Para Colombia, el 20 de Julio de 1810 es donde se concentran todas las emociones, tradiciones y miedos que definieron la historia de los últimos 202 años. Si hubo o no independencia, todavía es incierto, pero lo cierto es que no deja de sorprender la ignorancia colectiva acerca de la coyuntura política y social que había en éste territorio hace 202 años. No es exageración. Según el mito del 20 de julio, la mayoría de gente cree que una pelea, iniciada entre criollos y un español engreído dueño de un florero, fue la excusa diseñada por los "próceres" para que la clase criolla y las clases populares forzaran la creación de una junta de gobierno para sustituir al virreinato y eliminar los vínculos políticos y territoriales con el Rey y España. Supone la mayoría de la gente, que el 20 de julio se consumó una conciencia emancipadora general que sólo 12 años después pudo ser materializada y mantenida en el tiempo. También supone la mayoría de gente que la clase criolla simpatizaba con mestizos, indígenas y negros, y que compartían su deseo de emanciparse del Rey. ¿Por qué tanta suposición? Porque nadie parece conocer la historia del siglo XIX y la forma como se desorganizó el país después de 1819 y la intromisión de Simón Bolívar y la filosofía de la ilustración. Plena prueba de la ignorancia colectiva está en que la población identifica la independencia con el 20 de julio de 1810, antes que con el 7 de agosto de 1819 o con la constitución de Cúcuta de 1821. El 20 de julio debería ser, en Colombia y en cualquier lugar del mundo, un día de preocupación y alerta sobre nuestra capacidad para engañarnos y nuestra incapacidad para aprender del pasado. En Colombia celebran airadamente la independencia de uno de los países más violentos y corruptos del mundo. Cabe preguntarse entonces: ¿Independencia de qué o para qué?
El mito cuenta con la independencia absoluta, mientras que la realidad la aristocracia criolla abrigaba la esperanza de conciliar sus intereses con los de la metrópoli, sin romper los nexos de dependencia externa. En ese contexto debe entenderse el 20 de julio de 1810 y por ésta razón el "acta de independencia" menciona que "La Nueva Granada, no abdicará los derechos imprescriptibles de la soberanía del pueblo a otra persona que, a la de su augusto y desgraciado Monarca don Fernando VII, siempre que venga a reinar entre nosotros" y que además los miembros del Primer Congreso de la Nueva Granada (diciembre de 1810) se vieron forzados a jurar afirmativamente, que contribuirían a sostener los derechos del rey destronado: "Juráis por Dios nuestro señor y los Santos Evangelios que estáis tocando defender, proteger y conservar nuestra Santa Religión Católica, Apostólica y Romana, sostener los derechos del señor Fernando VII contra el usurpador de su corona Napoleón Bonaparte y su hermano José." De este modo, los invito a salir ya de la ignorancia (que por cierto no es tan mala tomada como una oportunidad de aprendizaje) y afrontar los hechos históricos con realidad y objetividad.