Relatos sociales

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Alfonso Guerra Alonso (Cuento regalo del jurado, 2015)

Mi mundo



Todo el mundo alguna vez ha dicho o le

han pedido que se pusiera en el lugar de otro, en sus zapatos o, por qué no decirlo, en su forma de pensar y sentir. Casi todos aceptamos el reto, pero ese reto no es comparable con la vida misma, porque sin duda alguna nos dejamos muchas, pero que muchas cosas, en el tintero. Os cuento mi caso y a lo mejor, de esta forma, todos nos damos cuenta de lo que digo o intento explicar. ¿Cuántas veces hemos necesitado que el abrazo de un buen amigo nos recorra toda la espalda y nos apriete fuerte, para sentirnos protegidos, para sentirnos cuidados, para saber que nunca nada malo nos va a suceder? ¿Cuántas veces hemos necesitado salir a correr y desahogarnos del estrés que nos produce trabajar bajo presión, 7


de no llegar a los objetivos que nos marcan y que nosotros mismos nos autoimponemos?

¿Cuántas veces hemos necesitado una palabra amable, sincera y cariñosa, para que el mundo que nos rodeaba dejase de ser negro, dejase de ser feo, dejase de ser aquel lugar donde no queríamos pasar ni un solo minuto más? ¿Cuántas veces hemos recibido una gran noticia y no sabíamos a quién llamar primero, y siempre ella era la primera de nuestros pensamientos, la primera de nuestras emociones, la primera que hace que nuestro corazón se saliera de nuestro pequeño pecho? ¿Cuántas veces nos hemos sentido solos delante de un teléfono, hemos escrito cosas que jamás verían la luz para que nadie se preocupase, para que nadie cambiase su vida por nosotros, que hicieran que ese día acabase con una sonrisa o un gesto? ¿Cuántas veces hemos compartido un beso íntimo con alguien que siempre lo guardará en su corazón, como un verdadero tesoro, y cuántas veces ese tesoro nunca será descubierto por nadie, por el mismo miedo a perderlo o a que nos lo roben? ¿Cuántas y cuántas veces hemos dicho «esto nunca...», y al final nuestras mismas palabras se volvieron contra nosotros?, ¿cuántas, cuántas…? ¿Cuántas veces nos han susurrado un «te quiero» que ha estremecido nuestro cuerpo y arqueado nuestra 8


espalda mientras nuestro corazón se aceleraba y una sonrisa se dibujaba en nuestra cara? ¿Cuántas cosas, y aquellas que seguro hemos vivido y que nadie más conoce, cuántas por querer olvidar y no poder, y cuántas no queriendo perderlas, se esfumaron como humo delante de nosotros, y se escaparon como arena entre nuestros dedos? Pero no quiero ser el que os lleve la tristeza con los recuerdos, no quiero ser el que os ensombrezca el día o la noche, no quiero ser aquel que un día os recordó y se marchó. Sino que quiero darte las gracias a ti, amigo mío, que siempre has estado a mi lado, rodeando mi cuerpo en los momentos difíciles, cuando nadie se atrevía a consolarme. Gracias, amigo mío, por salir con tu silla a recorrer las calles de nuestra ciudad para desahogarme, y de esa forma hacer que la sonrisa y la complicidad nunca tuvieran límites. Gracias, amigo, por no rendirte nunca ante los obstáculos, y de esa forma enseñármelo a mí. Gracias por acabar con las barreras arquitectónicas, como si de pensamientos negativos se tratasen. Gracias, amigo, por cada instante compartido, porque de ellos y de los otros he aprendido lo bonito que es vivir. Gracias, amigo, por no dudar en presentarme a los tuyos, por dejarme compartir tu vida, sin esperar ser entendido, sin esperar ser valorado, sin esperar com9


pasión de aquellos que no ven más allá de su mundo y realidad. Gracias, amigo, por dejarme creer en las personas, por dejarme entender que la fuerza del corazón es más fuerte que la fuerza del cuerpo. Gracias, amigo, por cada palabra de ánimo, de aliento desde tu sitio, porque de esa forma me recordabas que no podía y no tenía por qué rendirme. Gracias, amigo, por convertirme en un luchador. Gracias, amigo mío, por presentarme a la mujer que siempre ha dado todo por mí, sin excepciones. Gracias por presentarme a la mujer con la que quiero compartir cada instante, cada segundo, cada simple palabra... Gracias, amigo, por presentarme a la mujer que siempre recibirá las noticias de primera mano, sin miedos ni tapujos, sin miedo a que el resultado sea erróneo, sin miedo a que mis palabras nos separen. Gracias, amigo mío, por presentarme a la mujer que nunca me ha dejado solo. Gracias, amigo mío, por presentarme a la mujer que siempre ha dejado que me equivoque, pero sabiendo que, a pocos metros, ella estaba para recoger mis pedacitos, y con mucho cuidado y mimo volver a reconstruirme. Gracias, amigo, por presentarme a la mujer que solo susurrando hace que mi cuerpo se estremezca, mi cuerpo sea más vital, sea diferente... 10


Gracias, amigo, por presentarme la oportunidad de enamorarme, de ser feliz, de saber que por siempre mi corazón le pertenece. Gracias, amigo, por regalarme cada día cuando dices que sale el sol, un maravilloso beso; y gracias por regalarme otro cuando dices que en la calle las luces ya salen y es tiempo de volver a casa... Gracias, amigo y familia, por el regalo más bonito de cada día, que es el de recibir vuestro «te quiero», sin tener que realizar grandes cosas, sin tener que realizar grandes hazañas... Solamente por ser yo. Gracias a vosotros, hoy estas líneas verán la luz, esa luz que yo no puedo ver con mis ojos, esa luz que vosotros decís que es clara y que brilla, esa luz que yo solo siento en mi corazón... Gracias a vosotros. Espero sepáis perdonar la torpeza de mis dedos, pues las letras son grandes, desconocidas para mí, no de oídas, pero sí en la vista, puesto que jamás las conocí, ni las vi. Y espero de todo corazón que hayáis podido entender lo que aquí os dejé: una lista de cosas que pasan a diario y que solo con fuerza de voluntad, mucho cariño y sobre todo grandes amigos, se superan día a día sin mayores problemas... Puesto que sin lugar a dudas, todos nosotros somos personas discapacitadas, pero recordad siempre: personas. 11


Ojalá algún día, o mañana mismo, nos encontremos en la calle y no me miréis con desánimo o con sentimiento de compasión; ojalá y mañana me miréis como lo que soy, un hombre feliz que anda en busca de su beso de buenos días o buenas noches.

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TO CUEN S PAR

ALARGAR A-VIDA -L

A

Este libro es el resultado de dos concursos literarios, realizados en los años 2015 y 2017, que se lanzaron desde la asociación a sus simpatizantes, en los que se buscaban relatos sociales para un público escolar. Se pretendía encontrar textos en los que pudiera verse reflejado cualquier niño o niña, independientemente de su etnia, situación social, características, etc.

ISBN 978-84-17448-39-4

www.babidibulibros.com


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