El gato Mato se mira en el espejo cada rato.
—¡Qué
guapo, gato! —le grita un ratoncito, escondido en un rincón de su cuarto.
El gato lo ve a través del espejo y se lanza al revés, golpeándose otra vez.
El gato Mato se mira en el espejo cada rato.
—¡Qué
guapo, gato! —le grita un ratoncito, escondido en un rincón de su cuarto.
El gato lo ve a través del espejo y se lanza al revés, golpeándose otra vez.