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Semana del libro .................................... 64 a

Balcei 195 mayo 2021

#alcorisasaleunida

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quitarse los miedos

Decía Miguel de Unamuno: “La reflexión aumenta el miedo. Pensar y no actuar es manantial de miedo”. Precisamente en el arrebato se basó el concierto de José Francisco y Lucía Peralta el 23 de abril en el Centro Cultural Valero Lecha. Después de quitarme de encima todos los complejos y pensar, ¿por qué no? También se esconde detrás una inquietud de colaborar con la dinámica vida cultural de Alcorisa, en la que por falta de tiempo o por vivir fuera de nuestro municipio nunca había estado excesivamente implicada. Con apenas un par de meses de tiempo mi tío y yo nos lanzamos a hacer un concierto de versiones uniendo nuestra afición a la música. Él había tenido una trayectoria más externa con la orquesta Ideal, algunos grupos locales, la banda municipal y los dulzaineros. En cambio yo, desde el anonimato, siempre toqué la guitarra en casa mientras cantaba y aprendía también a tocar otros instrumentos como la dulzaina. El repertorio fue un poco ecléctico de canciones de ayer y de hoy de artistas como Cecilia, Luis Eduardo Aute, Mayra Andrade, Silvia Pérez Cruz, Bonnie Tyler o The Beatles. En esta primera toma de contacto fuera de las cuatro paredes de mi casa hubo fallos y algún acierto. Pero lo más importante: hubo diversión. Porque lo importante es pasárselo bien y disfrutar de los momentos que te otorga la vida, se haga lo que se haga. Y yo me lo pasé muy bien. Ya destacaba con gran acierto uno de mis cantautores favoritos, Javier Krahe, que “afinar es un elitismo”.

Aunque, durante un tiempo, haya tenido el escribir como oficio, es inevitable guardar para una misma aquellas palabras que salen de lo más profundo de las entrañas. Admiro a los poetas por tener la valentía de mostrarse sin piel y sacar sus vísceras ante su público. Las versiones son sólo un pasito cobarde hacia la música. Pero, a pesar de que el miedo sea una emoción poderosa, la lucha contra él puede ser un arma igual de potente. Por eso animo a cualquiera que sea, como yo, extremadamente tímido a mostrarse ante el mundo y a disfrutar de la música y la buena compañía. Muchas gracias a los que me acompañasteis en este día y os acercasteis a escuchar sin saber muy bien qué ibais a encontrar. Gracias a mi tío, a mi familia en general y a mis amigos por animarme y apoyarme siempre en todo. Gracias a la concejala de Cultura, Raquel Egea, porque recibió mi llamada una tarde con la idea y, sin saber muy bien cómo cantaba, confió en mí y me dijo que sí sin pensar. Y gracias al Ayuntamiento de Alcorisa por permitirme estrenarme en el Centro Cultural Valero Lecha y contar con el lujo del sonido de Audiopro Mudéjar y con la dedicación de Alfonso y Daniel.

Lucía Peralta Parer

Balcei 195 mayo 2021

#alcorisasaleunida

Entre la guerra y cuchillo de 1808 y las armas y votos en 1843

Daniel Aquillué

He estado en Alcorisa varias veces, cuatro de ellas en la Villa de Alcorisa de 1605 y una hablando de la Guerra de Independencia Española (1808-1814) al alumnado, junto con la Asociación Cultural Voluntarios de Aragón. En el siguiente texto voy a hablar brevemente de la Historia de comienzos del siglo XIX, a raíz de mis últimas investigaciones que han visto la luz recientemente en formato libro.

En Guerra y cuchillo. Los Sitios de Zaragoza 1808-1809 (La Esfera de los Libros) he escrito sobre ese episodio histórico de la Guerra contra Napoleón, que ha sido tomado como inicio de la Edad Contemporánea en España. En no pocas ocasiones se han visto los Sitios de la capital aragonesa de forma parcial, descontextualizados, excesivamente narrados de las tapias de la ciudad para dentro, como si el narrador se situase en el centro de la plaza del Pilar.

Obviamente, el combate urbano y la implicación de la población civil zaragozana fueron dos de las características más reseñables de aquellos acontecimientos bélicos. Pero fueron mucho más. Y si nos quedamos solo en eso, no entenderemos nada de lo sucedido. La defensa de Zaragoza se articuló también mediante el Ejército de Aragón, improvisado en mayo-agosto de 1808, y gracias a la llegada de multitud de socorros desde numerosos puntos de España.

La actual provincia de Teruel, y el Bajo Aragón en Particular, también tuvieron su importancia en los Sitios de Zaragoza. El gobernador de Teruel Antonio Cuadros y el teniente coronel Juan Antonio Assín se encargaron de organizar los Tercios Aragoneses de la zona, con los que acudieron en defensa de Zaragoza en el verano de 1808. En pueblos como Rubielos de Mora hubo tensiones sociales por el reclutamiento masivo de los mozos, a Alcañiz llegaron el comandante Gerónimo Torres y el teniente Antonio Madera, comisionados por Palafox, para efectuar un alistamiento de miles de hombres que pronto partieron en ayuda de la ciudad de Zaragoza.

Durante el Segundo Sitio de Zaragoza, en el invierno de 1808-1809 fue Pedro Elola quien, como jefe de los partidos de Alcañiz, Teruel, Albarracín y Daroca, intentó reunir un ejército de socorro que, sin embargo sería derrotado por la columna napoleónica del general Wathier en La Zaida, Híjar y Alcañiz. Tras este último combate, los franceses entraron en la ciudad bajoaragonesa y la saquearon. Por su parte, el brigadier español Vicente Bustamante se retiró y fue linchado por los vecinos de la Fresneda, acusado de cobardía, siendo que había sido el militar defensor de Zaragoza el 15 de junio de 1808.

De todo ello hablo en el libro mencionado. Alcorisa, por su parte, también vivió los desastres de la guerra en los comienzos del convulso siglo XIX. Aquello que Goya reflejó en su serie de grabados. Cuando para el Centenario de 1908, Domingo Gascón realizara su libro sobre la provincia de Teruel en la Guerra de la Independencia elogiaría al secretario de Alcorisa Manuel Espallargas por su labor: “Es admirable el trabajo realizado por este funcionario para conservar ordenadamente cuantas comunicaciones impresas o manuscritas de Autoridades españolas o francesas se dirigían a aquel ayuntamiento. No hemos visto un archivo mejor ordenado”.

En 1808 Juan Sanz era el alcalde de Alcorisa, distinguiéndose por su patriotismo según las fuentes. Otro vecino, Joaquín Guimbao, fue sargento primero del Regimiento del Turia, organizado en Valencia, que combatió en el Segundo Sitio de Zaragoza. En ese contexto, y como ha señalado Luis Sorando Muzás, el 19 de febrero de 1809, la partida guerrillera de Miguel Zabal sorprendió a un destacamento de húsares franceses en Alcorisa, matando a 29 de ellos. En 1810, Alcorisa era ocupada por cerca de 200 soldados napoleónicos. Frente a ellos, en la sierra, tropas leales a Fernando VII organizadas por personajes como Francisco Palafox, el Barón de Hervés y líderes de la guerrilla. Precisamente, el abogado alcorisano Juan Manuel Aguilar se quejaba a la Junta Superior de Aragón (cuyas actas recopiló Herminio Lafoz) de que tanto Francisco Palafox como la partida de guerrillera de Don Anselmo Alegre, llamado “El Cantarero”, le habían requisado varios caballos.

En 1813, Alcorisa se vio al fin libre de franceses, quienes se retiraban camino de Jaca. La Guerra de la Independencia llegaba a su fin. Regresaría Fernando VII, y combatirían revolucionarios liberales y contrarrevolucionarios absolutistas en distintos periodos. Así hasta la Guerra Carlista de 1833-1840 que causó tanto impacto en el Bajo Aragón y El Maestrazgo. De ello traté en mi tesis doctoral, convertida en el libro Armas y votos. Politización y conflictividad política en España, 1833-1843 (Institución Fernando el Católico). Y en ese periodo Alcorisa volvió a vivir vaivenes. El general carlista Cabrera fusiló por sospecha de traición al alcorisano Cristóbal Salvo. Fue entre 1836 y 1838 cuando Alcorisa sufrió lo peor, viéndose atacada por las tropas carlistas, que quemaron varias casas y obligaron a los milicianos nacionales a atrincherarse en el fuerte hasta que, al final, hubieron

Guerra y cuchillo.

de huir de la localidad. Con el final de la Guerra Carlista no acabaron las tensiones. En 1841 se daba parte de que carlistas indultados de Alcorisa conspiraban contra el gobierno y en octubre de 1843, Antonio Vicente armó a los vecinos y unió a la villa a la revolución centralista en defensa de la Constitución progresista de 1837, amenazada tras la expulsión del regente Espartero.

Así pues, entre 1808 y 1843, Alcorisa fue parte de ese inicio del siglo XIX español que comenzó con la invasión napoleónica y llegaba a su ecuador con el triunfo del Estado liberal. “Guerra y cuchillo” respondieron los defensores de Zaragoza el 4 de agosto de 1808, pero lo mismo podrían haber respondido el alcalde de Alcorisa o los guerrilleros de la zona en los mismos años, o los milicianos nacionales que defendieron la población de los carlistas años después.

Daniel Aquillué Domínguez

(Zaragoza, 1989) es doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Zaragoza con la tesis titulada El liberalismo en la encrucijada: entre la revolución y la respetabilidad 1833-1843, la cual obtuvo una mención honorífica de la Cátedra Cervantes de la Academia General Militar.

Ha trabajado temas relacionados con la revolución liberal, las guerras carlistas, la historia local, la historia pública y la Guerra de la Independencia española. Desarrolla una amplia labor de divulgación histórica a través de diversos medios, las redes sociales y la recreación histórica. Es miembro de las asociaciones culturales «Voluntarios de Aragón» y «Los Sitios de Zaragoza».

Además, forma parte del Consejo de Redacción de la Revista Universitaria de Historia Militar y es investigador agregado del Instituto de Estudios Riojanos. Ha publicado diversos trabajos como los libros Bailén, 1823-1873, del absolutismo al cantonalismo (2019) y Armas y votos. Politización y conflictividad política en España, 1833-1843 (2020).

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