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amargosa

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carlos traspaderne

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Entrevista respondida el 19 de mayo por email. AMARGOSA.

UN OASIS LITERARIO Y CINÉFILO.

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Isolda Patrón-Costas, agente y productora cinematográfica, debuta en la novela con 'Amargosa', una historia con planteamiento de road movie en la que una mujer encuentra un mundo sorprendente al descubrir un hotel-teatro en medio del desierto.

'Amargosa', de Isolda PatrónCostas, está editada por Tres Hermanas, tiene 216 páginas y cuesta 20 euros.

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Aunque has nacido en Barcelona y actualmente resides en Madrid te has formado en Alemania, Escocia y Estados Unidos. Esta novela está ambientada en Los Angeles e impregnada de imaginería norteamericana, ¿fue allí donde surgió

el germen de la idea? Hace muchos años, cuando vivía en Los Angeles, hice un viaje por el desierto y me encontré algo inesperado. Un teatro regentado por una excéntrica mujer que había sido bailarina en Broadway. Pasado el tiempo, esa imagen volvió a mí con fuerza por todo lo que evocaba. Es un punto de partida muy poderoso que hace que la imaginación viaje a mil sitios distintos. Supe que tenía que escribir una historia y así surgió 'Amargosa'.

Geraldine Chaplin es una de las personas que recomienda y ha apoyado la

novela. Hay muchas cosas del personaje de Suzanne que están inspiradas en Geraldine. Su sabiduría, su conexión con la danza, esa mirada curiosa de la niña que sigue habitándola más allá de todo, la capacidad de juego, la ternura. Por otra parte, hay en la novela un pequeño homenaje a 'Candilejas', que a su vez representa en sí un homenaje al teatro. Geraldine aparece de niña en una de las escenas de apertura de la película, así que cuando nombro al Calvero de 'Candilejas', es mi forma de hacerle un pequeño guiño a ella.

¿Intentaste enmarcar tu historia dentro de lo que se ha denominado como realismo mágico? Al escribir la historia, ¿tenías presente algún referente literario

o cinematográfico? Mucha gente ve reminiscencias de Fellini, o me pregunta si me he inspirado, en 'Bagdad Café', o en 'Crónicas de motel de Sam Shepard, que fue la base del guion del 'Paris, Texas' de Wim Wenders, o incluso hay quien me dice que escucha las bandas sonoras de Nino Rota. Indudablemente, todo eso vive en mí y puede que se haya colado entre las páginas de la novela, pero si fue así, fue de forma inconsciente. En cuanto al realismo mágico, hay un juego constante entre realidad y ficción, con un mundo, el de Amargosa, que respira misterio, ensoñación y casi irrealidad.

¿Qué esperas que el lector o la lectora se lleven de este viaje junto a Marta, la

protagonista? Lo que uno espera cuando cuenta historias es conmover, que para mí es la mejor forma de compartir.

Tu literatura está influida por el cine, un campo en el que también trabajas. ¿Qué relación encuentras entre ambos

medios? Mi deseo siempre ha sido contar historias. De pequeña jugaba a hacer obras de teatro todos los veranos con mi amigo de infancia. Después empecé a sentir fascinación por el cine y la vida me llevó a dedicarme profesionalmente a ello. La escritura me llegó después. Mi hermana tiene una bonita forma de explicarle a sus hijos, que son pequeños, qué es lo que hace su tía cuando escribe: pinta con palabras. Las metáforas son la forma más poderosa de conmover, son imágenes. La relación entre ambos campos, para mí, es un camino de doble sentido, del cine a la literatura o viceversa. Texto de

Roberto González.

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