Cuando comience este espectáculo, ustedes estarán contemplando cómo se engarza el último eslabón de los alumnos de la Especialidad de Interpretación que concluyen su etapa de aprendizaje con el título de grado, equivalente a la licenciatura universitaria, en la Escuela Superior de Arte Dramático de Castilla y León. Atrás han quedado cuatro años intensos de aprendizaje, donde se han conjugado arte, técnica y habilidades a cargo de una compacta plantilla de profesores, que ha guiado el interés y la dedicación de estos XX alumnos, que conforman la primera promoción de la Escuela. Los grupos de alumnos encaran montajes bien diferentes: MedeAntígona, una recreación de los mitos, basada en textos de autores clásicos y contemporáneos, y Arte
y Top girls, dos obras contemporáneas de Yasmina Reza y Caryl Churchill respectivamente que, con diferentes estilos, comparten protagonismo en la escritura teatral contemporánea. La elección de estas dos propuestas bien diferentes no ha resultado caprichosa: pensamos que tras un intenso trabajo en los autores clásicos españoles durante el curso tercero, los futuros actores y actrices necesitaban afrontar el reto que les propusieran autores clásicos y contemporáneos. Sin más y parafraseando a Calderón de la Barca, les pedimos que con harto quehacer queden y con ello nuestras faltas perdonen.
Director: José Gabriel López Antuñano
Escuela Superior de Arte Dramático de Castilla y León Centro Cultural Miguel Delibes Av del Monasterio de Ntra. Sra. del Prado 2 47007 Valladolid Tlf:983268649
Teatro Zorrilla Plza. Mayor nº9 47001 Valladolid
El “sueño de una noche de verano” es una obra adecua-
da para completar el proceso de aprendizaje de un grupo de alumnos que están finalizando su formación interpretativa. Lo es, entre otras cosas, porque implica trabajar desde las claves de la comedia isabelina (conocimiento necesario para desarrollar las capacidades actorales) y porque además permite hacer un reparto equilibrado que cumpla con los objetivos pedagógicos con el fin de conseguir un conocimiento práctico y el futuro dominio de las herramientas del actor. Pero lo es también porque el texto shakesperiano permite la proximidad a nuestra visión contemporánea. Lógicamente ha habido que adaptar la obra a las necesidades del reparto sin que esto haya supuesto un forzamiento de la dramaturgia por lo que la versión es bastante fiel al texto original y permite que los doce alumnos que integran el grupo adquieran el conocimiento y dominio práctico individual en la construcción de un personaje.
Pero sobre todo lo es porque de aquí sale un grupo de alumnos a los que se les han inculcado conceptos que también son necesarios en el actor, como son la ética y la disciplina necesarias para afrontar un trabajo en equipo. Todo ello con el fin de que puedan llegar a convertirse en las nuevas generaciones del teatro español. Agradecer también a todos los profesores y colaboradores la ayuda y el asesoramiento prestado durante el proceso y mi deseo de que el taller sirva a los alumnos para continuar con una práctica actoral desde donde contrastar sus capacidades y aprendizaje una vez acabados sus estudios de formación. Que así sea.
Carlos Marchena