EL VALOR DEL DIÁLOGO
El diálogo como una acción y uso más efectivo de la comunicación, es uno de los valores e instrumentos más importantes en la comprensión de los seres humanos. Cabe precisar que el diálogo es la aplicación efectiva de la comunicación entre personas. En realidad el diálogo constituye la herramienta o el vehículo para que las personas, en este caso los jóvenes, expresen sus sentimientos, emociones, ideas, proyectos y deseos. Así mismo como medio de expresión representa la salida para aquellas situaciones de tensión, rebeldía, inconformismo, estrés, que aquejan a la generación actual. Sabemos que la vida para los jóvenes hoy día no es fácil, ante todo lo que deben afrontar, las presiones a las cuales se ven sometidos, cuando no a los comportamientos dañinos en el ámbito moral que las modas, jergas, grupos rebeldes, ideales agresivos, alcohol y drogas, les proponen como caminos hacia la realización o la libertad. De modo que la práctica del diálogo en el hogar, ya cimentada en la infancia, y continuada en la juventud se convierte en una herramienta sólida para comprenderles y darles la apertura frente a aquello que les inquieta. La confianza para que ellos expongan sus más profundas incertidumbres e inquietudes sólo se logra mediante un diálogo incondicional y permanente, para hacerles ver que cuentan, inicialmente, con padres amorosos abiertos a sus necesidades de todo tipo, no exclusivamente materiales, así como también con maestros, tutores u orientadores que pueden colocarse en su lugar para una mejor asesoría y consejo para con sus incesantes interrogantes. Cada joven es un mundo distinto, en proceso de consolidación de su identidad; en la toma de decisiones y la determinación de su proyecto de vida; así como también personas que buscan modelos congruentes en los cuales pueda encontrar apoyo ético y espiritual. Así que, estar dispuesto a escuchar activamente a un joven abre la posibilidad de ahorrarle errores que puedan marcar negativamente su vida, y sí orientarles por el camino de una existencia productiva. Ser escuchado para el joven significa ser importante y valioso. Es probable que uno de los factores críticos en la decadencia de nuestra juventud esté en haber formado una generación sin compartir el tiempo familiar, especialmente sin valorar las oportunidades de diálogo. Esto ha hecho a los jóvenes sentirse solos y vacíos, y por supuesto, lanzarles a la permisividad, rebeldía y demás mecanismos (muletas) productores de falsa satisfacción personal. No es raro, entonces, que nuestros jóvenes forjen ideas descabelladas para llamar la atención, o depositen su confianza en personas e ideales incorrectos, que realmente no les conducirían a puerto seguro. El diálogo es la gran oportunidad de construir familia, amistad, ética,
moral y espiritualidad, cuando se comparten los intereses y anhelos comunes, pero se hace saber al joven que es importante lo que él siente y exprese.
Área de ética y valores. Lic. José Vicente Sepúlveda.