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La atalaya
El juego de la pelota en Valdizarbe y su entorno (V)
POR LUIS BACAICOA
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Siguiendo con las contiendas pelotazales referidas en el escrito anterior, y metidos aún en el remonte en que se mencionaban las lides entre dúos contra tríos con la finalidad de equilibrar los partidos y los resultados, y donde la proeza del dúo -que a veces ganaba- en otras no servía tal proeza, porque se exigía mucho más que ganar el partido: era el ganar la guerra contra el trío. En tales lances aparecía el paisano de Mendigorría Ascunce, profesional zaguero, que debutó en 1933 y se retiró en 1944, quien junto al pontesino Eyaralar (sin olvidar al paisano de Artajona Oficialdegui- aquí ya en las lindes de nuestro entorno) destacaron en el remonte en ambas décadas. Y citando una reseña de uno de los tantos partidos, tenemos la referida al partido que tuvo lugar el 23 de enero de 1940: Jesús Abrego y Ascunce se enfrentaron a la pareja formada por Arce (Chichán) e Iturain. El frontón Euskal-Jai registró un lleno absoluto la tarde del domingo. El partido respondió al interés que el anuncio había despertado…
También en la misma modalidad ha aparecido el nombre de Arce, al que se le conoció más con el nombre de Chichán (no confundir con el manomanista Chichán, que aparecerá más tarde y de quien posiblemente derive el mismo apodo). Este remontista Chichán-Arce, natural de Cirauqui, delantero de primerísima categoría, a quien se le pondera de juego depurado, elástico, inteligente, dominador, rápido y de actuaciones completas; de carácter simpático, todo nervio, estilista de la remontada, de perfecta
José Ascunce.
colocación y que siempre entraba a pelotas difíciles. Este pelotari pasó a Madrid a jugar en el frontón “recoletos”. Pero aquí no le fue bien y bajó en el nivel del juego, en su forma, y en las percepciones, por lo que vuelve a Pamplona y al parecer estos aires le hacen recobrar la primera línea. Fue destacado por su labor colosal en muchos partidos.
Y con el remonte, y uniendo tal juego de los tiempos pasados con los actuales, nada
mejor que el reconocimiento al chico de Obanos Juan Ignacio Goñi y digo chico porque a sus 86 años ha sido un diario referente de entrenamiento (hoy a este diario le faltan algunas letras) en Obanos, y ello desde los 11 años, cuando el día de Reyes le regalaron la primera herramienta de remonte y con ella aferrado de forma oficial hasta los 65 años en que se retira del juego profesional, que no de práctica habitual. Larga vida dedicada al remonte pero que de “casta le viene al galgo” pues ya su padre jugaba al mismo y así nombrado fue el partido entre Máximo Goñi (su padre) contra J. Moleres (el Gorrión) de Puente la Reina. Pareja famosa en Obanos fue también la de Cildoz y Aldea, pero éste, que era mejor, murió muy joven debido a una tuberculosis mal curada y ésta derivada de un sudor tras un partido y su posterior falta de higiene por no haber duchas en el frontón.
Todo esto en relación al remonte que, en su origen, procede de una derivación del guante (guante al largo-au largue en francés de donde deriva su origen y guante chiquito) y que se transformó en el consabido remonte y cuyo invento es atribuido a Juan Maya.
En esta modalidad, y para compensar la diferencia en el nivel de juego, y el montar apuestas era muy común el juego de dúos contra tríos, dar unos tantos de ventaja, así como dar diferencias a la hora de sacar: unos lo harían desde el once y medio y otros desde el 12 y medio en donde había rayas según el caso y de ahí proviene el dicho muy generalizado en el lenguaje común el “dar quince y raya”.
Una variedad algo similar, pero en este caso a mano, era el de la modalidad llamada “besainca” que consistía en tirar la pelota contra la pared y luego cogerla para a continuación lanzarla con más fuerza y colocación. En Adiós, a donde posiblemente no llegó el conocimiento de esta modalidad tan específica, sin embargo, un tal Palomeque ganó él solo en una apuesta contra dos y de una forma similar a esta de la besainca; la apuesta consistió en tirar la pelota a peña
Estos cinco pelotaris “del leño” participaron en el partido de exhibición de la apertura de los campeonatos del mundo de pelota en Biarritz-Francia, año 1978. Los palistas profesionales que participaron en el partido de pala en el festival de exhibición, son de izqda. a dcha: Iturbide, Juan Mª Goldaracena, Manolo Iturri, Sabino Urtasun, Antonio Antoñana y el “Intendente” Roberto.
zos, a puñadas: tirar la pelota contra la pared, recogerla y volver a tirarla (forma similar a besainca); ganó éste que jugaba solo y ello, porque según, tenía mucho brazo y en movimiento con el mismo abarcaba mucho arco. La peculiaridad se debía tal vez a que desde pequeño había desarrollado con más soltura este miembro en la práctica de tirar piedras a los pájaros, cosa que lo hacía aún por encima de los tejados. Y siguiendo con curiosidades, en Mañeru, un tal Lucio jugaba con su sombra y como si estuviera jugando por parejas se animaba a sí mismo, e iba repitiendo: “ésta para mí, ésta para ti...”
Otra de las modalidades a destacar en el juego de la pelota es el de pala corta y en este material además de una larga lista de personajes reconocidos como los Iturri, Ezponda y una larga pliego de renombrados palistas está también (aunque con menos predicamento por parte de los medios; no así por el juego) la del puentesino Antonio Antoñana, de quien en sus lances destacaba por su fuer
l l l «Juan Ignacio Goñi, de Obanos, ha sido un referente del remonte desde que, a los 11 años, en Reyes, le regalaran su primera herramienta, a la que lleva aferrado diariamente desde entonces y hasta hoy, que cuenta con 86 años»
za en el manejo del leño. De las cualidades deportivas de este protagonista somos bien conocedores los que desde párvulos hemos vivido en los mismos barrios; ya desde entonces destacaba por su fuerza y empuje y si no que le pregunten a sus monitoras parvulistas“las Anas”. Y en cuanto al deporte, antes que por la pelota pasó también por el ciclismo (aunque de forma efímera) con sonadas actuaciones de relieve donde un día ganaba de calle, y muy destacado, y luego al día siguiente se retiraba. Y si en cualquier evento se celebra el triunfo con el brindis de un buen vino, nada mejor en este caso que hacerlo con el sabor de un buen “Inurrieta”, de cuyas bodegas y viñas lo sabe todo.
Y como esta modalidad de herramienta hay otras muchas a destacar y a saborear, que para gustos sirve la expresión de que no hay nada escrito y entre ellas al guante, al blé, remonte, pala larga, pala corta, pelota valenciana… Pero sobre todos ellos destaca tanto en participación de jugadores como en clases de juegos el de la modalidad de pelota a mano, tanto en partidos individuales o en parejas. Y a nivel más masivo, el juego a destacar es el del “punto” del que de una manera u otra casi todos hemos sido partícipes en algún momento de nuestra historia. La generalidad de la chavalería en toda generación, en cualquier rincón, allá donde se levante una pared, allá aparecen partícipes amantes de este juego. En el mismo, los intervinientes más arriesgados, los más expertos, los más abusones entraban a las pelotas más al txoko, más pegados a la chapa, y también atrás, donde demostrar tanto el dar buenos leñazos o el saber devolver el resto; estos acababan llevándose el punto, la coma y todos los grafismos que se presentaran, la mayoría a ocupar los laterales del juego en donde caía de vez en cuando la pelota y con ello el fallo en la devolución así que a engrosar las afueras del botxo hasta el siguiente punto; con la particularidad de que, a pesar de haber entrado pocas veces en el juego, los escasos toques provocaban el consabido “clavo” que reducía la participación en una serie de días. De manera que, aún siendo un juego donde todos son participantes, mayoría suelen ser espectadores para con los más diestros y arteros de la pelota. (Hasta la próxima).