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Silencios

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San La Muerte

San La Muerte

imagem se cruzam por meio da ‘fitotipia’, retratos na superfície das folhas. O álbum de família do autor se mistura aos retratos de anônimos e à paisagem de Fortaleza como prótese nos trabalhos de memória da coletividade - ora contribuindo na luta contra o apagamento de rostos e prédios, ora evidenciando o ato de lembrar como ficção em uma paisagem arruinada por força política, por força da arquitetura, por força do sol e do vento.

Também de início, Perecível trazia retratos nos bairros históricos de Fortaleza (Ceará) revelados sobre a clorofila das folhas mais comuns aos jardins dos condomínios que a construção civil prolifera pela cidade. Se por um lado as folhas da arquitetura contemporânea constrangiam as formas dos rostos, por outro a bricolagem de faces captura a efemeridade do ‘suporte-folha’ para nos indagar sobre as relações entre memória e duração - sobre

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a passagem do tempo na cidade e nos citadinos. Trata de um perambular pelo centro comercial, pela praia de Iracema, mas sobretudo pela Jacarecanga, bairro órfão das elites da metrópole - lá onde se percebe em seus casarões e idosos vestígios de uma cidade que envelhece em ampla devoração - do sol, dos pés, da construção civil, das histórias, e também das poesias. Chamo Perecível para lembrar que a brevidade é soberana.

Nota: Com pesquisa iniciada em 2015, Perecível foi amadurecido no projeto Imagens Não-Reveladas conduzido por Silas de Paula e Rian Fontenele entre 2016/2017. Ganha forma expográfica em 2018 com o Curador Júnior Pimenta. Também nesse ano, o projeto ganha formato de livro de retratos, haicais e outros escritos. Em 2019 esteve na Fotográfica Bogotá.

Fotografías y texto JUAN MANUEL ECHAVARRÍA con la colaboración de FERNANDO GRISALEZ

El 11 de marzo de 2010 fui invitado al viejo Mampuján, corregimiento de los Montes de María, Bolívar, Colombia. La comunidad conmemoraba los 10 años de su desplazamiento por el grupo paramilitar “Héroes de los Montes de María”. En la Escuela Rural de Mampuján, abandonada, sin techos, y con los pisos cubiertos por la vegetación, encontré en una de las aulas un tablero y, a un lado, las vocales pintadas en la pared. Me llamó la atención su caligrafía y los colores de las letras. Estas parecían desplazarse del tablero: la a, e, i, u, legibles a pesar de la humedad y del abandono forzado… la o, desvaneciéndose. En la segunda aula, vi un tablero escondido entre mucha vegetación, desteñido y en muy mal estado. Dudé en fotografiarlo.

Días después, al observar la fotografía con cuidado, descubrí que en ese tablero silencioso se asomaba una frase casi invisible: “Lo bonito es estar vivo”. Fueron estos tableros en el viejo pueblo de Mampuján los que me impulsaron a buscar otras escuelas por los Montes de María, otras memorias que pudieran recuperarse antes de desvanecerse para siempre como esa “o” en la escuela de Mampuján. Durante más de siete años, Fernando Grisalez y yo, hemos encontrado más de 120 escuelas abandonas por la guerra y tenemos más de 200 tableros fotografiados. En esta serie de Silencios está también la escuela de Bella Vista en Bojayá, Chocó, y otras escuelas más del Caquetá. El proyecto continúa.

“Y al pasar por esta escuela (Santa Fe de Icota II), allí adentro, en la sombra, bajo techo, resguardado del calor del sol, vi un burro abandonado. Solitario, quieto, triste, cabizbajo. Nos miró. Lo miramos. Se me iluminó todo. ¡Aquí había otro testigo! Otro nuevo testigo en un aula aún con un tablero y con mucho grafiti a su alrededor. La comunicación con este burro fue mutua e inmediata. Entré con la cámara y el trípode. El burro se desplazó hacia el centro del aula. Cerca del tablero. Y allí mismo se volvió a quedar inmóvil, mirando a la cámara. Solo movía la cola y respiraba inflando y desinflando su barriga. Quieto. Como si él entendiera que yo necesitaba fotografiarlo. Fue un momento inesperado: el aula, el burro y el tablero. Durante “una eternidad” el burro cabizbajo y mostrando su lomo cansado me miró a la cámara. Burro triste y fatigado. Burro que nos habla. Burro que nos interpela. Burro que nos pregunta y nos conmueve.”

*Extracto del diario de viajes de Juan Manuel Echavarría (31 de diciembre 2013)

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