuparse, o de ocultar su feminidad o incluso de adoptar comportamientos masculinos, para estar a la altura de las circunstancias. Y luego está lo de la igualdad, que mira que me gusta poco esa palabra. La igualdad, ¡qué narices!, se debe contemplar a la hora de exigir compromiso y resultados y a la hora de pagar el sueldo; para lo demás, cuántas más diferencias existan, mejor; así, lo que no aporte una lo aportará el otro; vamos, digo yo. A ver si apreciamos de una vez el valor de la diferencia, en lugar de tenerle tanto miedo, y nos fijamos en las aptitudes y en las actitudes, que a fin de cuentas es lo que vale.
Tiene que llegar el día en el que “ellas” no tengan que preocuparse, o de ocultar su feminidad o incluso de adoptar comportamientos masculinos, para estar a la altura de las circunstancias.
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La importancia de reírse de uno mismo
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i importantes son las fotografías para comunicar, no les digo nada de las ilustraciones ¡madre mía el juego que dan! No es por presumir, pero algunas de nuestras tiras y viñetas no tienen nada que envidiarle a muchas de las que salen en los diarios de tirada nacional. La única diferencia, que los temas en vez de versar sobre política nacional o internacional versan sobre recambistas o fabricantes,
y que en lugar de caricaturizar al presidente del Gobierno, se caricaturiza al de Ancera o al de la asociación de talleres. Pero no crean, que nos ha costado acostumbrarnos: al principio, una simple tira de humor gráfico ni más ni menos mordaz que cualquiera de las que estábamos acostumbrados a ver en los periódicos, resultaba una provocación intolerable. No se entendía que en realidad salir en una de esas tiras o viñetas era un reconocimiento a la
importancia del personaje dentro del sector. En fin, que afortunadamente ya no hay intocables, y en mayor o menor medida todos nos hemos acostumbrado a vernos dibujados de cualquier guisa y en cualquier situación. Y es que reírse de uno mismo es muy sano y muy recomendable, casi una terapia: se lo dice una que para el común de los mortales de la posventa no es más que una caricatura de sí misma.
Nos hemos acostumbrado a vernos dibujados de cualquier guisa y en cualquier situación. Y es que reírse de uno mismo es muy sano y muy recomendable: se lo dice una que para el común de los mortales de la posventa no es más que una caricatura de sí misma.
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Hay que ver cómo somos
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qué me dicen de las ilustraciones de la serie “Cómo semos”? Porque a mí parecieron impagables; no solo por lo divertidas que resultaron, si no porque así, a lo tonto, haciendo un totum revolutum y casi sin darnos cuenta, hemos creado un retrato robot de lo que sería un profesional de la posventa. Y aunque pueda parecer que esto es como lo de inventarse el horóscopo, miren las conclusiones que saco y luego me dicen si se sienten o no identificados. Si usted es un espécimen dedicado profesionalmente a la posventa (mujeres abstenerse, que la muestra es mayoritariamente masculina) no soporta las excusas, ni a los pedantes, ni a los maleducados, ni a los vagos, ni a los hipócritas, ni a los mentirosos, ni a los irresponsables, ni a los chaqueteros. Cuando no trabaja le gusta compartir el tiempo con sus hijos y con sus amigos y practicar deportes al aire libre. Si tiene que gastarse el dinero, mejor en unas buenas vacaciones o en un buen restaurante, a no ser que el negocio lo reclame, entonces todo va para el negocio. Si hay que leer, mejor prensa que libros. Lo del romanticismo no va con usted y, con la edad y las responsabilidades familiares, ha tenido que dejar las juergas de antaño, pero si puede escaparse con algún amigote aunque sea un ratito… Muy trabajador y la mar de presumido, un poquito maniático y pelín borde; eso sí, cuando la ocasión lo requiere. Cada vez más tecnológico, pero porque no le queda más remedio, desconfiado y sincero, y cotilla, pero que muy cotilla. Ah, y lo de la hipocondría hágaselo ver hombre, que no se puede poner uno así por un simple constipado. Qué, se siente o no se siente identificado. Bueno, ya lo dice el refrán, que los que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición. Igual con la posventa pasa lo mismo, y eso de tocar recambio, sea para venderlo o para instalarlo, acaba imprimiendo carácter.
Si usted es un espécimen dedicado profesionalmente a la posventa no soporta las excusas, ni a los pedantes, ni a los maleducados, ni a los vagos, ni a los hipócritas, ni a los mentirosos, ni a los irresponsables, ni a los chaqueteros.
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“Están” porque “son”
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s curioso, pero si ponemos juntas todas las tiras y viñetas publicadas en Autopos durante todos estos años resulta que hemos dedicado a Motortec, a los congresos de Serca y de Ancera, e incluso, a los eventos propios de Autopos, gran parte de nuestras ilustraciones principales. Y es que no me negarán que al final todos estos eventos se han convertido en algo así como en los acontecimientos más importantes del año, y por supuesto, en los de mayor trascendencia. Y me dirán ustedes: ¡hombre, ni son todos los que están ni están todos los que son! Pues… a medias. Que no siempre están todos los que son, vale, que ya sé yo que ni Serca es el único grupo de distribución ni Ancera la única patronal de profesionales que organizan cosas, pero si no están es porque no quieren, porque prefieren hacer sus cosas a puerta cerrada para que no se entere nadie. Y al final, aunque “sean”, como no “están” es que como si no lo “fueran”, no sé si me explico. Y sin embargo sí que “son” todos los que están, porque al margen de que lo que hagan esté mejor o peor hecho, o tenga mejores o peores resultados, está hecho con una gran generosidad hacia el mercado, o sea, con las puertas abiertas, de forma pública y para todos los públicos, y esa generosidad sirve, entre otras cosas, para generar debate entre los distintos colectivos y para dinamizar el mercado, y al parecer no todo el mundo está dispuesto a asumir esta responsabilidad. Así que sí, si “están” es porque “son”.
Y al final, aunque “sean”, como no “están” es que como si no lo “fueran”, no sé si me explico. Y sin embargo sí que “son” todos los que están, porque al margen de que lo que hagan salga mejor o peor, está hecho con una gran generosidad hacia el mercado, y esa generosidad sirve, entre otras cosas, para generar debate entre los distintos colectivos y para dinamizar el mercado, y al parecer no todo el mundo está dispuesto a asumir esta responsabilidad.
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“Posventa eres tú”
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ememorando aquellos versos de Bécquer y dándoles una vuelta de tuerca (nunca mejor dicho), podríamos recitarlos así: “¿Qué es posventa? Dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es posventa? ¿Y tú me lo preguntas? ¡Posventa eres tú!”. Y es que, si hay que buscar la esencia de la posventa, el sentido primero, el origen de nuestro mercado tal y como lo conocemos hoy, no queda más remedio que pararse a mirar algunos de los grandes negocios dedicados al recambio que crearon hombres aparentemente pequeños. En su mayoría humildes y de origen humilde, sin apenas formación ni recursos, estos hombres supieron saltar todos los obstáculos a fuerza de tesón, capacidad de sacrificio y un instinto para el negocio que yo casi me atrevería a decir que sólo poseen los de su raza. No sé si esto será consecuencia de un tipo de RH determinado o directamente de una mutación genética, pero está claro que están hechos de otra pasta.
En su mayoría humildes y de origen humilde, sin apenas formación ni recursos, estos hombres supieron saltar todos los obstáculos a fuerza de tesón, capacidad de sacrificio y un instinto para el negocio que yo casi me atrevería a decir que sólo poseen los de su raza.
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Carácter familiar
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as historias de personas que han empezado a trabajar con 13,15 y17 años en pequeñas tiendas, limpiando y colocando piezas en las estanterías, y que ahora tienen empresas que facturan millones de euros son de lo más habitual en nuestro sector. Y conocer su experiencia nos ha permitido a todos aprender de una filosofía de vida y de empresa de esa que no se enseña en ninguna universidad. Una de las cosas que más me llama la atención de estos negocios es su carácter familiar: algunos ya fueron fundados por los abuelos y después los hijos e incluso los nietos han sabido mantenerlos y hacerlos crecer; otros, aunque aún son de primera generación, ya tienen asegurado el futuro para los que vienen
detrás. Para estos negocios, la familia no es un obstáculo sino más bien un pilar: los padres trabajan con sus hijos, a los que ponen al frente del negocio cuando hace falta (y si son hijas, también, que para un padre no tiene que haber diferencias), los hermanos trabajan codo con codo con sus hermanos y hermanas y las mujeres con sus maridos, y si no es así, su labor, conciliando y apoyando aunque sea desde casa, es tan importante que todos reconocen que sin ellas el éxito no hubiera sido posible. Qué quieren que les diga, a ellos les funciona y a lo mejor tienen razón, a lo mejor nadie mejor que la propia familia entiende el esfuerzo y el sacrificio que supone crear una empresa, y nadie mejor que la propia familia puede transmitir esos valores de generación en generación.
A lo mejor nadie mejor que la propia familia entiende el esfuerzo y el sacrificio que supone crear una empresa, y nadie mejor que la propia familia puede transmitir esos valores de generación en generación.
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El decálogo
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uchos de los distribuidores de recambios no solo tienen en común el carácter familiar, también muchas otras cosas que curiosamente se repiten. Yo hasta me atrevería a entresacar de todas sus historias de éxito y superación un decálogo que a buen seguro todos ellos cumplen. A ver qué opinan ustedes:
01
Que la familia sea el pilar de tu negocio porque los valores personales se transmiten a la empresa.
02
Sé humilde, fíjate en lo que hacen bien los demás y en lo que tú haces mal y aprende de tus errores.
03
Sé valiente, trata de hacer lo que no saben hacer los demás, diferénciate, apuesta por la venta sacrificada y no por el camino fácil.
04 05 06 07
No te estanques, complícate la vida, ten mentalidad de cambio. Gánate la confianza de tus clientes: sólo así obtendrás su fidelidad Ama tu trabajo, apasiónate con él, esfuérzate al máximo.
Rodéate de gente buena y delega. Cuando llegue el momento, entrega el testigo a tus hijos y confía.
08 09 10
Invierte los beneficios en tu negocio. Aplica siempre el sentido común.
La empresa no es el producto que vendes sino todo lo que tienes que hacer para vender ese producto.
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Bajan los precios de los recambios Las tiendas son la base del éxito del recambio multimarca en España Damos al taller todo lo que necesita La distribución tendrá que cambiar El futuro de la posventa multimarca va a depender de la estrategia de los constructores Tenemos que aumentar nuestra influencia en los talleres La posventa es ahora para la marca una potencia de negocio en sí misma Ahora sí van a desaparecer talleres Sin integrarnos en una red no vamos a ninguna parte Existen demasiados distribuidores Debemos estar especialmente atentos a las nuevas fórmulas de venta a través de internet Los talleres han abusado del consumidor El hecho de pertenecer a una cadena no te garantiza el éxito ni los clientes El fabricante no es nadie sin el distribuidor En Europa van a quedar en la distribución cuatro, cinco o seis grupos como mucho Los grupos no pueden ser cooperativas La estrategia de crecimiento del constructor pasa por ganar como clientes a los talleres multimarca A vueltas con el precio
Ni contigo, ni sin ti
De todas las cosas que he leído en titulares durante todo este tiempo en Autopos se pueden extraer dos conclusiones: una que nos repetimos más que Raphael cantando el tamborilero, y dos, que tenemos cierta tendencia a ver fantasmas que nos asustan mucho y que luego desaparecen como por arte de magia. Porque, ¡madre mía!, cuántas declaraciones sobre precios, que aquí son siempre PVP, que si se tienen que bajar, que si se tienen que subir, que por qué no es el mismo para todos... Vamos a ver, yo la Cocacola no la pago al mismo precio casi en ningún sitio. ¿Por qué iban a tener que ser los recambios diferentes? Además, si solo se pudiera competir en precio, pero es que también se puede competir en calidad, en servicio, en generar más confianza en el cliente, en ser más amable, más atento con él, más rápido, tener más stock… No sé, yo creo que hay vida más allá del precio.
“Ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio, contigo porque me matas y sin ti porque yo me muero”. Esta copla parece hecha para definir la relación entre fabricantes y distribuidores de recambios. Vamos, que están siempre más picados que la cebolla, aunque en el fondo no puedan vivir los unos sin los otros. Creo yo que ambos tienen que hacer todo lo posible por continuar trabajando juntos, aceptando los defectos del otro, que, oye, uno también los tiene, asumiendo que muchas veces los intereses no son los mismos y tratando de buscar puntos de encuentro. Supongo que algunos estarán casados, ¿no? Pues igual de difícil es, pero no queda otra, porque como en el matrimonio por la Iglesia, aquí no hay divorcio que valga.
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Si los concesionarios quieren distribuir van a tener que aprender cómo se hace Siempre que los constructores han encontrado una piedra en el camino, se la hemos puesto el recambio libre Existe cada vez más demanda de recambio marquista El futuro de la distribución pasa por establecer alianzas Los diferenciales que existen hoy respecto a AD nos impiden ser competitivos Cada vez habrá menos talleres tradicionales porque no tienen el tamaño, los medios ni el conocimiento para invertir en su futuro La gente de la calle no sabe de recambios. Y eso no va a cambiar porque generar notoriedad cuesta una fortuna Los talleres tienen un problema con las nuevas tecnologías Me molesta que los talleres no sean tan exigentes con los concesionarios como lo son con los distribuidores
Hemos comprobado que en cuanto el constructor se da cuenta de que la concesión está comprando algo fuera de la marca, automáticamente baja el precio de ese recambio Si escuchas a los recambistas no ha habido un año bueno en los últimos veinte
¡Que viene el lobo! ¿Se acuerdan de lo que hace años llamábamos la nueva distribución y que hablar de ella era como mentar la bicha? Aquello parecía que iba a ser el fin del mundo, se iban a acabar los distribuidores, porque los fabricantes les iban a vender directamente y a precios de risa, y también los talleres, porque iban a abrir centros por todas partes a unas velocidades de vértigo.
¿En qué quedó todo eso? Pues desde luego muy lejos de lo que muchos pensaban, y es que al final no hay nadie que no siga luchando como “to quisqui” para ganarse las habichuelas, y es que los El Dorado (parece mentira que a estas alturas no nos hayamos dado cuenta) nunca son tan dorados. Ahora que para malos, malísimos, los concesionarios y las marcas que los apoyan. Siempre se les ha mirado mal, y no digo que sin razón: los poderosos siempre se pasan de
prepotentes, es ley de vida, pero hacer como si no existieran tampoco sirve de mucho. Por eso en Autopos empezó a dárseles voz, y aunque esto fuera interpretado por algunos como alta traición, yo creo que es mejor ver por dónde viene el lobo, por si nos da tiempo de guardar las ovejas ¿no? En fin, que si mal estaban las cosas hace unos años, peor están ahora, porque con tan poca venta de coche, la posventa se ha convertido, ahora más que nunca, en la tabla de salvación y la lucha es a cuchillo.
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Los grandes distribuidores están rompiendo el mercado Sería mejor decir adiós
a los socios que no se involucren con el grupo Los fabricantes han hecho ricos a los transportistas con tanto porte Queremos que
nuestros concesionarios puedan vivir de la posventa
Las manzanas podridas contaminan y perjudican la imagen del colectivo multimarca Los fabricantes valoran también el proyecto a la hora de dar condiciones El factor precio da ventaja a los talleres multimarca En el grupo ya no vale tomarse cafés y ser todos muy amigos Si todos fuéramos más fieles al
grupo ganaríamos más La obligación de ayudar al taller a ser más competitivo es de todos Antes del reglamento en la marca no había que pagar nada, ahora nos cobran por todo Se va a volver a los negocios de proximidad Tendremos que decir no más a menudo No te quejes Y los talleres siempre en medio del debate. Y no entiendo yo tanta queja, que si son infieles, que si no se organizan y llaman cuatro veces para pedir cuatro piezas en lugar de llamar una y resolverlo todo de un plumazo, que si no van a los cursos, que si no se informatizan; bueno, solo hay dos alternativas: o se les consiente o se les dice que no. Y si se les consiente luego no vale llorar ni quejarse, y si se les dice, "hasta aquí hemos llegado", a lo mejor acabamos
consiguiendo que los que aún no han madurado como empresas empiecen a hacerlo. ¿Quién va a ser el valiente que pruebe? Ah, y otra cosa, no entiendo ese corporativismo que defiende que todos los que pertenecen a un gremio son maravillosos por el artículo 33, porque no es verdad. Lo que hay que hacer es trabajar para que todos los que pertenecen a un gremio, sea cual sea, hagan al resto sentirse orgullosos de formar parte de él; y cuando aparezca la oveja negra, en vez de protegerla, mejor echarla del redil para que no perjudique la imagen de las demás. En eso debería consistir el verdadero corporativismo ¿no les parece?
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Aquellos bodegones
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i hay que hacerla, y la cuestión es que hay que hacerla, mejor hacerla bien, ¿no? Me refiero a la publicidad, una inversión más necesaria que nunca en los tiempos que corren, pero que hay que medir mucho para que sea rentable. Vamos, que hay que saber elegir dónde y cómo, porque ni vale cualquier medio, ni, por supuesto, vale
cualquier anuncio ¡Y vaya si sabemos! Cada vez más, porque... ¿se acuerdan cuando los anuncios consistían en simples bodegones de piezas -dispuestas además con muy poca gracia, todo hay que decirlo- sobre un fondo de color? (Aunque, por otro lado, a ver quién es el guapo que coloca 25 amortiguadores con gracia en ninguna parte) ¡Si es que se podían haber hecho concursos para
ver quién era capaz de meter más piezas por centímetro cuadrado de anuncio! No se ofendan, pero para enseñar las piezas creo yo que hacen mejor servicio los catálogos, que son gordos, gordos y ahí cabe todo. Por no hablar de esos anuncios más caseros que el arroz con leche (casero claro) hechos con el power point, que ni un duro de inversión, pero con unos resultados...
Mejor invertir en imagen
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a verdad es que las cosas han cambiado mucho. Se hacen anuncios muy, pero que muy chulos, de bastante nivel, que además ganan ni se sabe a página completa; porque esa es otra: antes todos los anuncios eran de distinto tamaño. Que si robapáginas, que si medias páginas, que si faldones, y se ponían unos por aquí y otros por allá, a modo de collage, que ya no se sabía dónde empezaba un anuncio y dónde terminaba otro y qué era publicidad y qué información. Y para colmo se hacían especiales de producto, y si tocaba, por poner un ejemplo, frenos, pues hala, todos los fabricantes de frenos ahí juntitos...
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¡Qué tiempos! ¿Verdad? Suerte que Autopos acabó con aquello y sentó precedente al ofrecer a sus clientes solo páginas completas. Y precisamente por eso, porque ahora lo habitual es que los anunciantes dispongan de una página completa para ellos solitos, hay que intentar lucirse, pensar muy bien el mensaje que se quiere transmitir y la imagen que se quiere dar, y hacer el esfuerzo de invertir cada uno dentro de sus posibilidades. Toca elegir esos colores, imágenes, o conceptos que te identifiquen y te diferencien de los demás, pero siempre pensando que la publicidad entra primero por los ojos.
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Y dale con el Facebook
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ué furor con esto de las redes sociales: que si facebook, que si twiter… están por todas partes. Lo que parecía un juego para adolescentes (y para adultos con alma adolescente) con necesidad de relacionarse y muchas ganas de estar a la última, se ha convertido en una exigencia social a todos los niveles, incluido el empresarial. Pero a mí me parece que no es para tanto, la verdad. Vale que cada vez se utilizan más, pero eso no significa que tengan que ser prioridad para muchos negocios, como piensan algunos. Que sí, que están bien, que ofrecen muchas posibilidades de comunicación, pero no es oro todo lo que reluce: hay que pensar un poco, con quién se comunica uno a través de una red, cuánto tiempo hay que dedicarle diariamente y si realmente compensa invertirlo en esto y no en otras cosas con la que está cayendo. Pero hablemos de los talleres mecánicos. Me consta que ya hay algunos que utilizan las redes sociales para hacer sus pinitos: promociones, comunicación a clientes… ¿pero cuántos pueden ser, cincuenta, cien, trescientos tirando por lo alto, pero por lo alto, alto? Esto y nada es lo mismo, así que pensar que hoy por hoy las redes sociales “Los talleres son una herramienta de trabajo todavía no han habitual para los talleres o que lo terminado de ganar van a ser en breve es no querer aceptar la cruda realidad. ¿Que hay la batalla de la que apostar por lo nuevo? No seré informatización de yo quien diga lo contrario. ¿Que hay que estar pendiente de por dónde sus negocios, ni la van a ir los tiros en el futuro? Por de internet… Así supuestísimo que sí. Pero lo normal no es empezar la casa por el tejado, que echa el freno digo yo, y los talleres todavía no han Magdaleno que terminado de ganar la batalla de la informatización de sus negocios, todo llega, pero… ni la de internet… Así que echa el cuando tiene que freno Magdaleno que todo llega, pero… cuando tiene que llegar. llegar”.
Fuenteovejuna
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ueno, pues ya tenemos el reglamento que todos queríamos (bueno; todos, todos…no). Y ahora, ¿qué?, ¿cómo hacemos para que se cumpla?, ¿cómo hacemos para que todos los usuarios sepan lo que hay? Y lo que es más importante: ¿qué hay que hacer para competir, se supone que ahora sí, en igualdad de condiciones con los concesionarios?… Porque ahora ya no hay excusas, ahora es la ley de la oferta y la demanda la que manda, y una vez que todo el mundo se haya enterado de que puede llevar su coche donde quiera, desde el primer día, que se enterará (aunque solo sea por las campañas publicitarias que los pudientes -Midas, aseguradoras, etc.- están haciendo en la tele), habrá que convertirse en la oferta más interesante, si es que se quiere reservar uno un buen trozo de la tarta. ¿Las claves?, que el cliente se entere, gritándolo a los cuatro vientos si hace falta, de que, si quiere, puede venir a nuestro taller con su coche nuevo; que seamos capaces de ofrecerle una imagen que le agrade cuando se decida a venir, que seamos realmente, y no solo sobre el papel, más competitivos en precio, y que demostremos que, técnicamente, estamos por lo menos igual de capacitados que el concesionario. Si no, difícil va a estar sacarle partido al nuevo reglamento, ya se lo digo yo; igual que les digo que seguramente sea mucho más fácil conseguirlo, para el que todavía esté en ello digo, formando parte de una red de talleres, por aquello de que muchas veces es mejor hacer las cosas todos a una, como en Fuenteovejuna.
“Ahora es la ley de la oferta y la demanda la que manda, y una vez que todo el mundo se haya enterado de que puede llevar su coche donde quiera, que se enterará, habrá que convertirse en la oferta más interesante”.
Ahora o nunca
¡Venga talleres multimarca! ¿A qué estáis esperando? ¡Vamos, ahora es el momento! Ahora que lo de la garantía (que no se pierde por no hacer las revisiones en el concesionario) empieza a calar en el consumidor, ahora que el bolsillo está más vacío que nunca, ahora que los que nunca han probado un taller multimarca van a tener que hacerlo, ahora es el momento de la verdad, el momento de demostrar si es verdad que sois más baratos e igual de buenos o mejores. ¡Ahora o nunca!
Miii tesoooro N
o sería nada justo menospreciar a las redes de talleres que promocionan los distribuidores de recambios: son más modestas, desde luego; menos conocidas para el gran público, está claro; pero siempre me han parecido una muy buena opción para cualquier taller que no quiera estancarse. Vamos, que no hace falta salir en la tele para beneficiarse de las ventajas de pertenecer a una red. De hecho, con cualquiera de ellas se puede tener acceso a muchas cosas buenas, a las que es bastante más difícil acceder cuando se camina solo,
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“¿No es la información técnica el tesoro más preciado de cualquier taller, con tanto modelo de coche como hay? Si más que mecánicos parecen ingenieros, ¡pobres míos!”.
como por ejemplo la información técnica. ¿O es que no es la información técnica el tesoro más preciado de cualquier taller, con tanto modelo de coche como hay? Si más que mecánicos parecen ingenieros, ¡pobres míos! ¿Asignaturas pendientes? Seguramente ir siendo más conocidos por el usuario final, pero este camino se hace andando, despacito, pero andando, y, sobre todo, no tener miedo de seleccionar bien a los asociados, que digo yo que es mejor tener menos y mejores que mogollón y del montón.
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Infieles
Enchufados
“Es a los que venden a los que les corresponde encontrar el secreto para una relación. Eso, o llevar los cuernos con naturalidad; es lo que hay”.
“Ya estamos histéricos pensando si nuestros talleres van a estar preparados cuando llegue el momento. ¡Pues claro que sí, hombre, como siempre!”.
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icen las malas lenguas que los talleres son infieles a sus distribuidores, pues claro, ¿por qué iban a ser ellos una excepción? Les pasa lo mismo que nos pasa a todos, demasiada oferta, y cuando la oferta es muy similar en calidad, en precio, e incluso en servicio, la cosa se complica mucho para el que vende, sobre todo, si no se hace diferencia entre el que ya es cliente y el cliente potencial, porque, ¿realmente tiene ventajas el que ya ha comprado, por encima del que todavía no lo ha hecho, o se ofrece lo mismo a unos que a otros cuando no más a los otros? Lo que está claro es que con acusar de promiscuo al comprador no se gana nada, y que es a los que venden a los que les corresponde encontrar el secreto para una relación, si no de fidelidad absoluta (no nos engañemos, los milagros no existen) por lo menos de cierta constancia en el tiempo. Eso, o llevar los cuernos con naturalidad; es lo que hay.
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ice nuestro Gobierno que se ha propuesto como objetivo que en 2014 haya un millón de vehículos híbridos o eléctricos en nuestro país, para lo que se compromete a instalar no sé cuantas estaciones para “enchufarse”. Y ya estamos histéricos pensando si nuestros talleres van a estar preparados cuando llegue el momento. ¡Pues claro que sí, hombre, como siempre! De aquí a 2014, suponiendo que el objetivo se cumpla (¡ay que me da la risa!), nos da tiempo a todo. Con información, con herramientas, con formación, y sobre todo con actitud… todo se puede. Lo único tener mucho cuidado con los calambres, eso sí.
Misión imposible
Al final, lo de los talleres, como tantas otras cosas en la vida, es una cuestión de fe, de creer sin ver, de confiar; y la confianza se gana haciendo un buen trabajo y siendo honesto, que luego la ley de la oferta y la demanda ya se encarga de poner a cada uno en su sitio. Por cierto, tampoco estaría mal que además de que existan organizaciones en defensa “del consumidor”, alguien se ocupara de defender “del consumidor” a quienes viven sometidos por esa terrible máxima que dice que “el cliente siempre tiene la razón”, porque hay cada uno…
El agosto de los talleres H
ace poco escuché en la tele, concretamente en un telediario de Televisión Española, un titular que me dejó perpleja estando, como estamos, en tiempos de crisis: “¡Los talleres hacen su agosto!”. ¡Menuda bomba! Con la que está cayendo para la mayoría de los mortales, y resulta que los talleres, tan vilipendiados en las teles (sólo se habla de ellos para ilustrar reportajes sobre reclamaciones de usuarios), han empezado a vivir, ¡por fin!, su momento de gloria. Escucho un poco más, para entender la noticia, y veo que está basada en un razonamiento lógico y bastante sencillo, demasiado sencillo diría yo: como la venta de coche nuevo ha caído en picado, por fuerza hay que reparar los que ya hay, y ahí es donde entran los talleres a ponerse, supuestamente, las botas. Hombre, a mí, así de primeras, se me ocurren algunas pegas, porque digo yo que si la crisis afecta, como dicen, fundamentalmente al consumo, lo lógico es que si no hay dinero para hacerle la revisión al coche pues no se le haga; y que si no hay dinero para gasolina se coja el autobús para ahorrarse el combustible y de paso la revisión. Por no decir que si hay que cambiarle el aceite al coche, o la batería, siempre se puede uno ahorrar un pico haciendo de tripas corazón y manchándose las manos… Y ninguna de estas cosas creo yo que le venga muy bien a los talleres.
“Digo yo que si la crisis afecta, como dicen, fundamentalmente al consumo, lo lógico es que si no hay dinero para hacerle la revisión al coche pues no se le haga; y que si no hay dinero para gasolina se coja el autobús…”.
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Ni al pan, pan, ni al vino, vino
Después de un estudio profundo y meticuloso -les aseguro que ha sido como una tesis doctoral por lo menos, he llegado a la conclusión de que en el sector de la posventa no se llama a cada cosa por su nombre porque no hay un nombre para cada cosa, sino varios. Y es que eso de llamar al pan, pan y al vino, vino no es tan fácil en un sector en el que todo está cambiando, en el que hay tantos intereses, a veces tan contrapuestos, y en el que cualquier matiz tiene su importancia. El caso es diferenciarse a toda costa. Por eso unos y otros andan todo el día poniéndose etiquetas a sí mismos y a los demás por si las moscas (no sea que les confundan, vaya). Y es que es muy fácil perderse en este galimatías (si me pierdo me disculpan, por favor). Díganme, por ejemplo, cómo se explica que a los que venden recambios se les pueda llamar, en función de no sé qué, distribuidores, mayoristas, minoristas, almacenistas, recambistas o simplemente tiendas. ¿Es que nadie está contento con su nombre?
Exagera que algo queda
Un poquito exagerados sí que somos, la verdad; y es que aquí cada vez que hay cualquier novedad se arma. Un nuevo reglamento o una nueva ley, un nuevo competidor o un informe de las asociaciones de consumidores… Cualquier cambio, por pequeño que sea, nos pone de los nervios y lo sacamos todo de quicio; parece que se va a acabar el mundo, que a los distribuidores les quedan cuatro días y a los talleres, cinco; y empezamos a hablar de enemigos que buscan la muerte de no sé quien, de traidores que se pasan al otro bando, de hipócritas, de gente que sólo quiere perjudicar al sector, y venga derrotismo, alarmismo, catastrofismo, dramatismo, y nos echamos las manos a la cabeza y nos rasgamos las vestiduras. Todo, para que luego nunca pase nada, o casi nada.
El cuarto poder
…Tal y como yo lo veo, estos personajes, por su importancia en el sector, deberían estar acostumbrados a verse en los medios especializados, a que se hable de ellos bien y mal, a que les hagan caricaturas, a que se analice cada paso que dan, ellos y otros muchos que a fin de cuentas son la elite del sector: fabricantes importantes, grandes distribuidores, gerentes de grupos, responsables de asociaciones… Igual que ocurriría en la sociedad con otros colectivos influyentes como los sindicatos, la CEOE, los gobiernos de las comunidades autónomas… ¿O no es Víctor Rivera, secretario ejecutivo de Asetra, la asociación de talleres de Madrid, la Esperanza Aguirre de Zapatero Francesc Faura, presidente de la confederación nacional de talleres? Hasta son de dos ‘partidos’ distintos (Conepa y Cetraa). Real como la vida misma.
Y tú más
¿No sería mejor aprovechar para hacer algo más en lugar de tanto quejarse? Porque ¡mira que se quejan oye!: los fabricantes de los distribuidores, los distribuidores de los fabricantes y de los talleres, y los talleres de quien haga falta. Y todos pensando que “lo suyo” es mucho más grave que lo de los demás; y mientras tanto la casa sin barrer y como único grito de guerra el socorrido ‘y tú más’, que no conduce a ninguna parte.
Malos requetemalos
A ver si dejamos de rasgarnos tanto las vestiduras y vamos madurando un poquito en cuestiones periodísticas, que ya toca. Que aquí con matar al mensajero y con pensar que los periodistas son malos, requetemalos, se soluciona todo. Nadie piensa que el que un periodista no pueda publicar informaciones de interés porque perjudiquen a alguien es como si un empresario no pudiera despedir a un trabajador incompetente porque está pagando la hipoteca de su casa, o como si un médico tuviera que implicarse en las circunstancias personales de cada paciente que dejara su vida en sus manos. No podrían trabajar, ni los unos ni los otros. Me parece a mí que con intentar ser honestos ya tienen suficiente ¿no?
Sonría por favor
Jamás de los jamases he tenido la intención de molestar a nadie, todo lo contrario: mis críticas siempre han pretendido ser constructivas y mis halagos sinceros, y aunque me han llamado de todo: Remedios, Sagrario, Angustias... y algunas veces se han enfadado un poquito conmigo, estoy segura de que he conseguido provocar alguna que otra sonrisa. Y si tengo que quedarme con algo desde luego ha sido con la complicidad de mis lectores, que no se han conformado solo con leerme y en muchas ocasiones se han molestado en escribirme. Sus cartas y sus correos electrónicos han sido como un cóctel de vitaminas para mí, sobre todo porque siempre han manifestado su acuerdo o desacuerdo con cariño y con mucho respeto; unos caballeros, sí señor.
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