JUNIO 2010 • SANTO DOMINGO, REPÚBLICA DOMINICANA • EDICIÓN No. 17
La primera de
A PRIMERA
El mundo está lleno de historias jamás contadas. República Dominicana tiene millones de historias jamás dichas: de mujeres, de niños, de niñas, de hombres cuyo principal delito es vivir en la marginalidad; una marginalidad tan espesa que las y los invisibiliza para toda su vida. Nuestros medios masivos de comunicación: televisión, radio, periódicos, nos cuentan historias con las y los protagonistas de siempre; y otras veces nos cuentan historias que apenas son la punta del iceberg: lo más importante queda debajo, en este caso no de aguas, sino en el silencio. APrimeraPlanacreeenunperiodismocomprometido en que todas y todos tengan la posibilidad de contar sus propias historias y ser escuchadas y escuchados; es lo que nos inspiró este número y por eso hemos tratado, desde distintas miradas, la marginalidad en los medios de comunicación y para ello echamos mano de excelentes crónicas de reporteras y reporteros con no menos grado de excelencia. Desde su experiencia Grisbel Medina, Riamny Méndez y Vianco Martínez, nos cuentan de protagonistas olvidados, de historias perdidas y de culpabilidades. En esta oportunidad –y en consonancia con el objetivo de este número-nuestro suplemento trae un resumen de las ponencias que fueron dictadas en el Taller Latinoamericano “Nuevas fuentes, nuevas noticias. La marginalidad como fuente de información” que fue impartido en enero. Liliana Hendel, miembra fundadora de “Periodistas de Argentina en Red, por una comunicación sin sexismo(PAR);lamexicanaHenaCarolinaVelásquez, coordinadora de Estrategias de Comunicación y Prensa en Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC) y la periodista dominicana y miembra de la Red Dominica de Periodistas con Perspectivas de Género, Grisbel Medina, fueron las facilitadoras del taller que contó con un auditorio de entusiastas jóvenes comunicadoras y comunicadores. El taller fue sobre todo una jornada de construcción y aprendizajes mutuos. Nuestras páginas también hablan de Haití, país donde el pasado 12 de enero se registró un terremoto de 7.0 grados de magnitud y que destruyó, principalmente la capital haitiana, Puerto Príncipe
Entre las crónicas Y EL OLVIDO,
LA MARGINALIDAD Por: Vianco Martínez
Fueron a parar a los rincones de la sociedad y en muchos casos se quedaron sin sueños, al menos, sin aquellos sueños que la sociedad, con su dinámica excluyente y sus apabullantes veleidades, ayuda a conceder. Y poco a poco empezaron a llenar los contenidos de los medios y a convertirse en las “estrellas” de cuantas historias suceden en su mundo. Esos son las marginadas y los marginados. La marginalidad es un grito, pero también una oportunidad para mostrar la intensidad de unas desigualdades que son cada vez más grandes y a cada paso más abismales. Para las y los periodistas, la marginalidad es una ocasión para escribir la historia que sucede cada día dentro de las casas sin techo, a la vera de caminos olvidados, en lugares donde los niños y las niñas huelen a lo que huelen las cañadas y donde la gente vive esperando siempre el próximo sobresalto, sea un huracán o sean las tropas que llegan cuando salen de noche a buscar motivos para alimentar el sentido de su decadencia. Los marginados son hijos de la calle, hijos del sol, hijos de nadie; son hijos de las peores vicisitudes. Viven en las fronteras del asombro, y algunos son
tan marginados que no caben ni en los reportajes de los periodistas. La marginalidad es el órgano que le amputaron a la sociedad, y la exclusión que le da vida impide la plenitud de las personas. En la cotidianidad opera como un catálogo de ausencias terribles, de limitaciones sentidas, de mutilaciones. Pero allí donde las carencias de la sociedad alcanzan su más alto esplendor, hay también un afán de redención de las personas y de las comunidades, una vocación de futuro y un quehacer que minuto a minuto genera historia. El periodismo es una presencia, quizás por eso deba estar en todos lados, desde el Palacio Nacional, donde un ciudadano que es Presidente de la República genera noticias hasta cuando calla, hasta la cañada de Guajimía, donde la gente pasó de vivir en condiciones injustas a condiciones inhumanas. El periodismo es la historia de un día y todo lo que pueda acontecer barrio adentro, en el campo, a la orilla del río, debajo del puente o en cualquier otro de los escenarios de los excluidos siempre podrá tener el signo de las grandes noticias. Un
[CONTENIDO] 01] 02] 03] 04] 05] 06] 07]
Entre las crónicas y el olvido, la marginalidad Las Historias que perdemos La culpa es consciente Discapacidad y discriminación Una guía para una comunicación no sexista Pendiente Título Petición de las feministas haitianas
08] 09] 10] 11] 12] 13] 14]
Respuesta del UNFPA El día que la muerte entró impúdica en nuestras casas El difícil arte de ser mujer Palabra de Antígona: Las tres K en México Hombres abandonados Sexting y la persecución policiaca La lección de Hilma Contreras
Edición No. 17 cronista siempre puede detener su mirada en los marginados y dejarse seducir por sus historias. Con sus crónicas y sus historias, los periodistas podemos ayudar al engrandecimiento de una sociedad, auditando sus miserias para que nunca las olvide, y proponiendo caminos para superarlas. Pero también podemos reproducir las miserias, ayudando a reproducir los esquemas que la hacen posible. Visto así, el periodismo es una decisión. Las claves del periodismo que reporta la marginalidad pueden ser, ante todo, la sensibilidad y el respeto por la dignidad de las personas. Cuando se cuenta su historia en los medios, la dignidad de los marginados queda en manos de los reporteros. En ese caso, si el periodismo no puede aspirar al mito de la objetividad, al menos puede ceñirse al encanto de la exactitud. Los territorios de la marginalidad están situados en las fronteras del asombro. Allí siempre faltan escuelas y las cañerías son insuficientes. También está el hacinamiento, el desempleo, la insalubridad, que sumados a la violencia y a otros males, hacen un mundo entero de desamparados. Todo lo que pueda decirse de las condiciones en que viven los hijos de nadie puede resumirse en pocas palabras: falta de oportunidades. Pero no siempre la mutilación económica y social mutila las esperanzas y las ganas de vivir de las personas; no siempre la miseria material muta y se convierte en miseria humana. En los escenarios de los excluidos conviven los malos ejemplos con los buenos ejemplos, las malas artes con la vocación de decencia de las comunidades. Pero muchas veces preferimos quedarnos con lo primero y subir el tono del amarillismo y acentuar el color de la crónica roja.
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Sé de un lugar situado en un punto de la carretera que lleva a El Cercado donde un niño, por sus altas calificaciones, se hizo merecedor del Premio a la Excelencia Académica que otorga el Presidente de la República, pero no pudo ir al acto de entrega porque no tenía zapatos. Quizás hubiera sido interesante que los reporteros le informáramos al Presidente que aquel niño no tenía zapatos para ir a su acto, a través de una
buena crónica, que es una de las formas con que los periodistas informamos al Presidente, a su gobierno y a todos los ciudadanos de este país, lo que sucede por aquí y lo que sucede por allí. También conozco un lugar en un recodo de la cordillera Central donde la vida sucede en otro tiempo. Allí, loma arriba, en un lugar sin caminos suficientes y sin escuelas, conocí una comunidad donde los labriegos y sus familias se unieron y sumaron todas sus voluntades para apoyar, a través del fruto de sus cosechas -que es lo único que tienen- los estudios de un hombre que un día dejio “quiero ser ingeniero”. ¡Y ese fue el primer profesional de la comunidad! El lugar se llama Gajo de Monte y está en un lugar encantado que casi roza con las estrellas. Su historia nunca ha salido en los diarios ni en la televisión y nunca ha sido reconocida por ninguna autoridad, pero existe y es un ejemplo de unión y una lección muy contundente frente al olvido de unas autoridades a las que les resulta muy difícil cruzar el río. En ese y otros lugares “marginados” hay regadas un millón de historias, pero los reporteros a menudo estamos muy ocupados buscando la noticia del día como para acordarnos que esos lugares también hay historias y hay noticias y hay un mundo que espera ser contado. Y que la gente allí, en lo centros de los excluidos, la gente también tiene voz y que tiene necesidad de ser escuchada, y que también tiene historia y que necesita contársela a su tiempo. Sé de otro lugar donde ante la indiferencia de los funcionarios –un gobierno detrás de otro- ha movido a unas monjas de la Congregación de Jesucristo Crucificado y a un Obispo, a hacer una colecta para construir un puente sobre un río de aguas tormentosas. A aquellas personas que levantan un puente para salvar la vida de la gente cuando este crece y para sacar las cosechas cuando llega el tiempo de ”decosechar”, les hubiera venido bien que, de vez en cuando, los visitara un reportero para contarle su historia, para decirle qué sienten los habitantes del olvido cuando su situación de olvidados se
convierte en una fuerza invencible que se llama esperanza, para hablarles de sus muertos, de aquellos seres queridos que, tras varias semanas de incomunicación por la crecida del río, terminaron echándose a sus aguas para buscar al otro lado de la crecida los productos para subsistir. Cuando la cordillera, convertida en un lugar de asombro, llora porque ya no puede con sus limitaciones y con su olvido, con su “marginalidad”, hace falta una reportera o un reportero con su libreta en la mano dispuesto a contar su historia. A veces, en un lugar muy olvidado, donde no hay autoridades –al menos para tomar las decisiones que tienen que ver con las soluciones a los problemas de la comunidad- una crónica o un buen reportaje a tiempo puede ayudar a cambiar la historia, sea porque ayude a hacer una escuela o porque contribuya a detener una infamia. Un reportero es audacia y es pasión, pero también es decisión y es opción. Optar por la voz de los marginados, por las historias que cuentan, es una opción que tiene que ver con la manera en que se mira el mundo. Haber evitado las rutas y los escenarios oficiales y haber caminado en dirección contraria a los palacios y a las pompas, me ha dado muchas ventajas como reportero, entre ellas haber encontrado en los caminos alternos un millón de historias que nunca hubiera encontrado en los palacios. Estos seres que la pobreza ha lastimado, tanto cuando ríen como cuando sufren paren historias que vale la pena contar, y quizás contándolas podamos contar la historia de la sociedad que los tiró a la orilla y les negó la escuela y les negó la salud y les negó una cancha y les puso un puesto de drogas en la esquina y les al lado un oficial de policía para que lo protegiera y les puso un ministro en la televisión para que los entretuviera con un discurso grandilocuente mientras se hacía cargo de lo ajeno. Ya no está de moda decirlo, pero quizás valga la pena reafirmar que el periodismo, sino puede darle voz de los que no la tienen, al menos puede servir para recuperar la palabra de aquellos que la perdieron.
[CONSEJO PERIODÍSTICO ASESOR] Sarah Lovera, México Margarita Cordero, República Dominicana Viviana Erazo, Chile Maria Isabel Soldevila, República Dominicana Rosalinda Hernández Alarcón, Guatemala Inés Aizpún, República Dominicana Luis Beiro, República Dominicana Carolina Linares, El Salvador Ana María Portugal, Chile Juan Bolívar Díaz, República Dominicana Laura E. Asturias, Guatemala Lydia Cacho, México
Lilliam Oviedo, República Dominicana Doris González, Costa Rica Oscar Vásquez, República Dominicana Patricia Solano, República Dominicana Mirta Rodríguez Calderón, República Dominicana Koldo Sagaseta, España Carmen Enid Acevedo, Puerto Rico Amelia Aguiar, Panamá
Diseño Gráfico y online: 4cc Comunication Consulting www.cuatrocc.com
Coordinadora de la edición: Itania María Corrección de Pruebas: Itania María
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A Primera Plana Dirección Postal: Calle Pina#55 altos, Ciudad Nueva, Santo Domingo, Rep. Dom. Teléfono: 809-682-3705
Edición No. 17
Las historias
QUE PERDEMOS Por: Riamny Méndez
Los periodistas escribimos para informar a los lectores sobre realidades que suelen ser amplias y complejas. Cuando las noticias, los reportajes, las crónicas llegan al público, tienen además de datos y citas, nuestros sellos: la formación, las ideas políticas, la concepción del ser humano y los prejuicios que con frecuencia, a nuestro pesar, cargamos. Mientras más de prisa escribimos, presionados por la urgencia del cierre, más fácil es que junto con los errores de redacción, salgan a flote los prejuicios ocultos que nos acompañan y que suelen estigmatizar a las personas oprimidas o rechazadas. Frases que en una segunda lectura, hubiésemos eliminado, quedan impresas para confirmar que no estamos convencidos de que los haitianos son humanos, pues en un accidente, gracias a ciertos titulares y párrafos, pueden morir “varias personas y un haitiano”. Otras formas de discriminación más sutiles se deslizan en nuestros textos. En las redacciones hay reglas no escritas, ni siquiera pensadas: Cuando escribimos de un sector-que para los sitios de clase media la palabra barrio está tontamente prohibida- las personas son residentes y si contamos la historia de una zona marginada, hablamos de habitantes, pues ellos no tienen derecho a residir en ningún lugar. Y aunque en términos formales el intercambio de sustantivos y adjetivos no tenga mayor implicación semántica, ni un código escrito de descodificación, todo lector dominicano conoce el sesgo de clase de esas palabras. Para residir y tener derechos a un espacio urbano decente, para exigirlo a las autoridades, hay que ser al menos de clase media alta y vivir en un “residencial”, no en un barrio.
De esa forma, empiezan a perderse miradas de una realidad, por desconocimiento pero también por el prejuicio que impide buscar razones, por la tendencia a culpabilizar a la gente de su propia desgracia: si viven en un lugar deforestado, pues ellos tienen la culpa por haber tumbado los árboles; si su barrio está sucio, es que ellos tiran la basura. Lo de la mirada amplia, el tomar en cuenta diferentes puntos de vista, explicaciones de especialistas de diversas tenencias, rueda con frecuencia por los suelos, incluso en los trabajos más sesudos. Y a mi juicio lo peor que sucede a la hora de hablar de personas marginadas son las generalizaciones. “Ellos (todos) son así”. Es como decir que todos los chinos se dedican al comercio: una muestra de ignorancia y de superficialidad. Sin embargo, es lo que hacemos sutilmente cuando decimos que a pesar de la crisis, los residentes de un barrio marginado se dedican a beber cervezas en el colmadón. Pero, ¿cuántos? En cada pueblo, barrio o país lleno de pobrezas hay miles de micro universos, que no se entienden ni con generalizaciones, ni por una contraposición de buenos y malos, víctimas y victimarios. El chico que se droga es a veces verdugo, víctima y agente de cambio. Muchos factores externos y estructuras impactan cada realidad. Desde la política internacional hasta la decisión del gobierno de devaluar su moneda, pueden haber influido en el hecho de que una chica no haya ido a la escuela y haya reproducido en su hijo el círculo de la pobreza.
Desde estos pequeños detalles los prejuicios empiezan a matar las historias que tenemos que contar. Intuyo que con frecuencia las denuncias de ruidos en barrios pobres se pasan por alto, porque se parte de la premisa de que así son -y deben ser- las cosas en esos lugares, que no hay nada qué hacer, que no vale la pena denunciarlo.
Claro, también hay historias maravillosas, de esas que nos alegran el día. Me encanta escribirlas y leerlas, entrevistar protagonistas que han superado situaciones extraordinarias, pero no podemos perder la perspectiva. Esas historias excepcionales con frecuencia no son la vara para medir toda la realidad. En todo caso nos dan una perspectiva de una parte de la vida, refrescante y alentadora. No pueden servir para enseñar, cuales predicadores del evangelio de la prosperidad, que los otros son pobres porque quieren, porque no trabajan lo suficiente.
Otros prejuicios que nos impiden entender la realidad a plenitud, no se reflejan sólo al momento de redactar. Inician desde que el periodista visita el lugar e interactúa con las personas de las que va a escribir.
Además de culpabilizar a la víctima, suele ocurrir que la “victimicemos” aún más, y eso implica otro gran pecado del periodismo: negarse a escuchar y proyectar la voz las personas que no tienen un poder evidente.
Conozco la anécdota de un periodista que acudió a Villa Duarte, un barrio de Santo Domingo Este, a trabajar en un reportaje sobre la cañada de El Caliche, un sitio muy contaminado, donde residen personas pobres en casas frágiles, muy expuestas a la inundación. Cuando llegó a la zona, el reportero se dio cuenta de que la cañada estaba llena de basura y de que había una fuga en las tuberías de agua potable.
Una de las tragedias más terrible que ha ocurrido en el país fue la riada de Jimaní, en mayo de 2004. Estuve ahí como reportera. Ocurrió lo clásico. Las primeras horas tratábamos de establecer con las autoridades la magnitud de la tragedia, los organismos oficiales la desconocían. Estaban atrapados en medio del asombro, porque la posibilidad de que el río Blanco recuperara su antiguo cauce era tan remota que a nadie se le ocurrió.
Reaccionó indignado ante la indolencia de una población que tiraba desperdicios en la cañada, que dañaba su propio hábitat. Las razones de por qué ocurría aquello, la responsabilidad de las autoridades en el asunto, el contexto de aquel barrio, habían sido borrados por él. La gente -y toda la gente- era responsable de la situación, si se lo propusieran dejarían el hoyo, pensó y no tuvo la delicadeza de callarse.
Pero, seguíamos aferrados a las autoridades para que nos ayudaran a comprender aquello y nos acercábamos a la gente para que nos contaran la tragedia, el drama humano, los niños que se ahogaron, los padres que no pudieron sostener a sus hijos y los vieron ahogarse, impotentes. Eran las víctimas que esperaban la ayuda y nos contaban su drama.
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Edición No. 17
LA CULPA
es consciente Por: Grisbel Medina R.
La niña jugaba en lo que una vez fue carro. Era un trasto grande, destartaladísimo. Vivía en la Línea Noroeste, cerquita de la polvareda y la soledad de los caminos donde abundan sensores uniformados, escopetas y chequeos que no evitan, todo mundo sabe por cuánto, el tráfico haitiano.
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Ajena, distante sólo mental de la pobreza, del fogón vacío y sin peine para domar sus rizos, la niña, la dueña infantil del cacharro, fue interrumpida por un lente que le pidió sonreírse. Su gesto iluminó. La niña cuyo nombre jamás supimos, fue protagonista, sin saberlo, de un premio internacional de fotografía. Ella, desaliñada y feliz, es la dueña de las pupilas que le dieron la vuelta al mundo y una ovación metálica al señor del chaleco y las mejillas redondas que le rogó enseñar la blancura de sus dientes tiernos. Es la piel de la infancia la más cotizada de las redacciones. Y, peor. Es la niñez la población más enganchada en el gastadísimo estribillo de las “sin fines de lucro” o ciertas organizaciones que a costa de niños y niñas descalzos, de barriga inflada, talvez no jarta, circulan en carteles donde se solicita ayuda dentro y fuera de la división territorial y mental. La victimización de las víctimas infantiles de la escasez, de la miseria, tiene culpables muy conscientes. En Cienfuegos, ciudad satélite con 35 barrios en Santiago, hay un sector (La Mosca) que colinda con el vertedero de Rafey. Allí, Niños con una Esperanza, es la organización que le sirve al pastor Pablo Ureña como podium de pelea contra todo el que no quiere contribuir a su obra “social” y muy particular a favor de la niñez que escarba comida y presente en montañas de basura. Desde el basurero que cada cuatro meses entierra la vida de un niño y discapacita a otros, salen las marchas infantiles promovidas por el Pastor para reclamar atención, recursos, de todo. ¿No hay otras maneras de demandar? Contrario a ésto, otra institución, la que guarece a la niñez y adolescencia que limpia zapatos, conduce carretillas de alimentos en el Hospedaje Yaque,
en fin, los niños y niñas que trabajan en la calle, cuando suele marchar marcha el 21 de junio, Día Internacional Contra el Trabajo Infantil. La promoción de derechos diferencia la segunda de la primera manifestación pública organizada por adultos que indiscutiblemente son potes de miel para el lente periodístico. Andando yo por los callejones de Cienfuegos, donde hay más bancas de apuestas y burdeles que escuelas, conocí las adolescentes que cargan crías tan bebés como ellas mismas. Cuando entran en confianza describen la meneútica de los negocios donde si cae la Policía ¡a correr fanáticos! y donde, en días tranquilos, se agachan, tal cual me susurran, “hasta con haitianos”. Allí, las reglas las impone la pobreza, el no tener, el querer y hasta el querer calzarse unos tenis o alisarse el pelo. Lo más sencillo para mi es un abismo de urgencias de las muchachas explotadas sexual y comercialmente por una red que el periodismo nunca haya o no busca la cabeza. Pese a las denuncias y los nombres de ciertos adultos responsables de seducir a las muchachas, en el Palacio de Justicia de Santiago no hay ni duerme ningún expediente que asome, al menos, alguna reja como castigo. Está claro que algunos lo saben y se aprovechan. Un invento o una historia vieja retocada sobre las niñas o mujeres de Boca Chica es portada segura para gente del medio tan vaga como irresponsable. A veces el hambre de “denunciar” opaca el servicio que se debería prestar al abordar una realidad tan trágica como la explotación sexual comercial de niñas y adolescentes, por citar un ejemplo. En los semáforos a los chicos que limpian cristales se le escurre el futuro en un presente forzoso. Ellos son los protagonistas de las historias y no las circunstancias por las que ese niño y esa niña (que no son de la calle) están fuera del hogar, la comunidad, la escuela. ¿Cuesta mucho mirar mas allá de las narices? El periodismo no es nada inofensivo. La prensa sabe muy bien el alcance de aquello que a veces
persigue y muestra siempre. El lente sabe llegar al encuadre infantil que inspira ternura y corre solito a la indefensión protagonizada por la niñez capaz de despedazar el corazón. La responsabilidad desde el periodismo deberá ser visibilizar la niñez sin marginar sus derechos y abordar adecuadamente las temáticas para que no sean más víctimas de aquello que les condena. Además, ser justos y equitativas con el manejo de las culpas y jamás renunciar a la fuerza cuando se trate de reclamar los deberes que la sociedad le debe a la población infantil.
Edición No. 17
DISCRIMINACIÓN y discapacidad Los medios de comunicación del país persisten en contar sólo historias negativas o para apelar a la pena o al asistencialismo de las personas con discapacidad. La presidenta del Consejo Permanente del Círculo de Mujeres con Discapacidad (Cimudis), Cristina Francisco, le cuenta a Primera Plana lo que significa ser mujer discapacitada en la República Dominicana. Francisco es también directora del departamento de Inserción Laboral del Consejo Nacional de Discapacidad (CONADIS).
Por: Isaura Cotes e Itania María
P. ¿Qué significa ser mujer con discapacidad en la República Dominicana? ¿Se siente más la discriminación? ¿Por qué?
R. Ser mujer con discapacidad significa tener que enfrentar mayores barreras, obstáculos y dificultades para participar en los diferentes ámbitos de la vida diaria y en los diversos roles que usualmente asumimos como mujer: estudiar, trabajar, ser madre, pareja o esposa o simplemente salir al supermercado. En sentido general, concepciones tradicionales y culturales han designado al hombre como protagonista de los principales acontecimientos, mientras que se ha limitado la participación y toma de decisiones de las mujeres y en el caso de la mujer con discapacidad y debido a diversos factores, esta marginalidad es mayor: tener una discapacidad, ser negras y pobres, a lo que muchas veces se agrega la condición de ser analfabeta. Un ejemplo es la creencia que se tiene de que la mujer perfecta es aquella con determinadas medidas y estándares impuestos socialmente, lo cual nos coloca en condición de desventaja, al no valorar nuestras capacidades como ser humano. A pesar de que la mujer con discapacidad en la República Dominicana se ha empoderado y hemos asumido un rol mucho más activo en todos los órdenes; al demandar nuestros derechos a la participación, social, cultural y política, es evidente posicionamiento, la participación aun no se ha dado de manera la deseada. Muchos sectores de la sociedad (empresarial, gubernamental, incluyendo grupos de feministas), nos visualizan como personas “enfermas”, lo que nos descarta para insertarnos laboralmente. El movimiento de las mujeres con discapacidad continúa siendo de los grupos más vulnerables de nuestra sociedad. P. ¿Cuál es el tratamiento que les dan los medios de comunicación?
R. Algunos medios de comunicación aun persisten en destacar más los aspectos negativos, de lástima o de asistencialismo de las personas con discapacidad. Y es precisamente a través de los medios donde se puede difundir información con mayor capacidad, es que se requiere de un mayor apoyo de al sector, para que utilicen sus espacios para orientar y educar a la población sobre este tema, desde una perspectiva concepción no sensacionalista ni exaltada, sino en su justa dimensión, desde el aspecto de los derechos humanos de los cuales son pasibles las persona con discapacidad. al igual que las demás personas de la sociedad.
P: ¿Cuáles son sus principales demandas?
R.Debido a conceptos errados y que tradicionalmente este sector es visto con discriminación y exclusión y lo sitúa en posición de desventaja ante los demás miembros de la sociedad al no poder disfrutar plenamente de sus derechos. Cuando además de tener una discapacidad, se unen otros factores como son la pobreza, genero, color, etc. se acrecienta el grado de discriminación. El sector de las personas con discapacidad, lo que principalmente demanda es el respeto y cumplimento pleno de sus derechos, tal como lo proclama la recién aprobada “Convención de los derechos de las personas con Discapacidad” de Naciones Unidas, que establece que los estados miembros deben proporcionar apoyo y promover en sus respectivos países, que esta población pueda tener acceso a la educación, a un trabajo digno, al libre desplazamiento a recibir atención y servicios de salud al igual que el resto de la población, etc. P. ¿Puede mostrar la sociedad dominicana algunos avances en relación al trato dado a las personas con discapacidad?
R. Es evidente que es distinto el trato y percepción que tiene hoy día la sociedad acerca de las personas con discapacidades con relación a varios años atrás. Este cambio es fruto de una lucha constante del propio sector, que de diferente manera ha venido reclamando ser visibilizado y concienciación de la sociedad es muy difícil. Son muchos los factores que impiden acceso a la educación, servicios de salud, obtener un trabajo decente etc. Podemos ver como en la actualidad se han estado produciendo acciones que favorecen la integración de este sector como lo es la eliminación de barreras arquitectónicas, pues es una de las principales condiciones que impiden la participación. Se puede ver que en lugares públicos, parques, oficinas, teatros, etc., se han ido eliminando las barreras arquitectónicas que antes impedían la participación en esos lugares. También en la participación e incidencia hemos adelantado: Desde el pasado año en la Cámara de Diputados del Congreso Nacional trabajan dos personas con discapacidad, como consultores del tema de discapacidad en nuestra representación para revisar que las leyes contemplen a este sector. Además, en el fortalecimiento del sector a través de las personas con discapacidad.
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Guía para una COMUNICACIÓN NO SEXISTA Mirta Rodríguez Calderón lo tiene bien claro: esta Guía favorecerá que comunicadoras y comunicadores se apropien de esa otra mirada, la de perspectiva de género, “que nos permite ver el mundo de una manera más completa, con todos los protagonismos a la vista para que, reconociéndolos, se fortalezca la democracia”.
Por: Itania María El principal propósito de la Guía –afirma Mirta- es contribuir a la promoción de una práctica comunicacional que a la vez que fortalezca la democracia, promueva la equidad de género. La Guía para el Análisis y la reflexión de Códigos de Comunicación No Sexista y No Discriminatoria es un texto rico en ejemplos del uso del lenguaje sexista que desborda nuestros medios de comunicación pero al mismo tiempo y de manera propositiva, nos presenta cómo redactar textos que visibilicen ambos géneros.
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El Ministerio de la Mujer dio a conocer una Síntesis de la Guía el pasado 25 de marzo en un acto que estuvo encabezado por la titular del Ministerio de la Mujer, Alejandrina Germán. La Guía se hizo con los auspicios de la Agencia de Cooperación Española para el Desarrollo (AECID). Rodríguez Calderón, periodista cubano-dominicana, pionera en el periodismo latinoamericano en la promoción de la equidad de géneros, fue la redactora de la Guía con la colaboración de Isaura Cotes, Emilia Santos, Sonnia Moro y Mariela González Noroña. No es un compendio de quejas ni de “cosas de mujeres”
De acuerdo con la Síntesis, esta Guía “no es un compendio de quejas, ni siquiera de denuncias por los tratamientos inadecuados que con frecuencia dan los medios de comunicación en República Dominicana y en muchas partes del mundo, a la presencia y la imagen de las mujeres con respecto a hombres”. A seguidas explica el documento que en un monitoreo realizado para la Consultoría con todos los periódicos nacionales de la tercera semana de noviembre pasado hubo 860 informaciones y sólo 68 hablaban por igual, o hablaban también, de ellas. “En otro momento del monitoreo realizado con la misma intención en la tercera semana de diciembre con programas de radio, de TV y periódicos digitales, los hallazgos, a grandes rasgos, fueron: en el caso de la televisión, encontramos como cosas positivas titulares en los noticieros que reflejan la participación más o menos por igual de mujeres y hombres en reivindicaciones sociales, difundiendo cultura; y una parte de ellas en actitudes de solidaridad con otras mujeres. Hubo, como era de esperarse, titulares que reflejan subordinación de la mujer hacia el hombre, presentadas en situación de inferioridad” P. ¿Por qué surge esta Guía?
R. Es un mérito del Ministerio de la Mujer y concretamente de su departamento de Educación. Elba Franco, su jefa, me estuvo insistiendo durante varios meses. Y, claro, yo lo consideré interesante porque – como me gusta decir – “soy militante de esta causa”. En cuanto me despejé de otros compromisos empecé a trabajar en eso. P. Cuál es la intención de la Guía?
R. Ni más ni menos que favorecer que comunicadoras y comunicadores se apropien de esa otra mirada, la perspectiva de género, que nos permite ver el
mundo de una manera más completa, con todos los protagonismos a la vista para que , reconociéndolos, se fortalezca la democracia. P. En tu opinión, Mirta, ¿por qué promover la equidad de género es indispensable para la democracia?
R. Sí, con mayúsculas. Ni las naciones ni los pueblos pueden crecer si en ello no participa toda su gente: en materia de respeto por los derechos y en beneficio de desarrollo humano el capital que aportan las personas es más importante que el capital financiero. P. ¿Crees que el periodismo dominicano está preparado para dar esta otra mirada; para este abordaje?
R. Ahí no puede haber respuestas rotundas. El periodismo dominicano – a mi modo de ver – está en un momento ingrato. Unos cuantos líderes y lideresas de opinión perseveran haciendo e impulsando una comunicación que piense en la gente. Pero no es a ellos y ellas a quienes le apuestan las empresas publicitarias y el capital que mueve los medios. P. ¿Y de los medios de comunicación qué?
R. Hay de todo. Pero, en un vistazo global, me parece que cada vez con más frecuencia se deja ver en los medios un acercamiento a enfoques, temas y formas de hacer que intentan promover la equidad de géneros: la violencia es un tema paradigmático en este orden de cosas. Ya nadie diría que es un asunto privado ni que entre marido y mujer… etc. Los feminicidios se informan y se les califica así, lo cual es muy importante porque el lenguaje posiciona las diferentes realidades a la vista pública. Los embarazos tempranos y las madres solas de cuando en cuando ocupan la mirada profesional. Falta, claro está, el emprenderla con los padres renegados. Si desde los púlpitos se llamara a la responsabilidad de quienes engendran y se van como se hace en contra de las mujeres y su derecho a decidir sobre sus cuerpos, tal vez habría muchos menos niñas y niñas que no han conocido a sus papás, ni diputados impunes por este tipo de crímenes como ocurrió a fines del 2009 con dos de ellos (y no sabemos cuántos más habrá). La preservación de medio ambiente es un tema de primera prioridad. Y eso ya está en los medios y estos están acompañando bien – me parece – a quienes defienden al Planeta que, como lo proclamó en los 90s la Cumbre de la Tierra no es una herencia de nuestros padres sino un préstamo de nuestros nietos. P. ¿Por qué es importante remachar que “el mundo se piensa en palabras y en imágenes?
R. Porque lo que no se nombre no existe. Y el lenguaje es un ente vivo y dinámico: surgen nuevas realidades y con ellas nuevas palabras. Hay resistencias porque la rutina es cómoda y las teorías desde una Academia que, prácticamente, no sale a la calle le hacen retranca a que se visibilicen los distintos protagonismos: de hombres y de mujeres. P. ¿Cuándo tendremos el libro entre las manos?
R. Según entiendo el Ministerio de la Mujer lo publicará próximamente. A mí me alegra porque como le reiteré en el día de la presentación pública que fue el día 25 de marzo, la Guía no es un compendio de quejas, ni una retahíla de fórmulas, ni un texto de mujeres y para mujeres: es un empeño dirigido por este Ministerio hacia los y las gentes que hacen comunicación desde enfoques profesionales.
Edición No. 17
El feminismo y
LENGUAJE NO SEXISTA Por: Hena Carolina Velázquez Vargas
México, DF, (CIMAC).- Son las feministas contemporáneas quienes han llamado la atención respecto al verdadero problema que la ideología sexista impone por medio del lenguaje en la información: la forma y el contexto en el que se muestra la condición social de las mujeres. En su opinión, la cuestión de fondo no es únicamente el abuso del género gramatical masculino (masculino genérico) y el ocultamiento de la mujer (salto semántico), sino la forma en que se presenta una noticia y su contexto, ambos integran el discurso de los medios de comunicación. De ahí que no sea suficiente “poner la a” en las palabras que usamos en el momento de realizar el trabajo informativo. Para realizar un periodismo con perspectiva de género hay que considerar algunas de las formas excluyentes del lenguaje periodístico que hoy en día se utilizan. El sentido universal (como si todas las personas tuviéramos características iguales), el masculino plural para ambos sexos, hablar de las mujeres como una categoría aparte (se habla de grupo o sector cuando somos el 51 por ciento de la población), la designación asimétrica tanto en nombres y apellidos (la mujer de… para denominar a una mujer casada, mi mujer… como palabra sinónima de esposa) como en el tratamiento informativo (respecto al orden de las palabras el masculino suele preceder al femenino). “En periódicos y revistas siguen reflejándose tópicos y estereotipos sexistas y se aprecia la falta de dominio en los recursos de los que dispone el español, para que –sin violentar las normas gramaticales– se evite la ambigüedad de ciertos mensajes y se manifieste la presencia de las mujeres en el discurso informativo”, se explica en la Guía para un uso igualitario del lenguaje periodístico, publicada por la Diputación de Málaga en 2006. En el Manual Hacia la Construcción de un Periodismo no sexista” (CIMAC, 2009) se retoma la propuesta de este trabajo, donde las autoras conciben a la lengua como un producto social donde existe una estrecha conexión entre el sexismo lingüístico y el sexismo social. Se incurre en sexismo lingüístico, apuntan, cuando las palabras o estructuras empleadas degradan o invisibilizan a las personas por razón de su sexo. Y abunda en el tema señalando que, no obstante esta afirmación, la designación de sexismo lingüístico sólo es aplicable en aquellos casos en los que la
forma del mensaje resulta discriminatorio para uno de los sexos (normalmente el sexo discriminado ha sido el femenino) y cuando la discriminación se debe al contenido del mensaje, es decir a lo que se dice, se incurre en sexismo social. Con relación al sexismo lingüístico una de las cuestiones más polémicas proviene de la confusión entre sexo y género. La diferencia estriba en que, en la lengua española, el género es un rasgo gramatical inherente a determinadas palabras, mientras que el sexo es un rasgo biológico que poseen algunos seres vivos, por tanto aunque todos los sustantivos poseen género, no todos tienen como referencia extralingüística un ser animado hembra o macho. Históricamente la diferencia sexual se ha utilizado para justificar la subordinación femenina. Sin embargo, actualmente sabemos que aun cuando sobre la biología se ha construido el género, muchas de las reglamentaciones y prohibiciones que impone éste no se derivan de la biología sino que son construcciones sociales. ¿Cómo abordar entonces la diferencia entre mujeres y hombres en el uso del lenguaje y el discurso periodístico sin relegar la igualdad de derechos de todas y todos los seres humanos? Es aquí donde aparece la importancia del uso del contexto al estructurar la información (discurso periodístico) en los medios de comunicación. Un periodismo con perspectiva de género será aquel que busca no sólo hablar de las mujeres sino de la condición social que viven, por ejemplo. Para que realmente sea así es necesario que la o el periodista tome en cuenta no sólo las formas excluyentes del lenguaje periodístico, de las que ya hablamos anteriormente, como son el masculino genérico (hablar todo en masculino) y el salto semántico (empleo en determinadas frases, que reduce o elimina el papel de las mujeres en el lenguaje y en la sociedad). También deberá considerar la complejidad de los fenómenos que se presentan en la sociedad actual y que muestran una de las aportaciones más importantes del movimiento feminista al aplicar el concepto de género: la desigualdad que existe en la relación entre mujeres y hombres. Desigualdad que puede registrarse en el tratamiento de los temas en la información y que al no abordarse con profundidad y desde una perspectiva de derechos humanos se prestan al sensacionalismo,
el melodrama y el escándalo, es el caso de: aborto, salud sexual y reproductiva, prostitución, trata de personas, migración, violencia contra las mujeres, pobreza y crisis económica, desastres naturales, cambio climático, uso y aprovechamiento del agua, infancia y adolescencia, entre otros. Para tener otra mirada respecto a estos temas es fundamental incorporar el análisis que hacen las ciencias sociales (analizando lo que significa que existan estos fenómenos en la sociedad) y el feminismo (perspectiva de género) y, sobre todo, recuperar la voz de las personas que se encuentren directamente involucradas. En el caso de las mujeres se deben integrar elementos de contexto que permitan informar al público acerca de la condición social que viven. Otros elementos a tomar en cuenta son: cifras desglosadas por edad y sexo, el seguimiento del tema, la incorporación de otras fuentes que no sean las oficiales; revisar donde están las mujeres, qué lugar ocupan en la estructura y cómo les afectará una nueva decisión política; hacer transparentes los recursos económicos con los que operan los planes y programas de género. Por último, es importante señalar una tendencia en el discurso político, las políticas públicas y los medios de comunicación, en los que se habla de género como sinónimo de mujer y se presentan los casos sin contexto desde lo que el feminismo llama “la perspectiva aséptica de género” que suele traducirse en una débil oposición a las construcciones sociales jerarquizadas que origina la desigualdad (patriarcado) y ofrecen un limitado apoyo a las mujeres. Para desentrañar este fenómeno, usado a modo por los interese políticos de quien se trate, y no caer en el engaño en el momento de “reportear” la información e ir a las fuentes la o el periodista deben ir más allá y observar que: las mujeres y sus relaciones con los hombres no pasen inadvertidas; el tratamiento de los problemas no aparezca fragmentado, superficial, acotado en tiempos y recursos, sin conexión con los planteamientos globales, y la acción pública o civil no tenga pocas posibilidades de generar cambios y si muchas de mantener o acentuar los privilegios prevalencientes.
* Periodista mexicana, Coordinadora de Estrategias de Comunicación y Prensa en Comunicación e Información de la Mujer, AC (CIMAC), narradora oral, facilitadora de grupos, terapeuta con Enfoque Centrado en la Persona y Gestalt e instructora del Sistema Tao Curativo.
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Edición No. 17
LAS MUJERES
HAITIANAS
demandan participar en la
RECONSTRUCCIÓN DE SU PAÍS
8 Por: Redacción A Primera Plana Una coalición de mujeres que trabajan en comunidades en Haití y también a nivel internacional, demandan que las mujeres haitianas deben ser consultadas e incluidas en las evaluaciones de necesidades y daños y en el diseño, implementación, monitoreo y evaluación de todos los programas de ayuda y reconstrucción. “El financiamiento de organizaciones de mujeres de base es esencial para asegurar que los derechos de las mujeres sean respetados en las políticas públicas futuras y las mujeres desplazadas deben ser reconocidas como actoras clave” expresaron varias entidades que agrupan mujeres” expresa la coalición en una carta abierta a los donantes para la reconstrucción de Haití. El pasado 12 de enero la capital de Haití, Puerto Príncipe amaneció hecha escombros: un terremoto de 7.3 grados acabó con la vida de más de 250 mil personas, más de un millón de personas desplazadas y con cientos de edificios, desde el Palacio Nacional, hasta universidades, escuelas, hospitales destruidos. Entre las víctimas están tres pioneras, fundadoras de las luchas feministas en Haití: Ann Marie Coriolan, Miriam Merlet y Magali Marcelin. En su petición a los donadores internacionales, la coalición de expresa que como organizaciones comprometidas con el trabajo conjunto con las mujeres haitianas para asegurar su participación efectiva en la reconstrucción de Haití “ hacemos un llamado a los gobiernos donantes para que cumplan con normas internacionalmente reconocidas de derechos humanos de las mujeres en las futuras inversiones de ayuda y reconstrucción. Dicho enfoque basado en derechos humanos es mandatado por el derecho internacional y es crucial para que la reconstrucción de Haití sea hecha sobre bases más sostenibles, igualitarias y resilientes a los desastres”.
A continuación reproducimos el documento.
En las últimas semanas, oficiales del Gobierno de Haití y representantes de distintas instituciones han trabajado para elaborar una Evaluación de Necesidades Post-Desastre (PDNA, por sus siglas en inglés), que sirva como documento base para la reconstrucción de Haití. A pesar de que el PDNA comprende ocho temas: gobernabilidad, sectores productivos, sectores sociales, infraestructura, desarrollo territorial, medio ambiente y reducción de riesgo de desastres, el análisis económico y el sector transversal (incluyendo género, juventud, cultura, protección social, etc.), sólo uno (el sector transversal), trata de manera periférica las cuestiones de género. La participación y liderazgo pleno de las mujeres en todas las fases de la reconstrucción de Haití (según el mandato de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU y otras normas reconocidas internacionalmente) requiere que la perspectiva de género sea integrada en las discusiones y planeación en curso. La mayoría de las mujeres haitianas forman parte de comunidades de base cuyas voces y perspectivas son igualmente críticas de ser integradas en todos los aspectos del Plan Nacional de Acción para Haití. Las mujeres en Haití han sido impactadas desproporcionadamente por el terremoto, tanto debido a que enfrentan discriminación de género, la cual las expone a tasas más altas de pobreza y violencia; y debido a que son responsables de responder a las necesidades de las personas más vulnerables, incluyendo bebés, niñas y niños, las personas de la tercera edad y miles de personas con discapacidades recientemente adquiridas; debido a que los desastres amplían las desigualdades sociales ya existentes, se requiere de una perspectiva de género para evitar el desarrollo de políticas de recuperación que sin querer reproduzcan la discriminación contra las mujeres. Respetuosamente recordamos a los gobiernos donantes su obligación de asegurar que las políticas públicas sean no discriminatorias tanto en su intención como en sus resultados.
Edición No. 17 implementar medidas para proteger a las mujeres de la violencia sexual en todas las áreas de Haití, especialmente en la capital donde la situación de inseguridad es muy grave. Estas incluyen: acceso seguro a refugios temporales resistentes a las tormentas, alumbrado público adecuado y espacios seguros donde las mujeres puedan organizarse alrededor de sus necesidades básicas. Conforme se finalizan los planes de vivienda temporal y permanente y las políticas de titulación, la protección de los derechos de las mujeres a la tierra y a la vivienda –mediante el aseguramiento de la la ejecución de la seguridad de la tenencia de la propiedad de manera explícita. Los servicios de salud reproductiva deben ser garantizados y accesibles.
Para superar la discriminación y cumplir con sus roles como principales proveedoras de cuidado, expresa la carga, las mujeres haitianas requieren y tienen derecho a contar con una arquitectura política que afirme el amplio rango de sus derechos humanos, incluyendo sus derechos sociales y económicos. Entienden que el liderazgo de las mujeres y el trabajo de cuidado deberían ser reconocidos y apoyados por las políticas públicas, los mandatos programáticos y compromisos de recursos transparentes que permitan que las mujeres jueguen roles significativos, sostenidos y formales en todas las etapas del proceso de ayuda y reconstrucción. Aplaudimos las acciones de los gobiernos donantes para apoyar al pueblo haitiano en este tiempo de crisis, y presentamos los siguientes principios para ayudar a guiar a los gobiernos, organizaciones internacionales y otros actores en el apoyo a la protección y promoción de los derechos humanos de las mujeres en la reconstrucción de Haití. Respetuosamente recordamos a los donantes que los Principios Guía de la ONU sobre Desplazamiento Interno que llaman a que los gobiernos consulten con las mujeres haitianas y aseguren su participación en todas las decisiones que impactan en sus vidas. Consultas efectivas que permitan que las participantes puedan influir realmente en los resultados y que se centren en establecer iniciativas conjuntas formales con los grupos de mujeres haitianas (particularmente con los grupos de mujeres de base), que cuenten con el empoderamiento y los recursos para asumir un liderazgo público en el proceso de reconstrucción. La Conferencia de Donantes debe asegurar la participación y liderazgo efectivo de las mujeres haitianas en todas las etapas del Plan Nacional de Ayuda y Reconstrucción mediante la implementación de los Principios Guía de la ONU sobre Desplazamiento Interno: • Participación: Las mujeres haitianas han sido desproporcionadamente impactadas por la crisis y son claves en la recuperación del país. Por lo tanto, un número amplio y diverso de organizaciones de mujeres haitianas debe ser consultado e incluido en las evaluaciones de necesidades y daños y en el diseño, implementación, monitoreo y evaluación de todos los programas de ayuda y reconstrucción. El financiamiento de organizaciones de mujeres de base es esencial para asegurar que los derechos de las mujeres sean respetados en las políticas públicas futuras y las mujeres desplazadas deben ser reconocidas como actoras clave. • No-Discriminación: Dado que los asentamientos y arreglos de vivienda temporales probablemente permanecerán por algún tiempo, se debe
• Desarrollo de Capacidades: Proporcionar recursos y facilitar la asistencia técnica a organizaciones de mujeres para que reconstruyan y amplíen sus capacidades. Tales programas deberían responder a las necesidades identificadas por las organizaciones de mujeres mismas y ser implementados, según sea posible, por los grupos de mujeres de base y otros grupos de mujeres. Los programas de recuperación económica deben estar orientados a las mujeres que trabajan en el sector informal y que son jefas de familia, ofreciéndoles un amplio rango de capacitación, crédito y servicios de apoyo empresarial. • Transparencia y Rendición de Cuentas: Reformar los mecanismos de provisión de ayuda, respetando la soberanía de Haití, para fortalecer la gobernabilidad democrática y construir una economía nacional que refleje los derechos y prioridades de la mayoría de la población pobre haitiana. • Hacemos un llamado a los gobiernos donantes a afirmar los principios incluidos en este comunicado en la planeación de la ayuda y reconstrucción nacional de Haití, en todo el proceso del PDNA y más allá. • • • • •
AMARC WIN Equality Now Gender and Disaster Network Groots International Huairou Commission
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Lambi Fund of Haiti MADRE ORÉGAND Poto Mitan: Rebuilding Haiti Initiative
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Respuesta del UNFPA - República Dominicana a la crisis en Haití Previo al terremoto, Haití ya era uno de los lugares más peligrosos para una mujer embarazada, siendo el riesgo de muerte durante el parto de 1 en 47. Hoy en día, con las instalaciones de salud destruidas y una alta incidencia de lesión, trauma, desnutrición y enfermedad, esa proporción debe agravarse. Una de las más altas prioridades para el UNFPA es proteger las vidas de las madres y sus recién nacidos, asegurándose que puedan acceder a servicios de atención prenatal, parir de manera segura y obtener cuidado obstétrico de emergencia. Se estima que en la zona afectada por el terremoto de Haití, hay unas 63,000 mujeres embarazadas, 7000 de las cuales van a parir durante el próximo mes.
La Colectiva Mujer y Salud de la República Dominicana y otras organizaciones sin fines de lucro de la mujer, han establecido, con el apoyo del UNFPA, campamentos médicos (hasta ahora 2 funcionando) con cuarenta proveedores de salud permanentes, con rotación cada dos o tres días.
En este contecto, desde el terremoto, el UNFPA está participando activamente en los mecanismos de coordinación de la asistencia/ ayuda y es la Agencia del Sistema de las Naciones Unidas que tiene la responsabilidad del tema “violencia de género y atención a las necesidades de las mujeres”. El UNFPA asignó más de un millón de dólares para el uso inmediato en la respuesta a la emergencia.
El UNFPA ha enviado a República Dominicana y Haití expertos en las áreas de Salud Reproductiva y Violencia Basada en Género para que se asegure de que las necesidades específicas de las mujeres no pasen desapercibidas.
En total, el UNFPA ha entregado una gran cantidad de insumos para servicios de reproductivos que satisfagan las necesidades de un millón y medio de mujeres afectadas por el terremoto en Haití. La oficina del UNFPA en República Dominicana ha iniciado la distribución de 33,000 kits de dignidad que incluyen toallas sanitarias, jabón anti-bacterial, cubeta, toalla, sábanas y otros artículos de higiene que permiten a las mujeres vivir con dignidad en el contexto de estas terribles circunstancias.
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Insumos y equipos médicos fueron solicitados por SESPAS y enviados de emergencia por el UNFPA a hospitales de la zona fronteriza, Jimaní principalmente. Entre estos insumos se incluyen: antibióticos, anti hipertensivos, antimicóticos, equipos para cirugía menor, material de osteosíntesis, equipos médicos para atención a mujeres embarazadas, y atención al parto y post parto.
Al mismo tiempo, esta Agencia está participando activamente en el proceso de solicitud de fondos de emergencia, a través del cual se espera recibir unos 4.5 millones de dólares para cubrir la programación de seis meses, en las áreas de Salud Sexual y Reproductiva (SSR) y protección de poblaciones vulnerables.
Está trabajando también con sus socios en las provincias de la frontera, para prevenir en ambos lados de la frontera la explotación y el abuso a mujeres y niños, que ha aumentado con la caída de los mecanismos de seguridad de Haití. Se proveerán kits postviolación e información sobre mecanismos de denuncia para mujeres y niñas abusadas en los centros de salud, para asegurar espacios seguros para mujeres. El UNFPA estableció una base de operación en Jimaní, con capacidad para 16 personas, y está estableciendo una oficina en Santo Domingo, para coordinar el apoyo internacional a la crisis de Haití. 75 miembros del personal del Ministerio de Salud de RD han sido trasportados de ida y vuelta a la frontera, varias veces, para ofrecer atención en los hospitales y centros de salud donde hay personas afectadas. Además, voluntarios, médicos y enfermeras, del Circle of Health, y otras ONGs internacionales, socios del UNFPA, han sido enviados a Puerto Príncipe, para colaborar en la respuesta humanitaria.
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El día en que LA MUERTE ENTRÓ IMPÚDICA en nuestras casas
Por: Edith Febles Habían pasado 48 horas. Y Puerto Príncipe hedía a muerte. 48 horas del catastrófico terremoto que convirtió el todo en nada, en apenas unos segundos. Los heridos se agolpaban en las aceras. Las mujeres protegían a los menores. Las adolescentes intentaban cocinar un poco de arroz en fogones improvisados en los parques. Para entonces los cadáveres que proliferaban en cada rincón estaban cubiertos. Y el pueblo estaba en la calle, caminando, caminando. Aquella no era la imagen que vi a través de la televisión captadas el día anterior. Un obrero haitiano de 35 años, de los que vivió cuatro en República Dominicana, me explicó la razón: no nos gusta que nuestros muertos salgan desnudos en la televisión y anoche conseguimos ropas. Los cuerpos inertes estaban cubiertos con mantas, con pedazos de toallas, con sábanas. Pedazos de tela, pedazos de dignidad. La desnudez es para el diccionario sinónimo de escasez. Allí escaseaba todo. El alimento, el agua, el techo. Pero los pedazos de tela fueron priorizados para cubrir la dignidad de sus muertos. Con sus muertes también quedaron desnudas las miserias, con sus fosas comunes, con la falta de medios. Pero hubo en Haití quien luchó para atesorar el mínimo de intimidad del ser humano. Asumir que tuviesen tiempo de pensar en ello es motivo de reflexión. Con las casas en el suelo el descampado fue su hogar. Pero no de cualquier manera. Recuerdo aquella mujer de unos 50 años. Levantó la mano con gesto de incomodidad y dijo: “por favor no grabar”. Estaba subida en la cama de una camioneta, apretujada junto a otros vecinos o parientes; empeñada en atender a una chica que yacía herida. Y ante un mandato tan seguro, el camarógrafo impresionado bajó su lente. Ella se perdió entre la multitud con una mirada de alivio. Y aquella otra que se bañaba en la fuente ubicada frente al Palacio presidencial. El símbolo del poder en el suelo. Los ciudadanos carentes
bordeando sus entornos. Los niños persiguiendo una camioneta con escasa agua. Y aquella mujer bañándose. Estaba absorta, ajena, entregada al ir y venir del agua en jarra. Y fue un conciudadano el que intervino con ese castellano que tiene impreso el creole: “no tiene derecho, no grabe”. Encontramos gente dicharachera, gente para la que hablar era un ejercicio terapéutico. Contando los miembros de su familia muertos, narrando el impacto que le produjo la tragedia, reviviendo el momento, el momento clave, el momento en que la tierra negó la firmeza a sus cuerpos, alteró su gravedad, zarandeó sus casas. Pero esos casos de gente que decía no, por favor, no grabe, me hicieron sentir intrusa. Y sé que son imágenes como esas las que conmovieron al mundo. Vivimos en un mundo que sabe desde hace tiempo que es Haití el más pobre de los países de América Latina, que muchos de sus niños nacen con tétanos, que enfermedades erradicadas en la mayor parte del mundo merman la población, que abunda el SIDA, que falta pan, que escasea el agua, que las oportunidades son pocas. Pero aprendimos a vivir con las cifras, a tolerar las injusticias, a perpetuar el sinsentido. Y ante el rostro de la muerte reaccionamos. Es muerte que llegó para reclamarnos, obligarnos y cuestionarnos. No es el periodismo oficio de buitres que aguardan pacientes el cadáver a devorar. Pero me pregunto ¿será que nuestro mundo lo es?, ¿por qué esperar que la muerte arrope? ¿Por qué permitirle a la muerte que impúdicamente asalte nuestras casas a través de la televisión para movernos? ¿Será que en la muerte ajena entrando en nuestras casas vemos la propia? ¿Por qué se reúne el mundo ahora? ¿Por qué se propone ayudar? ¿Es por los muertos de Haití o por la conciencia muerta? ¿Qué madera nos constituye como humanidad? ¿Qué nos mueve? ¿Qué nos pasa? ¿Será que la muerte es nuestro impulso? ¿Será que la vida no nos basta? ¿Por qué todos corren a Haití cuando la muerte se posó triunfante? Y fue Haití y el descalabro tema incluso de programas ligeros que a las malas noticias huye y a las malas políticas ignora. ¿Por qué?
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El difícil arte
DE SER MUJER Fuera de concurso, en Cannes, una de las películas de mayor éxito en tan renombrado festival francés fue “Ágora”, dirigida por el español Alejandro Amenábar. Su estrella es la inglesa Rachel Weiz, premiada con el Oscar 2006 como mejor actriz de reparto por su trabajo en “El jardinero fiel”, dirigida por el brasileño Fernando Meirelles.
Por: Frei Betto * Tomado de Adital ** En “Ágora” ella interpreta a Hipatia, única mujer de la Antigüedad que destacó como científica. Astrónoma, física, matemática y filósofa, Hipatia nació el año 370, en Alejandría. Fue la última gran científica de renombre que trabajó en la legendaria biblioteca de aquella ciudad egipcia. A los 30 años ocupó, en la Academia de Atenas, la silla de Plotino. Escribió tratados sobre Euclides y Ptolomeo, realizó un mapa de los cuerpos celestes y parece que había inventado nuevos modelos de astrolabio, planisferio e hidrómetro.
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Neoplatónica, Hipatia defendía la libertad de religión y de pensamiento. Creía que el Universo era regido por leyes matemáticas. Tales ideas suscitaron las iras de los fundamentalistas cristianos que, en plena decadencia del Imperio Romano, luchaban por conquistar la hegemonía cultural. El año 415, instigados por Cirilo, obispo de Alejandría, algunos fanáticos arrestaron a Hipatia en una iglesia, la maltrataron con trozos de cerámica y conchas y, después de asesinarla, arrojaron el cuerpo a una hoguera. Su muerte paralizó durante mil años el avance de la matemática occidental. Cirilo fue canonizado por Roma. La película de Amenábar resulta oportuna en este momento en que el fanatismo religioso se está poniendo de moda por esos mundos de Dios. Pero toca también otro tema más profundo: la opresión contra la mujer. Hoy esta opresión se manifiesta de maneras tan sofisticadas que llegan a convencer a las mismas mujeres de que ése es el camino verdadero de la liberación femenina. En la sociedad capitalista, donde impera el lucro por encima de todos los valores, el patrón machista de cultura asocia erotismo y mercancía. El atractivo es la imagen estereotipada de la mujer. Su autoestima es desplazada hacia el sentirse deseada; su cuerpo es violentamente modelado según patrones consumistas de belleza; sus atributos físicos se vuelven omnipresentes. Donde hay ofertas de productos -televisión, revistas, periódicos, folletos, propaganda en vehículos, y toda la parafernalia de las telenovelas- lo que se mira es una profusión de senos, nalgas, labios, piernas, etc. Es como una carnicería virtual. Hipatia fue castrada en su inteligencia, en sus talentos y valores subjetivos, y ahora es escarnecida por las conveniencias del mercado. Es sutilmente manipulada en su ansia de alcanzar la perfección. Según la ironía de Ciranda da bailarina, de Edu Lobo y Chico Buarque, “Si nos fijamos bien /
Si lo atractivo es lo que se ve, ¿por qué espantarse de saber que la media actual de durabilidad conyugal en el Brasil es de siete años? ¿Cómo exigir que los hombres se interesen por las mujeres que carecen de atributos físicos o cuando ya son vencidas por la edad? Es lástima que aún no se haya inventado botox para el alma. Ni cirugía plástica para la subjetividad.
todo mundo tiene acné / marca de apendicitis o vacuna / y tiene lombrices, tiene amebas, / sólo la bailarina no lo tiene”. Si lo tuviera sería rechazada por los patrones machistas por ser gorda, vieja, sin atributos físicos que la hagan deseable. Si abre la boca debe hablar de emociones, nunca de valores; de fantasías, no de la realidad; de la vida privada, no de la pública (política). Y debe aceptar placenteramente ser reducida a la irracionalidad analógica: “gata”, “vaca”, “avión”, “calabaza”, etc. Para evitar ser repudiada, ahora Hipatia debe controlar su peso a costa de enormes sacrificios (¡qué bueno sería destinar a los hambrientos lo que deja de comer!), cambiar el vestuario lo más frecuentemente posible, someterse a la cirugía plástica por mera cuestión de vanidad (¡y pensar que esta especialidad de la medicina fue creada para corregir anomalías físicas y no para dedicarse a caprichos estéticos!). Toda mujer sabe que, mejor que ser atrayente, es ser amada. Pero el amor es un valor anticapitalista. Supone solidaridad, no competitividad; compartimiento, no acumulación; donación, no posesión. Y el machismo impregnado en esta cultura volcada hacia el consumismo teme la alteridad femenina. Resulta mejor fomentar la mujer-objeto (de consumo). En la guerra de los sexos, históricamente es el hombre quien señala el lugar de la mujer. Él tiene la posesión de los bienes (patrimonio); y a ella le toca el cuidado de la casa (matrimonio). Y está claro que ella va incluida entre los bienes... Véase la costumbre tradicional, en el casamiento, de añadir el apellido del marido al nombre de la mujer. En el Brasil colonial se decía que a la mujer del dueño de esclavos le estaba permitido salir sólo tres veces de casa: para ser bautizada, casada y enterrada... Todavía hoy, la Hipatia interesada en matemática y filosofía es, como mínimo, una amenaza para los hombres que no quieren compartir sino dominar. Pues ellos están repletos de voluntades y parcos de inteligencia, aunque sean cultos.
Carlos Alberto Libânio Christo (más conocido como Frei Betto) —nacido el 25 de agosto de 1944 en Belo Horizonte (Minas Gerais)— es un fraile dominico brasileño, teólogo de la liberación. Es autor de más de 50 libros de diversos géneros literarios y de tema religioso. Agencia de noticias de inspiración cristiana para América Latina y el Caribe
Hipatia Se considera la primera mujer matemática según la historia escrita nacida cerca del año 370 después de Cristo Hija de un profesor de matemática quien queria crear un ser humano perfecto; Hipatia fue su resultado. La adiestró tanto fisica como mentalmente. En la escuela de Atenas se convirtió en maestra y se hizo muy popular como matemática Escribió varios documentos, entre ellos, Sobre el Conon Astronomico de Diafanto donde se habla de ecuaciones de primero y segundo grado. Creó el astrolabio y la esferaplana. Inventó un aparato para agua destilada, uno para medir el nivel del agua y uno para determinar la gravedad específica de los líquidos. A esto se le llamó mas tarde un aerómetro o hidroscopio. Nunca se casó y Cyril la mandó a matar en el año 415 después de Cristo mientras era patriarca de Alejandria porque creía que iba a ser mejor servido si sacrificaba a una mujer virgen.
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PALABRA DE ANTÍGONA:
Las tres K en Mexico La persecución y el odio contra una parte de la humanidad, sólo por el hecho de ser diferentes de quienes enarbolaron como un sistema de vida el autoritarismo, la dominación y la discriminación, es decir, el nazi-fascismo, autor de las mayores crueldades que nos hubiéramos podido imaginar, parece está de vuelta.
Por: Sara Lovera Mi generación conoció buena parte de esa tremenda experiencia, a través de la difusión en libros, el cine y hasta en carteles propagandísticos. Las películas de la Segunda Guerra Mundial nos hicieron tomar conciencia de cómo un ser humano puede odiar a tal grado a otro ser humano, sólo por profesar religión e ideas distintas a su campo de control y sus intereses. Probablemente no a sus creencias. Lo grave es que rápidamente esa enseñanza sobre la crueldad consciente se topó con las realidades de los militarismos y los crímenes, éstos ejecutados por los jefes de las dictaduras militares de Argentina, Chile, Uruguay y el conservadurismo “democrático” de otra decena de países. Nada más aleccionador y tremendo que los descuartizamientos en Guatemala, hace poco más de 20 años y los crímenes arteros que aún no cesan ahí y en otros escenarios. Sólo el feminicidio cotidiano nos estremece. Recordando cómo estas dictaduras trataron a las mujeres, puedo identificar las acciones de políticas que se piensan democráticas o comunes que ya se llevan a cabo o que se proponen en nuestro entorno. Hace unos días se publicó en los diarios capitalinos que en la Asamblea de Representantes del Distrito Federal se prepara una iniciativa elaborada por la fracción del gobernante Partido Acción Nacional (PAN), para crear la ley de fomento a la Maternidad, considerando a ésta como una institución de orden público. El argumento de la coordinadora panista, Mariana Gómez del Campo, es contundente, se trata de “proteger la maternidad” y garantizar a las mujeres beneficios médicos y asistenciales desde el momento en que empiece el embarazo. A las madres, dijo en rueda de prensa, debe benefíciaseles en todo, incluso con servicio de transporte, sobre todo cuando nazcan sus hijos. Porque se necesita en la ciudad de México un ordenamiento legal que “proteja a la familia”, agregó. A la legisladora del PAN, Gómez del Campo se le califica de arribista, cuyo único interés es el poder. Pero ella sabe más de los hilos culturales que mantienen dominadas a las mujeres, es la autora de las encuestas fallidas contra el aborto legal, además de ser la vocera y jefa panista en el Distrito Federal. Todo un caso. No sé, pero esta iniciativa me animó a escribir este texto. Me recordó al nazi-fascismo encabezado entre 1933 a 1945 por el Partido Nacionalista Obrero Alemán (NSDPA, por sus siglas en alemán) que enarbolaba el control de las mujeres bajo la trilogía de las tres “K”: Kinder, Küche, Kirche. (Niños, Cocina e Iglesia). Las tres K en definitiva fueron la visión pragmática para el control de las mujeres durante el poder nazi, quizá por esta inspiración en todas las dictaduras recientes y antiguas, apenas se toma el poder se prohíbe cualquier posibilidad de control natal, aborto legal, libertades e igualdades entre hombres y mujeres.
Aunque debemos reconocer el arraigo mexicano acerca de la maternidad como eje de la familia tradicional, desde la visión virginal de las mujeres y sin ápice de voluntad y decisiones propias, pensar en definir la maternidad como una institución de orden público, además de enviarnos a las tragedias griegas de Edipo (profundamente estudiadas por Segismundo Freud), nos remite a la tentación autoritaria de exaltar a la maternidad como destino único e indivisible para las mujeres. Detrás, está la urgencia económica, porque sujetas a la cocina y envueltas en la visión mística de la religiosidad y no de la trasgresión, las mujeres han podido detener el desastre de la crisis capitalista actual. Por sus hijos son –las mujeres- capaces de detener al mundo. Se trata de ir a fondo en la estrategia panista de dar al traste con el aborto legal -por violación, peligro de vida de la madre, malformaciones congénitas y otras excepciones recogidas en nuestras leyes-; se trata de cimbrar a la ciudad de México, de buscar a fondo el sentimiento guadalupano –bien respetable- de nuestra idiosincrasia. La propuesta de la panista, me recordó un escándalo sucedido en España en 2007, cuando se dio difusión a la periodista Eva Herman Echan en su campaña antifeminista ligada a relativizar los efectos del nazismo y sus campos de exterminio. Eva Herman Echan, famosa conductora de TV encendió la polémica cuando criticó al feminismo promoviendo la idea de que “la mujer debe estar en la casa”, al considerar que la mujer feliz y de familia esta por encima de la vida laboral. Herman sugería en una entrevista al diario Bild am Sonntag que en el Tercer Reich “hubo cosas muy malas, por ejemplo Hitler”, pero que también puede hallarse alguna buena, “como por ejemplo el aprecio y valoración de la figura de la madre”. Al hablar en televisión, esta mujer autora de uno de los libros más vendidos de Alemania, Das Eva-Prinzip. Für eine neue Weiblichkeit (El principio de Eva. Por una nueva femineidad) alcanzó un rating récord (2,65 millones de espectadores, 18,1 por ciento). En septiembre de 2007, Eva Herman, defendió los valores familiares que durante el Nacionalsocialismo fueron instrumentalizados y utilizados con fines políticos y sociales, en la presentación de su segundo libro Das Prinzip Arche Noah. Warum wir die Familie retten müssen (El principio del Arca de Noé. Por qué tenemos que salvar la familia). Estos principios hablan sobre el amor, la familia y los niños, como si tuviéramos que admitir que los padres no existen y que los niños y las niñas sólo dependen de las madres. Fuente: Mujeres.net
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Hombres ABANDONADOS Por: Lydia Cacho Una pareja se detiene en la carretera del sureste, escucha ruidos y al acercarse a la selva baja ve lo que parece una persona herida. Llaman a la Cruz Roja y se rescata a un hombre de 70 años sucio, enfermo y plagado de garrapatas. La senilidad le impide recordar desde cuando fue abandonado por su hijo. Había sido llevado a la selva para que muriera en ella, a falta de recursos o ganas de tolerarlo. Terminó en un hospicio manejado por monjas. Hasta la década de los setenta México mantenía la cultura de las familias amplias integradas en que abuelas y abuelos participaban, eran cuidados y respetados por hijas e hijos. Sin embargo los patrones culturales han cambiado y ahora millones de familias abandonan o maltratan a las y los ancianos. En nuestro país existen siete millones de personas con más de 60 años de edad (7% de la población total). Cierto que disminuyó la tasa de natalidad y aumentó la esperanza de vida, que actualmente es de 72 años, pero hay diversos factores de los que nadie habla respecto a las personas adultas mayores. Tres de cada cuatro ancianos abandonados en las calles u hospitales son varones. Quizá porque las ancianas, que aún cocinan y cuidan nietos, son más útiles que los viejos para la familia. En algunos casos la soledad en la vejez es el precio a pagar por los hombres que decidieron “ir por cigarros” y no volver. En otros hay evidencias de que fueron padres maltratadores, abusadores sexuales o alcohólicos. Conforme la sociedad revela y desprecia esas iniquidades, la gente se atreve a tomar distancia de los abusadores. Hace dos décadas a los patriarcas se les perdonaba y aguantaba todo y el maltrato se consideraba un asunto privado en el que ni ley ni Estado intervenían. Igualmente algunas de las ancianas abandonadas fueron madres crueles y maltratadoras cuyas hijas e hijos, nacidos en los sesentas, huyeron de casa para no volver. El 80% de quienes cuidan a las personas adultas mayores son esposas, hijas o nietas. No existe una cultura de participación
masculina en lo doméstico, ni en cuidado de los otros. Sólo 3 de cada 10 adultos mayores que trabajan tienen un salario. No hay una preparación para la vejez; encima la depresión después de la jubilación es una enfermedad de proporciones epidémicas. El desprecio a las personas adultas mayores no se da en la pobreza únicamente; los países con más altos índices de malos tratos perpetrados por familiares y cuidadoras son Australia, Canadá, Estados Unidos, Inglaterra y España. Las familias más conservadoras, ricas y religiosas abandonan a sus ancianos en asilos. No es un asunto de conservadurismo o familia tradicional, sino un cambio amplio de patrones socioculturales. Aquí se revelan las consecuencias del abandono y la violencia familiar. Además, en la medida en que la cultura centra su adoración por la juventud y el individualismo superfluo, se olvida del potencial educativo y participativo de las y los ancianos. Para el 2025 habrán 17 millones de personas mexicanas con más de 60 años; para el 2050 serán 1 de cada 4. Lo más probable es que, para entonces, usted sea una de ellas. ¿Qué trato espera recibir? ¿No le gustaría vivir una vejez digna y participativa?
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Sexting y la PERSECUCIÓN POLICIACA Por: Lydia Cacho
Un niño de once años se fotografía los genitales con su teléfono móvil y envía esa imagen a tres niñas de su edad. Una de ellas imita al niño y se fotografía. La historia circula en el colegio, llega hasta la asociación de padres de familia y eventualmente a la policía. La directora y algunas madres exigen castigo. El pobre niño y sus amigas se ven sumergidos en una vorágine de interrogatorios al más puro estilo judicial. Una profesora se pregunta si eso puede considerarse pornografía infantil y una “especialista” del DIF dice que sí. Más allá del aberrante absurdo y de la galopante ignorancia de supuestos especialistas en pornografía infantil, resulta urgente hacer una parada de emergencia en el tema. Las y los niños desarrollan una curiosidad absolutamente natural por descubrir la sexualidad, su cuerpo y sus reacciones eróticas. Lo hacen de manera sana y progresiva, a solas y con otros niños o niñas en quienes confían. Todos y todas los hicimos (habrá quienes lo admitan y quienes lo oculten). La única diferencia es que hoy en día la infancia cuenta con recursos diferentes a los que teníamos hace décadas. Esta corriente internacional de pánico moral respecto a la sexualidad infantil y el sexting, sólo logra confundir, afectar y hacer más vulnerables a nuestros hijos e hijas.
Así como en los sesenta se les dijo a nuestras madres que si ellas no nos hablaban de sexo alguien más lo haría, y si no explicaban el SIDA sus hijos les darían malas noticias, a nuestra generación le toca asumir que hay una gran responsabilidad para aprender y enseñar a utilizar la tecnología responsablemente. Ellos pueden enseñarnos a twitear, ellas a abrir facebook, pero no podemos abdicar a la responsabilidad de hablar, además de sexualidad, sobre los peligros de abrir nuestra intimidad a cualquiera. Ponerles reglas claras y precisas con horarios para ver televisión, para utilizar los celulares y para navegar internet es una tarea adulta; debemos navegar a su lado para entender cómo y qué buscan. Hay páginas de sexualidad educativas y otras de pornografía que pueden confundirles o reclutarles. Hay que poner filtros de contenidos, comprarles celulares sólo con empresas que tengan filtros para infantes (y explicarles por qué los tienen). Enseñarles a establecer barreras de privacidad e intimidad, tanto personal como cibernética, resulta fundamental para su formación. El sexo está allá afuera, híper expuesto y trivializado, el problema no es que exista, el reto consiste en que les demos herramientas y poder a niñas y niños para aprender sobre él sanamente, para poner sus propios límites. Lo mismo aplica para toda la información que suben a la red, que puede ser tomada por secuestradores o abusadores. Nada sustituye una buena educación. Castigar, perseguir, satanizar y humillar a niñas y niños por nuestra incapacidad para prepararnos y prepararles, además de ser absurdo implica una gran irresponsabilidad parental. Fuente: El Universal.com
Edición No. 17
La lección de HILMA CONTRERAS
A propósito del año del centenario del nacimiento de Hilma Contreras (San Francisco de Macorís, 8 de diciembre de 1910-San Francisco de Macorís 15 de enero de 2006), A Primera Plana publica un artículo que escribió Carmen Imbert-Brugal y publicado en la Revista Rumbo, Año VIII, No. 423, de fecha 11 de marzo del 2002, año en que Contreras ganó el Premio Nacional de Literatura.
Por: Carmen Imbert Brugal
Esta sociedad se subvierte con un desnudo del Pachá o con la estruendosa consigna de un político desfachatado que promueve su candidatura al compás de “ toy encendío”. La ontología dominicana debate las propiedades del concón y el pichirrí. Hemos perdido la intuición para detectar lo exquisito, para los reclamos éticos y estéticos. Estamos inutilizados para saldar deudas legendarias que signan nuestras miserias y mezquindades, nuestros miedos, ese aldeanismo hipócrita y contemporizador que prefiere un mundo maniqueo, para continuar tranquilos y no pensar, no decidir. La percepción está agotada, bailamos una bachata interminable y quien no se suma al ritmo perece o simplemente se olvida. El Premio Nacional de Literatura concedido a Hilma Contreras, cuando es reclamada por la eternidad, es una prueba al canto. Desesperados, los que han decidido famas, los que han pautado quién debe ocupar un lugar en el parnaso y quién no, hacen jaculatorias públicas y buscan el discurso de aquella que les golpea con su vida y triunfó con su obra hace tiempo, sin necesidad de complacer, de transar, de agradar. Sin convocar veladas para escuchar delirantes egos despotricar contra las hembras irredentas, que se atreven a pensar sin pedir licencia, sin tener que soportar las narraciones mitómanas de los oficiantes de esas capillas literarias que precisan peaje para que un escritor figure en antologías afectuosas y coyunturales. Déjenla quieta. No quieran convertir en ternura lo que fue desprecio a una denuncia constante y solitaria. Deténganse ante la realidad que prejuicios y comodidades, glorias con la densidad del confeti, no pueden comprender ni enfrentar y prefirieron ocultar. Es inútil el descrédito porque la edad lo impide, cualquier incriminación infamante sería leyenda. Ya no vale el estigma, lo tienen reservado para las que todavía hablan, viven y contradicen, molestan y no tienen la llave de la inmortalidad, sobreviven, en esta tierra, donde para mujeres como Hilma,
la vida es una derrota larga, como proclamara Jeannette Miller, en la ceremonia de premiación. Ahora se conocerá su obra, qué bueno, excelente!. Estudiarán su estilo, evaluarán su depurada técnica narrativa, querrán transitar por su mundo de amarguras e irreverencia. Permanecerá, pero nadie quiso intervenir su silencio y no fue por respeto, qué va!, fue por pánico a la verdad. La historia de las escritoras ha sido esencialmente trágica. Vicios y soledad, locura y suicidio, transacciones, que es lo peor. Queremos escritoras que tomen té y nos muestren sus triunfos domésticos. Por eso no tenemos Yourcernar y las Anais Nin sirven si en lugar de ideas nos ofrecen placer. Hilma adoptó esa variante del suicidio que es el silencio. Ojalá no lo rompa, no lo merecemos. Nunca habló, ni para evitar “los pasos torcidos que pudo dar”. Se espantaron, porque actuó “de acuerdo con su propio pensamiento”- como dice el personaje de su cuento Simplón-. La despedida de Alfonsina Storni inspiró unas estrofas que repetimos convertidas en canción: bájame la lámpara un poco más, déjame que duerma, nodriza en paz y si llama él, no le digas que estoy, di que me he ido. Ella se fue y no hubo quién se atreviera a preguntarle por qué. Ahora no procede. Quieren una palabra exculpatoria, no la dirá, ha sido iconoclasta y la vejez cambia el rostro pero las convicciones no, sobre todo si ha costado tanto vivir de acuerdo con ellas. Que sea Ilonka Nacidit Perdomo, réproba y criticada, la que nos cuente. Quizás le creamos, quizás, porque la frivolidad patética que nos circunda pretende convertir en Virgen de la Altagracia a mujeres que jamás se cobijaron bajo su manto y lo hicieron, cuando la audacia no provocaba la diversión de cofradías que se arrogan la facultad para decidir lo que es escándalo y pecado, basura o literatura, lo que se imprime para el mercado o para agonizar en un anaquel polvoriento. Hilma nos ha dado una lección. ¿ Aprenderemos?
RED DOMINICANA DE PERIODISTAS se reúne con
representantes de la UASD y el Ministerio de la Mujer Por: Isaura Cotes Con miras a explorar posibles estrategias y acciones conjuntas para la promoción de la equidad y la igualdad de género en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la Red Dominicana de Periodistas con Perspectiva de Género sostuvo un primer encuentro con representantes de esa casa de estudios y del Ministerio de la Mujer. En la reunión se reconoció la relación entre el lenguaje -en tanto expresión del pensamientoy la forma como los seres humanos conciben el mundo y establecen relaciones. En particular, se ponderó la importancia de la comunicación en todo proceso de desarrollo y cómo la construcción de la verdadera democracia requiere, a su vez, de formas de comunicación democráticas, incluyentes, no discriminatorias. En el encuentro se estableció distancia de las interpretaciones que suelen reducir la dimensión de género en la comunicación al simple uso del “las” y “los”, pero a la vez defendió la justeza de su uso, ya que permite visibilizar la presencia de las mujeres al estructurar cualquier mensaje, ejercicio en el cual la Academia, como espacio privilegiado de construcción de conocimiento, tiene una enorme responsabilidad. En este sentido, se enfatizó la impostergable tarea de trabajar la equidad e igualdad de género directamente con el profesorado, de manera que se logre “penetrar en la estructura medular de la docencia, incluyendo los contenidos, la currícula, los programas y los objetivos transversales”. En éstos están actualmente ausentes, pese a su gran impacto en la sociedad, problemáticas como violencia contra las mujeres e intrafamiliar, -entre otras- aun en carreras como Medicina, Trabajo Social, Orientación, Psicología, Sociología y Comunicación. Otro elemento central que ocupó la discusión del colectivo, que se reunió en la sala de reuniones de la Escuela de Comunicación Social de la universidad estatal, lo constituyó la necesidad de desarrollar procesos de mediano y largo plazo en áreas y actores clave que permitan un verdadero impacto de las acciones, superando así el cortoplacismo y la realización de acciones aisladas que muchas veces ha caracterizado un sinnúmero de esfuerzos realizados. Tanto las personas representantes de la Red de Periodistas como de la UASD y del Ministerio de la Mujer coincidieron en su determinación y compromiso con la promoción de relaciones equitativas e igualitarias entre mujeres y hombres, como requisito fundamental para un verdadero desarrollo humano y en entender la
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LACTANCIA alimento del amor
Éste es uno de los Países del mundo en que menos tiempo se da el seno. La leche materna posee todos los nutrientes que necesitan un bebé hasta los seis meses. Además, lo inmuniza. Lactar es saludable para la madre y contribuye a la economía familiar.
Por: María Isabel Soldevila Brea
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Patricia Cruz Cornelio está convencida de que ofrecer sus pechos sin restricción a su bebé le salvó la vida. Primeriza y llena de ilusiones, recibió el golpe de un diagnóstico atemorizante: su bebé padecía de laringomalacia, espasmos pilóricos, reflujo gastroesofágico y apnea del sueño. En otras palabras, no retenía alimento alguno y casi no podía dormir. Patricia Cruz Cornelio no anda despistada. Según informes de Unicef y la Organización Mundial de la Salud (OMS) al menos seis millones de vidas de bebés se salvan gracias a la lactancia materna. En nuestro país, el 95% de las madres da el seno alguna vez, pero apenas ocho de cada 100 llega a los seis meses sin incorporar otros alimentos, muy por debajo del promedio de la región, que es de 39%. La lactancia es un asunto de Estado
En un círculo de sillas plásticas blancas, una veintena de madres, con el seno al aire, se desahoga. Cada primer lunes de mes, las convoca un tema común: sus vicisitudes, sus triunfos, sus dudas ante la lactancia. Pertenecen al capítulo dominicano de la Liga de la Leche, una organización internacional fundada en Chicago, Estados Unidos, en 1956 y de los pocos grupos de apoyo a las madres lactantes presentes en el país. Yanet Olivares, con una muñeca en un brazo y un seno de tela en la mano contraria, trata de explicar a las primerizas de pezones agrietados cómo colocar correctamente a sus bebés para que puedan mamar sin hacerles daño. El dolor constituye una de las causas para abandonar la lactancia, pero ni de cerca la más importante. Presiones familiares, desinformación, introducción de biberones, chupetes y otras sustancias como sueros por parte del personal de salud se suman
al bombardeo de la industria de las fórmulas mal llamadas “maternizadas”. El incumplimiento de la ley 8-95 que declara como prioridad nacional la promoción y fomento de la lactancia materna por parte de todos los sectores, incluido el laboral, ha hecho que la incidencia de lactancia exclusiva hasta los seis meses en el país sea una de las más bajas del mundo, apenas un 7.8%. Savina Rey, ejecutiva de una empresa multinacional, ha luchado por lactar a su hija de cuatro meses y medio.
existen denuncias de fomento de la alimentación artificial en esos centros, además del suministro de leche dentro de la clínica y de cotización dentro de los planes de pago de las ARS. El presidente de la Asociación Nacional de Clínicas Privadas, el pediatra Rafael Mena, no lo niega, pero subraya que no es en las clínicas -donde se atiende el 15% de la población- donde se radica el problema. Mena y el presidente de la Sociedad Dominicana de Pediatría, José Brea, coinciden en que es responsabilidad del Estado lograr que más dominicanas lacten a sus bebés.
“La introducción temprana del biberón, el empezar a trabajar a los tres meses es muy pronto, el stress del trabajo, el extraerte mientras estás lejos de tu bebé cada dos o tres horas... es un nuevo estilo de vida en el que ¡tienes que quedar bien en todo!”.
Un problema de Estado
Aunque las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, de Unicef y de las sociedades pediátricas de todo el mundo apuntan hacia la lactancia como la vía más sana para alimentar a los bebés, las madres entrevistadas coinciden en que figuras de autoridad o de importancia en sus vidas -madres, suegras, esposos, pediatras, ginecólogos, enfermeras y centros de saludincidieron en su decisión de “complementar” con fórmulas u otros alimentos.
La Iniciativa Mundial sobre tendencias de la Lactancia Materna, de la Organización Mundial de la Salud lo corrobora: en su último diagnóstico indica que en el país no existe oficialmente una política de lactancia y nos da 58.5 puntos del tope de 150.
“Al dar a luz no tenía ni idea de cómo lactar. Me entregaron a la bebé a las 10 horas y de una vez se pegó y yo vi el calostro, pero la beba pedía más y le dimos la fórmula que la misma clínica nos trajo con la beba a la habitación”, cuenta una madres que pidió reservas de su nombre. El reglamento de la ley 8- 95 establece en su artículo 4, que los directores de las instituciones de salud, públicas o privadas, “deberán aplicar las medidas necesarias para fomentar, proteger y apoyar la lactancia materna”. Las clínicas no se han integrado al proyecto de “Hospital amigo” y
El fracaso de la iniciativa “Hospital amigo”, que imponía 10 pasos prolactancia para la certificación, prueba, según ambos galenos, que falta violuntad política para mejorar las estadísticas de lactancia.