Suéñame
un cuento Carla Delgado Vique
El sol ha desaparecido
Un día la Luna esperaba en el cielo al Sol. Esperaba y esperaba, pero el Sol no venía. Como estaba esperando tanto y ya estaba cansada, tuvo que ir a la casa del Sol, y cuando entró en su casa, se lo encontró dormido. Mientras tanto, los niños y niñas, padres y madres, abuelos y abuelas, pájaros, arboles y nubes esperaban impacientes al Sol. La Luna intentó despertarle. Primero lo intentó dándole besos, pero nada. Después lo intentó haciendo mucho ruido, pero tampoco dio resultado. 3
Carla Delgado Vique
Entonces vio que el reloj estaba atrasado. Lo adelantó y el reloj sonó. El Sol se despertó dando un brinco de la cama. La Luna le dijo: —¡¡Corre!! ¡¡Vístete y sal, que todos te están esperando!! El Sol se vistió con una camiseta amarilla y los pantalones amarillos también. Se puso sus gafas de sol y salió muy rápido hacia el cielo. Los árboles le preguntaban: —¿Por qué has tardado tanto? Pero el Sol no respondía. Las nubes y los pájaros también le preguntaban. —¿Por qué has tardado tanto? Pero el Sol tampoco respondía. Todos se alegraban de ver al Sol en lo más alto del cielo. Aunque ninguno supo nunca por qué tardó tanto ese día. El Sol nunca más olvidó lo que le ocu4
Suéñame un cuento
rrió aquel día, y nunca más llegó tarde. Todas las noches se aseguraba de que el reloj estuviera a su hora, y se acostaba temprano para no quedarse dormido.
FIN
5
Juanito el despistado
En un pueblo cercano vivía un niño que se llamaba Juan, aunque todo el mundo, sus padres, los profesores, sus amigos…, todos le llamaban «Juanito el despistado», porque era tan despistado que lo perdía todo, absolutamente todo. Perdía los trompos que le regalaba su madre, las pelotas que le regalaba su padre. Perdía los cuadernos del cole, perdía el despertador y casi siempre llegaba tarde. Lo perdía todo. Su madre siempre le decía: 7
Carla Delgado Vique
—¡¡Juanito, un día de estos vas a perder la cabeza!! Pero Juanito nunca le hacía caso, seguía tan despistado como siempre. Una noche, Juanito jugaba muy contento con el último juguete que le quedaba cuando se dio cuenta de una cosa: «¡¡Había perdido su sombra!!». Y entonces Juanito se puso a buscarla por todas partes. Buscó y buscó por todos sitios. Buscó incluso dentro de sus zapatos, que por cierto, olían un poco mal, y allí encontró… ¡¡una lupa!! Buscó y buscó dentro del armario de su ropa, y allí encontró… ¡¡el estuche del colegio!! Buscó y buscó por todos sitios. Buscó debajo de la mesita de noche, y allí encontró… ¡¡una chaqueta!! Buscó y buscó. Buscó dentro de una mochila muy vieja que tenía, y allí encontró… ¡¡su linterna de explorador!! 10
Suéñame un cuento
Buscó y buscó detrás de la televisión, y allí encontró… ¡¡un peluche que perdió!! Buscó y buscó. Pero su sombra no aparecía por ningún sitio. Y de pronto vio un calcetín moviéndose. Juanito el despistado se sorprendió muchísimo. Cogió la escoba y empezó a perseguir al calcetín por toda la casa, intrigado por lo que pudiera haber dentro. En un salto, Juanito atrapó su calcetín, miró dentro con muchísimo cuidado y encontró… ¡¡¡SU SOMBRA!!! ¡¡Que alegría tenía Juanito!! Había encontrado su sombra, la había estado buscando durante mucho tiempo. Durante los siguientes días, Juanito salía de su casa con el calcetín amarrado a su mano. Cuando sus amigos le preguntaban: «Juanito, ¿dónde está tu sombra?», él les mostraba el calcetín amarrado a su mano. 11
Nuestros chanquetes, esos locos bajitos, vienen pisando fuerte... Esta delicada colección está compuesta por “pequeñas obras maestras” escritas por niños que tienen la ilusión de convertirse, algún día, en «grandes escritores», pues realmente son «talentos prometedores». Muchos de ellos, si no desisten en el intento, lo conseguirán.
ISBN 978-84-17679-85-9
9
788417
679859