El elefante araña

Rocío Stevenson Muñoz Ilustrado por: Lucyna Adamczyk

El elefante araña es un animal huidizo. No lo encontrarás en Internet ni en las enciclopedias de la biblioteca del colegio. Sin embargo, existe. ¡Vaya si existe!

Puede que no lo hayas visto nunca, pero si miras hacia arriba, a lo más alto de la copa de los árboles más altos, o a lo más alto de los tejados de los edificios más altos, tal vez tengas la suerte de encontrarlo y quizá lo veas caminando despacito sobre una tela finísima y quebradiza que atraviesa los cielos.

Te preguntarás cómo un animal tan grande y pesado como un elefante puede desplazarse por encima de una tela tan fina como la de la araña. Eso es solo porque todavía estás pensando en un elefante normal y corriente, de los que has visto en el zoo o en algún documental de la televisión.

El elefante araña no es como los elefantes que conoces.

El elefante araña es pequeño. Muy pequeño. Tan pequeño como una aceituna y verde como una lagartija. Es rápido e inteligente y rara vez se detiene. Con su trompa lanza una tela que tiende entre las copas de los árboles o entre tejados y chimeneas y que recoge con la cola al terminar su avance por ella. La tela es resistente, tan firme como la acera que pisas cada día de camino al colegio, así que no te preocupes porque pueda caerse. Ten por seguro que un elefante araña jamás caerá al suelo.

Sin embargo, te contaré la historia de un elefante araña especial, uno que estuvo a punto de caerse muchas veces.

Esta es la historia de Roning, el elefante araña.

Roning parecía un elefante araña normal, aunque en realidad no lo fuera.

Era de color verde, con pequeñas orejas, ojos vivaces y una trompa capaz de lanzar impresionantes telas de araña entre los árboles del bosque y los tejados de pueblos y ciudades.

Parecía un elefante araña común, pero su tela tenía un problema: no resistía su peso cuando trataba de cruzarla. No es que Roning estuviera más gordo que el resto de los elefantes araña, ni que pisase distinto a la manera en que ellos pisaban. Su tela era, simplemente, distinta a la de los demás, y a Roning le resultaba imposible cruzar de un punto a otro sobre ella.

Cansado de permanecer siempre quieto en el mismo lugar y de no poder viajar a otros lugares como lo hacía el resto de los de su especie, Roning decidió acudir a la consulta de un elefante araña médico.

ISBN 978-84-18297-48-9

El equilibro de Morfeo i

9 788418

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