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Por Jabi Iraizoz
Axi, Jaws. F. Chris W. Hoyte.
Coincidí con Axi en el bar Iruña de Zarautz junto a su escuela de Surf para comentar sus ansiadas aventuras en Jaws y Mavericks recientemente. Observé una escena entrañable. Tres amonas (abuelas) de su localidad le preguntaban en euskera con interés por su último viaje. Axi les dedicó su tiempo con respeto y cariño para explicarles todos los pasos que había dado y se le veía que lo hacía de corazón, como alguien que tiene muy claro de donde viene y que forma parte de su comunidad. Ellas le decían que estaba muy delgado y que menudas olas había cogido. Pese a que era evidente que estaba exhausto de la maratón de viajes y adrenalina que le había reportado su expedición a tres de las olas más salvajes del planeta, no reparó en dedicarles unos buenos minutos a estas atentas damas con una sonrisa. Por una parte Axi es humano, a veces pilla catarros como tú y como yo y si se corta con una astilla mientras corta leña, sangra. Pero por otra parte es un surfista en la élite mundial en la caza de olas gigantes, un fuera de serie en ello. Es realmente bueno en algo que muy pocos son capaces de hacer. Y ahora, tiene su plaza ganada en Hawaii con humildad, determinación y valor.
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Señores sponsors, permitan que Axi pueda seguir en la caza de las marejadas que viajan por el planeta y no se verán defraudados. Sus palabras en esta entrevista son una prueba de su valía. Gracias. En los últimos años has adquirido una experiencia de élite en el surf de olas gigantes explorando Galicia hasta la extenuación, batiéndote en Nazaré y en casa en Agiti, Roka Puta y Playa Gris además de Marruecos. ¿Qué te ha movido a elegir este momento de ir a la caza de dos olas como Jaws y Mavericks? La intención de surfear Jaws a remada tradiconal surgió hace muchos años, pero el reto de surfear por primera vez Belharra a remada tradicional se anticipó por mi cercanía a la ola. Lo conseguí en el invierno de 2.0082.009. A raíz de esa ocasión gente de gran renombre se ha visto atraída a intentarlo también. Haber derribado esa barrera le enorgullece a uno plenamente. Al mismo tiempo, los brasileños empezaron a surfear la izquierda de Jaws. Al ver que ya no iba a ser el primero, parte del atractivo del reto cayó. Simultaneamente seguí mi camino en la búsqueda de olas descomunales en nuestras costas atlánticas y las encontramos de un potencial extraordinario. Me tiraba mucho para atrás el tener que ir a olas famosas masificadas cuando podía seguir disfrutando de olas de gran potencial sin el stress mediático. Lo que me ha motivado a ir ahora son varios aspectos. Uno de ellos es que el Niño no ha dejado de patalear. Para ser partícipe de lo que estaba sucediendo en Jaws, que se estaban empujando realmente los límites, sentía la llamada de ir en ese momento preciso. Lo que no me esperaba era conectar Jaws, Mavericks y Todos Santos persiguiendo la marejada. La ola de Jaws tiene un gran atractivo para mí. No tiene una simple sección. Lanza el pico del norte en un tamaño gigante. Con un swell super-sólido y con periodos altos puede que conecte con el bowl del oeste y sea un espectáculo sin precedentes. Me di cuenta cuando volví a Mavericks. Me estaban catalogando de loco por ir a intentar remar Jaws con esos swells, un tío que acababa de pasar ese mismo día dos espumas debajo del agua. Mavericks, con componente oeste, hace un efecto slab que desanima a cualquiera. Para la preparación he estado muy en contacto con Pedro Liria, de Azti Tecnalia. A pesar de que Greg Long, Ian Walsh y otros han compartido cuales son las direcciones apropiadas, Pedro me ha ido proporcionando información sobre los picos más altos de cada marejada. Me dijo que no se habían visto mares así en los últimos veinte años. Gracias a la llamada del Eddie Aikau hemos podido estar más tranquilos. Ha habido sesiones compartidas con los locales sin ningún tipo de estrés. ¿Has visto diferencias entre tu preparación y la del resto de la gente en el agua en esas sesiones? Me he sentido más identificado de lo que me imaginaba. Me ha llamado la atención observar el instinto de supervivencia que a todos nos aflora cuando te viene el santo marrón encima. Desde la primera sesión empecé a trabajar referencias, dependiendo de si estaba atacando a la izquierda o la derecha, o si estaba en el pico del norte o en el bowl del oeste.
Cuando entraba el santo serión escapaban todos. Y muchas veces intentaba estar muy calmado sin ansiar la ola y esperando mi turno. Mi objetivo no era marcarme el tanto sino llamar la atención respecto a que pensaran, “este tío que acaba de llegar aquí lee el mar muy bien y tiene mucha paciencia. Quería ganarme el sitio y el respeto de la gente. Las primeras dos sesiones fueron en base a esta decisión. Algo que me resultaba muy frustrante. Cuando venía la serie siempre había uno que se iba más adentro, se daba la vuelta y bueno, dejabas la ola pasar. Pero no he visto demasiadas diferencias. Creo que las referencias allí son gente como Kai Lenny, Albee Layer, que son las canteras que trabajan las líneas en ola grande, performance; y Shane Dorian, Greg Long e Ian Walsh. Estaba deseando estar allí con mis tablas para quedarme sin excusas y hacerme unos drops de verdad. Me atrevería a afirmar que me he ganado el respeto. Como anécdota te puedo contar que en una de las primeras sesiones estaba esperando y esperando, entró una serie gigante y de repente salió todo el mundo en estampida, incluido Shane Dorian, porque eso se contagia. Y yo miraba atrás y pensaba que acorde con mis referencias cruzadas estaba en una ubicación prácticamente gps, bien situado respecto a otras series gigantes que habían entrado. Pero ahí es cuando dices, a ver, no vayas de listo y escapa de aquí. Luego ya en otras sesiones fui a mi rollo con mi lectura y evidentemente cuando apuras puedes quedarte solo y vendido pagando el exceso de confianza. Pero es parte del juego. No vale salir invicto de Jaws si no te comes un buen serión en el pico del norte. Hay que hacer frente a eso. ¿Qué sentiste al ver que estaban todos los mitos allí? Puede resultar vergonzoso y a la vez gracioso presentarte como un desconocido en el pico formando parte de ese círculo tan inaccesible. A veces me cuesta distinguir quién es quién hasta que se presenta. Son situaciones graciosas. Es muy reconfortante el haber trabajado durante tantos años y el haber compartido sesiones con gente tan en la élite como Greg Long, Mark Healey, Ian, Dave Wassel y muchos otros. Genera cierto aprecio, sobre todo cuando superas las expectativas que ellos tenían en cuanto a las olas que hemos compartido con ellos, las habilidades y la logística de coordinación que tenemos Jerome y yo. Todos esos aspectos son elementos muy importantes para generar un vínculo de confianza único. Al aterrizar allí solamente había avisado a Greg e Ian; y entrar y ver a Mark Healey gritando tu nombre en el pico y otro tanto Keali’i, pues hace sentirte más cómodo entre tantos grandes. ¿Qué es Skull Base? Es mi familia en Hawaii. Hemos hecho tanta amistad que son como hermanos. Quiero dar las gracias a toda la familia Walsh. Cuando la primera visión que ves dentro de un entorno completamente blanco y que estás tratando de enfocar, ver unos puntitos negros que cada vez se hacen más grandes acudiendo a tu rescate, pues es la puta hostia. Para que lo entendáis mejor. Desde el punto profesional es una marca fundada por los hermanos Walsh y sus colegas. Este año Skull Base ha sido premiada a la
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mejor empresa emprendedora de Hawaii por su trabajo y labores sociales. Tienen una flota enorme de motos de agua. Coordinan todo el tema de salvamento en Jaws. Su lema es “All you need” “Todo lo que necesites”. Desde un rodaje para una superproducción hasta una sesión pequeña, barcos, motos, planes de rescate y viajes entre islas. Son gente muy respetada. A priori parece mucho dinero, porque son mil dólares por día lo que cobran, pero cuando les ves arriesgar como arriesgan, no es dinero. ¿Cómo se vive la vibra hawaiiana? El escenario, el compañerismo, la naturaleza. En alguna sesión he estado solo en el pico mientras la gente hacía tow-in y ha habido momentos que te emborrachan de lo afortunado que te hace sentir. Miras a tierra y ves un paraje verde lleno de palmeras… A pesar de estar frente a un acantilado un poco hostil (RISAS), ves un background con toda una foresta verde de cocoteros y piñas y es una maravilla. Es precioso. Me sentía muy afortunado. Sobre todo al ir compenetrándome con aquellas personas. Pensaba que el surf estaba muerto, pero he vuelto de Hawaii diciendo, el surf está vivo. Al menos en la ola grande y cuando no se trata de competir. Con Skull Base hemos accedido a puntos que son inaccesibles si no los conoces. Donde no llega ningún turista. No estamos acostumbrados a ese tipo de parajes. Pillando unas olitas en esas bahías escondidas me sentía como si tuviera doce años cogiendo mi primera ola. ¿Sigue habiendo Soul Surf en olas grandes o prima el conseguir la foto para los sponsors? Existe el Soul Surfing. En las últimas sesiones el pico estaba mucho más descongestionado, y veía el puro disfrute de la gente. Sin ansia, sin perseguir a los fotógrafos al salir. Por otro lado, hay gente que al ver motos piensan que van a ser rescatados y entraban queriendo conseguir su momento de gloria. Pero si no contratan a nadie no se les va a ir a rescatar, no se van a jugar la vida. Esas ansias de salir en la foto las estoy empezando a ver en nuestras costas. Es algo que me empieza a preocupar. Probablemente has marcado un antes y un después tras clavar la bandera en Hawaii de esta manera… Muchos me han felicitado, pero he trabajo muy duro y me ha supuesto destinar el presupuesto de mis sponsors a esa investigación. Ha sido una etapa difícil pero que me ha dado cierto prestigio. Me encuentro en mi mejor momento de surfing de ola grande y con más ganas que nunca. ¿Te gustaría enviar un mensaje a los lectores, o agradecer algo a alguien? A mis sponsors O’Neill, Pukas y Carver. A Skull Base, Shawn, Luke, Ian y a sus padres. A DK, Kolomona, Curtis, Kaipo, y un largo etc… PREGUNTAS DE LOS LECTORES: ¿Te has visto alguna vez en una situación que te haya hecho replantearte lo que haces? Sí, he estado en situaciones en las que he visto en peligro mi integridad física… quizás he estado en más
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de las que debería. Pero siempre he ligado esas malas experiencias a errores, prometiéndome que no lo voy a volver a cometer, pero nunca pensando en que no voy a volver a meterme en las olas grandes. He tenido buenas liadas, como agotamientos por falta de oxigenación en todo el cuerpo, y con sensaciones de ver en blanco y negro, chiribitas, no poder coger aire por fracturas de costillas cuando expulsas, y eres incapaz de respirar antes de la siguiente ola; rebotando en paredes con escombro… He hecho todo tipo de locuras y de todas ellas he aprendido. ¿Hay tanta diferencia entre las olas grandes que tenemos aquí y las de Hawaii? Jaws es increíble, tienes una autopista delante de ti con un túnel enorme que se avecina pero por lo general es relativamente seguro para poder salir por tus medios por el canal. Tenemos olas que podríamos comparar con Jaws o Mavericks pero que no son frecuentadas por su peligrosidad. Un ejemplo es Agiti. La cercanía a las rocas hacen que no sea sensato intentarla en remada tradicional. Aunque yo lo he hecho. Tenemos muchas casi-ola, como suelo decir. La de San Antón, delante del faro de Getaria. Allí hay otra ola que hace un slab similar a Mavericks cuando está de oeste. Son olas que están prácticamente vírgenes. La sacudida de Mavericks y Jaws tienen una fuerza impresionante. He visto muros y carvernas gigantes avanzando a velocidades que te dejan atónito. Eso es difícil comparar con otras. Pero podemos decir que los retos aquí cuando está muy sólido no andan lejos. ¿Cómo te pones los vaqueros con los huevos tan grandes que tienes? ☺ RISAS. Pues cojo un huevo y me lo lanzo por encima de un hombro, cojo el otro y encima del otro. Los llevo en la chepa y la gente se piensa que llevo el Patagonia hinchado. Es coña. No soy muy de pantalones pitillo. Soy más de pantalón ancho y holgado. ¿Cómo superas tus miedos? Echándole la culpa a los errores. El mar no genera malas experiencias, no va a castigarte. Va a darte lecciones de humildad. Ahora lo reconozco, una de las promesas que hice es que no iba a entrar más por la izquierda de Roka Puta, porque andaba rebotando en marea alta un día en el que no había gente vigilando con el mar subiendo. Pero hoy es el día que no entro por la izquierda, pero entro por Playa Gris. Intento canalizar esos temores antes de que se arraiguen. ¿Cuál es la ola que sigues surfeando en tu cabeza cuando cierras los ojos? Roka Puta. Porque es la que me ha curtido. Me imagino en ese tubo gigantesco conectando con la arruga con la seta que sale y conectando con el segundo bowl, y continuando de nuevo dentro de una caverna gigante. Es una World Class sin duda alguna. También en un drop en una ola gigante en Playa Gris a remo. O una pirámide gigantesca en nuestra querida y secreta ola Tiralín en Marruecos. O quizás en Nazaré en una ola enorme. Eso antes de este viaje. Ahora están en mi mente estas tres olas. Todo es Mavericks, Jaws y Todos Santos.
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