y el balón mágico
Rosie Fernández Rey
Ilustrado por Verónica
Alcalde Laserna
A la ardilla Sara le encantaba pasearse por Villa en busca de piñones. Era curiosa, coqueta y algo tozuda. Muy activa, nunca permanecía quieta; parecía que el viento la llevase cuando saltaba de árbol en árbol. Su familia había vivido en Villa desde siempre y ahí se sentía feliz.
Su mejor amigo en Villa era Dante, una ardilla muy simpática y alegre. Ambos compartían una gran amistad, pasando juntos la mayor parte del tiempo. Dante, aunque más tranquilo, compartía la curiosidad de Sara.
El sitio favorito de Sara en Villa era el parque de los patos; todos los domingos anhelaba ir a ese parque. Este se encontraba junto a un imponente castillo de piedra, una fortaleza erigida hace más de 500 años.
A Dante le agradaba visitar ese parque. Aunque no le entusiasmaba tanto como a su amiga, la ilusión de Sara era motivo suficiente para acompañarla cada domingo en busca de piñones. Y, para ser honestos, disfrutaba esos momentos.
Un día, Dante vio un objeto que captó su atención: un balón. En el parque, un grupo de niños se pasaba un objeto redondo por el suelo entre ellos. Dante quedó fascinado con ese objeto redondo y cómo se desplazaba de un lado a otro, impulsado por los pies de los niños.
Su velocidad era impresionante, casi mayor que la de Sara saltando de árbol en árbol. Dante se quedó inmóvil, admirando ese objeto extraño.
Una emocionante aventura de amistad y descubrimiento, donde dos ardillas exploran el valor de la lealtad y el perdón, enfrentándose a desafíos en el corazón del parque en Villa.