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Y la Misión pasó de país a país…

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Los santos de mayo

Los santos de mayo

En 1948 llegaron a Ecuador los primeros misioneros y misioneras vascos. Su primer destino fue la Prelatura de Los Ríos y, enseguida, se les pidió que se hicieran cargo del Seminario de Ambato, ya en la Sierra Ecuatoriana. En Los Ríos se ocuparon de parroquias y proyectos en Babahoyo, su capital, pero también en Quevedo, Buena Fe, Montalvo, Mocache, Baba, Vinces y Palenque.

Y de Los Ríos a El Oro, otra provincia ecuatoriana. Inicialmente también estuvieron en su capital, Machala, y en Puerto Bolivar, Pasaje, Chilla, El Guabo, y Las Lajas, para posteriormente concentrarse en Santa Rosa, Arenillas y Huaquillas.

Pero el deseo y la fuerza misionera, parecía no tener límite, así que también aceptaron trabajar en la provincia de Manabí, en lugares como Bahía de Caraquez, San Vicente, San Isidro, Jama, Pedernales y Cojimíes.

En Guayaquil, ciudad también en la Sierra, y regida por religiosas vascas, tenían una casa que servía de reunión común: retiros, oración, toma de decisiones del grupo, lugar de adaptación… cuantas cosas podrían contarnos sus paredes.

En 1949 ya llegó el primer misionero a Venezuela, procedente de Ecuador, pero el convenio no se afianzó hasta 1959. También allí la fuerza misionera vasca permitió extenderse por varios lugares venezolanos: Valles del Tuy, y Los Teques, que podrían considerarse en el Gran Caracas, las parroquias de Coche y la Rinconada en Caracas, la capital. Y en el Estado de Bolívar, más al sur y zona selvática, Puerto Ordaz, y Caicara de Orinoco. Y algunos seglares, dejando de lado las zonas urbanas, trabajaron en las zonas indígenas de los makiritares y los shirishanas.

En 1975 llegó el fin del convenio entre las Misiones Diocesanas Vascas y Venezuela, pero algunos misioneros continuaron a título personal. La gran colonia de emigrantes vascos en Venezuela sabe bien de la presencia de los casi 80 misioneros que pasaron por allí.

El continente africano

En 1959 llegó el momento de dar el salto al continente africano. En concreto a

Angola, y a petición del primer obispo de Malanje, marchó para aquella diócesis el primer grupo de siete sacerdotes y un seglar.

Permanecieron allí hasta 1976, año de su expulsión, aunque prosiguieron hasta comienzos de los años 80. Posteriormente, Luis Mari Perez de Onraita fue nombrado obispo de Malanje desde 1996 y estuvo allí hasta su fallecimiento en 2015.

En Angola del Sur, en las provincias de Huila y Namibe, los misioneros estuvieron desde 1959 hasta 1996.

Y en Luanda, en las parroquias de Precol y Cazenga, desde 1978 hasta 1984, en forma de convenio personal, aunque a partir de ese año y hasta el 2013, estuvieron al servicio de Misiones Diocesanas Vascas. Las Misioneras de Santa María (fundadas por D. Francisco Arraibi) permanecieron en Luanda (Morro Bento) hasta mediados del año 2017.

El destino de Ruanda, comenzó en 1960. La primera parroquia fue la de Camonyi, y posteriormente se abrieron dos nuevas en Mugina y Gihara. Más tarde se dejó la primera parroquia y se abrió una nueva en Kayenzi. Llegaron a pasar más de 20 misioneros. Pero uno marcó aquel territorio de misión: Isidro Uzkudun, asesinado el 10 de junio de 2000.

De nuevo a Latinoamérica

En 1962, Misiones Diocesanas Vascas llega a Brasil. Aquí los misioneros se concentran, según el convenio firmado con la Arquidiócesis de Sao Paulo a lo largo de la línea de ferrocarril que recorre la Zona este. Y también tuvo su representación misionera vasca la ciudad de Belo Horizonte, en el Estado de Minas Gerais. Aquí el convenio finalizó en 1982, aunque algún sacerdote junto a religiosas que ya habían echado raíces en Brasil permanecieron algunos años más. En esos casi 20 años pasaron por Brasil 23 sacerdotes y varias religiosas Hijas de la Cruz.

Y continuó extendiéndose la presencia misionera vasca. En 1964 llegó a Chile, y en concreto a la Isla de Chiloé. Por allí pasaron 5 misioneros.

Aquel mismo año de 1964, se firmó el que sería el último convenio con un nuevo país. En esta ocasión otra vez en África: Zaire, actualmente República Democrática del Congo. Por allí llegaron a pasar 22 misioneros, si bien nunca llegó a cerrarse del todo la presencia vasca.

Actualmente continúa un sacerdote diocesano, Xabier Goikouria, ejerciendo su ministerio ininterrumpidamente -57 años seguidos-, y son varios los que continuaron sus viajes anuales hasta el momento de su muerte •

José Ignacio Iturmendi

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