Revista Virgen del Carmen 2017

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Carmen San Juan del Puerto, 2017

Año VIII - Nº 8

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Editorial Revista anunciadora de los cultos de nuestra Patrona. Año 2017. Año VIII, nº 8 Edita: Asociación Virgen del Carmen y Parroquia de San Juan Bautista. Redactores/Colaboradores: Victoriano Solís García, Fernando Millán Romeral, O. Carm, María del Carmen Mora Rodríguez, Juan Bautista Cartes Pérez, Manuel Jesús Cartes Barroso, Juan Bautista Quintero Cartes, Antonio Manuel Quintero Rebollo y Manuel e Isidro Cruz Prieto. Fotografías: Esteban Romero Cartes, Juan Antonio Ruiz Rodríguez, Manuel Jesús Carrasco Terriza. Foto portada: Juan Antonio Ruiz Rodríguez. Deposito Legal: H-221-2010 Imprime: Imprenta Beltrán, s.l. San Juan del Puerto.

Índice - Editorial......................................................2 - El Monte de Salvación................................3 - El Escapulario.............................................4 - “Magnificat” Canto de la Santísima Virgen...........................................8 - Un pueblo con Madre...............................10 - Medalla religiosa de la iglesia conventual de los Carmelitas de San Juan del Puerto...12 - Las Misas de Alma en el altar de privilegio de Ntra. Sra. del Carmen en su convento de esta Villa......................................................15 - La Fiesta del Carmen de 1967..................16 - Símbolos concepcionistas en la Imagen de Ntra. Sra. del Carmen de San Juan del Puerto.....................................17 - Noticias carmelitanas locales....................21 - Convocatoria de cultos..............................22 2

Dentro de doce años, en 2029, nuestro pueblo podrá celebrar los cinco siglos de una devoción, la de Nuestra Señora del Carmen. Esta anual revista que lleva su nombre y que hoy llega a su 8ª edición, pretende fomentar y actualizar la presencia siempre nueva de la Madre de San Juan del Puerto. La fiesta que vamos a celebrar es expresión de que este pueblo no está huérfano. Este año nuestra revista se honra con unas letras del Prior General de la Orden del Carmen, que anima a que no se pierda lo más profundo de la devoción carmelitana: el Escapulario, signo que nos introduce en dicha Orden, recuerdo permanente de nuestra pertenencia a María y, en su sencillez, compromiso de amarla e imitarla. Al final, la presencia de María en nuestro pueblo, nos lleva, como siempre, al Señor, para que vivamos “en obsequio de Jesucristo”, es decir, haciendo carne el Evangelio de Jesús. Imagen, devoción y fiesta de nuestra Madre y Patrona la Virgen del Carmen, son concreciones de un amor antiguo y nuevo que nos vuelve a convocar, como queriendo recordarnos el testamento de la Cruz: “Ahí tienes a tu Madre”.


Desde tu Parroquia EL MONTE DE SALVACIÓN Un año más, cuando se acerca el día de nuestra Patrona, os animo a acercaros a la Virgen, porque siempre que miramos a María nos terminamos encontrando con Jesús. La oración colecta de su festividad litúrgica dice así: TE SUPLICAMOS , SEÑOR, QUE NOS AYUDE LA ADMIRABLE INTERCESIÓN DE LA GLORIOSA VIRGEN MARÍA, PARA QUE, PROTEGIDOS POR SU AYUDA, CONSIGAMOS LLEGAR HASTA EL MONTE QUE ES CRISTO. Esa oración también me la podéis escuchar al final de la Salve con que terminamos cada sabatina que le dedicamos los primeros sábados de mes, y quiero que me sirva para haceros esta pequeña reflexión ante los cultos que vamos a celebrar ahora en su honor. Nos dirigimos al Señor, al Padre, como en otras “oraciones colectas”, de acuerdo con el modelo que otras oraciones litúrgicas nos ofrece, invocando la poderosa intermediación de María. Ella es la Virgen Poderosa. La Virgen es Poderosa, como lo fue en Caná (Cfr. Jn 2, 1-11). Su poder es el servicio, porque el Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes (Cfr. Lc 1, 52). Ejerce su “poder” en el servicio, a imagen de Cristo, que vino a servir y no a ser servido (Cfr. Mt 20, 28). Por eso acudimos a su poderosa intercesión,

porque ponemos en sus manos maternas nuestras necesidades espirituales y materiales. Y la Virgen, desde la humildad de su servicio, cumple con su función de Madre. En este caso, pedimos a la Virgen que nos haga subir hasta Cristo, al que identificamos en la oración con un monte. El monte es “lugar” de salvación en la Bíblia: el Sinaí, el Horeb, Sión. Este último es refugio seguro e inquebrantable, donde había que subir para vivir allí con el Señor. Sin embargo, tened en cuenta lo que se pide a la Virgen del Monte Carmelo, otro monte bíblico donde Yavé se reveló: que nos haga llegar hasta Cristo. Y esto es así porque no se trata de subir físicamente, porque el Monte de Salvación no es un lugar físico, sino una persona. La subida hasta el Monte Carmelo, tal como la entendieron los carmelitas y todos sus místicos, como Santa Teresa o San Juan de la Cruz, no es otra cosa que el seguimiento de Cristo, la “ascensión” hacia Cristo, el encuentro con la persona de Jesucristo. Que la Virgen, Nuestra Señora del Carmen, que nos muestra el Monte de Salvación, nos ayude a encontrarnos con Jesús, el fruto bendito de su vientre. Victoriano Solís García. Párroco.

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Devoción EL ESCAPULARIO Se acercan ya las fiestas en honor de la Virgen del Carmen, y en muchos lugares de España y de todo el mundo comienzan los preparativos para que esta celebración mariana, tan universal como popular, sea un tiempo de gracia. La familia carmelita (frailes, monjas de clausura, religiosas de vida activa, terciarios, cofrades, Juventud Carmelita, diversas ONG de inspiración carmelitana, antiguos alumnos de nuestros colegios y un larguísimo etcétera) exulta cada año de gozo con estas fiestas en las que miramos a Nuestra Madre del cielo bajo esta advocación entrañable y tierna. Los ermitaños que vivieron en las laderas del Monte Carmelo a principios del siglo XIII dedicaron su capilla a la Domina Loci (“la Señora del lugar”), de modo que, cuando vinieron a Europa tras la expulsión de los santos lugares por los sarracenos, trajeron consigo la devoción a la Virgen del Carmelo y la extendieron por todas partes. Posteriormente, los misioneros que fueron a América fomentaron esta devoción que arraigó con mucha fuerza en el nuevo continente, donde la Virgen del Carmen es patrona de naciones y de numerosas instituciones de todo tipo. También en África y en Asia, los carmelitas han extendido esta devoción que, a su vez, se ha ido enriqueciendo con las aportaciones de estas culturas, generando así nuevas manifestaciones muy interesantes (literarias, artísticas, musicales) de esta forma tradicional de honrar a la Virgen María. El signo más característico de esta devoción es el escapulario del Carmen que tantos creyentes llevan en su pecho y que es considerado uno de los sacramentales más extendidos en la Iglesia universal. El Directorio sobre la piedad popular y la Liturgia, publicado por la Congregación para el Culto Divino en 4

el año 2001, dedicaba palabras muy certeras a este signo de piedad mariana, destacando su relación con la familia carmelita y el sentido último de esta devoción: El escapulario del Carmen es una forma reducida del hábito religioso de la Orden de Hermanos de la bienaventurada Virgen del Monte Carmelo; se ha convertido en una devoción muy extendida e incluso más allá de la vinculación a la vida y espiritualidad de la familia carmelitana, el escapulario conserva una especie de sintonía con la misma. El escapulario es un signo exterior de la relación especial, filial y confiada, que se establece entre la Virgen, Reina y Madre del Carmelo, y los devotos que se confían a ella con total entrega y recurren con toda confianza a su intercesión maternal; recuerda la primacía de la vida espiritual y la necesidad de la oración (n. 205). Aunque algunos pueden pensar que se trata de algo antiguo, de una devoción, valga la expresión, “pasada de moda”, el escapulario sigue teniendo sentido hoy: nos recuerda que María, nuestra Madre y Hermana (como nos gusta llamarla a los carmelitas desde tiempos inmemoriales) nos acompaña y protege en el camino de la fe, nos ayuda y guía para que seamos mejores discípulos de su Hijo y nos invita a vivir de acuerdo a los valores del Evangelio. En los múltiples viajes que, como Prior General de la Orden, he hecho por todo el mundo, he comprobado (con gozo y sano orgullo de familia) que el escapulario sigue siendo un signo mariano muy popular, muy querido y apreciado por los creyentes de los cinco


Devoción continentes y que -en no pocos casos- conlleva una exigencia de vida cristiana muy laudable. Ciertamente que -como todos los elementos de la piedad popular- la devoción del escapulario puede conllevar ciertos riesgos (sentimentalismo vacío, confusión con un talismán o un signo mágico, devoción pasajera…). El Papa Francisco lo ha señalado en varias ocasiones. Debemos corregir, purificar e incluso evangelizar la religiosidad popular, pero también debemos dejarnos evangelizar por esta religiosidad con la que el pueblo de Dios expresa no sólo sentimientos muy hondos, sino también las grandes verdades de la fe. ***** En este sentido, cuando hablo o predico sobre el escapulario del Carmen me gusta subrayar cómo dos de los más grandes creyentes del siglo pasado (con estilos muy diferentes) han sido grandes devotos de este sacramental mariano. El primero sería el Papa San Juan Pablo II. Es bien sabida la devoción del Papa polaco por la Virgen del Carmen desde sus años de infancia. También es conocida la fotografía en la que un joven Karol Wojtyla, deja entrever su escapulario, mientras toma un descanso en el trabajo en su Polonia natal. En varias ocasiones a lo largo de su pontificado el Papa hizo mención del escapulario del Carmen y del afecto con que lo llevaba. Curiosamente, como ocurre con la imagen de la Virgen del Carmen de vuestra iglesia parroquial, también en nuestra parroquia de Santa Maria Regina Mundi de Roma, se conserva y se venera uno de los escapularios que llevó en su pecho Juan Pablo II y que fue regalado a la comunidad parroquial por el Cardenal de Cracovia, Stanislao Dziwisz, ex-secretario y gran colaborador del Papa polaco. El 25 de abril de 2011

(por tanto, pocos días antes de la beatificación que tuvo lugar el 1 de mayo de ese año), el cotidiano italiano La Repubblica incluía una larga entrevista a Joaquín Navarro Valls, quien fuera durante tantos años portavoz y estrecho colaborador del Papa. En dicha entrevista se tocan muchísimos temas interesantes, desde el trabajo cotidiano del Papa o su espíritu de oración, hasta sus relaciones con los grandes líderes políticos mundiales. Una de las preguntas trata sobre el atentado terrorista que sufrió en la plaza de San Pedro en 1981 y dice así (lo adapto directamente del original italiano): - Periodista: Una carrera al hospital Gemelli (que estaba destinado a convertirse en una especie de segundo Vaticano); el trabajo muy complicado de los cirujanos en el intestino, perforado por dos proyectiles de los cuatro disparados por el agresor, con una colostomía provisional… ¿Qué nos dice de todo ello? - Navarro Valls: Estaba todavía consciente en la ambulancia. Perdió el sentido cuando estábamos llegando al hospital por la pérdida de sangre y por la caída de la tensión. Pero, en un momento de lucidez, consiguió decir a los médicos que le dejaran el escapulario, el rectángulo de tela de los Carmelitas dedicado a la Virgen. De hecho, fue operado con el escapulario, tanto en esa ocasión como en todas las operaciones que tuvo que sufrir. Sin duda, se trata de una anécdota hermosa y conmovedora que dice mucho de la total confianza de San Juan Pablo II en la Virgen santísima y del cariño tan entrañable por el escapulario del Carmen que, como el mismo comentaría en otra ocasión- le acompañaba desde su niñez y nunca había faltado de su pecho.

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Devoción ***** El segundo “gran creyente” es el beato Oscar Arnulfo Romero, el Arzobispo de San Salvador, asesinado salvajemente el 24 de marzo de 1980 mientras celebraba la eucaristía en “el hospitalito”, el hospital de la Divina providencia, atendido por una comunidad de Hermanas Carmelitas. Como sabéis, fue beatificado el 23 de mayo de 2015. A lo largo de su vida, también Monseñor Romero se refirió en diversas ocasiones a su devoción por la Virgen del Carmen y a lo que esta devoción popular representa para la Iglesia de América Latina. Así, por ejemplo, en la fiesta del Carmen de 1978, el beato Romero se refiere a la Virgen del Carmen como “la gran misionera popular”. Cualquiera que haya vivido de cerca la gran devoción popular que existe por Nuestra Madre del Carmen en diversas zonas de América, sabrá valorar y apreciar esta afirmación. La frase revela además, un rasgo muy peculiar del estilo pastoral de Monseñor Romero. El respeto por la religiosidad popular, a la que considera como una plataforma de evangelización y un acicate para la misión. Reproducimos el párrafo: Pero antes de desarrollar este pensamiento, yo quiero dedicar mis humildes palabras y la atención de ustedes para convertirlo en un acto de cariño filial a Nuestra Señora, la Virgen del Car­m en. Hoy, 16 de julio, nuestro pueblo siente que María, bajo ese título del Carmen, es la gran misionera popular. Yo también quiero sentirme hoy acompañando a las muchedumbres pere­grinas que van 6

desde todos los cantones con estandartes de la Virgen a celebrar el día del Carmen; y desde este lugar, yo quiero solidarizarme con esas manifestaciones de cariño en honor de Nuestra Señora. Un año antes, también Romero había dedicado parte de su predicación a la devoción a la Virgen del Carmen, destacando cómo ésta no es una devoción anticuada o sin sentido para el hombre moderno. Bien interpretada, invita al creyente a imitar las actitudes de María. Asimismo, esta devoción refleja una confianza infinita en la Virgen en situaciones de angustia y de peligro, como las que estaba viviendo el pueblo salvadoreño: Yo me imagino, hermanos, que la piedad de cada uno de los que hemos venido a honrar a la Virgen del Carmen lleva la angustia y la esperanza que llevaba aquella plegaria de Simón Stock, el superior de los Carmelitas, que viendo su orden perseguida, levanta sus ojos al cielo para decirle a la Virgen que les dé una señal de protección (…). Y la protección de la Virgen se hizo sentir tan poderosa que aún ahora, a siglos de distancia y aún donde no hay Carmelitas, está el santo escapulario, como una protección de la Virgen, llamando al pueblo y sintiendo que el pueblo es un hijo predilecto de la Virgen María… Si la Virgen hablara a un Simón Stock de 1977, al darle el escapulario, le diría: esta es la señal de protección; una señal de la doctrina de Dios, una señal de la vocación integral del hombre, para salvación del hombre entero, ya en esta vida. Todo aquel que lleva el escapulario


Devoción tiene que ser un hombre que ya vive su salvación en esta tierra, tiene que sentirse satisfecho, poder desarrollar sus capacidades humanas para el bien de los demás (…). Quiera la Virgen del Carmen, pues, en esta mañana, no solamente afianzar a sus fieles seguidores que llenan el templo y los templos carmelitanos de todas las iglesias. Desde aquí, yo quisiera saludar con todo entusiasmo a esas comunidades que siguen a la Virgen del Carmen y que se aglomeran en torno de los altares de la Virgen en todos los ámbitos de nuestra República. Y quisiera decirles que recibieran hoy el escapulario como Simón Stock, pero con la comprensión de 1977, para que cada carmelita se convierta en un verdadero seguidor del evangelio actual, el que necesita hoy la Iglesia redentora de los hombres de hoy; y que también, hermanos, sea la Virgen del Carmen y su santo escapulario un toque de gracia para los que no nos comprenden, para que se conviertan, para que sepan que no los odiamos sino que los queremos, que no queremos que se pierdan porque no colaboran a construir un orden temporal más justo… En definitiva, Monseñor Romero, cree que esa salvación de la que el escapulario es prenda y promesa, debe ser entendida en un sentido más amplio e integral, de modo que el escapulario del Carmen se convierte en un acicate, en un signo, en una invitación a ser más solidarios, más misericordiosos, más humanos, más sensibles ante las necesidades de nuestros hermanos, los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Sin duda, la homilía del beato Romero toca muchos temas de interés y lo hace con gran profundidad, espiritual, pastoral y también teológica y nos llena de orgullo a toda la familia carmelitana. Releyendo sus homilías, nos sobrecoge el hecho de que su cuerpo quedase tendido ante el altar y cerca de una imagen de la Virgen del Carmen, tras el disparo certero del francotirador que le asesinó.

***** Quisiera destacar una última cosa en relación a la ceremonia de imposición del escapulario que se suele hacer durante la novena del Carmen. Sin que este signo pierda su carácter sencillo y popular, sería conveniente cuidar algo más la imposición del mismo. A veces se hace en una ceremonia apresurada, con cierta confusión respecto a quien lo tiene ya impuesto o a si se puede llevar “ya bendecido” para otra persona. Habría que evitar de todas las formas posibles que se identificase con una especie de talismán o de amuleto. Sería incluso deseable una mínima preparación para recibirlo (quizás una breve catequesis previa) para que se vea y se disfrute de su verdadero significado. El mismo directorio al que hacía referencia más arriba lo señalaba claramente: La imposición del escapulario del Carmen, como la de otros escapularios, “se debe reconducir a la seriedad de sus orígenes: no debe ser un acto más o menos improvisado, sino el momento final de una cuidadosa preparación, en la que el fiel se hace consciente de la naturaleza y de los objetivos de la asociación a la que se adhiere y de los compromisos de vida que asume” (n.5). Aprovecho esta ocasión que se me brinda para saludar cordialmente al párroco y feligreses de la parroquia de San Juan Bautista, a los miembros de la Asociación de “Nuestra Señora del Carmen” de San Juan del Puerto y a todos a los lectores de la revista “Carmen”. Desde el siglo XVI se encuentra arraigada en vuestro pueblo la devoción por la Virgen del Carmen. Que Ella os siga guiando y protegiendo a vosotros y a vuestras familias. Os deseo con afecto una muy feliz festividad de Nuestra Madre del Carmen. Fernando Milán Romeral, O.Carm. Prior General

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La Virgen en la Sagrada Escritura “MAGNÍFICAT” CÁNTICO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA (LC 1, 46-55) El 15 de febrero de 2006, Benedicto XVI ofrecía este bello comentario exegético sobre el Magníficat, que reproducimos a continuación, en el que hace una interpretación del texto de San Lucas 1, 46-55. Es un canto que revela con acierto la espiritualidad de los anawim bíblicos, es decir, de los fieles que se reconocían “pobres” no sólo por su alejamiento de cualquier tipo de idolatría de la riqueza y del poder, sino también por la profunda humildad de su corazón, rechazando la tentación del orgullo, abierto a la irrupción de la gracia divina salvadora. En efecto, todo el Magníficat, que

Visitación Camarn y Meli Sg XVIII 8

acabamos de escuchar cantado por el coro de la Capilla Sixtina, está marcado por esta “humildad”, en griego tapeinosis, que indica una situación de humildad y pobreza concreta. 2. El primer movimiento del cántico mariano (cf. Lc 1, 46-50) es una especie de voz solista que se eleva hacia el cielo para llegar hasta el Señor. Escuchamos precisamente la voz de la Virgen que habla así de su Salvador, que ha hecho obras grandes en su alma y en su cuerpo. En efecto, conviene notar que el cántico está compuesto en primera persona: “Mi alma... Mi espíritu... Mi Salvador... Me felicitarán... Ha hecho obras grandes por mí...”. Así pues, el alma de la oración es la celebración de la gracia divina, que ha irrumpido en el corazón y en la existencia de María, convirtiéndola en la Madre del Señor. La estructura íntima de su canto orante es, por consiguiente, la alabanza, la acción de gracias, la alegría, fruto de la gratitud. Pero este testimonio personal no es solitario e intimista, puramente individualista, porque la Virgen Madre es consciente de que tiene una misión que desempeñar en favor de la humanidad y de que su historia personal se inserta en la historia de la salvación. Así puede decir: “Su misericordia llega a sus fieles de generación en generación” (v. 50). Con esta alabanza al Señor, la Virgen se hace portavoz de todas las criaturas redimidas, que, en su “fiat” y así en la figura de Jesús nacido de la Virgen, encuentran la misericordia de Dios. 3. En este punto se desarrolla el segundo movimiento poético y espiritual del Magníficat (cf. vv. 51-55). Tiene una índole más coral, como si a la voz de María se uniera la de la comunidad de los fieles que celebran las sorprendentes elecciones de Dios. En el original griego, el evangelio de san Lucas tiene siete verbos en aoristo, que


La Virgen en la Sagrada Escritura indican otras tantas acciones que el Señor realiza de modo permanente en la historia: “Hace proezas...; dispersa a los soberbios...; derriba del trono a los poderosos...; enaltece a los humildes...; a los hambrientos los colma de bienes...; a los ricos los despide vacíos...; auxilia a Israel”. En estas siete acciones divinas es evidente el “estilo” en el que el Señor de la historia inspira su comportamiento: se pone de parte de los últimos. Su proyecto a menudo está oculto bajo el terreno opaco de las vicisitudes humanas, en las que triunfan “los soberbios, los poderosos y los ricos”. Con todo, está previsto que su fuerza secreta se revele al final, para mostrar quiénes son los verdaderos predilectos de Dios: “Los que le temen”, fieles a su palabra, “los humildes, los que tienen hambre, Israel su siervo”, es decir, la comunidad del pueblo de Dios que, como María, está formada por los que son “pobres”, puros y sencillos de corazón. Se trata del “pequeño rebaño”, invitado a no temer, porque al Padre le ha complacido darle su reino (cf. Lc 12, 32). Así, este cántico nos invita a unirnos a este pequeño rebaño, a ser realmente miembros del pueblo de Dios con pureza y sencillez de corazón, con amor a Dios. 4. Acojamos ahora la invitación que nos dirige san Ambrosio en su comentario al texto del Magníficat. Dice este gran doctor de la Iglesia: “Cada uno debe tener el alma de María para proclamar la grandeza del Señor, cada uno debe tener el espíritu de María para alegrarse en Dios. Aunque, según la carne, sólo hay una madre de Cristo, según la fe todas las almas engendran a Cristo, pues cada una acoge en sí al Verbo de Dios... El alma de María proclama la grandeza del Señor, y su espíritu se alegra

en Dios, porque, consagrada con el alma y el espíritu al Padre y al Hijo, adora con devoto afecto a un solo Dios, del que todo proviene, y a un solo Señor, en virtud del cual existen todas las cosas” (Esposizione del Vangelo secondo Luca, 2, 26-27: SAEMO, XI, MilánRoma 1978, p. 169). En este estupendo comentario de san Ambrosio sobre el Magníficat siempre me impresionan de modo especial las sorprendentes palabras: “Aunque, según la carne, sólo hay una madre de Cristo, según la fe todas las almas engendran a Cristo, pues cada una acoge en sí al Verbo de Dios”. Así el santo doctor, interpretando las palabras de la Virgen misma, nos invita a hacer que el Señor encuentre una morada en nuestra alma y en nuestra vida. No sólo debemos llevarlo en nuestro corazón; también debemos llevarlo al mundo, de forma que también nosotros podamos engendrar a Cristo para nuestros tiempos. Pidamos al Señor que nos ayude a alabarlo con el espíritu y el alma de María, y a llevar de nuevo a Cristo a nuestro mundo.

Visitación Jos Madrazo Sg XIX 9


Magisterio UN PUEBLO CON MADRE El Santo Padre Francisco, en la solemnidad de Santa María Madre de Dios, el pasado 1 de enero, reflexionó sobre el importante papel de la Madre de Dios en la vida de los pueblos. Ahora, en San Juan del Puerto, la fiesta de la Virgen del Carmen expresa cómo el pueblo tiene una Madre, y alcanzan plena vigencia y actualidad las palabras del Papa aplicadas a nuestra localidad en referencia a la Virgen. «Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19). Así Lucas describe la actitud con la que María recibe todo lo que estaban viviendo en esos días. Lejos de querer entender o adueñarse de la situación, María es la mujer que sabe conservar, es decir proteger, custodiar en su corazón el paso de Dios en la vida de su Pueblo. Desde sus entrañas aprendió a escuchar el latir del corazón de su Hijo y eso le enseñó, a lo largo de toda su vida, a descubrir el palpitar de Dios en la historia. Aprendió a ser madre y, en ese aprendizaje, le regaló a Jesús la hermosa experiencia de saberse Hijo. En María, el Verbo Eterno no sólo se hizo carne sino que aprendió a reconocer la ternura maternal de Dios. Con María, el Niño-Dios aprendió a escuchar los anhelos, las angustias, los gozos y las esperanzas del Pueblo de la promesa. Con ella se descubrió a sí mismo Hijo del santo Pueblo fiel de Dios. En los evangelios María aparece como mujer de pocas palabras, sin grandes discursos ni protagonismos pero con una mirada atenta que sabe custodiar la vida y la misión de su Hijo y, por tanto, de todo lo amado por Él. Ha sabido custodiar los albores de la primera comunidad cristiana, y así aprendió a ser madre de una multitud. Ella se ha acercado en las situaciones más diversas para sembrar esperanza. Acompañó las cruces cargadas en el silencio del corazón de sus hijos. Tantas devociones, tantos santuarios y capillas en los lugares más recónditos, tantas imágenes esparcidas por las casas, nos recuerdan esta gran verdad. María, nos dio el calor materno, ese que nos cobija en medio de la dificultad; el calor materno que permite que nada ni nadie apague en el seno de

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la Iglesia la revolución de la ternura inaugurada por su Hijo. Donde hay madre, hay ternura. Y María con su maternidad nos muestra que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, nos enseña que no es necesario maltratar a otros para sentirse importantes (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 288). Y desde siempre el santo Pueblo fiel de Dios la ha reconocido y saludado como la Santa Madre de Dios. Celebrar la maternidad de María como Madre de Dios y madre nuestra, al comenzar un nuevo año, significa recordar una certeza que acompañará nuestros días: somos un pueblo con Madre, no somos huérfanos. Las madres son el antídoto más fuerte ante nuestras tendencias individualistas y egoístas, ante nuestros encierros y apatías. Una sociedad sin madres no sería solamente una sociedad fría sino una sociedad que ha perdido el corazón, que ha perdido el «sabor a hogar». Una sociedad sin madres sería una sociedad sin piedad que ha dejado lugar sólo al cálculo y a la especulación. Porque las madres, incluso en los peores momentos, saben dar testimonio de la ternura, de la entrega incondicional, de la fuerza de la esperanza. He aprendido mucho de esas madres que teniendo a sus hijos presos, o postrados en la cama de un hospital, o sometidos por la esclavitud de la droga, con frio o calor, lluvia o sequía, no se dan por vencidas y siguen peleando para darles a ellos lo mejor. O esas madres que en los campos de refugiados, o incluso en medio de la guerra, logran abrazar y sostener sin desfallecer el sufrimiento de sus hijos. Madres que dejan literalmente la vida para que ninguno de sus hijos se pierda. Donde está la madre hay unidad, hay pertenencia, pertenencia de hijos. Comenzar el año haciendo memoria de la bondad de Dios en el rostro maternal de María, en el rostro maternal de la Iglesia, en los rostros de nuestras madres, nos protege de la corrosiva enfermedad de «la orfandad espiritual», esa orfandad que vive el alma cuando se siente sin madre y le falta la ternura de Dios. Esa orfandad que vivimos cuando se nos va apagando el sentido de pertenencia


Magisterio a una familia, a un pueblo, a una tierra, a nuestro Dios. Esa orfandad que gana espacio en el corazón narcisista que sólo sabe mirarse a sí mismo y a los propios intereses y que crece cuando nos olvidamos que la vida ha sido un regalo —que se la debemos a otros— y que estamos invitados a compartirla en esta casa común. Tal orfandad autorreferencial fue la que llevó a Caín a decir: «¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?» (Gn 4,9), como afirmando: él no me pertenece, no lo reconozco. Tal actitud de orfandad espiritual es un cáncer que silenciosamente corroe y degrada el alma. Y así nos vamos degradando ya que, entonces, nadie nos pertenece y no pertenecemos a nadie: degrado la tierra, porque no me pertenece, degrado a los otros, porque no me pertenecen, degrado a Dios porque no le pertenezco, y finalmente termina degradándonos a nosotros mismos porque nos olvidamos quiénes somos, qué «apellido» divino tenemos. La pérdida de los lazos que nos unen, típica de nuestra cultura fragmentada y dividida, hace que crezca ese sentimiento de orfandad y, por tanto, de gran vacío y soledad. La falta de contacto físico (y no virtual) va cauterizando nuestros corazones (cf. Carta enc. Laudato si’, 49) haciéndolos perder la capacidad de la ternura y del asombro, de la piedad y de la compasión. La orfandad espiritual nos hace perder la memoria de lo que significa ser hijos, ser nietos, ser padres, ser abuelos, ser amigos, ser creyentes. Nos hace perder la memoria del valor del juego, del canto, de la risa, del descanso, de la gratuidad. Celebrar la fiesta de la Santa Madre de Dios nos vuelve a dibujar en el rostro la sonrisa de sentirnos pueblo, de sentir que nos pertenecemos;

de saber que solamente dentro de una comunidad, de una familia, las personas podemos encontrar «el clima», «el calor» que nos permita aprender a crecer humanamente y no como meros objetos invitados a «consumir y ser consumidos». Celebrar la fiesta de la Santa Madre de Dios nos recuerda que no somos mercancía intercambiable o terminales receptoras de información. Somos hijos, somos familia, somos Pueblo de Dios. Celebrar a la Santa Madre de Dios nos impulsa a generar y cuidar lugares comunes que nos den sentido de pertenencia, de arraigo, de hacernos sentir en casa dentro de nuestras ciudades, en comunidades que nos unan y nos ayudan (cf. Carta enc. Laudato si’, 151). Jesucristo en el momento de mayor entrega de su vida, en la cruz, no quiso guardarse nada para sí y entregando su vida nos entregó también a su Madre. Le dijo a María: aquí está tu Hijo, aquí están tus hijos. Y nosotros queremos recibirla en nuestras casas, en nuestras familias, en nuestras comunidades, en nuestros pueblos. Queremos encontrarnos con su mirada maternal. Esa mirada que nos libra de la orfandad; esa mirada que nos recuerda que somos hermanos: que yo te pertenezco, que tú me perteneces, que somos de la misma carne. Esa mirada que nos enseña que tenemos que aprender a cuidar la vida de la misma manera y con la misma ternura con la que ella la ha cuidado: sembrando esperanza, sembrando pertenencia, sembrando fraternidad. Celebrar a la Santa Madre de Dios nos recuerda que tenemos Madre; no somos huérfanos, tenemos una Madre.”

ONUBENSE DE GANADERÍA, S.L.

FRANCISCO

Panadería “Jarrilla” José Manuel Pérez Sánchez

Calle Carabela Santa María, s/n. 21610 SAN JUAN DEL PUERTO (Huelva) Telf/Fax: 959 356 037 M. 679 064 653 • M. 625 836 386 Fábrica: Pol. Ind. Exfasa, Nave 2 info@hnosmendez.es

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Arqueología MEDALLA RELIGIOSA DE LA IGLESIA CONVENTUAL DE LOS CARMELITAS DE SAN JUAN DEL PUERTO A mis padres Manuel y Juana por ser los grandes pilares de la familia. En este breve trabajo presento el estudio de una de las medallas aparecidas durante las intervenciones arqueológicas realizadas en la Iglesia Conventual de los Carmelitas de San Juan del Puerto. Tras la petición que realicé en su día al Museo Provincial de Huelva, y las diferentes gestiones realizadas por D. Enrique Carlos Martín Rodríguez, Conservador del Museo, se ha podido recuperar y tratar con electroanálisis la medalla para su mejor conservación, gracias a la cual, en un futuro próximo podremos contemplar en nuestro municipio, tras las gestiones que se llevan a cabo desde el Ayuntamiento.

(Anverso) San Juan Nepomuceno y Santa Bárbara; (reverso) San Rafael Arcángel y Tobías, (foto de la autora).

Personajes de la iconografía A continuación realizó un breve comentario de cada uno de los personajes representados en la medalla, para dar a conocer la identidad de cada uno de ellos: San Juan Nepomuceno es patrón de los confesores y de la buena fama, nació en Nopomuc (Bohemia, República Checa) sobre 1340 y murió en Praga en 1393. Fue maestro de Teología y de Derecho Canónico de la Universidad, párroco de Praga y posteriormente Vicario General del Arzobispado. Juan Nepomuceno se convirtió en el confesor de la reina Sofía de Baviera, y con ello consiguió el odio del rey de Bohemia, Wenceslao IV de Luxemburgo, que quería que le contara las confesiones de la reina pero ante la negativa de éste de romper el voto de 12

secreto de confesión lo mandó torturar y arrojar desde el puente de Carlos al río Moldava donde murió ahogado; los vecinos recogieron el cadáver para darle santa sepultura. Fue Beatificado el 31 de Mayo de 1721 siendo proclamado Santo por una comisión de sacerdotes, médicos y especialistas tras observar que la lengua del mártir se encontraba incorrupta. Y posteriormente el 19 de Marzo de 1729 fue Canonizado por Benedicto XIII. Santa Bárbara es patrona de la tormenta, artillería y minería, nació en Nicomedia durante el Siglo III d.C. Su padre el rey Dióscoro la encerró en una Torre para que no la desposaran en su ausencia, ella durante su clausura se dedicó a la lectura y se convirtió al cristianismo, después de su bautismo ordenó construir una tercera ventana en la


Arqueología torre simbolizando así la Santísima Trinidad. Cuando el rey regresó quiso casarla y ella se opuso tras confesarse cristiana, el padre quiso matarla por la ofensa al honor de sus dioses paganos por lo que fue torturada y llevada a juicio, donde se dictó su decapitación, la cual fue llevada a cabo por su padre en la cima de una montaña, tras la cual un rayo lo alcanzó, dándole muerte también. San Rafael Arcángel, patrón de los peregrinos y protector del noviazgo, es uno de los tres arcángeles conocidos en el cristianismo junto a San Miguel y San Gabriel. San Rafael aparece mencionado en el Libro de Tobías (Siglos II-I a.C.) como enviado por Yaveh para acompañar a Tobías, en su viaje para conseguirle una esposa joven. Ésta es Sara, quien había visto morir a siete prometidos a manos del demonio Asmodeo que estaba enamorado de ella. San Rafael durante el viaje, de instrucciones a Tobías, hizo que pescara un pez, del que extraería las vísceras que usaría para alejar al demonio Asmodeo y curar la ceguera de su padre Tobit, por medio de un ungüento hecho con la vesícula biliar quemada del pez. Descripción de la medalla Entre las tipologías iconográficas estudiadas destacan el busto corto y largo de las figuras representadas con sus atributos más

característicos, a continuación paso a realizar una descripción morfológica e iconográfica de la medalla: Se trata de una medalla de bronce del Siglo XVIII emitida por la orden de los jesuitas, su morfología es circular (38 mm de diámetro) con borde en listel biselado, siendo su asa vuelta y robusta. Ésta está advocada a San Juan Nepomuceno y Santa Bárbara (anverso) y San Rafael Arcángel con Tobías (reverso). * Anverso: - San Juan Nepomuceno presentado de cuerpo entero y de frente con traje de coro de los canónigos (sotana, roquete, bonete, sobrepelliz de armiño y muceta), alrededor de su cabeza un nimbo en cerco. Contempla el crucifijo que porta en su brazo derecho y en la mano izquierda lleva la palma de martirio. Detrás de él, un arco a la izquierda en un segundo plano, se vislumbra la escena de su martirio al ser arrojado desde el puente Carlos al río Moldava, en cuya superficie se aprecian las aguas sobre las que están los santos. - Santa Bárbara representada de cuerpo entero y de frente con la mirada hacia el cielo, con vestimenta y tocado del mundo clásico; presenta nimbo en cerco sobre la cabeza, y palma de martirio en su mano derecha. En un segundo plano, a su derecha, se observa la Torre donde fue encerrada. * Leyenda: SS [ANCTVS] * IO

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Arqueología [ANES] * N*E [POMUCENVS] * BAR [BÁRA] * M [ARTYR]* (Santos Juan Nepomuceno y Bárbara Mártir). * Reverso: - San Rafael Arcángel de cuerpo entero y de frente, alado con vestimenta del mundo clásico, con bastón de peregrino y a su lado derecho Tobías de cuerpo entero y vestimenta clásica, ambos caminan sobre las aguas, signo de pureza y limpieza. * Leyenda: S [ANCTVS] * RAPHAEL * ARCHAN [GELI] * (San Rafael Arcángel). Conclusión

Tras el estudio de la medalla puedo interpretar que pudiera formar parte de un rosario con “esqueleto metálico” del Siglo XVIII, puesto que he documentado un ejemplo que explicaría por qué el tipo de asa es vuelta, a lo que hay que añadir que durante las conmemoraciones, en este caso la canonización de San Juan de Nepomuceno en 1729, se realizaban medallas y rosarios para recordar ese día.

Ejemplo de “esqueleto metálico” de un rosario del Siglo XVIII.

Respecto a su llegada a la Iglesia Conventual Carmelita pudo ser a través de un jesuita allegado a la comunidad, puesto que dicha Compañía tenían a San Juan Nepomuceno como Co-patrono, llegando a ser ellos grandes difusores del mismo por todo el mundo. María del Carmen Mora Rodríguez

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Historia LAS MISAS DE ALMA EN EL ALTAR DE PRIVILEGIO DE NTRA. SRA. DEL CARMEN EN SU CONVENTO DE ESTA VILLA En el convento, el altar privilegiado no era otro que el dedicado a la Virgen del Carmen, situado en un lateral de la única nave del templo, ostentando éste un cuadro enmarcado con la consiguiente licencia especial. No fueron todos los que testaban y morían los que lo demandaban, dependiendo esto más que de las intenciones o el estipendio de su fe en el más allá. Muestra de cuantos lo pedían los tenemos en abundancia en los manuscritos que se conservan en el Archivo de protocolos notariales de Huelva. Así, Teresa González, viuda de Nicolás Rodríguez, el día de su fallecimiento o el siguiente, lo hacía por 4 reales. En los mismos términos y cantidad, María Martín, mujer de Félix Díaz; Tomás Pulido, casado con María García; Gonzalo Gallegos Núñez, etc., todos en 1766, por no alargar la relación. La Virgen del Carmen y las almas del Purgatorio. Óleo sobre lienzo, siglo XVIII. Óvalo del Simpecado de Ntra. Sra. del Carmen.

Una de las costumbres cristianas más enraizadas en la Villa, más si cabe desde la llegada a la misma de los frailes carmelitas, fue la dedicación de la denominada misa de ánima. Consistía la práctica en la celebración de una misa rezada o cantada en el altar privilegiado del templo, donde por concesión del arzobispo de la diócesis -nosotros dependíamos hasta la mitad del siglo XX del de Sevilla-, se permitía tener una especial solicitud por las almas de los fieles difuntos que demandaban por testamento, con la fe de que el alma del solicitante se ponía en camino preferente para que la divina misericordia intercediera por el difunto por el que se ofrecía.

La cofradía de las Benditas Ánimas, que ya velaba por su culto en el templo parroquial de San Juan Bautista, también realizaba este pío oficio en otro altar con los mismos fines, según se demuestra en numerosas mandas hasta el siglo XIX. En nuestro pueblo, sin cofradía de las Benditas Ánimas, en la actualidad se viene celebrando misa de cuerpo presente el día del entierro y la de nueve días posterior al óbito. Juan Bautista Cartes Pérez

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Historia LA FIESTA DEL CARMEN DE 1967 La proyección informativa del fervor carmelitano en San Juan del Puerto no es muy amplia a lo largo de la historia, siendo más abundante en los últimos años que en el pasado, si bien existen algunos textos periodísticos interesantes en el siglo XX que explican cómo se desarrollaba la Fiesta del Carmen en nuestra localidad1, junto con otras informaciones que algún día podrán referenciarse en esta revista, apreciándose algunas diferencias sobre la misma en el tiempo actual. Un ejemplo de ello es el texto que traemos a las páginas de Carmen, la celebración de las fiestas de la Virgen del año 1967, es decir, hace cincuenta años. La información publicada en el diario Odiel aparece firmada por Juan Pérez Martín, bajo el título “Las fiestas de la Patrona”, con fecha de 21 de julio. En dicho texto, Pérez Martín hace una breve crónica de cómo San Juan del Puerto festejó el 16 de julio de ese año, llamando poderosamente la atención cómo algunas costumbres de esa época permanecen en la actualidad. Hablamos, por ejemplo, de la solemne misa del día de la Virgen, la asistencia de un coro -ese año actuó el coro de jóvenes de Acción Católica-, la particularidad de las bengalas y cohetes en la procesión, la presencia de autoridades o el rezo de la Salve a las puertas del ayuntamiento.

el tradicional rezo del novenario a Nuestra Señora del Carmen, que dejó de celebrarse inexplicablemente, consistiendo los cultos en la actualidad en un triduo preparatorio a la Festividad de Nuestra Señora del Carmen, con solemne función religiosa el 16 de julio. En cualquier caso, medio siglo después de la crónica de Pérez Martín, la prensa de Huelva nos ha dado la oportunidad de ver cómo era esta antigua celebración en torno a la Virgen del Carmen en San Juan del Puerto, y que a día de hoy continúa presente entre los sanjuaneros y devotos carmelitanos. Manuel Jesús Cartes Barroso

Otras tradiciones, sin embargo, se perdieron tristemente con el paso de los años, como la predicación de un sacerdote ajeno a la Parroquia -algo bastante usual en la época-, que servía para dar a conocer y profundizar sobre ciertos temas creenciales a cargo de distinguidos clérigos. Concretamente, en 1967 presidió la celebración eucarística don Luciano González, canónigo de la catedral de Huelva. Relacionado con la predicación, antes de la citada fecha y hasta hace poco más de una década, se celebraba en nuestra población Notas 1

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Quintero Cartes, J. B. (2013). “La Fiesta del Carmen en el siglo XX en la prensa provincial”. Carmen, nº. 4, p. 21.


Arte e iconografía SÍMBOLOS CONCEPCIONISTAS EN LA IMAGEN DE NTRA. SRA. DEL CARMEN DE SAN JUAN DEL PUERTO Siguiendo el tema de una explicación de los elementos iconográficos de la imagen de Nuestra Señora del Carmen, hasta ahora se ha tratado en esta revista de la imagen del Niño Jesús y de sus potencias, de la corona de la Virgen y el cetro1. Igualmente se ha escrito sobre aspectos histórico-artísticos de otras pertenencias de la imagen, como son su hábito decimonónico atribuido a Teresa del Castillo y algunas de sus tocas, entre ellas una de Esperanza Elena Caro2. También se ha hecho una explicación iconológica e iconográfica total de la imagen de la Virgen en otra publicación3. Ahora se busca hacer una interpretación de la ráfaga y de la media luna. Cada elemento simbólico se corresponde con uno de los diversos dogmas y privilegios marianos, ya que el resultado final de la presentación de la imagen intenta expresar lo que todo icono pretende: mediante el lenguaje del arte y el simbolismo transmitir un mensaje sobre lo representado. En el presente caso, la ráfaga y la media luna, así como otros elementos singulares que se detallarán, están relacionados con la representación del dogma o misterio de la Inmaculada Concepción. 1. La ráfaga. Esta pieza artística, que sigue los modelos del barroco de la escuela sevillana, algo tardíos ya en esta época, en plata de ley (2,10 x 1,20 x 0,02 m.), es de las llamadas “ráfaga de ocho”, y enmarca la imagen de la Virgen, de manera que pretende conseguir el efecto de rodear y envolver a la imagen en la luz. De hecho quiere ser un trasunto del sol, de forma que quiere expresar

iconográficamente la visión apocalíptica de “una mujer, vestida de sol”4. Como se sabe, desde la Edad Media se hace una lectura mariana de este texto, que influyó sobre la tradición iconográfica, pues no en vano los primeros cristianos, y, en particular la comunidad cercana a San Juan Evangelista, no podían por menos que referir la imagen de la mujer del Apocalipsis a María5. En ese sentido, la ráfaga, es una concreción material simbólica de una realidad trascendente, puesto que alude a la “llena de gracia”, llena de Jesucristo, el autor de la gracia, puesto que Jesús el “el sol que nace de lo alto para iluminar a los que viven en las tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz”6. Esta ráfaga, cincelada y repujada, fue donada a la Virgen del Carmen por Juana Santamaría Morales entre 1876 y 1892. Así se muestra por un antiguo inventario de alhajas7 del siglo XIX. Es posible que su autoría sea la misma de la media luna, que corresponde a Vicente Franco, ya que parece que tiene dicho punzón8. Aunque la media luna, como se dirá después, pudo tener una autoría anterior. En el año 2000 fue sometida a una limpieza y restauración. Consta de una cenefa, ornamentada con rocallas decadentes, ces y eses contrapuestas y decoración floral, de la que parten rayos biselados. Hay también 10 cabezas de querubines alados, en algún momento dorados, convenientemente distribuidos, así como un escudo carmelitano en el centro de su parte superior, con el Monte Carmelo y las tres estrellas alusivas a María, Elías y Eliseo.

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Arte e iconografía 2. La media luna. Es otro símbolo apocalíptico, que tiene como referencia el texto sagrado de “la luna bajo sus pies”9, así como a un versículo del Cantar de los Cantares: “Hermosa como la luna”10.

Al siglo XIX correspondería esta media luna, posteriormente a 187611, también realizada en plata cincelada y repujada (50,5 x 58 x 3 cm.). Esta media luna es de estilo neoclásico, lisa, de ahí la sencillez de la misma, quizá enmarcada en la obra del denominado neoclásico isabelino, solo rota por la ornamentación de sus extremos con decoración floral y dos estrellas de ocho puntas, así como por el escudo carmelita del centro, enmarcado en dos palmas de victoria y en cuya cima aparece una corona. ¿Pertenece esta decoración a una época más tardía que el resto, de sobria ejecución? El escudo representa el Monte Carmelo y las tres estrellas que representan a la Virgen y a los profetas Elías y Eliseo. En este caso el Monte Carmelo se asocia con el Monte Calvario, al terminar en una Cruz. Aparecen en la pieza los punzones de V. FRANCO12 y OLAVIDE13 y el anagrama o marcaje del NO&DO que remite a su procedencia de la escuela hispalense del siglo XIX. La presencia del punzón de Olavide, cuya obra se sitúa en la primera mitad de la centuria, abre la posibilidad de que la media luna fuera anterior a 1876 y que, posteriormente, hubiera habido una intervención de Vicente Franco. Por el reverso de la media luna aparecen las iniciales del nombre de la donante J S: Juana Santamaría14. Conclusión. El texto apocalíptico de “una mujer, vestida de sol, la luna bajo sus pies y coronada de estrellas”15sirve de referencia a estos símbolos iconográficos. Las estrellas de la media luna, o las de la corona, de la que se trató en esta mis18

ma revista en un artículo dedicado a la misma16, sirven de elementos iconográficos en esta imagen para aludir a la Inmaculada Concepción de María. La unión del sol (la ráfaga) y la luna (media luna) en el lenguaje simbólico indica la unión entre el cielo y la tierra. En la simbología cristiana el sol “es morada del arcángel Miguel y la luna lo es de Gabriel”17. El primero alude a la segunda venida de Cristo, a su juicio misericordioso. El segundo a la Encarnación del Hijo de Dios, que se produce por obra y gracia del Espíritu Santo en las entrañas purísimas de María que, desde el primer instante de su ser natural fue concebida sin mancha de pecado, es decir Inmaculada. La Inmaculada Virgen María es imagen también de la Iglesia, “sin mancha ni arruga”18. El convento carmelita de San Juan del Puerto, fundado en 1529 en la antigua ermita de Nuestra Señora de la Concepción, la tuvo como titular del mismo19. Los religiosos del convento sanjuanero realizaban, además de los de pobreza, castidad y obediencia, un cuarto voto, el voto concepcionista, haciendo su profesión y promesa “a Dios nuestro Señor y a la Bienaventurada siempre Virgen María del Monte Carmelo, concebida sin mancha de pecado original y cuia puressa juro defender”20. También, como un recuerdo de todo aquello, la imagen de Nuestra Señora del Carmen de San Juan del Puerto, -devoción de indudables reminiscencias prefigurativas de la Purísima Concepción de María, como la nubecilla que sin mancha la figuró sobre el Monte


Arte e iconografía Carmelo21-lleva, tras su evolución iconográfica, las referencias concepcionistas de estos símbolos iconográficos, fruto de la devoción de la donante y del trabajo de artistas hispalenses, como Vicente Franco y J. Olavide22. Igualmente, en ocasiones luce dos preseas concepcionistas: una medalla de

la Orden de Carlos III23, dedicada a la Purísima Concepción, del siglo XIX, y un medallóncamafeo con esmalte de la Inmaculada, obra de factura francesa de la misma época24. Juan Bautista Quintero Cartes

Notas

1 Ver en la revista CARMEN: “La corona rococó de la Virgen del Carmen de San Juan del Puerto”, año V, nº 5, páginas 15-17; “El Niño Jesús de la Virgen del Carmen”, año VI, nº 6, páginas 15-17; “El cetro de la Virgen del Carmen”, año VII, nº 7, páginas 15-17. 2 OJEDA MACÍAS, Manuel. “Posible autoría de los bordados del traje de salida de la Virgen del Carmen”. En CARMEN, año II, nº 2, páginas 17-19. OJEDA MACÍAS, Manuel. “Sobre una toca de la Virgen del Carmen”. En CARMEN, año III, nº 3, páginas 19-20. OJEDA MACÍAS, Manuel. “Una toca de Esperanza Elena Caro para la Virgen del Carmen”. En CARMEN, año IV, nº 4, páginas 12-13. 3 QUINTERO CARTES, Juan Bautista. “Simbolismo de la imagen de Ntra. Sra. del Carmen”. En 475 Años de devoción a la Virgen del Carmen en San Juan del Puerto 1529-2004. Parroquia de San Juan Bautista y Fundación Virgen del Carmen. San Juan del Puerto, 2004, páginas 37-40. 4 Ap 12, 1. 5 Cfr. DE LA POTTERIE, Ignace. “La mujer del Apocalipsis y el anticristo”. En 30 giorni nella Chiesa en el mondo (versión española). Año XXIX N. 1/2. 2011, página65. 6 Lc 1, 78-79. 7 “Ráfaga de Nª. Sª. del Carmen, donación de Dª. Juana Santamaría y que conserva en su poder”. Archivo Arzobispal de Sevilla (AAS). Sección IV. Admón Gral. Serie 13. Inventarios leg. 1421. Ynventario de las alhajas que pertenecen a la parroquial de San Juan del Puerto (4-XI-1876), adición de 6 de abril de 1892. También hallamos referencias documentales de esta ráfaga en la sección de inventarios del Archivo Parroquial de San Juan del Puerto (APSJP), Inventario de 1900, folio 9; Inventario de1943, folio 2; Inventario de 1961, s. f.; así como en el Borrador de Inventario de la Iglesia parroquial de San Juan Bautista, de la villa de San Juan del Puerto, realizado en 2016, siendo cura párroco D. Victoriano Solís García, página 229. 8 QUINTERO CARTES, Juan Bautista. ”Notas históricas de la devoción a la Virgen del Carmen en San Juan del Puerto (II) 1800- 2004”. En 475 Años de devoción a la Virgen del Carmen en San Juan del Puerto 1529-2004, obra citada, página30. 9 Ap 12, 1. 10 Cant 4, 12. 11 “Tres potencias del Niño de Nª. Sª. del Carmen y media luna”. AAS. Sección IV. Admón Gral. Serie 13. Inventarios leg. 1421. Ynventario de las alhajas que pertenecen a la parroquial de San Juan del Puerto (4-XI-1876), adición de 6 de abril de 1892. En cualquier caso, en el inventario de los bienes muebles del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico su ejecución se fecha entre 1801 y 1850. http://www. iaph.es/patrimonio-mueble-andalucia/resumen.do?id=206672. 12 Vicente Franco es un orfebre sevillano del siglo XIX avanzado. HEREDIA MORENO, María del Carmen. La orfebrería en la provincia de Huelva. Tomo II. Excma. Diputación Provincial. Huelva, 1980, páginas 18-19. 13 De Olavide es también la Cruz y banderola de San Juan Bautista. La obra del orfebre hispalense Olavide se sitúa en la primera mitad del siglo XIX. HEREDIA MORENO, María del Carmen. La orfebrería en la provincia de Huelva. Tomo II, obra citada, página 25 14 Juana Santamaría Morales, camarista de la imagen de Ntra. Sra. del Carmen, nacida en San Juan del Puerto en 1835 y fallecida en 1911. Ver “Notas históricas ”Notas históricas de la devoción a la Virgen del Carmen en San Juan del Puerto (II) 1800-2004”. En 475 Años de devoción… obra citada, páginas 30 y 31. 15 Ap 12, 1 16 “La corona rococó de la Virgen del Carmen de San Juan del Puerto”. En CARMEN. Año V, nº 5, páginas15-17. 17 COOPER, J. C. Diccionario de símbolos. Ed. Gili. Barcelona, 2000, página 110. 18 Ef 5, 27. 19 CARTES PÉREZ, Juan Bautista. “Notas históricas de la devoción a la Virgen del Carmen en San Juan del Puerto (I) 1529-1800. En 475 Años de devoción…, obra citada, página17. 20 RODRÍGUEZ BARBANCHO, Fernando. “El cuarto voto a la Inmaculada en la Provincia Carmelitana de Andalucía”. En El Santo Escapulario nº 51 (1954), páginas 267-269. 21 MARTÍNEZ CARRETERO, Ismael. “Origen de la advocación del Carmen y su devoción por tierras onubenses”. En 475 Años de devoción…, obra citada, página15-16. 22 HEREDIA MORENO, María del Carmen. La orfebrería en la provincia de Huelva. Tomo II. Excma. Diputación Provincial. Huelva, 1980, página 25. 23 Esta Cruz, pendiente de una corona de laurel, realizada en plata dorada y esmaltes, está formada por cuatro puntas de flechas enfrentadas, con flores de lys en sus cuatro ángulos. Pende de una cinta celeste y blanca. En el anverso hay un óvalo conteniendo la imagen de la Inmaculada, Patrona de España y de la Orden. En el reverso la letra C y el ordinal romano III superpuestos, en referencia a Carlos III, así como el lema de la Orden: “VIRTUS ET MERITO”. Su autoría puede proceder de algún joyero barcelonés del siglo XIX. Tiene las siguientes medidas: 8x4x0,2 cm. aprox. APSJP. Inventarios. Borrador de Inventario de la Iglesia parroquial de San Juan Bautista, de la villa de San Juan del Puerto, realizado en 2016, siendo cura párroco D. Victoriano Solís García,, página 247. 24 Esmalte ovalado inscrito en un marco de plata dorada, de 7x6x0,1 cm., de factura anónima. La Inmaculada, de medio busto, inclina su cabeza hacia la derecha y tiene sus manos sobre el pecho, en actitud orante. APSJP. Inventarios. Borrador de Inventario de la Iglesia parroquial de San Juan Bautista, de la villa de San Juan del Puerto, realizado en 2016, siendo cura párroco D. Victoriano Solís García, página 323.

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Noticias Carmelitanas locales VERBENA POPULAR DEL CARMEN

Coincidiendo con las fechas de celebración de la fiesta de nuestra Patrona, el Ayuntamiento, con la colaboración de la Ilustre Hermandad de Ntro. P. Jesús del Gran Poder, Santo Entierro de Ntro. Señor Jesucristo y Mª. Stma. de los Dolores, organizó una Verbena en honor de Ntra. Sra. del Carmen, los días 15 y 16 de julio, que este año se repetirá los días 14, 15 y 16.

ALMANAQUES Y CAMPAÑA ROSARIO

La Asociación de Ntra. Sra. del Carmen puso a la venta un almanaque de pared, con una fotografía de su Titular, realizada por D. Esteban Romero Cartes, para allegar fondos para su culto. También se repartieron calendarios de bolsillo. Igualmente, en el pasado mes de mayo, dedicado a María, se distribuyeron unos trípticos con los misterios del Rosario y la letanía, para promover su rezo.

EL ESCUDO DEL CARMEN EN LA LLAVE DEL SAGRARIO

El orfebre sevillano D. Fernando Marmo-

lejo, ha realizado una nueva llave para el sagrario realizado por su padre D. Fernando Marmolejo Camargo. La empuñadura de la llave, en una de sus caras, lleva el escudo del Carmen: el Monte Carmelo y las tres estrellas.

NUEVA TÚNICA PARA EL NIÑO JESÚS

Gracias a la gestión y generosidad de varias personas devotas de la Virgen, los bordadores onubenses, D. Francisco Mesa Ortega y Dª Ana Palacios Escalera, han realizado una nueva túnica para la imagen del Niño Jesús de nuestra Patrona, bordada en oro sobre tisú de plata. El diseño de la obra ha sido realizado por D. Francisco José Rodríguez Reyes, con ornamentación de rocallas y el Corazón de Jesús.

SABATINA EN HONOR DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN

Los primeros sábados de mes se celebra el ejercicio sabatino en honor de nuestra Patrona. Desde antiguo en la Iglesia los sábados están dedicados a María. El sábado es cuando la Virgen esperó en silencio a Cristo, que resucitó el Domingo. Cada sabatina también es una invitación a preparar la celebración del Domingo, conme-

ASOCIACIÓN DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN

La Asociación de Nuestra Señora del Carmen fue creada para mantener el culto a nuestra Patrona, tanto los actos anuales con motivo de su fiesta litúrgica de julio, como durante el transcurso del año, sobre todo con la celebración de las sabatinas en su honor, los primeros sábados de mes. Quien quiera inscribirse puede rellenar esta ficha y entregarla en la sacristía.

FICHA INSCRIPCIÓN NOMBRE Y APELLIDOS:_________________________________________________________ BAUTIZADO EN LA PARROQUIA DE:_____________________________________________ FECHA DE NACIMIENTO: _______________________________D.N.I. ___________________ DOMICILIO, CALLE Y Nº:________________________________________________________ DONATIVO DE SOCIO 6 EUROS___________ /SOCIO PROTECTOR 10 EUROS ___________ (SEÑALAR LO QUE CORRESPONDA). 21


Cultos

SOLEMNES CULTOS

que, la comunidad parroquial de la Villa de San Juan del Puerto, con motivo de su festividad litúrgica, dedica a su Excelsa Patrona,

NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN De los días 7 al 12, a las 20 horas, REZO DEL SANTO ROSARIO dirigido por diversos fieles, hermandades y grupos de la Parroquia. Domingo día 9 de julio, tras la Santa Misa de las 20,30 horas, Traslado de la Venerada Imagen desde el Sagrario hasta el Altar Mayor. Posteriormente se dará a besar el Escapulario de la Virgen (Reliquia de San Juan Pablo II). De los días 13 al 15 de julio,

TRIDUO PREPARATORIO,

que comenzará a las 20 horas, con el Santo Rosario, a las 20,30 Santa Misa, terminando con el ejercicio del triduo, canto de los gozos y Salve. Predicarán en estos cultos el Rvdo. Sr. D. Victoriano Solís García, Cura Párroco,y los Rvdos. Diáconos D. Francisco Javier Vélez García y D. Juan García García El jueves día 13 (Día eucarístico), a las 19,45 horas, Exposición del Santísimo Sacramento El sábado día 15, antes de la Misa, imposición del Escapulario a aquellas personas que no lo tengan impuesto.

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Cultos

El domingo día 16, solemnidad litúrgica de nuestra Patrona, a las 20,30 horas:

SOLEMNE FUNCIÓN RELIGIOSA, en la que intervendrá la Agrupación Coral de la Sagrada Cena, de Huelva. A continuación, PROCESIÓN con la Venerada Imagen de Nuestra Señora por el itinerario tradicional, presidida por el Clero parroquial, y a la que asistirán el Ilmo. Ayuntamiento y Autoridades, Hermandades y Pueblo. Los cultos serán ofrecidos por las intenciones del Santo Padre Francisco y del Obispo diocesano, por la Iglesia y por esta Villa. A. M. D. G. et B. V. M. San Juan del Puerto, julio de 2017 Para que todo el pueblo participe, asistiendo al homenaje a nuestra madre y patrona, cada día se tendrán presentes la intenciones de los vecinos de un sector del mismo. 13 de Julio Calles: La Paz, Dr. Fleming, Pinta, Huerta, Bda. del Sagrado Corazón, Trigueros, Conde, Fátima, Odiel, Piedras, Prim, Plaza de la Iglesia, Avda. Virgen Esperanza, Prado S. Sebastián, Niña, La Palma, Moguer, Rábida, Toledo, Feria, Cañete, Granada, Cádiz, Málaga, Córdoba, Sevilla y Plaza Alhambra. 14 de Julio Calles: Colón, Plaza Carabela Sta María, Real, Labradores, Camilo José Cela, Plaza de España, Río, Plaza de la Soleá, Dos Plazas, Carmen, Nogales, Plaza de la Marina, Zapatito, Toneleros, Río Tinto, San José, Los Chirris, Juan de Robles, Esparteros, Puerto Rico, Julio R. de Torres, El Greco, Pablo Ruiz Picasso, Vázquez Díaz, Bda. de Celulosas, Bermejal, Arroyo, Huelva y Álvarez Quintero. 15 de Julio Calles: Pozonuevo, Virgen Rocío, Vicente Aleixandre, Cortinal, San Juan, San Antonio, Buenavista, Avda. Andalucía, Bda. Juan Carlos I, Pablo Neruda, Antonio Machado, Rafael Alberti, Miguel Hernández, García Lorca, Buero Vallejo, Miguel Delives, Manuel de Falla, Antonio Mairena, Paco de Lucía, Quintero León y Quiroga, Joaquín Rodrígo, Ruperto Chapi, Joaquín Turina, Isaac Albéniz, Jacinto Guerrero y

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