9 minute read
Explorador de proximidad ..................... 65 y
Balcei 203 septiembre 2022
#alcorisasaleunida explorador de proximidad
Advertisement
la excursión completa por una lesión inoportuna, por lo que no tuve la posibilidad de guiar al grupo y explicar las curiosidades que he encontrado por la zona. Eso sí, me consta que los guías, tanto Luis como Chus, lo hicieron fantásticamente.
El día amaneció perfecto, y los participantes en la marcha comenzaron a llegar al parking de la ermita de la Virgen de la Peña a la hora convenida. El ambiente era distendido, pese a que se reunieron personas de diversos puntos geográficos que nunca habían coincidido. Incluso asistieron gentes de Berge que jamás habían estado en la sima de su pueblo.
En este caso, ante la imposibilidad de realizar la ruta, mi labor fue la de acompañar a los artistas hasta el escenario del concierto. Víctor ya había estado allí, pero Heli y Jorge se sorprendieron muchísimo al llegar al lugar donde se escucharían sus fantásticas melodías. Los grandes bloques de derrubio nos ayudaron a montar unos asientos cómodos y fiables para los intérpretes y con los primeros sonidos de los metales ya nos dimos cuenta que la acústica de aquella cavidad era sensacional.
Esperamos pacientemente la llegada de los senderistas y una vez allí se inició el original concierto. Fantásticos los amigos de Donax Trío, que hicieron las delicias de cuantos allí nos encontrábamos. Una vez finalizado el concierto, la marcha continuó su recorrido circular en busca del parking de la ermita. Una actividad de 10.
Acabó esta peculiar aventura agradeciendo a Víctor, Heli y Jorge que dijesen SÍ, a aquella extraña propuesta que les hice en febrero de 2021, Luis Moliner por estar siempre dispuesto a echarnos una mano y hacer suya y de su asociación esta curiosa experiencia y a todos y todas los que decidisteis acompañarnos en esta original excursión. GRACIAS, nada tiene sentido si no se comparte.
Óscar Librado Millán
Imagen aérea del ejército americno 1956
de opinión
Discutir
Balcei 203 septiembre 2022
#alcorisasaleunida
Socialcomunista o facha. Nada tiene discusión política. Y esa falta de discusión se irá incrementando exponencialmente a medida que las nuevas generaciones tengan más y más dificultades para analizar un texto. Iremos hacia un camino globalimbecilizado donde el medievo campará a sus anchas, cogidito de la mano de la mayor gilipollez progresista que el mundo ha visto y verá.
El dogma se impone, todo vale. Porque nadie está dispuesto a reblar en sus creencias. No da del todo igual la tendencia ideológica. Acepto que unas son más peligrosas que otras, pero lo de no hablar por el qué dirán es un trauma en la actual izquierda, que se come con patatas globalimbecilizades tan grandes como la nueva ley trans, magufadas pintadas con colores arcoíris. El peligro no es la ley, ni los que podrán sufrir por ella, ni lo que aguantan algunos por decirlo, el peligro es que todo se reviste del mismo tinte neoliberal sin criterio científico. No discutas. La multiplicidad de identidades es lo más neoliberal que pueden ver en la actualidad. Que no le vayan con patrañas.
Y decía antes que vale, que todo no es tan peligroso. El mismo dogma identitario salpica a un nuevo nazismo carente del ridículo. La gente come banderas, que son todas para quemar, y duda de que puedan llevar a cabo sus mierdas de programas, porque ha olvidado leer por el camino. Así que luego vendrán los antiabortistas, que prefieren esclavos a la carta, esclavos que, lo más curioso, les votarán y les harán la ola, para eso el mamporrerismo es la religión más extendida. Que haya idiotas como el vicepresidente de Castilla a los que da igual lo que digan porque lo que digan les dará votos, no es nuevo. Es un síntoma más del periodo de decadencia moral y política que nos va a llevar a la ruina y al analfabetismo como sociedad. Que no haya voces intelectuales discordantes por miedo, o que aquellas que niegan tanta tontería se les tache de fachas o comunistas, es lo más fácil para que la rueda de los imbéciles siga girando. Iba a repetir lo del meteorito, pero me van a decir los lectores que soy un pesado con el tema, así que me lo ahorro. Me voy a echar una birra con el Venenos y el Chicote, que dicen que bebiendo se olvida.
Víctor Guiú
Cuando lo que faltan son oficios, son pastores
Cuando hablamos de los efectos perniciosos que tiene la despoblación solemos fijarnos en el cierre de establecimientos, la pérdida de servicios, y el doloroso y sangrante cierre de las escuelas. Los editoriales claman contra la falta de profesionales en sectores como la sanidad, los planes de los bancos para clausurar todas sus oficinas, o la carencia de agentes del cuerpo de la Guardia Civil para garantizar la seguridad de los pocos que aguantamos por estos pagos.
En el momento en el que llega un incendio lo que sigue es el discurso de las cabras, las ovejas, los ganados a los que —dicen— no se deja entrar al monte. Y llegados a este punto yo alucino. Porque está muy bien decir esas cosas, pero habrá que tener en cuenta que cada día hay menos pastores, menos ganados, que lo extensivo, por aquello de nuestro modelo productivo ha entrado en declive y lo que prima es lo macro, lo intensivo. Yo he visto en mi pueblo y en localidades vecinas cómo han ido desapareciendo casi todos los ganados y los pastores. Igual de lo que se trata es de dignificar ese modelo. Hay gente que sin tener ni idea, incluso siendo de pueblo, hablan de algo que no se sostiene, como lo de apacentar miles de hectáreas sin recursos humanos. El oficio de pastor se aprende pacientemente, es de los de jornadas eternas y de no guardar fiestas. A los ganados les gusta el monte y el rastrojo, tienen sus ciclos. No es un problema de animales, lo que hacen falta son pastores, y eso no se fabrica.
En el fondo lo que se defiende es un modelo que no existe, una forma de vida que nosotros mismos, con nuestros hábitos, hemos condenado. Hoy la mayor parte de los pastores son extranjeros, porque nosotros mismos hemos ido degradando ese oficio tan noble y sacrificado, hasta el punto de que son muy pocos los que quieren dedicarse a ello. Y es un mal común en nuestro tiempo, porque en una sociedad que vive deprisa, en la que todo es a lo grande, el tiempo del aprendizaje, de lo paciente no tiene cabida. Hoy nadie otorga el menor honor a un maestro carpintero, albañil, o herrero, por citar algunos ejemplos; tanto es así que a la vuelta de un par de décadas no tendremos relevo en algo tan vital e importante como es la cultura del oficio.
Los gremios escasean. Es muy difícil ver a chavales jóvenes que cojan la paleta, que aprendan el manejo de la brocha o el uso del cincel. Hablan de ganadería extensiva, pero nadie habla de los pastores. De lo que se trata es de poner en valor un saber ancestral, una cultura que además de los réditos económicos, se acompaña de la prestación de un servicio esencial; reparar una puerta, una persiana, pintar una casa, cambiar un baño, hacer un balcón de forja… son tantas las cosas a las que apenas damos valor, que llegará un día en el que sin saberlo no obtengamos una respuesta a nuestros problemas domésticos.
Y sí, nosotros mismos somos los culpables, nuestro modelo de consumo. Queremos que nuestro monte esté “limpio” (como si las hierbas fuesen basura), pero a ser posible que el ganado lo lleve otro, que el calor y el frío no lo pasemos nosotros; queremos ganado que nos salve de tantas cosas, pero nos parece caro el ternasco con todo lo que hay detrás, o el lechazo, o el cabrito; queremos, pero a ser posible que no moleste, que cueste poco y que nos lave la conciencia. Luego eso sí, llenaremos de proclamas y memes las redes para decir que los incendios los apagan las cabras. Mientras merendaremos tofu con soja y semillas de quinoa, porque eso sí, querremos cabras, pero que no se las coman. Y es que a veces el gilipollismo no tiene límite, para eso no hace falta estudios ni paciencia, se trata siempre de soltarla bien gorda, y para eso no hay ni que estudiar, ni observar lo que nos rodea.
Ángel Hernández Sesé
Cosas que inquietan
Inquieta asomarse a la ventana y ver en la distancia uno de esos medidores de viento, que las empresas depredadoras del paisaje han sembrado por toda la provincia, con el único objetivo de hacer negocio, sin importarles las consecuencias. Es inquietante y cabrea, y lo es aún más al imaginar cómo quedará Alcorisa si este delirio prospera; nos van a dejar sin horizonte, estaremos rodeados por esas moles con aspas, que se verán y escucharán desde cualquier rincón. La icónica foto del Drama de la Cruz, con la escena de la crucifixión en el monte Calvario ya no será la misma, habrá detrás la inquietante silueta de un gigantesco aerogenerador y los destrozos que su construcción habrán supuesto en nuestro entorno natural. Lo que más me inquieta es la tibieza o indolencia con la que desde el Ayuntamiento y parte de la oposición se aborda esta invasión de proyectos. Digamos NO a este delirio, lo apadrine, quien lo apadrine. Está en juego el paisaje de nuestras vidas, por una miserable compensación económica.
Inquieta el futuro y presente de alguna de las Asociaciones emblemáticas de nuestro pueblo. Es doloroso conocer noticias sobre el estado del motor cultural de nuestro pueblo, como es el Caracas, convertido en una sombra de lo que fue, languideciendo sin más. Inquieta saber cómo avanza la Asociación Benéfico Social San Sebastián, propietaria de la Residencia de nuestro pueblo, inmersa en un mar de dudas y deudas; y lo mismo sucede con la Cooperativa de Labradores, que debió ser motor económico y transformador y sigue encallada y lastrada. Inquieta saber la realidad de estas tres entidades que evidencian cómo se encuentra Alcorisa. No hay tanto de lo que presumir.
Inquieta ver cómo el urbanismo local sigue dando tumbos. En Alcorisa puedes tener todos los problemas del mundo para hacerte una vivienda (entre otras cosas porque no hay suelo) y tener que dejarte el tiempo, el dinero y el alma en proyectos, licencias y plazos, o hacerte lo que te plazca en suelo rústico y ya está. Inquieta el estado de la restauración, inquietan los robos a viviendas y garitos, inquieta saber qué pasará tras la variante…
Hay muchas cosas que inquietan la verdad.