ARREDONDO Y SU PATRI-TURISMO: UNA EXPERIENCIA CON FUTURO Nery González
La “alianza estratégica” entre patrimonio y turismo goza hoy de buena salud, por lo menos entre los cientos de millones de personas que en el mundo acceden a sus beneficios y han internalizado ese vínculo como cosa natural, propia de la “aldea global” y apenas problemática en puntuales cuestiones operativas. Otros cientos de millones esperan su turno para incorporarse a esa práctica, no ya como receptores -directos o marginales- sino como visitantes activos, seducidos por una oferta cuyos resultados son hoy asumidos en términos cultural y políticamente “correctos”. Atento a las copiosas estadísticas que en las últimas décadas dan 35 cuenta de ese incremento cuantitativo , queda claro que esas expectativas no están desencaminadas, máxime cuando se toma en cuenta la incidencia creciente, y probablemente irreversible, del turismo en la economía de la sociedad posmoderna (superando según datos de UNESCO a las industrias química y del automóvil). Esa condición ha generado una poderosa infraestructura sustentadora del “producto turístico” con la consecuente red de promoción, gestión, logística de transporte y estadía, etcétera, en todo comparable a cualquier otra red productiva, con la diferencia fuerte de que aquí “el consumidor” se mueve hacia el “producto”. Un producto por cierto muy particular, ya que por diversas razones y circunstancias suele acompañarse de un halo de prestigio que opera socialmente como positivo “marcador de status”, y además, en tanto sitio preexistente, no demanda otros gastos e inversiones que aquellos derivados de su “puesta en valor” (leído esto en su doble acepción: “patrimonialista” y económica). En síntesis, con las 35
Según estimaciones de la Organización Mundial de Turismo (OMT) en el año 2012 el número de arribos internacionales superó por primera vez la cifra de 1.000 millones, multiplicando por 40 la cantidad de turistas de 1950. A pesar del contexto inestable de la economía global, se registró un aumento del 4% sobre el año anterior, tendencia que se prevé habrá de continuar en el futuro próximo, al igual que la concentración en poco mas de 10 países (entre ellos China, el segundo en ese rango … y por ahora “receptor”). En ese marco la situación de Uruguay es muy particular, contando con una de las tasas más altas del mundo de visitantes por habitante (600 por mil).
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Patrimônio Cultural: Brasil e Uruguai os processos de patrimonialização e suas experiências
Introducción