Art i follia. Joan Obiols Vié

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Joan Obiols Vié va ser un metge psiquiatre i acadèmic eminent. Més enllà de la seva brillant trajectòria professional era un home d’una extraordinària vitalitat, empenta i curiositat intel·lectual. Li agradava citar el clàssic aforisme «res humà no m’és aliè». Els seus interessos i aficions eren múltiples: música, literatura, filosofia, teatre, art, cinema, fotografia, col·leccionisme, gastronomia, etc. Sovint establia nexes entre el món de la psiquiatria i aquests àmbits artístics: així, va ser un dels pioners de les tècniques del psicodrama al nostre país, de la musicoteràpia i també va impulsar el camp de la psicopatologia de l’expressió, íntimament relacionat amb l’anomenat Art Brut. Un metge humanista en el sentit més ampli de l’expressió.

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ART i FOLLIA – JOAN OBIOLS VIÉ – PS IQUIATRE i HUMAN I STA


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Í NDEX

JOAN OB IOLS I L A GASTRONOM IA

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JOAN OB IOLS , I NTRODUC TOR DE L A “ TER APIA POR EL ARTE” EN E SPAÑA Ana Hernández

119 L A PAS S IÓ DEL B EN MENJAR Jordi Obiols

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ÀLB UM DE FRENOGR AFI E S CATÀLEG DE RETR ATS DE LA SOFRENÇA MENTAL Victor Obiols

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EL DOC TOR JUAN OB IOLS , GASTRÓNOMO Y GASTRONÓMADA Luis Bettonica

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EL PODER TER APÈ UTIC DEL TEATRE Enric Ciurans

B IOGR AFIA

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HOMENA JE A JOAN B ROS SA / HOMENA JE A JOAN OB IOLS Ricard Salvat

JOAN OB IOLS I EL CLUB 49

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DE L A POE S IA E SCÈN IC A DE JOAN B ROS SA A LE S I MATGE S MEDIUMN Í STIQUE S DE JOSEFA TOLRÀ Pilar Bonet

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JOAN OB IOLS I L A MÚ S IC A Victor Obiols

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JOAN OB IOLS Josep M . Mestres Quadreny

JOAN OB IOLS I EL COL·LEC CION I SME

101 L A DÈRIA COL·LEC CIONADOR A Jordi i Víctor Obiols

125 JOAN OB IOLS: PS IQUIATR A I HUMAN I STA Joan Obiols Llandrich 129 EL DOC TOR JOAN OB IOLS Néstor Luján 133 EVOC ACIÓ DE JOAN OB IOLS VI É Moisès Broggi 139 CRONOLOGIA 140 HA MORT SOBTADAMENT JOAN OB IOLS Joan Brossa

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Joan Obiols Vié (Granollers, 1919 - Portlligat, 1980) va ser un metge psiquiatre i acadèmic eminent. Més enllà de la seva brillant trajectòria professional, Joan Obiols va ser un home d’una extraordinària vitalitat, empenta i curiositat intel·lectual. Li agradava citar el clàssic aforisme “res humà no m’és aliè”. Els seus interessos i aficions van ser múltiples: música, literatura, filosofia, teatre, art, cinema, fotografia, col·leccionisme, gastronomia, etc.. Sovint establia nexes entre el món de la psiquiatria i aquests àmbits artístics: així, va ser un dels pioners de les tècniques del psicodrama al nostre país, i també va impulsar el camp de la psicopatologia de l’expressió, íntimament relacionat amb l’anomenat “Art Brut”. Un metge humanista en el sentit més ampli de l’expressió. A més a més la seva personalitat extremadament sociable el portava a involucrar-se a fons en múltiples activitats culturals. Ja des dels anys 40, amb recursos limitats però amb un enorme entusiasme, començà a organitzar representacions teatrals, concerts, audicions musicals i vetllades que eren nuclis fonamentals, alhora de resistència cultural i d’obertura als nous corrents avantguardistes, pels quals sempre mostrà un interès preferent. Al seu domicili i despatx del passeig de Sant Joan es representaren obres de Sartre, O’Neill i les primeres obres teatrals de Joan Brossa, un dels seus millors amics. Als anys 50 començà l’amistat amb tot el grup de Dau al set. També es vinculà molt activament al Club 49. Va ser professor de l’Escola d’Art Dramàtic Adrià Gual. La seva prematura mort, el 1980, a Port LLigat, després d’haver visitat Salvador Dalí, acaba amb una trajectòria vital extraordinària, entregada a la passió pel coneixement, per l’art i per la vida. Retrat de JOV, Humberto Rivas, 1979

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JOAN OB IOLS , I NTRODUC TOR DE L A “ TER APIA POR EL ARTE” EN E SPAÑA Ana Hernández

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l Dr. Joan Obiols, además de su labor profesional como psiquiatra, fue un hombre muy interesado en el arte, conocedor de las corrientes contemporáneas, frecuentó en Barcelona las galerías de vanguardia y tuvo grandes amigos entre los artistas de su tiempo. Logró que su pasión por el arte y su profesión, de psiquiatra, compartieran espacios comunes, y fomentó entre sus pacientes la pintura, la música y la escritura. Fruto de su gran interés por la creación reunió una importante colección artística, tanto de la clínica psiquiátrica universitaria, como de su consulta privada. Fue uno de los fundadores de la Sociedad Española de Psicopatología de la Expresión y creador del departamento de psicoterapia por el arte en el Hospital Clínico de Barcelona. En 1959 se celebra el primer simposio sobre arte psicopatológico en Verona, al que le siguió Catania en 1960 en el que presenta, “L´expression picturale comme reflet du conflit avec Milie”. El trabajo que presentó enlaza con el debate que suscitó en el IV Congreso Mundial de Barcelona de 1958 sobre la actualización de las psicoterapias, entre las que destacamos el psicodrama y el uso del arte como técnica psicoterapéutica.1 En 1963, publicó el artículo “Psicoterapia por el arte”2, que previamente había presentado como ponencia, en el III congreso de la Sociedad Internacional de Psicopatología de la Expresión en Amberes en 1962. Este trabajo fue el primer documento sobre este tema en la literatura psiquiátrica en España. Obiols estaba convencido de que el uso del arte en los procesos terapéuticos era una valiosa herramienta para el cambio y la mejora de los pacientes. Por esto no

1 Dos años antes ya se había creado el departamento de Terapéutica ocupacional artística en la Clínica psiquiátrica Universitaria de Barcelona, dirigida por Dr. Obiols. Unos

años después cambia de nombre a dpto. de Psicoterapia por el arte. 2 Publicado en Boletín Informativo de Medicina Psicológica, Vol. 4, 40, pp 9-14.

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dudó en proyectar un futuro de nuevos conocimientos en torno a los mecanismos de actuación y resortes psicodinámicos movilizados con la producción artística. Su relación con la SIPE le permitió por un lado conocer los trabajos de Margaret Naumburg, pionera en el uso del arte como terapia en Estados Unidos y también le interesaron figuras como Anna Freud y Melania Klein, que recurrían a menudo a las interpretaciones de los dibujos espontáneos o sugeridos de su consulta de psiquiatría infantil, desde la técnica psicoanalítica. Joan Obiols visitó el Hospital de St. Anne en París a principios de los sesenta. No dudamos del impacto que le produjo el ambiente dinámico del hospital francés que albergó a surrealistas y que fue sede de la primera exposición mundial de “Arte Psicopatológico” en 1950. En su trabajo psicoterapéutico subrayó el valor expresivo superior del lenguaje gráfico, que ofrecía una ventaja añadida a las psicoterapias verbales tradicionales. Realizó un estudio sobre ciento cincuenta casos que se habían seguido durante dos años en el Departamento que dirige de Psicoterapia por el Arte de la Clínica Psiquiátrica Universitaria del prof. Sarró en Barcelona. Los enfermos, tanto psicóticos como neuróticos, fueron invitados a dibujar todos los días en sesiones de dos horas. Refiere que disponían de todo tipo de materiales y que no se potenciaban actitudes directivas en cuanto a los temas. Tan sólo se aconsejaba sobre las dificultades de realización técnica. El terapeuta asumía el papel de animador ante las vacilaciones del enfermo a dibujar. Nos parece relevante destacar algunas de sus aportaciones como que, además del contenido simbólico, diagnóstico y proyectivo, que se le ha dado por parte de los psiquiatras a las pinturas de enfermos mentales, el uso en psicoterapia puede tener una gran importancia: Es más fácil que manifiesten los impulsos inconscientes (...) El tema global, también se ve influenciado, cuando no determinado totalmente por los mecanismos inconscientes. (...) El poder catártico del dibujo es muy acentuado. (Obiols, J. 1964)

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También destaca la intensidad de la “descarga”, que iría en función del material empleado, de tal modo que sería mayor si el material es más directo, como es el caso de la pintura de dedos. Por tanto, considera el arte un auxiliar de la


psicoterapia para los terapeutas de orientación psicoanalítica y a su vez como actividad ocupacional y lúdica. Basa su aportación en la cualidad de la actividad artística de influir en la evolución y el proceso psicodinámico del trastorno psiquiátrico. Otras observaciones son: Que hay contaminación en los temas en los grupos y que aprecia por tanto una diferencia, entre los que dibujan solos y los que lo hacen junto a otros. A estos últimos, les resulta más sencillo iniciar los trabajos y abordar directamente los temas relacionados con sus conflictos. Los que tienen experiencia previa suelen hacer dibujos más estereotipados y menos originales, como bodegones o paisajes. Además, señala unas diferencias específicas relacionadas con el sexo del autor y cuando el paciente es pintor profesional: Casi nunca se consigue que acepte la técnica como método curativo. Su actitud suele ser francamente hostil. Las mujeres aceptan más fácilmente la tarea de dibujar, pero en su conjunto la temática es más pobre y está menos en relación con los conflictos personales, presentando más estereotipias, lo cual le resta interés psicopatológico y psicoterápico. (1963, 13) En todas las obras invita a los pacientes a que comenten en el dorso lo que han hecho e incluso, si es posible, se recogen las asociaciones libres que hacen, aunque puntualiza que este material lo consideran accesorio. Las obras las archivan y no las muestran al paciente salvo que lo consideren conveniente por la evolución psicodinámica de su trastorno. Lo interesante de su aportación es que el trabajo de Obiols se centra en aspectos metodológicos. Se trata de la primera publicación española que comenta directamente la experiencia del trabajo en un hospital mediante el uso del Arte como Psicoterapia y en la que se valora más su valor curativo en el proceso psicodinámico que su valor ocupacional o proyectivo. Joan Obiols no publicó ningún otro trabajo sobre la cuestión, aunque participó activamente en actividades relacionadas con la misma hasta el final de su vida, según testimonios de otros compañeros suyos como Ricard Pons Bertran. En 1964 los laboratorios Miquel publican un álbum monográfico que recoge el estudio global: Psicoterapia por el Arte. Selección de obras realizadas en el Catàlegs d’Art Psicopatològic dels anys 60

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Primera pàgina d’un dels treballs que JOV va publicar sobre teràpia per l’Art


curso de curas psicoterápicas. Una cuestión que nos parece interesante resaltar es su interés por mostrar: La producción de los enfermos y las posibilidades que se abren ante el psicoterapeuta que quiera usarlos a fondo. Creemos que, en la actualidad, es mucho más interesante el aspecto terapéutico del dibujo y la pintura usados psicoterapéuticamente, que el aspecto diagnóstico, sobre el cual se ha basado el interés de psiquiatras y psicólogos durante largos años. Todos los dibujos son como textos visuales que desean transmitir a su terapeuta aquello que les atormenta. El psiquiatra valora la vertiente artística, transcribe frases literales de los pacientes e interpreta los conflictos latentes. Por lo tanto, estamos en los prolegómenos, en nuestro país, del art therapy, que ya una década antes había comenzado a aplicarse en algunas experiencias con adultos hospitalizados o con niños con dificultades en los países anglosajones. Entre sus publicaciones uno de los casos paradigmáticos es el Caso Elisa, la configuración de la temática conflictiva de una neurosis a través de la terapéutica por el arte3. Lo publica en 1969 y habla de “una poderosa rama de la psicopatología”, por encima del lenguaje escrito. Dice: “la fuerza de la expresión de situaciones conflictivas cuya descripción no cabe con palabras”4 . Y es también muy interesante que resalte el valor de las reproducciones de las obras en la publicación que dan verdadera cuenta para comprender lo que se pretende ilustrar en los textos. Por otro lado, su pasión por el arte contemporáneo hace que su mirada sea abierta a expresiones que no se rigen por criterios de clasicismo, dando paso a una mayor comprensión de las producciones de sus pacientes y no sólo al cuadro patológico sino también al estímulo de la creación. Hasta el punto, y esto nos parece novedoso en esos años, que habla de cómo acompaña el terapeuta en ese proceso y la importancia de hacerlo de manera adecuada. O cómo en la producción se fija el conflicto en un plano exterior, que permite al paciente vivirlo al mismo tiempo de un modo ajeno a sí mismo, e interviniendo de forma externa en el desarrollo del trastorno. Obiols comprende la importancia del proceso de creación y señala la parte Revistes internacionals especialitzades en teràpia per l’Art, anys 50

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terapéutica, para alcanzar “la máxima libertad que le permita manifestar la problemática de sus vivencias”. Es entonces la búsqueda del paciente para mejorar su obra, su expresión y su comunicación a lo largo de las sesiones. Advierte que, si no todos los pacientes superan los trastornos por esta técnica, sí que hay un avance en la conciencia de los conflictos; se puede decir que en la repetición de la creación se van modulando, estructurando, codificando y hay, además, hay un efecto catártico. El relato del caso nos sugiere un seguimiento muy cercano de la paciente, una comprensión de su dinámica creativa y del núcleo del conflicto. No tenemos duda que su interés en la evolución ayudó en el desarrollo simbólico de alguien que no había dibujado antes y que consigue, a lo largo del tratamiento, traducir en imágenes su universo escindido, angustiante, el peso de la culpa y la máscara que nos recuerdan, como en las composiciones surrealistas, el desplazamiento y la condensación a modo de sueño, en este caso bajo el empuje del sufrimiento. Finalmente, queremos recordar que, en el discurso de entrada a la Real Academia de Medicina de Barcelona de 1977, habla de sus maestros. Emili Mira i López, que siendo catedrático de la universidad en 1935 le despierta el interés por la psiquiatría 5 . Y años después Ramón Sarró, cuyas inquietudes renovadoras, formación humanística y fecundidad creadora fueron de referencia para él. SOBRE LAS OBRAS DE LA EXPOSICIÓN

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En la Colección Obiols, firmado por Pausas, una mujer alza sus brazos invocando, como si se tratara de una representación del éxtasis. Si seguimos las imágenes tantas veces fotografiadas por Charcot en la Salpêtrière ésta podría ser una de las posturas que presentaría el sujeto en el intervalo de las crisis o del «gran ataque», el éxtasis histérico, como describe en su estudio, Los endemoniados en el arte que escribió junto a Paul Richer (1887) 6 . Los dibujos los podemos contemplar como reescrituras subjetivas que se nos muestran, no sólo como el resultado de un déficit, o de un estado morboso, sino para subrayar un estado de defensa, de trabajo subjetivo y reparador. La aparición de la psicosis y la creación del delirio podemos verlo como un intento de salvar la realidad del extravío de su envoltorio verbal.7 Las imágenes dan prue3 Monográfico publicado en 1964 por Laboratorios Miquel. 4 Nombra como referente, el primer Congreso Mundial de Psiquiatría celebrado en París en 1950, en el que se presentó, al mismo tiempo que el primer neuroléptico, una gran

exposición de “Arte psicopatológico” y de la que el psiquiatra Robert Volmat, publicó en 1956, “L´art psichopatologique” un estudio metodológico y científico de las producciones gráficas de los enfermos mentales. 5 Mira i López, en su Manual de Psiquiatría

de 1952, incluye dos capítulos, uno dedicado a las expresiones pictóricas y otro a la escritura de los enfermos mentales, en la que muestra su interés por el uso del arte en el tratamiento, no como ocupación sino como apoyo psicoterapéutico y diagnóstico. A partir de obras del desaparecido

durante la guerra civil, Museo de Pere Mata en Reus, Ramón Sarró no dudó en apoyar la introducción, en el Hospital, de las nuevas psicoterapias, desde el psicodrama a la psicoterapia por el arte. Teniendo en cuenta que el panorama de la psiquiatría en España


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durante el franquismo era nacional-católica, autártica, represora y poco dada a aperturas, más bien dedicada a crear instituciones como los manicomios cerrados para incurables, las iniciativas de Sarró y Obiols fueron, entre otras, un oasis frente al páramo.

6 Charcot, J. M.; Richer, P (1887). Los endemoniados en el arte. Ediciones del Lunar, Jaén 2003. 7 Fernando Colina (2006, 16) en el prólogo de la obra de Álvarez J. M.: Estudios sobre la psicosis.

Pacients ingressats en centres psiquiàtrics en el taller de teràpia per l’Art


ba de ello; son como una sutura en el punto de ruptura biográfica. Siguiendo a Colinas podríamos ver las obras como respuestas, refugio de síntomas que no se abandonan de buen grado, según Freud, y que permiten mantener a resguardo las razones más ocultas. Síntomas que derivan de conflictos surgidos entre la moral, las inclinaciones y la realidad. En el caso de los psicóticos hoy sabemos lo importante que puede ser preservar sus defensas imprescindibles, no violentarlas. Conocer los límites de su fragilidad, las distancias que toleran, los miedos que sienten, las exigencias lógicas que les imponen sus creencias y ser capaces de asumir su verdad. En las obras vemos fragmentos de sus creencias delirantes, rotundas, que admitirán un diálogo si las seguimos como se sigue una obra de arte, conduciéndonos por un terreno inexplorado en el que la cartografía pertenece al autor. En los delirios místicos el paciente manifiesta en general un tono gozoso y exultante. El sujeto se cree escogido por Dios para alguna misión trascendental. Aparecen a menudo alucinaciones de supuesto origen divino, voces y personajes del cielo se comunican con el enfermo. En algunos casos lo divino se mezcla con lo diabólico, y… “Entonces el enfermo se encuentra en lucha contra los poderes demoníacos, ayudado por las potencias del bien, ungido de alguna misión trascendente y autoridad para castigar a los culpables”. (Coderch, J. 1975, 33).

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Los múltiples rostros-máscara de la Colección Obiols: La de la mujer postrada en una cama, o la imagen de la muerte que nos recuerda un poliedro de Durero. El paisaje marino en el que de la oscuridad del agua emerge un horizonte. La imagen de un cementerio con un árbol sin hojas. La mujer que camina encorvada con el rostro desdibujado. La mujer al borde del precipicio. La gran mano que surge del abismo y detiene su paso fatal. Líneas evocadoras del vacío, la angustia, la desesperanza que dibuja un alfabeto desgarrador y el trazo que salva bajo la mirada del terapeuta. La gran parte de los rostros no hacen alusión al retrato sino a la máscara que muestra de forma dramática los estados del alma. Ojos que se clavan en el espectador interrogando alguna respuesta. O los cerebros que, a modo de espiral fragmentada, marcan casi un laberinto de emociones. Y la escisión cual test de Publicacions especialitzades en teràpia per l’Art, anys 50


Rorschach redunda en un paisaje entre el sol y la luna de signos saturnianos de alguien que cuelga de un invisible hilo. El doble, metáfora del monólogo interior. Fantasmas que aparecen en la hoja como rostros desfigurados en una pared. Cabezas con incisiones que muestran el corte biográfico de la locura. Para Eugenio Trías (1988) “Lo siniestro” está estrechamente ligado con el inconsciente, lugar donde habitan los temores y los deseos que nos construyen como sujeto; el espacio íntimo y prohibido donde permanecen los horrores presentidos y temidos, pero acaso secretamente deseados. “Todos tenemos y deseamos, al unísono, a esas figuras monstruosas”. Expresiones sin caminos marcados, que se recorren con el fluir del conflicto, que buscan una mirada externa. Una niña rodeada de objetos persecutorios que la rodean, un coro de flores y máscaras de María Dalmau, la autora. Y otros autores, como Lagarto, Saumell, Ciuraneta, Cristina, no ocultan su nombre por la confianza que depositan en su psiquiatra, que los ha acompañado en ese proceso de convertirse en autores de una creación. Pinacoteca psiquiátrica publicada por laboratorios Miquel en 1959 hace referencia a una exposición que se hizo unos años antes en el marco del X Congreso Nacional de Neuropsiquiatría. En el año 2009 decidimos hacer un homenaje a esta publicación conservando el mismo título para la exposición celebrada en La Nau de la Universidad de Valencia. Decisión que se basó en el trabajo de Obiols que introdujo el arte como psicoterapia en España, otorgó valor artístico a las obras creadas por personas con enfermedad mental, no sólo por su valor psicopatológico. En Pinacoteca Psiquiátrica 1917-1990, mostramos parte de la colección Obiols junto con otras como la de Gonzalo R. Lafora, Ramón Sarró, la de Ciempozuelos, la de Toen, Pigem o Artistas en Línea Paralela. La mayoría habían permanecido durante años fuera de la mirada de la psiquiatría y del arte en nuestro país. Hoy tenemos que celebrar de nuevo esta muestra en la Fundació Joan Brossa como una apertura a la creación outsider que a menudo nos recuerda lo genuino y escondido en cada uno de nosotros. 17

Bibliografía CODERCH, J. (1975): Psiquiatría dinámica. Barcelona, Herder. TRÍAS, E. (1988): Lo bello y lo siniestro. Barcelona, Ariel.

HERNÁNDEZ, A.; PIQUERAS, N. (2009): Pinacoteca psiquiátrica en España. 1917-1990. La Nau. Universidad de Valencia OBIOLS, J. (1959): Pinacoteca Psiquiátrica. Barcelona. Laboratorios Miquel.

(1963): Una psicoterapia por el arte. Boletín Informativo de Medicina Psicológica, Vol. 4, 40, pp 9-14 (1964): Psicoterapia por el arte. Selección de obras realizadas en el curso de curas psicoterápicas. Barcelona. Laboratorios Miquel.

(1969) El caso Elisa. La configuración de la temática conflictiva de una neurosis a través de la terapéutica por el arte. Barcelona. Laboratorios Miquel.


Sense títol, anònim, 1956

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Sense tĂ­tol, E. Enrich, 1958


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A sobre: Primavera nos anima, M. Dalmau, 1968 Sense títol, anònim, 1965 A la dreta: Sense títol, anònim, 1964


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