El kintsugi es la "belleza de lo roto". Es un arte japonés para arreglar la cerámica, pero que no intenta disimular sus roturas, las resalta y las embellece. Esta palabra es una nueva filosofía de vida en la que se resalta que algo que está roto y lleno de cicatrices tiene mucho más valor y es más bello que aquello impoluto que nunca las ha sufrido. Esto mismo pasa con las personas; las cicatrices, que es lo que consideramos imperfecciones, es justo lo que nos hace perfectos y únicos.
A través de estos relatos, muestro mis cicatrices, sin vergüenza y sin miedo porque son una parte de mí.