Tu oveja negra

Tu oveja Negra Eva Diago EgaĂąa y Celia Prieto Mazariegos ilustraciones de Julio PĂŠrez Varona

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Más allá de los siete montes y de las siete colinas, dejando atrás la preciosa ciudad de Zamora, allí, cerca de la Laguna de los Peces, vivía un gran rebaño de ovejas.

Había ovejas de muchos tipos: redondas, alargadas, altas y bajitas. Había ovejas de cola corta o larga, de lana fina y lana basta. También tenían orejas de tamaño pequeño, y todas eran capaces de moverlas con una gracia especial.

Como es sabido, casi siempre las ovejas viven todas juntas en grupo, y suelen hacer lo que hacen las demás.

Pero no siempre es así.

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En ese rebaño había ovejas muy simpáticas y otras más gruñonas. Estaban también las listas y libre-pastadoras. Además, había en el rebaño alguna oveja soñadora y creativa.

Entre ellas, había una oveja que era única y no se podía confundir con las demás ni por un segundo. Era la oveja negra.

Se llamaba Equis.

Al principio no le molestaba, pero poco a poco empezó a ver los inconvenientes de ser diferente. Por ejemplo: jugar al escondite era misión imposible, pues siempre la encontraban y le tocaba ligársela a ella.

Cuando iba a la peluquería, tenía que esperar muchísimo tiempo para ser esquilada por Melquíades, experto esquilador.

«Nadie quiere mi lana», suspiraba Equis.

A la hora del ordeño, la tenían que apartar.

«Mi leche es distinta, debe de ser por algo de la calidad», pensaba Equis.

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Cuando le tocaba saltar para hacer dormir a los insomnes, es decir, los que no pueden dormir por la noche, le decían siempre: «Tú ya has saltado antes. Venga, la siguiente».

Equis era una oveja especial, pero aún no lo sabía. Ella no quería ser diferente, quería ser exactamente igual a todas las demás y poder esconderse en el escondite, ser la primera en esquilar, llevar mechas de colores y ponerse en la cola para saltar muchas veces.

Ella quería pasar desapercibida.

«Haré lo que sea necesario para encontrar un rebaño de ovejas como yo.

Quiero ser una más», se decía Equis.

Así que Equis ideó un plan. Fue a la biblioteca y buscó en famosas, como Dolly. Tecleó:

ovejas

Cuentos de ovejas Siguió la pista entre sus libros y dio con la primera edición de Cómo convertirse en oveja blanca, de 1980, JEC Editores. En interest: «cómo teñirse las canas negras». Consejos y trucos.

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El equilibro de Morfeo i

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