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Done Jakue Bidea
cialmente y también quien se ha enriquecido con la cultura conocida en el Camino y regresa a casa, después de haber descansado, como en la mejor de sus vacaciones. Eso sí, pongamos las condiciones para que el Camino sea lo que es, o sea, un tránsito donde se hace un camino exterior para vivir otro interior.
Al caminante se le abren las puertas del paisaje y de la amistad, las del cruce de culturas, pero el llamado ‘camino espiritual’, no encuentra una iglesia abierta. ¿Un contrasentido o una medida cautelar ante robos y asaltos?
Yo he visto el poder transformador del Camino de Santiago. Se dan las condiciones para la interiorización, el silencio, el encuentro con la naturaleza, la paz, el esfuerzo, la superación personal, las dudas y los miedos, el compañerismo, las preguntas y el tiempo para responderlas, las lágrimas, las risas y un infinito etc. Cuando una persona se pone en camino, aunque no lo sepa, Dios mismo se pone a caminar con ella. Podemos orar en cualquier sitio; quizá nos gusta encontrar escenarios de paz e intimidad, tal cual iglesias o ermitas. El problema surge cuando el peregrino no las encuentra abiertas. En la Comisión Voluntarios-Hospitalarios estamos trabajando en la creación de una red informativa con horarios de iglesias abiertas, de misas, espacios para dialogar, de atención personal y espiritual, etc. Sabemos que hay soluciones y las queremos aplicar.
Desde su perspectiva, ¿le parece lo más razonable un caminar por etapas en solitario o en pareja frente a los viajes organizados y al uso de la bicicleta, caballo, burro, coche o bus?
Lo de ir en burro suena un poco a broma, pero no hace tanto tiempo era una forma común de ir a Santiago. Conozco uno que recordaba la peregrinación con su familia desde Palencia con un burro que tiraba del carro. Les servía para llevar los bultos y para subirse quien estuviera cansado o lesionado, lo que hoy sería un coche escoba. Creo que da igual el medio. Cada uno hace su Camino, el que puede y le va bien en cada época y momento de su vida. Lo importante es la actitud interior que te lleva a la peregrinación. Y no hay que confundir ganar el Jubileo con hacerse con la Compostela. Xacobeo es la peregrinación a Santiago a partir de unas condiciones religiosas, y la Compostela es la acreditación por haber llegado con motivación religiosa a pie, en bicicleta o a caballo. Se puede ganar el Jubileo viajando por cualquier medio y es posible recibir la Compostela sin ganar el Jubileo.
¿Es cierto que, como respuesta al sufrimiento físico en el Camino, surge un manantial de solidaridad de desconocidos, o esto es filosofía barata?
¿Filosofía barata? En absoluto. No hay ninguna filosofía de la vida que no sea fruto de la experiencia y de la reflexión. La solidaridad es una experiencia del camino, algo que refleja nuestro ser los unos para los otros, el deseo en todo hombre de compartir, de ayudar, de apoyar. No hay sufrimiento, sino esfuerzo compartido, físico y psicológico, hasta alcanzar la meta y en ése tránsito surge un manantial de compañerismo y amistad. Recuerdo que estuve curando las ampollas y heridas de los pies de un peregrino. Pasados unos días, me avisaron que detrás de mí, me seguía uno que había hecho 50 kilómetros esa jornada porque quería alcanzar a “aquél cura del que se decía que curaba no sólo el alma, también el cuerpo”…
¿Cree que el Camino de Santiago puede llegar a rehacer vidas? ¿En sus rutas puede haber un reencuentro de la persona con la persona?
Sin duda. Para mí es un signo de los tiempos. Un fenómeno histórico que nos quiere enseñar algo importante, y es que el Camino tiene una magia especial. He conocido experiencias vitales maravillosas, que se producen por las condiciones tan adecuadas que ofrece para vivir un auténtico reencuentro personal y una profunda experiencia de Dios. En esas circunstancias, Dios mismo se hace presente y te toca el corazón. ¿Dios está en el Camino?. Yo ofrezco mi invitación: “ven y verás”. ¡Comienza tu peregrinación! •
Ernesto Díaz
Camino de Abraham y el de Kumano Kodo, vivencias en Palestina y Japón
Los `otros´ Caminos, con Araceli Tamayo
Bilbaína de 75 años, exsecretaria de la antigua Caja
de Ahorros Vizcaína y vinculada a la Asociación de Personas Jubiladas y Pensionistas de la actual Kutxabank, Araceli Tamayo es una persona vitalista que transita por la actividades al aire libre (excursionismo, expediciones, peregrinajes y paseos sin fin) y las culturales (conciertos de la BOS y de cine siguiendo criterios según director y actores aunque sin exclusivismos en los géneros de las películas, eso sí, pero ladeando el de ciencia ficción). No tener cargas familiares le ha permitido fisgonear por muchos países y tener una idea global del Planeta que habitamos. A través del tiempo, ella ha hecho el Camino de Santiago por diferentes vertientes; en el extranjero ha tenido diferentes experiencias como la ruta de Abraham en Palestina y la de Kumano Kodo en Japón, ambas con vinculación a la sendas xacobeas.
MONASTERIO DE MAR SABA
El camino de Abraham discurre por tierras de Cisjordania, en la apaleada Palestina. ¿Qué características posee este Camino? ¿Se aprecia el horror del conflicto con Israel? ¿Hay algún perfil de los caminantes?
Se trata de un camino que recorre de norte a sur Cisjordania durante 330 kms. Su recorrido tiene diversas características desde zonas de olivos al norte a otras más desérticas al sur. Aunque está latente la difícil situación de los palestinos rodeados por asentamientos judíos (ilegales de acuerdo con la ONU) he apreciado el arraigo a su tierra con un gran espíritu de resistencia ante su difícil situación. Las personas con las que compartí el camino eran angloparlantes (americanos, ingleses, australianos) algunos también jubilados y su idea era tener un conocimiento de los lugares históricos y compartir experiencias con los palestinos.
Desde la perspectiva religiosa y de la turística, ¿cuáles son los momentos o puntos clave del recorrido?
Para mí fue un descubrimiento la parte antigua de Nablus con sus estrechas calles del periodo otomano, Belén con la iglesia de la Natividad y el fervor de los peregrinos, así como Hebrón con el sepulcro de Abraham (compartido por una mezquita y una sinagoga).
En Japón es milenaria la costumbre de girar visitas a los templos sagrados. La ruta de Kumano Kodo y el camino de Santiago están hermanados, ¿hasta qué punto?
Si demuestras que has hecho el Camino de Santiago y terminas el Kumano Kodo te dan un certificado como “peregrino dual”.
La denominada Ruta Imperial es la más popular y turística porque está bien señalada y atraviesas cantidad de templos terminando cada día en alojamientos familiares con la posibilidad de compartir su comida y sus costumbres, también poder disfrutar de los “onsen“ o baños termales.
Al hacer balance, ¿te quedaste con el alma de la gente rural japonesa y lo vivido en sus pueblos o con el espectacular templo de Hangu Taisha, punto destacado en esta senda?
Aunque existen itinerarios más largos, el camino más popular es de unos 5-6 días, en los que disfrutas del ambiente rural de sus pueblos, que nada tienen que ver con las grandes urbes con las que se relaciona a Japón. En la mitad del camino llegas a este gran templo donde los japoneses te hacen compartir todo su ceremonial tocando el taiko (maza) con el gran sacerdote para dar gracias por haber terminado esa parte del camino •
“Palestinatik zein Japoniatik egindako Bideak ikusgarriak dira natura aldetik baina garrantzitsuena, bertako biztanleakaz euki zeinkezan esperientziak dira”.
LAGUNGO
Centro Diocesano de Orientación y Terapia Familiar
Parentalidad positiva
Un nuevo término con muchas posibilidades
La parentalidad positiva, se define como “un comportamiento parental que asegura la satisfacción de las necesidades básicas de la infancia, es decir, su desarrollo y capacitación sin violencia, proporcionándoles el reconocimiento y la orientación necesaria que lleva consigo la fijación de límites a su comportamiento, para posibilitar su pleno desarrollo” (Recomendación del Consejo de Europa, 2006).
Se trata de un concepto nuevo que define un tema antiguo; el reto de formarnos como padres y madres en nuestra función educadora y de crianza, tejiendo una red natural de apoyo en clave de “equipo parental” junto con la familia, la escuela, la comunidad.
Hablamos del regalo y cuidado de la vida. La novedad se sitúa en comprometernos, de manera consciente, responsable, de manera activa en nuestra función de ser padres y madres (con especial llamada en este capítulo, a la implicación del “padre”). “José vio a Jesús progresar día tras día...Como hizo el Señor con Israel, así él “le enseñó a caminar, y lo tomaba en sus brazos: era para él como el padre que alza a un niño hasta sus mejillas, y se inclina hacia él para darle de comer” (cf.Os 11, 3-4)
Se quieren cultivar unas relaciones preñadas de afecto y límites. Sabiendo expresar amor y ternura y sentimientos de aceptación y alegría que los hijos e hijas necesitan para tener suficiente seguridad y confianza para crecer sanamente. Como la que siente un niño o una niña en nuestros brazos, cuando se suelta ligeramente y da sus primeros pasos explorando la vida y su mundo más cercano.
Y esto sólo es posible desde una presencia significativa y estable. Construyendo rutinas y hábitos en los pequeños acontecimientos de la vida cotidiana y realidad concreta (como en estos *tiempos de pandemia), en la que se va a encontrar con límites planteados desde el afecto. Dificultades y retos ajustados en cada momento de su ciclo evolutivo. Con una necesaria dosis de frustración que tendrá que afrontar asumiendo normas y valores. Esto es fundamental para que los niños y niñas aprendan a autorregularse, adquieran una sana autonomía, afronten problemas en clave de resiliencia y puedan vincularse con los demás, relacionarse y cooperar.
Cuando estamos en actitud atenta a su vida y mostramos interés real por su mundo, sus ideas...Nuestros hijos e hijas “se sienten sentidos” y experimentan en lo profundo, que forman parte de nuestra vida y genera respeto mutuo. Es un regalo descubrir, como padres y madres, ese vínculo tan potente, que a su vez nos transforma. Y esta sencilla experiencia, llena de pequeños éxitos y fracasos va conformando un clima de relación familiar *“bientratante”. ¡Cómo les gusta a nuestros hijos e hijas, según van creciendo, rescatar fotos y videos de escenas corrientes de la vida familiar! ¿por qué será?
Es para siempre
“Ser padres es para toda la vida”. Y pronto veremos que es necesario ir cambiando nuestra manera concreta de relacionarnos a medida que los hijos e hijas crecen y también nosotros y nosotras lo hacemos. Muchas veces nos lleva a cuestionar lo establecido y a “desaprender” maneras que ya no nos sirven. Sin culpabilizarnos. No somos personas perfectas ni hay familias perfectas.
La idea de la parentalidad positiva nos coloca ante nuevas posibilidades de descubrir competencias educativas, partiendo de lo que ya somos y sabemos. Por eso es urgente el impulso de programas, iniciativas y de políticas familiares que transformen estructuras y relaciones deshumanizadoras, cuidando de las familias.
Las relaciones de buenos tratos en las que “nos podemos entrenar”, necesitan tiempo de calidad que no siempre tenemos por la cultura del consumo, de la precariedad laboral u otros problemas. Es necesario “ralentizar los ritmos de la vida” (Cyrulnik). Tiempo para escuchar, contar, estar y cuidar, llorar y reír, hacer silencio, conectar con el sentido de la vida, rezar juntos, cultivando la Fe y la esperanza •