Palabras a los padres y educadores:
Gracias por permitirme entrar en tu vida y ser parte de la educación de tus hijos y/o alumnos.
Como madre de tres y abuela de dos, te confieso que me equivoqué mucho, siempre escuché que los hijos no vienen con un manual de instrucciones, tocaba entonces improvisar en el camino y seguro que todos hemos intentado hacer lo mejor, pero era como tener una venda en los ojos. ¿Qué es lo mejor? ¿Qué debemos hacer exactamente? ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo prepararlos para la vida real? ¿Cómo ayudarlos a crecer siendo personas de bien, valiosas para la sociedad? Yo nunca tuve la respuesta, investigué mucho y siempre tuve muy buenas intenciones, pero créeme, esto no es suficiente. Quizás te suena conocido, tus hijos son todo en tu vida y quieres lo mejor para ellos, pero sigues preguntándote: ¿Lo estoy haciendo bien?
La buena noticia es que los tiempos han cambiado, hoy en día existen estudios confiables referentes a la educación, tipos de inteligencia, las etapas del desarrollo, teorías del sueño, teorías del comportamiento y muchas más ayudas a las cuales le he dedicado mucho tiempo de investigación para desarrollar estrategias que te ayuden a aprovechar los primeros años de vida de tus hijos a fin de inculcar en ellos los valores que necesitarán a lo largo de la vida para ser exitosos, para sobrellevar los malos ratos sin desmoronarse y, en términos generales, contar con las herramientas necesarias
para ponerle la cara de frente a la vida, saberse trazar objetivos, trabajar para conseguirlos y seguir adelante… ¡Siempre!
Inculcar y estimular los hábitos positivos que son las mismas virtudes y/o valores en los primeros años de vida ayuda en la formación de niños emocionalmente sanos, seguros de sí mismos, seguros de sus relaciones, honestos, capaces de conseguir sus objetivos y tomar mejores decisiones, con lo que evitaremos sufrimiento, frustraciones y fracasos en jóvenes y adolescentes perdidos en un mar de malos hábitos y antivalores aprendidos en la primera infancia.
Si estás leyendo esto, si tienes este libro en tus manos, sé que realmente estás interesado en ofrecerle a tus hijos espacios y herramientas valiosas para su vida.
Siendo una convencida de que la formación en valores puede cambiar la realidad de los niños y de la sociedad, espero que este libro te sirva como herramienta para inculcar en ellos hábitos buenos que los acompañen y guíen siempre.
Gracias de nuevo, Sé que de la mano podemos construir una sociedad confiable, honesta, justa y pujante llena de individuos realizados, valiosos, capaces y felices.
Claudia
Restrepo
Hablemos de la gratitud.
¿Qué es la gratitud?
En palabras simples la gratitud es valorar y apreciar todo cuanto tenemos en nuestra vida, desde la familia, el sol, los alimentos, la lluvia, el día, la noche, el techo, el agua, el viento, nuestro cuerpo, nuestros sentidos, nuestros amigos, un gesto, un gran momento, vivencias, lo que aprendemos y más.
La gratitud es valorar y apreciar todo, sin importar que hace falta en nuestra vida valorar cada una de las toneladas de cosas materiales y no materiales que disfrutamos cada día.
¿Por qué es importante la gratitud?
La gratitud es importante porque ella nos permite ser más felices y positivos, cuando somos agradecidos vemos todo con ojos de bondad y generosidad en lugar de quejarnos por aquello que queremos o que sentimos que nos hace falta.
La gratitud es muy importante porque nos permite ser personas de corazón noble y generoso que siempre valoran lo que existe por encima de lo que hace falta. El ser agradecidos nos hace más amables, empáticos y felices, nos aleja del sufrimiento, la tristeza, la envidia y la depresión.
¿Cómo puedo ser agradecido y saber expresar la gratitud?
¡Hay algunas pequeñas tareas que si las incorporas a tu vida diaria formarán en ti los valores que te hacen grande!, por ejemplo:
Al abrir los ojos por la mañana cuando despiertes, agradece a tu Dios o al Universo porque estás vivo, porque dormiste en una cama suavecita, con tu almohada y seguramente con tu osito, tu gatico o tu conejo de peluche.
Agradece por los alimentos que están en la mesa, por tu escuela, por tus padres, por tus hermanos, por las personas que te quieren, por tu vestido, por tus zapatos, por tus sentidos.
Agradece por todo y recuerda a los niños que están en la calle y envíales desde tu corazón un saludo con amor y tus mejores deseos para que sus vidas mejoren.
Al sentarte a la mesa siempre agradece a tus padres y empleados por los alimentos que vas a ingerir. Recuerda que todos se han esforzado para que tú tengas la mejor parte frente a ti.
A lo largo del día agradece a tus maestros por enseñarte, a tus amigos por compartir momentos divertidos contigo, a tus hermanos por ser especiales en tu vida, a tus padres por cuidar de ti.
Antes de dormir, metido en tu cama agradece por todo lo que viviste, lo que aprendiste, lo que pudiste ver, lo que hiciste.
¡Agradece todo, siempre!
