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Palabras al mar

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Rincón del libro

Rincón del libro

Balcei 191 septiembre 2020

# alcorisasaleunida

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Que la escuela sea más bella

Hace un año escribí un artículo que publiqué en este mismo lugar. En él hablaba de deseos, ilusiones y proyectos. Todos ellos posibles. Todos ellos conseguibles. Hoy, 365 días después, me pregunto si podría escribir el mismo texto y confieso que no encuentro respuesta. Lo cierto es que no tengo posibilidad de hallar ninguna. ¡Han cambiado tanto nuestras vidas!

Si alguien nos hubiera dicho…En fin, ya sabemos lo que va después de esta frase. ¿Para qué seguir? Sin embargo, me gustaría recuperar aquellas sencillas frases y tratar de ponerlas en contexto, en el que ahora nos acompaña. A cuyo amparo respiramos este aire de incertidumbre, de inquietud, de inestabilidad.

Escribí entonces: «Hoy empieza un nuevo curso. Un curso joven de mochila amplia, de estuches abiertos. Con la ilusión de siempre, con cien mil motivos para soñar». ¿Joven? ¿Mochila amplia? Sí, desde luego, pero nos hará falta que la sangre corra por nuestras venas con la fuerza del futuro, ese que nos espera aunque no sabemos dónde.

Escribí entonces: «Nuestros centros son un espacio y un momento para el encuentro. Por eso soñamos que nuestras escuelas lo sean para todos». ¿Espacio para el encuentro? Ni el más diabólico de los guionistas de las peores películas de serie B habría sido capaz de imaginar una realidad más torcida. ¡Qué humor más negro! ¡Qué maldita ironía!

Escribí entonces: «Nos unimos a soñar una escuela bonita, donde la belleza sea la mano que cogemos para sentirnos bien». Sin duda seguimos soñándola, aunque hoy la belleza no la construimos a base de abrazos y sonrisas limpias, sino de voluntad para cuidarnos unos a otros.

Escribí entonces: «Una escuela que nos maraville con el saber, con el arte, la música, la poesía, la naturaleza». Sí, sin duda segui

Dadú en verano.

mos empeñados en ello, pero habrá que buscar otros caminos, hasta ahora desconocidos pero ya lamentablemente familiares.

Escribí entonces: «Una escuela manchada de sociedad en la que se caigan las paredes y los muchachos se sientan tan cómodos en nuestras calles como en nuestras aulas». Otra horrenda pesadilla tener que renunciar a ello y hacer de los límites físicos nuestro seguro de vida, nuestra garantía de bienestar.

Escribí entonces: «Una escuela de la creación, donde nos expresemos con libertad para sentirnos más cerca de los demás». ¿Libertad? ¿Cerca de los demás? Tendrá que ser a través de la mirada semiclandestina, sujetos a la norma que nos impide ser libres pero nos asegura el bienestar y la salud.

Y escribí, en fin: «Una escuela, no de la razón, sino de las razones. Porque estamos en comunidad para hacernos preguntas que solo la vida podrá respondernos». Y seguimos creyendo en la comunidad, porque solo sintiéndola como algo propio podremos sostener el alma que tanto dolor acumula, el corazón que no debe dejar de latir nunca.

Todo eso era ayer. Todo esto es hoy. Y en mi párrafo final le otorgo a mis compañeras, a mis compañeros docentes la confianza en su compromiso, en su generosidad, en su esfuerzo, en su fe sin límites. Y confirmo un año después la semilla que sembró en nuestra piel el profeta Joel, quien en el siglo IV escribió: «Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros mayores soñarán sueños». Profeticemos, pues, las visiones que soñamos. Porque eso nos queda: el futuro por construir.

Hace 35 años que todo empezó

En 1985, hace 35 años, España firmó su adhesión a la CEE y se aprobó la Ley del aborto. Los chicos de Plan organizaron una «caravana de mujeres», el coche más vendido fue el Renault 11, la Liga la ganó el FC Barcelona y se estrenó Regreso al futuro. Un maestro, una maestra de EGB con oposiciones recién aprobadas (no había interinos en muchos sitios) cobraba 82.000 ptas. (494 €) y un litro de gasolina costaba 93 pesetas. En 1985 la vida era tan limpia y sincera como hoy. En 1985, digo, escribo, el futuro se presentaba tan ancho e incierto como siempre.

Hoy, 1 de septiembre de 2020, hace 35 años que comenzó mi carrera profesional. Fue en Calahorra. Aquel luminoso día llegué al colegio público «Quintiliano», donde me recibió su director. Se llamaba José Mari. Tenía, por decir, 35 años y el colegio que dirigía había sido inaugurado tan solo hacía dos años. Era, pues, un centro joven y vigoroso. Como yo, con mis 23 agostos recién cumplidos.

Allí aprendí la primera gran lección, pues esa misma tarde el mencionado director y su esposa me invitaron a tomar un café en una terraza y me enseñaron la ciudad. Su cálida acogida me ayudó a comprender que en la vida que iniciaba entonces debería tener cabida un valor que he cultivado desde entonces: la atención, la compañía, la cercanía hacia mis iguales. Y en sus laderas sigo recogiendo el fruto de mi compromiso. Con todas vosotras, con todos vosotros.

Balcei 191 septiembre 2020

# alcorisasaleunida

ecos de infancia ISABEL CASELLAS ESPALLARGAS 20 de noviembre de 1920

Mi padre se llamaba Teodoro Casellas Alquézar, mi madre María Espallargas Alquézar y mis hermanos José y Luisa. Ya se murieron los dos y soy la pequeña. Yo vivía en la calle Marqués de Lema pero si había números no me acuerdo. Estaba en la carretera, era de mis padres y la heredé yo.

POESÍAS EN LA ESCUELA

Fui a escuela con las maestras. Primero me llevó mi madre con Doña Carlota y resulta que una vez vino a buscarme a la escuela y vio otra chica a mi lado que se había cagao y yo estaba así arrinconadica. Mi madre dijo: «¡Ahí no más ya! ¡Vamos a las monjas!» Y me trajo a las monjas hasta los seis años con Sor Celedonia.

Después me sacaron de las monjas y me llevaron a las maestras otra vez, primero a párvulos con Doña Carlota y luego pasé a las mayores con Doña Martina. Como estábamos tantas, tenían auxiliares que no eran maestras. Nos enseñaban a coser y nos ayudaban con el paño que hacíamos todos los puntos: el punto de cruz, la vainica y a bordar con el bastidor que todavía guardo en casa. Como auxiliares estaban Pabla y otra que se llamaba Clotilde; una mujer que vendía sardineta en la calle Baja y que festejaba con uno de la Posada Montaña, no era un Josa y murió de tuberculosis. Hubo una temporada que se morían muchos de la tuberculosis y entonces se murió ella.

Hasta me sé alguna poesía de las de entonces. Se cantaba en la escuela y se decía… ahora no me acordaré. Nos la enseñaban las monjas a los críos:

Qué linda es la rama, la fruta se ve, si lanzo una piedra tendrá que caer. No es mío este huerto, no es mío, lo sé, pero yo de esa fruta quisiera comer. Papá no estaría, mamá no me ve ni aquí hay otros niños ¿quién lo ha de saber? ¡Ah!, no, no me atrevo.

En el mes de mayo íbamos a la iglesia a ofrecer en la misa un ramico de flores a Virgen y decíamos:

Tengo un corazoncito dentro del pecho que de castos amores, está deshecho. Tómalo, hermosa, envuelto en la fragancia de fresca rosa. Pobre soy, pobre nací, nada te puedo ofrecer porque todo mi ser son los suspiros por ti. ¿Qué quieres madre querida? ¿Qué quieres madre adorada? Si mi corazón te agrada ¡tómalo madre adorada! con este ramo de flores! Tengo corazoncito de cien amores ¡tómalo, madre adorada, con este ramo de flores!

AMIGOS Y JUEGOS

Me acuerdo de jugar con José «el Espelleta» que le decían, no me acuerdo del apellido. Ya se me reseca la boca. Con Carmen «la Vaquerica» que estaba en Barcelona, pero venía con su abuela que le decían la «Vaquera». También con Amparo Belenguer, de ella sí que me acuerdo porque estábamos enfrente. ¡Ay!, si no me acuerdo ya

Isabel Casellas Espallargas.

de muchas cosas. Otra, María «la Magallona», que vivía en la calle Cerdeña, tenía una abuela ciega y su madre se llamaba María. Y con Manuela García Casellas que éramos primas y amigas.

Jugábamos a la tiradera, hacíamos unas rayas en el suelo y después a pasarlas con el pie de un lado a otro; a la cuerda, a la comba, a papás y mamás, con las monchas y a escondernos y luego que nos buscaran. También jugábamos a las agujas de cabeza, las doblábamos y al doblarlas le dábamos con la mano y la que se montaba encima de la otra es la que ganaba. Y con los santos, con las cajas de los mixtos, de las cerillas, cortábamos las dos caras y a jugar a los bandos. Esos juegos hacíamos.

Cuando éramos pequeñas nos hacíamos los juguetes con algún plato si se rompía. Con los piacicos, si estaban bonicos y pintadicos, valían para jugar porque nos hacíamos nuestros paradores. Además, con un trapo hacíamos una monchica. La cosíamos y poníamos los ojicos y todo, ¡como de las otras no había! Se nos hacían agujeros en las medias y a zurcirlos como podíamos.

Estuve en la escuela hasta que estalló la guerra. También había una maestra jovencica de Calanda, se llamaba Doña Carmen y era muy bonica, muy maja, pero estalló la guerra. Yo no había cumplido los quince años y se revolvió todo, iba todo muy mal…

LAS BOMBAS TIRARON NUESTRA CASA

Cuando la guerra estaba en Alcorisa, tuve que ir a los bombardeos y a todo. Nuestra casa nos la tiraron. Quedó sólo el tejado. Cayeron en la carretera dos bombas y toda la fachada, todo tirado y allí tuvimos que aguantar porque no sabíamos adónde ir. Y allí aguantamos porque a mí padre, Teodoro, lo mataron en la guerra sin haber hecho absolutamente nada. No querría hablar nada de eso. Mal, mal, mal ya lo creo.

Unos lo amenazaban y los otros lo mataron. Se marcharon algunos que habían hecho daño por ahí, a Valencia los que más. Y mi padre no había hecho nada. Aquí quedaron cuatro ignorantes. Cuando pusieron la colectividad iba al campo cuando podía porque tenía miedo a que lo mataran. Salían a su encuentro y le decían: —«Mira Teodoro no vayas, no salgas solo y piensa en la colectividad».

Balcei 191 septiembre 2020

# alcorisasaleunida

Alcorisa me casé, de negro, y en Alcorisa viví pero estuvimos cinco años en el Canadá trabajando los dos en un hospital. Ya casada y con el chico nos fuimos a ganar perras y pasamos mucho frío. Nos queríamos mucho, pero luego a mi marido le cogió esto que no se tiene memoria, el Alzhéimer. Tuvimos un hijo, Etéreo, y ahora dos nietos, una de veintidós y uno ya tiene treinta años.

No tengo fotos de niña. Como vino la guerra y todo eso, la más joven es de soltera cuando éramos novios con mi marido. Tengo esta del carné que me la hicieron «en el Canadá», soy más joven que ahora, por eso me llama la atención que ahora estoy para el arrastre. ¡Uf!, vaya regalo vivir tantos años.

Ahora estoy en la residencia y hace bastante tiempo que no voy a casa… Me viene poco a la memoria, tantos años ya. Se me reseca la boca. Nací cuando nací. Me acuerdo de cuando nací (se ríe). Eso lo he dicho, pero es broma… Me acuerdo más de lo viejo que de lo nuevo.

1941. Isabel Casellas,con sombrero, acompañada por Pilar.

—«Pues no me da la gana porque no me gusta lo que hacéis. Se acabó.»

La colectividad era por todo, era unir todos los campos, todo revuelto. Mi padre era republicano, pero se salió de la colectividad porque no le gustaba. Entonces le amedrentaban y no nos daban nada de lo que daban. Quitaron a los ricos y se ponían ellos de ricos, eso lo sabemos.

Mi hermano José estaba en la guerra, en Valencia, pero no fue a pegar tiros ni nada, se hizo carabinero y, mira, tuvo buena mili. Cuando terminó la guerra se quedó allí hasta que pudo venir y como era albañil nos arregló la casa. Era un chavalote y hace poco se murió.

ENTRE CANADÁ Y ALCORISA

De jovencita me dediqué a bordar. Tuve novio desde los dieciséis años para adelante y me casé en 1945 con Félix Félez Subirón. En

1943. Isabel Casellas con futuro esposo Félix Félez Subirón.

ECOS DE INFANCIA

El libro ECOS DE INFANCIA. Alcorisa en la memoria, editado por la asociación Amigos del Museo de la Escuela, coordinado por Salvador Berlanga y presentado en Alcorisa el 20 de enero de 2014, es un homenaje a nuestros mayores. Pero también es memoria oral y local. Como escribe Antonio Bernat en el prólogo, cuando los entrevistados recuerdan su infancia no sólo aportan elementos del pasado, sino que contribuyen a la redacción de la Historia de Alcorisa y sus testimonios nos ayudan a saber quiénes somos.

Estamos seguros que a los lectores y lectoras de BALCEI les cautivarán y conmoverán los recuerdos de Isabel Casellas.

Balcei 191 septiembre 2020

# alcorisasaleunida

explorador de proximidad Ermita de la Mare de Deu del Sargar

Las aventuras más fascinantes son aquellas que no planeas. La improvisación generalmente desemboca en lo imprevisto, y lo imprevisto puede llevarnos a descubrir lugares mágicos y vivir grandes experiencias, pero también puede convertir una excursión en una tortuosa peripecia. Para bien o para mal, la improvisación siempre resulta fascinante.

Nosotros solemos planear al milímetro nuestras aventuras, pero de vez en cuando también nos apetece improvisar. Levantarte una mañana, desayunar, preparar unas buenas viandas, montar en el coche y viajar sin rumbo, adonde nuestra propia voluntad nos lleve ese día. A merced del sistema límbico.

Así descubrimos a la protagonista de este nuevo capítulo de Explorador de Proximidad, dejándonos llevar. Recorriendo kilómetros sin un destino fijo. Sin más objetivo que el de disfrutar del entorno, de los paisajes y del rico patrimonio que alberga nuestra proximidad.

Aquel día habíamos salido a media mañana. Mientras respostábamos, tomamos la decisión de dirigirnos al Matarraña. Recorrer los nuevos kilómetros, por fin acabados, de la carretera nacional 232 en su límite con Castellón. Así que pusimos rumbo hacia Mas de las Matas y desde allí a Aguaviva, para luego tomar la A-1409 en dirección a La Ginebrosa. Recorrimos la ladera Sur de la sierra ginebrosina hasta Le Cerollera, desde donde accedimos por fin a la N-232.

Conforme nos acercábamos a Monroyo recordé una Aplec, celebración festiva de los pueblos castellonenses de la comarca de

«Els Ports», que se celebró en Herbés cuando yo era un recién estrenado veinteañero. Acampamos en unos bancales cercanos al casco urbano y pasamos todo el fin de semana de fiesta entre conciertos, discomóviles, risas, diversión, amigos y descanso. Dos días y medio estuvimos allí y no tenía apenas recuerdos de la localidad, tan solo la zona de acampada, la de conciertos y la piscina municipal. Propuse conocer Herbés, moción aprobada por unanimidad, así que antes de llegar a los dos nuevos túneles de Monroyo, abandonamos la nacional con rumbo a Peñarroya de Tastavins.

La carretera que comunica Peñarroya con Herbés presenta un estado lamentable mientras se circula por territorio turolense. Firme irregular con grandes socavones y un ancho de vía en el que es misión imposible cruzarse dos coches si no encuentras un escape lateral. Eso si, los paisajes son maravillosos. Discurre por el angosto barranco labrado por el río Tastavins y serpentea al compás de meandros, hoces y saltos de agua, siempre rodeada de un espeso manto vegetal de bosque mediterráneo, que viste los grandes altozanos que arrebujan al torrente, destacando sobre todos ellos la llamada Roca Mola.

Herbés se ubica en una costeruda ladera, a la derecha de la carretera, presidido por su iglesia y un caserón de aspecto señorial que resulto ser un antiguo castillo remozado. Pertenecía al Barón de Herbés y sus almenas, ventanas góticas y rejería, datan su construcción en el siglo XIV. Herbés fue conquistada por el noble aragonés Don Blasco de Alagón en 1232, expidiéndole carta puebla un año después. Blasco de Alagón eligió a Juan Garcés como poblador de la plaza recién conquistada, siendo este el primer propietario del Señorío de Herbés.

Rozábamos ya el medio día y el calor era sofocante, así que decidimos que íbamos a buscar un lugar en penumbra donde poder comer, después ya visitaríamos la localidad. Fue entonces cuando distinguimos una señal a nuestra izquierda en la que alcanzamos a leer: «Paisaje pintoresco», así que sin pensarlo nos adentramos por aquel estrecho camino de firme encementado que discurría por el cauce de un barranco.

Conforme avanzábamos, el paisaje era más abrupto y agreste. A nuestra derecha dejamos un salto de agua cuyas formas, incluso sin la presencia del líquido elemento, eran espectaculares. Recordaba haber visto un salto parecido en mis excursiones digitales, las que hago habitualmente por la red. Lo llamaban «el Botador», y por las fotos de «San Google», os puedo asegurar que con agua es todavía más espectacular.

Al final del camino, una vez superado un estrato de roca caliza que emerge hacia el cielo, sobre la confluencia de dos barrancos,

Balcei 191 septiembre 2020

# alcorisasaleunida

encontramos un edificio de planta poligonal, donde una austera ermita destacaba sobre el resto de los elementos constructivos. Habíamos llegado al templo de la Mare de Deu del Sargar.

El edificio en apariencia es frugal, sin grandes alardes arquitectónicos y con contados accesos al exterior. Desde el camino tan solo se divisan cuatro pequeñas ventanas a la nave de la ermita, y a la derecha, en esquina, la puerta de entrada a un edificio anexo. La parte superior del vano de dicha puerta, dispone unas monumentales dovelas formando un arco de medio punto. Sobre el hastial hay una bella espadaña con su correspondiente campana. La forma del conjunto invita a pensar que antiguamente pudo ser una fortificación.

El Santuario del Sargar está formado por tres edificios principales construidos en mampostería dejada a la vista y dispuestos alrededor de un patio con una fuente en su centro: la propia ermita, que en sus tiempos estuvo fortificada, y las casas del ermitaño y de la Cofradía, construidas en 1654. La vivienda del santero queda al Este, comunicada con el templo a través de la sacristía y con entrada desde el patio por una puerta de medio punto. Es un edificio de dos plantas, rectangular y con cubierta a una sola vertiente. Mayor interés tiene la Casa de la Cofradía, situada al Oeste y también de dos alturas, con una porchada en la planta baja que permite el acceso desde el exterior y balcones en el piso alto. El conjunto se completa con otras dependencias, corrales y caballerizas.

https://www.ermitascomunidadvalenciana.com/.

Rodeé el edificio y bajé hasta la rambla. Desde el barranco hay una puerta de acceso a la casa del santero, pero aun así mantiene la apariencia de recinto fortificado. Sargar es sinónimo de sarguera, y parece ser que la Virgen en cuestión debe su nombre a este arbusto tan apreciado por los artesanos del mimbre, que más de una vez lo han usado como sustituto de este, pues el cauce del barranco esta atestado de este elemento vegetal.

Alrededor de las dos ramblas que confluyen a los pies de la ermita, distinguí numerosas calzadas, señal de que en otro tiempo aquella tierra estuvo trabajada, pero el elemento constructivo más interesante de cuantos había a la derecha del cauce, es una vetusta fuente construida en sillar labrado. Apenas deja escapar un «chorrillo» de agua, pero eso no le resta un ápice de belleza.

Deambulé por las inmediaciones del complejo eremítico buscando el mejor lugar para captar la instantánea del conjunto. Son numerosas las calzadas que hay en los alrededores, por lo que fue extensa la tierra trabajada. Como digo, el templo y sus edificios anexos son muy austeros, sin alardes. La suntuosidad es obra de la naturaleza, que lo ha rodeado de un paisaje hermoso, de contrastes verdes, grises y marrones. El espeso manto vegetal que cubre los

alcores que rodean la ermita viste al paisaje con sus mejores galas para honrar a aquella imagen de madera encontrada por un pastor en una cueva, bajo una cortina de zarzas, imagen desaparecida en la última gran guerra.

Y es que la historia de la Mare de Deu del Sargar es igual que la de cientos de templos cristianos de los territorios reconquistados en los siglos XII y XIII. Un pastor encuentra la imagen de una virgen en una cueva, la traslada a la villa y esta vuelve a aparecer al día siguiente en la cueva en cuestión. El proceso se repite dos, tres y hasta cuatro veces en algunos casos, hasta que las autoridades deciden construirle una morada cercana al lugar donde fue encontrada.

La imagen del Sargar apareció a finales del siglo XIII junto a una fuente, en la cueva que una roca desprendida formaba con el suelo. Dicha cueva o balma estaba tapada por las zarzas. Aun hoy podemos contemplar la piedra, la fuente y la balma donde aquello sucedió. Sobre la roca se construyó un peirón en honor a la Virgen del Sargar y en la cueva podemos ver un raído mosaico cerámico con la imagen de la patrona de Herbés. Precisamente fue junto a la roca en cuestión donde dimos buena cuenta de las viandas que traíamos, en un cuidado merendero resguardado del sol.

Sin lugar a dudas se trata de un lugar pintoresco. Un conjunto arquitectónico envuelto por un paisaje natural realmente acogedor y sorprendente. Antes de dejar atrás a la Mare de Deu del Sargar, nos prometimos volver, pues tenemos que ver el interior del santuario. Hasta pronto.

Óscar Librado Millán Fotos: Marián Beltrán

Balcei 191 septiembre 2020

# alcorisasaleunida

de opinión La Unión Europea en la tormenta

En un reciente artículo, y para definir la situación actual de la Unión Europea (UE), el periodista Ramón Lobo empleaba en acertado símil de compararla con «un barco de lujo de gran tonelaje y movimiento lento» cuyo rumbo no es fácil cambiar dado que tiene «27 capitanes en el puente de mando, cada uno con sus intereses nacionales e ideas sobre el futuro de Europa».

El barco de la UE, ahora azotado por la tempestad del Covid-19, una situación que algunos han comparado con las secuelas de la II Guerra Mundial, tenía ya, antes de entrar en la actual tormenta que lo zarandea sin piedad, dos profundas brechas abiertas en su casco y que amenazan su línea de flotación: el brexit y la involución antidemocrática de algunos de sus estados miembros como es el caso de Hungría. En este último caso, resulta lamentable la tímida respuesta de la UE ante las decisiones últimamente tomadas por el primer ministro Víktor Orbán de aprovechar la coyuntura propiciada por la pandemia sanitaria para reforzar su régimen autoritario, algo de lo que ya advirtió Dacian Ciolos, el líder de los liberales europeos al señalar que «los acontecimientos en Hungría son una alerta roja para la democracia liberal en Europa y más allá» porque «luchar contra el Covid 19 puede requerir algunas medidas excepcionales pero no debe llevar de ninguna manera al cierre de la democracia y a pisotear el Estado de derecho». Y, ante esta situación resulta lamentable el silencio de los líderes europeos ante las medidas tomadas por Orbán, lo cual está alentando actitudes involucionistas en otros países como es el caso de la Polonia de Andrzej Duda, a la vez que reforzará el crecimiento de la extrema derecha en nuestras democracias occidentales.

Ciertamente, la UE se halla ante un inmenso desafío que exige la necesidad de En la realidad política actual son muchos los ciudadanos que creen que se ha superado la histórica distinción entre izquierdas y derechas y, por ello, en deterreafirmarse en los valores y principios que le dan razón de ser y, para ello, hoy más que nunca se precisa en el puesto de mando del navío de la UE que estén al timón auténticos estadistas de la talla de Robert Schuman, Konrad Adenauer o Alcide de Gásperi, los añorados padres fundadores de la idea moderna de Europa, y no políticos mediocres aferrados a intereses nacionalistas e insolidarios.

Pero la realidad es dura e implacable en este embravecido mar en que las olas agitan con fuerza el barco de la UE, en un momento en la cual, en palabras de Juan Manuel Lasierra nos hallamos ante «un panorama social y económico desolador», porque como señalaba Eliseo Oliveras, «Europa afronta dividida un decisivo reto político, sanitario, socioeconómico y geoestratégico». Así las cosas, Jacques Delors, quien fuera presidente de la Comisión Europea entre 1985-1995, nos advierte con tono dramático de que la división y la falta de solidaridad son «un peligro mortal» para la UE.

Tampoco favorece la singladura del barco de la UE en estos tiempos «virus-lentos» el actual escenario multipolar en el cual el peso político de Europa no se corresponde con su potencial económico y en el cual China cada vez está adquiriendo un papel más dominante en las relaciones internacionales, lo cual es favorecido por el aislacionismo en el cual pretende refugiarse la política de EE.UU. impulsada por Donald Trump. Es por ello que hoy más que nunca hace falta «mucha Europa» para suplir la falta de liderazgo de los EE.UU como ha quedado patente en la actual gestión mundial de la pandemia y para evitar que ese vacío sea ocupado no sólo por la China emergente sino por la Rusia de Putin, lo cual requiere que la UE cuente, de verdad, con una auténtica política exterior y de defensa común. minados sectores de opinión se alude a la contraposición entre «buenos y malos populismos». De este modo, algunos politólogos distinguen entre los populismos de

Pero no sólo es este el único reto al que se enfrenta el futuro de la UE. Hechos recientes han demostrado la urgencia de implantar una armonización fiscal que incluya a países tan privilegiados como insolidarios como Holanda y que avancemos hacia una UE federal de verdad, una UE de los ciudadanos más social y solidaria y menos mercantilista y reducida a la simple libertad de circulación de mercancías como pretenden los opulentos (e insolidarios) países del norte de Europa, una Europa social que, además, acabe de una vez por todas con los paraísos fiscales existentes en el interior de la UE, tal y como ahora ocurre en Holanda, Luxemburgo e Irlanda.

Así las cosas, bueno sería recordar el texto del Preámbulo de la Constitución Europea (no ratificada) en la que se declara que ésta se inspira en «la herencia cultural, religiosa y humanista de Europa, a partir de la cual se han desarrollado los valores universales de los derechos inviolables e inalienables de la persona humana, la democracia, la igualdad, la libertad y el Estado de Derecho».

Siendo conscientes de que la solidaridad europea se debe demostrar en los momentos difíciles como los actuales, y recordando lo que en su día supuso el Acuerdo de Londres sobre la deuda alemana de 1953, mediante el cual se anuló el 62,6 % de las deudas a la entonces República Federal Alemana por parte de los 25 países acreedores, la prueba definitiva que evite el naufragio del ideal europeo será la forma con la cual los 27 capitanes aborden desde el puesto de mando el inmenso plan de reconstrucción que inevitablemente requiere la UE para superar el maremoto sanitario, económico y social que ha supuesto el Covid-19 en nuestras sociedades, en nuestras vidas y esperanzas de futuro. Veremos.

POPULISMOS

José Ramón Villanueva Herrero

mocratizadores y democráticos, como los existentes en España o Portugal, y otro tipo de populismos, por desgracia emergentes, de signo reaccionario, aquellos que confun

den al adversario político con el enemigo del pueblo y, por ello, los excluyen de la comunidad política, un tipo de populismo que arraiga con fuerza en las tierras regadas por la intolerancia.

Estos dos tipos distintos de populismo, confrontan, en esencia, una base ideológica innegable. Así, es propio de los populismos conservadores su escaso entusiasmo por las reformas constitucionales, por los movimientos sociales,y por los plebiscitos o la participación ciudadana en general. En cambio, la izquierda populista, por el contrario, como recalcaba Innerarity en su libro Política para perplejos (2018), «acostumbra a sobrevalorar esas posibilidades», aquellas que los populismos conservadores rechazan, lo cual le lleva a «desentenderse de sus límites y riesgos», soñando, en ocasiones, con el anhelo, siempre deseable por otra parte, de alcanzar la utopía, o en el lenguaje más reciente de Podemos, de «conquistar los cielos». De este modo, existe en la actualidad un contraste, una contraposición evidente entre ambos populismos, entre los de signo conservador y los que se alientan desde posiciones de la izquierda progresista y así, los primeros «dan las alternativas como imposibles y los otros por evidentes» ya que, mientras para los populismos conservadores «cualquier cosa que se mueva es un desbordamiento» y para los populismos progresistas «la espontaneidad popular es necesariamente buena».

La confrontación entre ambas posiciones es evidente, como una nueva línea de fractura social entre la derecha conservadora y la izquierda que pretende transformar la realidad política y social que se considera injusta. Así, el populismo conservador, Ser positivo no significa que hayas contagiado a todos tus amigos y familiares, sino que tienes que hacer una lista con todos los que has estado para protegerlos, a ellos y a sus respectivos amigos y familiares. Los que lo veían como algo que con ellos no iba han visto las orejas al lobo, porque ahora los abuelos en peligro no eran los de la tele, indefensos en residencias con sus andadores, sino los que viven en su propia casa o a pocos metros de ellos. A los que sabíamos que llegaría no nos ha servido de mucho, no hemos tomado suficientes medidas. Aquí no hay apestados ni culpables, el origen no se sabe dónde está, y, desde el momento en el que cruzas la puerta de tu casa —o lo hace tu hijo o nieto— estás comprando papeletas para el sorteo. O décimos, porque los expertos sanitarios dicen enarbola la bandera política de un supuesto «antipopulismo», negando la evidencia de que también ellos, a su manera, son populistas, de derechas, pero populistas en definitiva, bandera ésta que pretende ser un «instrumento de legitimación» de las posiciones conservadoras, mientras que el populismo progresista se considera a sí mismo, como «el verdadero antídoto frente al elitismo conservador hegemónico».

Por todo lo dicho, Daniel Innerarity, catedrático de filosofía política y ensayista, una de las mentes más lúcidas del pensamiento contemporáneo, reivindicaba el «principio de realidad», esto es, el tener siempre presentes las capacidades reales de las transformaciones que se pretenden realizar, para no caer en la quimera ni el desencanto ante el ansia de intentar lograr objetivos irrealizables. De este modo, aunque como hemos visto el término «populismo» se aplica a partidos políticos concretos, se habla de populismos reaccionarios y ultraconservadores, como es el caso de los mensajes que airea Vox, o de populismos progresistas de izquierdas como el que representa Podemos, lo cierto es que el populismo, como nos recuerda Innerarity, «tendría que entenderse como un modo de gestionar lo público, «del que no se libra casi nadie».

En el caso del populismo progresista, el que despertó en las plazas de toda España un esperanzador 15 de marzo y que hoy ocupa parcelas de poder en muchos niveles, incluido el Gobierno de España de la mano de Unidas Podemos, parece que ha seguido el consejo del tantas veces citado Innerarity cuando ya en el 2018 recomendaba, de forma genérica pero pareciendo querer dirigirse

Positivos

que el contagio depende de la carga viral de la persona que está enferma y de cómo te pille el cuerpo. También de dónde has convivido con el positivo.

La movilidad ciudadana favorece que el virus también viaje, se vaya de vacaciones o regrese a los espacios de trabajo. La única forma de estar seguro es no relacionarse con nadie de fuera de la familia, lo que hicimos durante el confinamiento. Pero eso es difícil, lo es con 4 años y también con 40. Como me decía en junio un alcalde, la salud mental es importante y este verano nos hacían falta las charradas cara a cara, aunque fuera con mascarilla y de lejos, algo que tampoco importa demasiado porque en España somos de chillar. Lo malo es que no nos limitamos a relacionarnos con un grupo reducido y exclusivo y en verano y en los pueblos aún

Balcei 191 septiembre 2020

# alcorisasaleunida

a este nuevo soplo de aire fresco en la política española que supuso el partido morado que, «tenemos que renunciar a la agitación improductiva del corto plazo. Hace falta anticipar futuros posibles» y apuntaba alguno de ellos: la transformación del modelo económico, la lucha contra el cambio climático o la reforma del sistema público de pensiones, temas éstos que consideraba con toda razón «cuestiones de fondo» que se tienen que acometer con valentía, aunque, políticamente, no supongan beneficios a corto plazo. Lo mismo podemos decir de la defensa de feminismo o la lucha por la igualdad de género, temas que han irrumpido con fuerza en la agenda política y que exigen compromisos y decisiones valientes, especialmente, en estos tiempos en que la demagogia populista conservadora parece que, en algunos de estos temas pretendiera retroceder el reloj de la historia a tiempos pasados.

Todos estos futuros posibles están reflejados en gran medida en el llamado Programa para un Gobierno Progresista que tantas esperanzas ha despertado, un programa que, con el impulso de ese buen populismo, honesto y progresista, ha alentado tantas ilusiones en que, paso a paso, el cambio es posible, aunque nunca lleguemos a conquistar los cielos, pero por lo menos, se puede lograr un mundo, una sociedad y una convivencia más digna, justa y habitable. Siendo conscientes de todas las adversidades que intentarán frenar estos cambios, esperamos que las ilusiones que ello ha generado no se vean defraudadas porque, de ser así la involución de populismo conservador podría tener efectos devastadores.

José Ramón Villanueva Herrero

menos. Tal vez ahora miremos un poco más con quién nos tomamos la caña en el bar.

He insistido mucho durante toda la pandemia en la necesidad de conocer los positivos, no hacen falta los nombres y los apellidos, pero sí saber que en un municipio concreto los hay, eso favorece que se tomen todas las medidas. Sí, ya sé que deberían tomarse siempre, pero todos sabemos que nos relajamos a las primeras de cambio.

Berge ha dado ejemplo de esa transparencia y todas las familias que han dado positivo lo han comunicado a sus contactos. Aquí no hay apestados, hay positivos que nos han podido contagiar. O quizás les hemos contagiado nosotros, no hay que descartar nada.

Balcei 191 septiembre 2020

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HABLEMOS DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA (XCI) Grandes inventos. La electricidad y el magnetismo (I)

Anaximandro de Mileto (611-546 a.C.). Pensador del que se conservan los primeros escritos sobre filosofía.

Los griegos imaginaron a Zeus armado con un poderoso rayo que le permitió vencer a los Titanes y constituirse como supremo soberano de todos los dioses. También conocieron la piedra imán de la que dijo Anaximandro (un original pensador griego del s. VI a.C., coetáneo y discípulo de Tales de Mileto) que «tenía alma porque atraía al hierro». Incluso de Tales se dice que conoció la propiedad del ámbar que, frotado con un trapo de lana, podía atraer obje tos livianos como plumas y, con suerte y más tiempo frotando, conseguir que saltaran chispas. Podríamos mencionar otras curiosidades relativas al contacto de los antiguos con la electricidad y el magnetismo, como las experimentadas por egipcios, romanos e incluso culturas americanas como la olmeca, pero en todos ellos la explicación de estos fenómenos va ligada a concepciones míticas, mágicas o meramente simbólicas. Lo cual no quiere decir que algunos no intentaran una explicación, y no es poco, no ligada a los dioses como hizo Anaximandro, atribuyendo un principio vital interno a la piedra imán. No se sonría el lector que Tales, Anaximandro y demás pensadores de la llamada Escuela Milesia (por Mi leto, ciudad de la Jonia griega, en costa occidental de Asia Menor), fueron los que iniciaron la Filosofía y la Ciencia (además de la Historia y la Geografía), es decir el pensamiento basado en la razón aplicado a la naturaleza y al hombre. Apuntemos que a ellos les debemos nuestros nombres de electricidad que deriva de «ēlectron», nombre griego del ámbar, y magnetismo proveniente de la ciudad de Magnesia (Tesalia, Grecia) donde abundaban las piedras ima nes. Ahí se hunden nuestras raíces, pero tuvieron que pasar más de dos milenios para que tuviéramos una cabal explicación de qué es la electricidad y có mo se origina su inseparable compañero que es el magnetismo.

El amable lector de BALCEI que sigue esta sección recordará que estamos dando un somero repaso a grandes inventos de la Humanidad. Quien esto escribe cree que antes hay que tratar del con texto o, mejor dicho, visitar brevemente la historia de esta rama de la ciencia para ganar una mayor profundidad, que será útil para cuando comentemos algunos brillantes inventos basados en estos cono cimientos, por ejemplo, la bombilla, o el pararrayos o el motor eléctrico, etc., etc. Sin duda el dominio de la electricidad ha supuesto un cambio drástico en las formas de vivir de las sociedades modernas. Algunos aún recordamos veranos de candil y carbu rero en las masadas.

Solamente un último apunte en esta larga intro ducción. La ciencia establece teorías, bien fundadas y verificadas experimentalmente, sobre la realidad física de nuestro mundo, pero los inventos son cosa del ingenio humano y muchas veces son hijos de la curiosidad, de la observación, de la intuición y sobretodo de la necesidad. La economía del mundo antiguo estaba basada en el esfuerzo humano, mu chas veces esclavo. Sus necesidades estaban razonablemente cubiertas con el motor del sudor. Así que la necesidad no apremiaba excesivamente. Aunque, co mo ha sucedido varias veces a lo largo de la historia, cuando una sociedad expresa consistentemente un afán, se produce el milagro, algo sucede y de alguna forma aparece una solución, por primaria que nos pueda parecer. Pongamos un ejemplo. El invento de la brújula magnética, se dice que fue chino. Descrito por primera vez por un erudito llamado Shen Kuo (siglo XI d.C.) un siglo antes de que un religioso inglés llamado Alexander Neckam (1157-1217) lo hiciese en Europa. Este invento, cuyo fundamento científico no se conocía, pero que permitía encontrar la dirección del norte magnético, revolucionó la na vegación. La famosa aguja de marear posibilitó moverse a lo ancho de los mares del globo terráqueo sin perderse. Se puede inventar sin saber el fundamento científico, pero sólo sabiendo el porqué de las co sas el hombre sacia su sed de conocimientos. Sobre este tema se suele sostener que fueron los vikingos los inventores de la brújula. Su sistema era distinto. Imagine el lector un cubo con agua, y flotando sobre ella un disco de madera con un palito vertical en su centro. ¿Qué podemos medir?: La latitud, por la sombra del palo que el Sol proyecta sobre el disco horizontal. A mediodía la sombra del palito marca rá el norte. Pero ¿qué pasa en los días de niebla, frecuentes en las latitudes norte?: que no se ve el Sol. Los vikingos resolvieron este problema con una piedra traslúcida conocida como espato de Islandia, poseedora de una propiedad especial conocida como birrefringencia que permite localizar el Sol en días de niebla e incluso cuando está algo por debajo del

horizonte (se ve una mancha de color en la piedra que indica donde está el Sol).

Siguiendo con esos primeros pasos mencio naremos dos precursores que trataron del tema. El primero fue el arzobispo Eustaquio de Tesalónica quien en el siglo XIII describió el hecho asombroso de que el rey de los godos Woliver era capaz de hacer saltar chispas de su ropa. El primer hallazgo cabal se produce en el siglo XIII, cuando un fran cés llamado Petrus Peregrinus de Maharncuria, realizó experimento sobre magnetismo y escribió un tratado en 1269 conocido como la «Epístola de Magnete».

Diremos que el inquieto espíritu de Petrus Pe regrinus le llevó a una experimentación más detallada sobre la piedra imán. Así se fabricó una piedra imán redonda y tomó una delgada aguja imantada. Al aproximarla a la superficie de imán vio que la aguja se orientaba apuntando a uno de sus extremos, repitió la operación muchas veces y descubrió que las trazas de las posiciones de aguja sobre el imán, es decir los puntos que unían las tangentes, siguen un patrón similar al que siguen los meridianos sobre la superficie terrestres, es decir se orientan de norte a sur, cortándose en los polos norte y sur. Y así los nomina Peter Peregrinus «polos», un nombre que bautiza un concepto que sigue siendo válido hoy en día. La imagen que hemos representado es una ver sión del campo de fuerzas de un imán genérico, en este caso una barrita que nos parece más clara. Pe regrinus no se limitó al descubrimiento de las líneas de acción, sino que prosiguió sus experimentos y descubrió que dos imanes enfrentados por sus po los norte se rechazan (de igual forma se rechazan sus polos sur). El bueno de Petrus no fue capaz de desarrollar una teoría que explicara sus hallazgos ex perimentales, pero descubrió unos hechos incontrovertibles: los imanes tenían dos polos y las agujas se orientaban según esas líneas de acción (hoy llanadas de campo) y además mejoró la brújula.

En este, como en otros muchos casos, la expe rimentación se adelanta a la teoría.

Como es notorio y público, el renacimiento produjo hombres versados en muchos saberes, cien tíficos y humanistas, con el tiempo serían llamados polímatas. El médico pavesano Girolamo Cardano (1501-1576) bien podía ser calificado como uno de

Balcei 191 septiembre 2020

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Líneas de campo (de acción de la fuerza magnética) de un imán.

esos sabios universales. Hizo aportaciones a una multitud de disciplinas, de las en su honor citaremos sólo dos: fue el primero en publicar la solución a la ecuación de tercer grado (e incluso la de cuarto, pero con controversias que no trataremos aquí) e inventó la suspensión cardán. En lo que a esta bre ve nota de Hablemos… respecta escribió sobre la electricidad en una compilación enciclopédica de saberes titulada De Subtilitate (1550), siendo el pri mero en distinguir entre fuerzas eléctricas y fuerzas magnéticas.

En este relato de los primeros balbuceos cien tíficos sobre la electricidad y el magnetismo aparece otro médico, nos referimos al William Gilbert (1544-1603), médico de Isabel I de Inglaterra, sin duda uno de los pioneros en estudiar las propiedades eléctricas y magnéticas de los materiales que reco gió en su obra conocida como De Magnete (nota: El título completo del libro es larguísimo, se lo ahorro al lector). Realizó un gran número de experimentos sobre la atracción eléctrica y descubrió que no sólo el ámbar sino otras sustancias como el cristal, la ce ra, el azufre, … al ser frotados creaban una fuerza de atracción, que nombró utilizando la palabra griega de «ēlectron» y la llamó eléctricus, en latín (lógi co, el libro estaba todo escrito en latín, como era costumbre). Había puesto en evidencia la existencia de una fuerza eléctrica que hoy llamamos atracción

Girolamo Cardano (1501-1576).

electrostática. Pero hizo otros descubrimientos, por ejemplo, que el imán solo atrae al hierro, a diferen cia de esas otras sustancias que frotadas atraían a multitud de cuerpos livianos. Y que cuando se ca lienta un imán pierde sus características de atracción, deja de ser imán. Y que lo cuerpos húmedos no trasmitían la fuerza eléctrica. E hizo importantes contribuciones en este campo. Midió la fuerza de atracción electrostática con un primitivo electrosco pio que llamó versorium que las detectaba, y que le permitió distinguir entre sustancia eléctricas (lo que hoy llamamos conductores) y no-eléctricas (los aislantes). También inventó otro aparato que llamó Terrella (pequeña tierra) que era capaz de detectar fuerzas de atracción magnéticas. Es decir, descubrió que había dos tipos de fuerzas distintas: eléctricas y magnéticas.

De sus experimentos con la Terrella dedujo que el planeta Tierra se comporta como un gigantesco imán y que por eso las brújulas apuntaban al norte. Gilbert se ganó el título de pionero en esta rama de la ciencia porque, aunque no supo estructurar una teoría (faltaban casi de tres siglos para las llamadas ecuaciones de Maxwell de 1865) si supo explicar empíricamente distintos fenómenos aplicando la ra zón y la experimentación científicas.

Para cerrar esta primera entrega menciona remos otros tres notables investigadores del siglo

Posible configuración de la Terrella de Gilbert.

XVII. En primero lugar el fascinante Sir Thomas Browne (1605-1682) en su obra de, «Pseudodoxia Epidemica» (1646) donde introduce una gran co lección de neologismos y utiliza por primera vez el término «electricidad» al observar los fenómenos de atracción electroestática, así como el término «pola ridad» al observar las atracciones magnéticas.

Otro pionero fue el irlandés Robert Boyle (1627-1691), célebre químico conocido por la Ley de Boyle que merecería una monografía en Hable mos… En 1675 descubrió que la atracción y la repulsión eléctrica pueden actuar a través del vacío. Es decir, los efectos eléctricos no dependen del aire co mo medio de trasmisión de las fuerzas (ojo el sonido sí, porque es una onda de presión que se trasmite por el aire). Este es un hecho fundamental que hacía más intrigante la naturaleza de estas fuerzas eléctricas.

Finalmente, para seguir en el siglo XVII, men cionaremos al alemán Otto von Guericke (1602- 1686), que en 1660 inventó uno de los primeros ge neradores electrostáticos. Esta máquina consistía en una bola de azufre (aislador) que hacía girar con una mano y se frotaba con la otra, con seda por ejemplo. La carga de la esfera se podía descargar a través del extremo de un cable conductor. Quizás lo más inte resante, aparte de chisporroteos, era que cuando la esfera se cargaba mucho aparecía un halo al rotarla. Fue la primera vez que se observó la luminiscencia, es decir, la conversión de la electricidad en luz.

Continuará…

Santiago Berenguer 23 de agosto de 2020

Balcei 191 septiembre 2020

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colaboraciones La vida en una isla tropical

En Mayotte, el día comienza con la llamada de las mezquitas al primero de los cinco rezos diarios, sobre las cinco de la mañana, aunque el sol no sale hasta las seis. Después, los hombres vuelven a casa y ya están listos para empezar el día. Casi todas las familias tienen pequeñas plantaciones, así que los hombres se dedican a ir al campo a recoger los productos; o a pescar atún, pez espada, calamar o pulpo, entre otros. La mayoría de la recolección de alimentos, así como la pesca, está destinada al consumo propio, aunque también reservan una parte para vender en pequeños mercados locales, de los que se encargan las mujeres. Además de estas actividades, tanto hombres como mujeres se dedican también a otro tipo de ejercicio, aunque en menor medida. Son frecuentes los pequeños bazares que casi todas las familias propietarias poseen en la planta baja de sus casas y en los que se venden todo tipo de artículos, desde enseres para la cocina y toda la casa, hasta telas y ropa, pasando por pequeños artículos de electrónica. Del mismo modo y aunque son los menos, también los hay quienes poseen trabajos más cualificados como el de médico, enfermero, profesor, ingeniero, etc.

Es sobre las seis de la tarde cuando se esconde el sol y el día llega a su fin. En este momento, y debido a las altas temperaturas, es frecuente ver a la gente del barrio todavía en la calle, sentada en sofás en las puertas de sus casas y charlando con sus vecinos hasta que se retiran a cenar y a dormir esperando la llamada del próximo día.

En la isla se vive fuera y de día. Muchos de los habitantes viven bajo el umbral de la pobreza y en chabolas, por lo que es frecuente verlos todo el día en la calle. Además, la mayoría de ellos no tiene electricidad ni agua corriente en sus casas. Para conseguirla, tienen que ir a pozos municipales y para lavar la ropa o algunos utensilios recurren al río.

Sin embargo, no todo es monotonía si no que también existen los grandes eventos y las celebraciones. Normalmente, casi todos los fines de semana los mahoreses se reúnen con sus amigos o con su familia para hacer lo que llaman voulé, una barbacoa en la playa con mucha comida y mucha música. Estas barbacoas suelen ser numerosas, puesto que las familias también lo son. En ellas se celebra cualquier tipo de acontecimiento, o simplemente se pasa un rato agradable y se desconecta de toda la semana. Así pues, los sábados y los domingos son los días donde en la mayoría de playas de la isla se encuentran numerosos grupos de gente alrededor de una barbacoa asando alitas de pollo o pescado, que envuelven en hojas de platanero para asarlo.

Entre los platos típicos de la isla se encuentran el pollo en salsa de leche de coco o las alitas a la barbacoa. Como acompañamiento, mataba (hoja de yuca triturada) y mucho arroz. En cuanto a las verduras que se pueden encontrar en Mayotte, las opciones son de escasa calidad y no muy variadas. En los mercados locales podemos encontrar tomates, lechuga —no siempre—, zanahorias, pepinos y berenjenas, principalmente. Muchas de estas verduras son importadas, por lo que muchas veces uno se encuentra con que hay problemas con los barcos que traen las mercancías y estas nunca llegan, como es el caso de las cebollas, que suelen venir de Madagascar. Otro caso particular es el de los pimientos. Éstos vienen de España y sólo los podemos encontrar en la capital a un precio de 9,90€ el kilo. En cuanto a las frutas, las opciones tampoco son muy numerosas y de producción local sólo encontramos mangos, piñas, papayas, bananas, aguacates y fruta de la pasión. De vez en cuando hay lichis que vienen de la vecina isla de la Reunión.

También son muy típicas de la isla las brocheterías, pequeñas barbacoas situadas al borde de la carretera o los caminos en las que asan brochetas de pollo, ternera o pescado, acompañadas por yuca, banana frita y fruta del pan, y servidas en un pequeño local o en unas mesas situadas directamente en la calle. Así pues, es frecuente ver a la gente comiendo en la calle unas brochetas de pollo disfrutando de la brisa del océano, en los meses más frescos o buscando una sombra en los meses más calurosos.

La isla no cuenta con las cuatro típicas estaciones del año, sino con dos largas estaciones: la estación seca, más fresca y con pocas lluvias, que se extiende de abril/mayo a noviembre; y la estación húmeda, que tiene lugar el resto del año y destaca por las abundantes lluvias y el aumento de las temperaturas.

Este clima tropical favorece el crecimiento de árboles como palmeras, mangos, papayas, plataneros, yucas, enormes bambús y algún que otro baobab. Mayotte cuenta también con numerosos jazmines, de los que las mujeres recogen la flor para hacer adornos para el pelo o collares, típicos en cualquier celebración mahoresa, además de para dar la bienvenida en el aeropuerto a los recién llegados. Sin embargo, el árbol más típico es el ylang-ylang, cuya flor es el símbolo de la isla y con la que se hacen aceites esenciales y perfumes, entre otros artículos.

En este maravilloso escenario tropical viven, entre otros, vacas, cebús, cabras y makis —una especie de lémur— que saltan por los árboles y los cables de la luz, y aparecen por la mañana en la terraza de tu casa. También en el mar viven miles de especies de peces diferentes, tortugas, mantarrayas, calamares, pulpos, delfines, algún que otro tiburón y hasta ballenas que podemos observar de julio a octubre, pues es la época en la que migran desde el Antártico para refugiarse en las aguas más cálidas del Océano Índico. Sin embargo, por lo que más destaca la isla es por la increíble barrera de coral que la rodea, considerada una de las más bonitas del mundo.

No obstante, a pesar del increíble paisaje de la isla, muchos de sus habitantes no son conscientes de su valor. Debido a esta falta de conciencia, la mayoría de las playas se ven dañadas por basura de todo tipo: desde ropa y zapatos, hasta trozos de aparatos eléctricos como ventiladores o neveras, pasando por bolsas de plástico, etc. Afortunadamente, esta situación está cambiando poco a poco y cada vez hay más asociaciones que organizan diferentes actividades de concienciación con el medio ambiente, como recogidas de basura, charlas en colegios o talleres de reciclaje.

Asimismo, como el turismo en la isla está muy poco desarrollado, los lugares más impresionantes siguen siendo vírgenes. Tampoco nos encontramos con grandes hoteles o construcciones turísticas, sino más bien con pequeños bungalós repartidos a lo largo de la costa y que siguen un modelo eco sostenible, lo que hace que el territorio conserve su belleza natural.

Mayotte es mucho más que mezquitas, barbacoas en la playa y makis. Así que, si quieres seguir conociendo la isla de los perfumes, te espero en el próximo BALCEI.

Elsa Nuez (desde Mayotte)

Balcei 191 septiembre 2020

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Latoneros de hace 50 millones de años

Magnífico ejemplar de Latonero (Celtis australis) en el Parque del Lago.

El latonero o almez es un árbol archiconocido en nuestro pueblo por ser muy frecuente en ribazos y linderos de fincas (Fig. 1).

Es un árbol que, tradicionalmente se ha relacio nado con los olmos (familia ulmácea) pero, una vez conocidos los resultados de análisis genéticos realiza dos por el Angiosperm Phylogeny Group, se ha constatado su relación con la familia cannabácea.

Primera sorpresa, el latonero está emparentado genéticamente con el cannabis, pero a tranquilizarse todos los antagónicos, los unos y los otros, porque no contiene THC (delta-9-tetrahidro-canabinol) que es el principio psico-activo del cannabis.

Se trata de un árbol de hoja caduca, habitual mente de entre 10 y 25 metros de altura. Las hojas son alternas, simples, de forma ovada con la punta aguda, y pueden tener los márgenes serrados. Tiene flores masculinas y femeninas, las primeras son lar gas y finas, las segundas más redondeadas y de tonos verdosos. Los frutos consisten en pequeñas drupas (nombre que se da a los frutos carnosos con hueso) de alrededor de un cm de diámetro, comestible con un sabor y consistencia característicos (Fig. 2).

Dada su contrastada resistencia a las sequías pro pias del clima mediterráneo y a la contaminación de

Distribución ibérica de Celtis australis según P. Galán Cela, R. Gamarra y J.I. García, año 2000.

las áreas pobladas, está teniendo mucho éxito como árbol ornamental y en paseos y espacios ajardinados de las zonas urbanas; cuando no se cultiva, suele en contrarse aislado sobre suelos sueltos y frescos, incluso pedregosos, sean calizos o silíceos (Fig. 3) y, puesto que no suele formar bosques, recomiendo a todos los aficionados al turismo de naturaleza visitar en el parque natural de Arribes del Duero, provincia de Salamanca, el mayor bosque de latoneros de Euro pa¸ el almezal de Mieza, con 250 hectáreas ocupadas por estos árboles.

Como curiosidad, existe una hipótesis cada vez más extendida, que abre la posibilidad de que en el escudo de la villa de Madrid el árbol situado junto al oso sea un latonero y no un madroño.

El latonero es un árbol muy versátil y útil, ade más es longevo puesto que puede sobrepasar seiscientos años e incluso, alcanzar los mil.

Sus hojas recolectadas cuando los frutos todavía están verdes se han usado como astringente, antidia rreico y antihemorrágico, porque contienen taninos y mucilagos como principios activos (sustancias a las que se debe el efecto farmacológico de un medicamento).

Sus frutos son comestibles y con ellos pueden elaborarse mermeladas. El endocarpo del fruto, el hueso, era utilizado antaño para jugar, siendo dispa rado con un canuto o pequeña cerbatana de caña.

Su madera es de buena calidad y se ha utilizado tradicionalmente para la fabricación de herramientas agrícolas y ganaderas, como fustas y látigos, y tam bién los «sí-señor» (versión humana de la fusta pecuaria); con las ramas verdes apropiadas se fabricaban horcas y bastones y con las raíces, pipas para fumar.

Restos fósiles del gasterópodo pulmonado Vidaliella gerundensis que aparece con Celtis.

El latonero o almez se incluye en el género Celtis descrito por Carlos Linneo en el año 1753 y alude al nombre ya empleado por los romanos para referirse a estos árboles, aunque también lo conocían como Loto. La especie tipo del género elegida por Linneo fue Cel tis australis, especie a la que pertenecen los latoneros que encontramos por nuestro término municipal. El epíteto específico australis, significa «meridional» o «del sur», por lo que la etimología completa del árbol es «celtis del sur» pese a que se desarrollan en todas las zonas templadas del hemisferio norte.

Celtis australis es conocido popularmente por al menos sesenta nombres diferentes para el árbol y seis para sus frutos, muchos resultan muy parecidos: latone ro, alatonero, allatonero, alironero, ladonero, ledonero, lidonero, llidonero, lironero, almez, almeza, almezo, armez, mermez, mermés…; otros no tanto, como bago laro, bermejo, chilidronar, ojaranzo, pomo o quicabero.

Se ha comentado un poco antes que de este árbol ya hablaron historiadores romanos, por lo que es lógi co pensar que en nuestra zona geográfica ya existían hace algunos milenios.

Pero, y aquí llega la segunda sorpresa, os pue do asegurar que ya había Celtis en lo que ahora es el término municipal de Alcorisa durante finales del Paleoceno y buena parte del Eoceno, hace unos 45 a 55 millones de años.

Encontré hace algunos años abundantes restos fó siles de latoneros, sobre todo pequeños frutos y semillas de la especie Celtis eocénica en unos sedimentos arcillosos, carbonatados y conglomeráticos de origen fluvio-lacustre cerca de la Valdenuez. Los restos fó siles de Celtis tienen forma sub-esférica a ovalada de unos cinco milímetros de diámetro y recuerdan a una pelota de golf en miniatura de color negro o gris obs curo (Fig. 4). Aparecen acompañados por otros restos fósiles, en este caso de gasterópodos pulmonados de la especie Vidaliella gerundensis (Fig. 5).

Lo más interesante es que en la bibliografía no se han citado Celtis de esta edad geológica en la pro vincia de Teruel, hecho que deberá ser investigado científicamente.

En 2019 hice un depósito de varios ejemplares de Celtis y uno de Vidaliella procedentes de Alcorisa en el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza.

Con posterioridad a este hallazgo he buscado en afloramientos de rocas de composición y edad similar en otras zonas del norte de la provincia de Teruel y he obtenido resultados positivos en Ariño y en Foz Calanda, aunque los restos son mucho más escasos.

En Alcorisa (Teruel) a 24 de julio de 2020, festi vidad, entre otros, de Santa Cristina y San Balduino.

Balcei 191 septiembre 2020

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Resquicios de la historia (XXII) El hospital de San Sebastián: todo por la higiene

Hospital de San Sebastián durante la Guerra Civil.

Un edificio olvidado fue el foco de atención de un importante propósito de higiene que buscó mejorar las condiciones de salubridad de un pueblo. Un proyecto vinculado a un importante plan de interés urbanístico que tuvo su foco en la zona de Pescarranas, pero con extensión a otros edificios como el ya comentado Hospital de San Sebastián.

Recordamos que el propio Hospital fue sentenciado a muerte antes de su inauguración, declarándose en estado «ruinoso e inútil». Todo ello nos ha hecho plantearnos una serie de cuestiones acerca de por qué se paralizó en ese momento el funcionamiento de dicho edificio. Para ello hemos focalizado toda la atención en dos palabras que venimos repitiendo a lo largo de diversos artículos sobre el tema: ruinoso e inútil.

Estos dos adjetivos nos han servido de enlace dentro de la documentación trabajada para entender el por qué de esta decisión. Pero, ¿hacen referencia a lo económico, o al estado físico del edificio? Lo lógico es pensar en el primero, ya que el Hospital era nuevo y su coste elevado, tanto de mantenimiento como de construcción; además, la situación económica no era la más propicia para sostener tales infraestructuras. Por otro lado, las necesidades de la población eran otras y mantener estos servicios podría acarrear una atracción de transeúntes que provocaran el contagio de enfermedades parasitarias.

Sin embargo, esto nos lleva a preguntarnos por qué se construyó y por qué tuvo una vida tan breve. De este modo, vamos a partir de cuatro causas vinculadas con la economía y la política, por un lado, y la higiene y la sociedad, por otro. Entrando en juego las dos primeras, es necesario atender que desde principios de agosto de 1923 se conocía el estado ruinoso y su necesidad de ser permutado, es decir, ya se sabía que el Hospital no iba a funcionar. Este conocimiento se volvería a plasmar en papel durante otras ocasiones anteriores a su bendición e inauguración 1 .

A pesar de ello, no fue hasta el 20 de octubre, ocho días después de presentarlo en público, cuando fueron valorados por los peritos-albañiles municipales, Valero Rifaterra y Felipe Félez, «en estado ruinoso e inútil para el fin que se destina, en la cantidad de tres mil pesetas». Además hay que recordar que el coste fue de 17.000 pesetas el Hospital y 2.500 el albergue. Finalmente se aceptó la permuta del edificio el 15 de diciembre de 1923 por parte de la Comisión Provincial, considerando que beneficiaba a los intereses del municipio.

No obstante, para entender mejor todo este revuelo, hay que focalizar nuestra mirada en la «marea política» que estaba viviendo España en el verano de 1923. La situación de crisis del sistema de la Restauración se hacía insoportable y, en septiembre de ese mismo año, Alfonso XIII otorgaría el poder al «cirujano de hierro» que algunos sectores demandaban para la nación. Se inició, por lo tanto, un nuevo periodo dictatorial sostenido por la «gente de orden» bajo la figura del general Primo de Rivera 2 .

La incertidumbre y el cambio acabaron instalándose en la sociedad y la política alcorisana. Desconocemos si hubo algún enfrentamiento personal entre diferentes élites locales durante los últimos años de la Restauración y los primeros de la Dictadura, ya que fue la cla

1 Para ver todas las disposiciones sobre el estado del Hospital de San Sebastián, véase en: Archivo Municipal de Alcorisa. Carpeta 42-25 y 42-26. 2 Bajo el título de «Gente de orden» denominó el historiador andorrano Eloy Fernández Clemente sus trabajos sobre la Dictadura de Primo de Rivera en Aragón. FERNÁNDEZ CLEMENTE, Eloy. Gente de orden: Aragón durante la dictadura de Primo de Rivera. 1923-1930. Caja deAhorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja. Zaragoza. 1997. Para mayor interés sobre la Dictadura de Primo de Rivera en Alcorisa: RÚJULA, Pedro. Alcorisa. El mundo contemporáneo en el Aragón rural. Ayuntamiento de Alcorisa. Alcorisa. 1998. Pp. 206-226. Parte de la instancia presentada por siete alcorisanos en septiembre de 1923.

se social más pudiente la que dominó la esfera política durante el primer tercio del siglo XX. Sin embargo, podemos decir que el nuevo poder local acordó respetar los acuerdos de Gobiernos anteriores en base al compromiso firmado en julio de 1918 entre el Ayuntamiento y Miguel Trallero, donde se proyectaba la idea de urbanizar Pescarranas.

Respecto a las causas higiénicas y sociales, debemos subrayar que este tipo de construcciones fueron ideadas en los años de la mal llamada «gripe española» para reducir el número de contagios, que beneficiaría al incremento de la esperanza de vida, repercutiendo así en favor de la economía. Hay que entender que gracias a la carretera, Alcorisa se convirtió en un importante municipio para el paso de cualquier tipo de transeúntes. Por ejemplo, si atendemos al libro Yo soy mi memoria de Francisco Alloza, podemos afirmar la presencia de grupos de húngaros que se dedicaban a los espectáculos teatrales huyendo de la Primera Guerra Mundial 3 .

De todos modos, también sabemos que había personalidades contrarias a este tipo de construcciones, ya que atraerían a un alto número de personas y, de este modo, aumentaría el riesgo de contagio de diversas enfermedades presentes aún en la época 4 . Así, el 6 de septiem

3 ALLOZA, F. Yo soy mi memoria. Fragmento de un siglo en la Tierra Baja. Ayto. de Alcorisa y BALCEI. Alcorisa. 1998. Pp. 191-192. 4 Para leer la instancia y su interpretación por parte del Ayuntamiento, véase en: Archivo Municipal de Alcorisa. Carpeta 42-24.

bre siete hombres presentan en el Ayuntamiento una instancia argumentando la peligrosidad para la salud pública que puede suponer la construcción del albergue «aguas arriba». En definitiva, defendían en tres puntos que el lavado de las ropas de los pobres podría originar infecciones parasitarias que llegarían a los lavaderos, donde acude la población.

Los abajo firmantes fueron: Domingo Villanova, Ismael Esteban, José Tello, Fabio Pascual, Rogelio Carreras, Felipe Aniento y Federico Aniento. Varios pertenecían al mundo de la sanidad y centrarían su rechazo a la construcción del albergue para pobres, proyectado en el camino del Molino Bajo. Además, podemos intuir que de igual manera no estarían muy de acuerdo con el funcionamiento del hospital, aunque alguno estuviera en la inauguración debido a su representación profesional. Para entender dicha posición podemos fijarnos en las palabras de Fabio Pascual, veterinario de la localidad, que dijo «que el Ayuntamiento no debe gastar una sola peseta en refugio para transeúntes por haber necesidades de mucha importancia para el vecindario que no están atendidas».

Pocos días después se debatió la problemática en pleno municipal y se convocó una reunión el día diez con los hombres que presentaron la instancia. Finalmente, el 16 de septiembre se acuerda que «el albergue de los pobres de tránsito, se habilitará con carácter provisional hasta tanto que la Junta de Sanidad impone prácticamente en su día, que ofrece peligro para la higiene y la salubridad de la población». En pocas palabras, el albergue se quedó en un sueño.

Definitivamente, fue un triste final para una compleja situación local que viviría los continuos cambios de una dictadura que abarcaría prácticamente toda la década de los veinte. En resumidas cuentas, un fuerte interés benéfico por parte de las elites políticas, el enrevesado acuerdo con Miguel Trallero para la urbanización de Pescarranas, un fallido plan sanitario inicial, y la necesidad de proteger a la población del contagio que podía provocar la llegada de

Balcei 191 septiembre 2020

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transeúntes, fueron las causas de un largo proyecto que acabó en el olvido.

Archi vos : Archivo Municipal de Alcorisa. Carpeta 42-24. Archivo Municipal de Alcorisa. Carpeta 42-25. Archivo Municipal de Alcorisa. Carpeta 42-26.

Bibliograf ía

ALLOZA, F. Yo soy mi memoria. Fragmento de un siglo en la Tierra Baja. Ayto. de Alcorisa y BALCEI. Alcorisa. 1998. FERNÁNDEZ CLEMENTE, Eloy. Gente de orden: Aragón durante la dictadura de Primo de Rivera. 1923-1930. Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y

Rioja. Zaragoza. 1997. RÚJULA, Pedro. Alcorisa. El mundo contemporáneo en el Aragón rural. Ayuntamiento de Alcorisa. Alcorisa. 1998.

Rafael Catalán Casas rafac10c@hotmail.com

Cinco siglos de desigualdad Los brotes de peste daban paso a una sociedad con menos diferencias sociales

El jueves 31 de agosto de 1600, Joatxim Carros y Marianna pagaron 12 libras a la Iglesia por su matrimonio en Barcelona. Casi tres siglos después, el 17 de febrero del 1840, Magí Soler y Francesca consiguieron la licencia matrimonial sin abonar nada. En los registros eclesiásticos, las mujeres aparecen sin apellidos —salvo las de la nobleza— hasta el siglo XIX.

Con esos apuntes de matrimonios que van desde la época de los Reyes Católicos (siglo XV) hasta principios del siglo XX, las investigadoras Joana Maria Pujadas-Mora (CED-AB) y Gabriel Brea-Martínez (Lund University) han trazado el mapa histórico de la desigualdad en Barcelona y su área de influencia. Las conclusiones podrían extenderse a otras zonas de España. Analizando qué cantidad de dinero pagaban a la Iglesia por el matrimonio se puede deducir el nivel de vida de cada estamento de la sociedad.

«El estudio demuestra que las desigualdades en la sociedad descendían después de las pestes», reflexiona Pujadas-Mora. ¿Como en la epidemia actual de la Covid-19? «No, porque en el caso actual la mortalidad está centrada en la población más mayor, por lo que no se ‘liberan’ puestos de trabajo», contesta la investigadora. En cambio, tras las mortandades de los últimos siglos —al afectar por igual a todas la franjas de edad—, había más trabajo cuando se superaba la epidemia y se daban menos desigualdades. Eso se dio especialmente después del brote registrado entre 1647 y 1652. Del informe se desprende que la situación en la que vive la economía actualmente como consecuencia de la Covid no es excepcional. A lo largo de los últimos años la economía ha estado muy afectada por brotes de epidemias.

El índice de Gini, que es el que mejor mide la desigualdad, muestra una oscilación a lo largo de los últimos cinco siglos. Según ese indicador, un cero sería una sociedad en la que todos sus ciudadanos tienen la misma renta y un 1 sería donde un individuo posee toda la renta. En el estudio, las investigadoras destacan tres periodos «que coinciden a grandes rasgos con las fases de desarrollo económico». El primer periodo se enmarca entre 1481 y 1649 y se caracteriza por una baja desigualdad y una posterior estabilización en los niveles de la misma. «Esta progresión coincide con el estancamiento económico de Cataluña después de la Guerra Civil (1462-1472) y la revuelta de los remensas», según el informe.

El segundo periodo identificado es el que va de 1650 a 1749 y se caracteriza por un aumento considerable de la desigualdad. Las investigadoras lo achacan a la «reorganización política y económica después de las crisis del periodo anterior» y se relaciona con nuevos tipos de contratos en el campo. «El nivel máximo de desigualdad a lo largo de este periodo se observa en torno a 1740, que coincide con el desarrollo de formas de protoindustrialización en muchas áreas rurales, así como con el establecimiento de las primeras fábricas de indianas», se añade en el informe.

En el tercer periodo (1750-1880) se observa como la desigualdad disminuyó hasta 1833, fecha que tradicionalmente marca el inicio de la industrialización en algunas zonas, añade el informe. Solo se excluye el periodo de la Guerra del Francés (1808-1814). «A partir de este momento y hasta 1880, la desigualdad casi se duplicó coincidiendo con un número creciente de matrimonios que recibieron la licencia matrimonial gratuitamente, básicamente jornaleros y trabajadores involucrados en el proceso de industrialización», se destaca. Es el caso de la pareja citada anteriormente y formada por Magí Soler y Francesca, que se casaron en 1840.

Los responsables del aumento o disminución de la riqueza cambian a lo largo de los siglos, según el estudio. «En las fases más antiguas, la disparidad económica se explicaba principalmente por la notoria contribución de la nobleza», reza el trabajo. En 1530, casi el 80% de los más ricos de la sociedad eran nobles, mientras que en el XIX el porcentaje se hunde hasta poco más del 10%.

«En los periodos más recientes, sería la aportación negativa (el empobrecimiento) de los trabajadores poco cualificados lo que originaba una mayor desigualdad», según el informe. Las investigadoras destacan que el empleo de jornalero no figura en los Libros de Esponsales hasta finales de siglo XVIII, cuando detectan «un notable proceso de proletarización que seguirá durante la industrialización».

Eduardo Magallón La Vanguardia

Balcei 191 septiembre 2020

# alcorisasaleunida

colaboraciones SENDAS Y ESPINAS

Pisando el sol del antepenúltimo atardecer, desorientado por un desdibujado camino, un peregrino que consideró al tiempo su peor enemigo, con los ramales de sus saetas tropieza. Acaba postrado, para acabar venerando al que fuera su único Dios: el único que pudo doblegar su óseo tallo, tan repleto aún de verdes espinas. Algunas, las que parecían que le habían protegido con toda su firmeza en la montesina flor de su vida, se han presentado resecas. Ha comprendido que le irán acompañando, justo hasta ese primer segundo tras dejar de ser.

Suplica hasta espinarse la piel, que se le permita sujetar al tiempo. Lo agarra fuerte, pensado que está consagrado, que nunca ya se le ha de escapar. No entiende que sus lozanos pétalos se puedan fisurar; que se pueda resecar la frescura de un interior inmortal, diluido con los cerosos vahos del sudor de sus manos. Siempre había estado bebiendo la sangre del laberíntico cáliz que conformaba su cuerpo. Ello le había supuesto, acarrear unos dolores que él mismo había ido formulando, casi al azar, probando mezclas: la de unos sufridos néctares que fueron fraguados en tiempos pasados. El esqueleto de la luz de su aura, a modo de lámpara, va iluminando las cicatrices de su pelo, y también, el de una adelantada calavera, que no quiere desprenderse de una piel, que día a día se destensa.

Su sed no queda saciada con las esencias del virtual manantial. Su memoria se despeja. Las hojas enmohecidas de su vida, como las caídas de las falanges de la pobeda, conforman una cenicienta acuarela de grises y negros, en la que los grises agonizan. La unción de las algas, en su pretensión de conformar todo un cuadro impresionista, pincelan las aguas de amarillos y clorofila. El soporte cristalino, a modo de lienzo, se ha empapado de arte. Todo se enmarca en un abrevadero de una perdida montaña de peonías, donde en tiempos, saciaron su sed lobos y cardelinas; donde las praderas se presentaron con dispepsia primaveral, de tanto rojo amapola y de tanto verde sabinar.

Atrapado en la tormenta, contempla un doble arco iris: todo un acueducto que ha canalizado ahogos y truenos. Sin cadenas se columpian las blancas almas. Trepan hacia otros paraísos, todas extasiadas con los colores que se les negaron en su sufrida vida terrenal. Sin atarse, desde la dovela más alta, los ángeles más valientes van saltando al vacío. Saludan con sus alas a los de arriba y a los de abajo. La sombra del titán Cronos, camuflada por una luz crepuscular, se recrea mirando.

En el pueblo fantasma, perdido por la montaña guerrera, el caminante se adentra. En la pared de la iglesia desgajada, se adivina a una madre alzando la mano exánime de un hijo, que pretendía erradicar la maldad y los males de este mundo; que pretendía quitar poder al rico y al gobernante; quitar poder a los que se valían de dioses; quitar poder a los que un día llegarían a endiosarle; a aquellos que renegarían de una Diosa Cósmica hecha a sí misma, incómoda por sentirse adorada. Una diosa en busca de su propio ser, que nadie osaría inventar; que se revolvería en todo lo que se moviera, fuera despreciable como un virus coronado de espinas, fuera inabordable como todo un universo sacado de su órbita. Una diosa que representaría la exuberancia de la madre naturaleza, conocedora de la fuerza de sus engendros. Pudiera ser una diosa luchadora, sensible, que bien pudiera vengar cada uno de los crueles atentados, que, día a día, se iban cometiendo contra los que moran por tierras y mares; contra los que sufren intentando cruzar fronteras; contra todos aquellos que no son tratados ni como animales, ni como personas.

Se descalza el que se pudiera perder en su melancolía. Sale afuera, hacia el anochecer. Con su pie izquierdo pretende empujar el firmamento. Con sus cinco dedos, peinar los enredos de la tierra; con las uñas, rasgar el cielo, para ver quién había detrás. Fracasa por querer hacerlo todo al mismo tiempo. Unos desenfadados pelos largos, vestidos ya de blanco, cuelgan de sus pensamientos. Contrasta la sonrisa del que fuera joven unas horas, con la angulada seriedad del que sigue considerándose amo de sus amaneceres. Aun consigue recordar las caras más queridas, transformadas por los sucesivos pasados.

Un témpano de hielo acaba amplificando sus años futuros de cristal. Sus ilusiones se congelan al entrever su piel arrugada; al vislumbrar el aspecto de su incierta vejez. Sus emociones las nota frías, como flotando en un alisado cerebro que le hubiera hervido. En lontananza, volcanes ocultos por los siglos, con bocas acalladas, gélidos por fuera, llenos de fuego por dentro, le recuerdan a los

espíritus deformados que dejaron de vagar por las feraces praderas. Poco a poco, va perdiendo no solo los mejores momentos de la vida, sino también los peores, para entrar en ese estado de quietud, tan cercano al de la ingravidez fetal, cuando sus sentimientos quedaban protegidos por líquidos sin alcohol, como los placentarios, capaces de amortiguar las peores palabras. Acosadas las caras de la tristeza, abajo en el valle, dos sonrisas se pasean entre cóncavas flores rojas. Van esquivando los aguijones de los insectos alados, y entre todos, parecen conformar un columbino atardecer.

Se divisa el desdibujado camposanto, donde tantas rosas fueron estranguladas mientras iban creciendo, capturadas a lazo sus primaverales corolas, para acabar muriendo con sus inmarcesibles penas. Hace años que dejó de circular una savia que debería haberlas liberado para siempre. Dos almas recién estrenadas, recién pintadas, con los mismos colores que adornan a los herrerillos, custodian los sueños de otras ánimas perdidas por el santo campo. La poesía no deja de fluir entre las lápidas del corazón viajero. Todavía sigue sintiendo la alegría que le proporciona el disfrute de una soledad comedida. Deambula hipnotizada, fiel a su dueño, por las ermitas de unos circunvalados montes de sesos, alumbrados solo con velas. ¡Han pasado tantas mañanas, desde que sus pupilas cerraron el paso al calor del Sol y a los reflejos de la Luna medio llena!

Balcei 191 septiembre 2020

# alcorisasaleunida

PARA QUE NO SE OLVIDE

El ser humano, una especie tan evolucionada y capaz de desarrollar avances tecnológicos inimaginables, se ha visto vencido por unas partículas, estructuralmente tan simples, que están situadas en el límite entre lo vivo y lo muerto y a las cuales llamamos virus.

El 11 de marzo, el coronavirus es declarado una pandemia por parte de la OMS. Llevaban semanas en una lucha interna, analizando todos los detalles de la evolución de la enfermedad. La lucha mental de aquellos científicos y de la sociedad para poder reconocer esta situación no fue nada fácil. Hace ya años que la información en los libros de texto de biología sobre enfermedades era considerar al grupo de las infecciosas como un recuerdo del pasado, al menos en las sociedades «desarrolladas». El mensaje recibido era que los agentes infecciosos ya no eran un grave problema para nuestras sociedades. Estábamos equivocados.

Unos días después fue declarado el estado de alarma, la trasmisión del virus y la enfermedad se había descontrolado. Desde el principio, las miradas de todos han estado focalizadas en el desarrollo de una nueva vacuna o un nuevo tratamiento contra el virus. Pero, ¿cómo encontrar este preciado tesoro? Las personas capaces de desarrollar la solución a la enfermedad pertenecen al hasta ahora tan olvidado mundo de la investigación biomédica.

Yo he tenido la gran suerte de haber conocido en primera línea de batalla este maravilloso campo de trabajo. Con toda seguridad

reconozco la gran vocación, dedicación y pasión de todos los científicos. La idea de que tu trabajo puede contribuir a salvar o mejorar la vida de los demás supera el cansancio de las interminables horas de experimentos.

Todavía recuerdo las caras de sorpresa y de admiración de las personas cuando contaba que era investigadora en un laboratorio de biomedicina. Todo el mundo entendía la dificultad y la importancia del puesto. Estos gestos de admiración ya no aparecen desde que soy docente, pero la falta de valoración de esta profesión es objeto de otro artículo.

A lo largo del estado de alarma, los medios de comunicación se han volcado en divulgar el conocimiento que la ciencia genera con respecto a la enfermedad. Todo hemos escuchado sus consejos, recomendaciones y toda esa información ha sido necesaria para salvar miles de vidas. A día de hoy, la ciencia y sus avances en el desarrollo de vacunas o tratamientos acompañan nuestros pensamientos todos los días. Solo espero que cuando todo esto termine no nos olvidemos de la ciencia. Con todo esto mi pregunta es: si todo el mundo comprende la necesidad e importancia de este trabajo, ¿por qué no se promueve más?

SinCienciaNoHayVacuna. SinCienciaNoHayTratamiento. SIN CIENCIA NO HAY FUTURO.

Mª Isabel Herrer

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