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reduce el riesgo de cáncer de mama
Es una enfermedad que mata, pero el 60 por ciento de todos los casos europeos se vinculan con causas que podemos controlar
Reduce el riesgo cáncer de
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de mama
Lisa BendaLL
El cáncer de mama es el tipo más común de cáncer entre las mujeres europeas. Aunque su tasa de supervivencia (82%) ha aumentado mucho los últimos 30 años, una de cada ocho mujeres aún puede recibir un diagnóstico. (Es unas 100 veces menos frecuente en hombres.) Muchos factores de riesgo están fuera de nuestro control, ya que la probabilidad de contraerlo aumenta con la edad o con la estatura, aunque este vínculo puede tener que ver con factores como el tipo de alimentación durante la niñez, que contribuye a la altura. Pero las investigaciones hoy muestran que, en cierta medida, las mujeres pueden marcar su propio destino.
“Es de suma importancia que las personas comprendan que no son seres impotentes”, afirma Susannah Brown, líder científica del Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF) en Londres. “Y que existen medidas que pueden tomar para ayudar a reducir los riesgos”.
Este año, el WCRF ha trabajado con el Instituto Norteamericano para la Investigación del Cáncer en el análisis de más de 100 estudios que mostraban datos de millones de mujeres de distintos lugares del mundo. Han encontrado pruebas contundentes de reducción del riesgo de cáncer de mama a partir de sencillos cambios en el estilo de vida de los individuos. “Nunca es demasiado tarde para vivir una vida más saludable”, asegura Brown. “Cuanto antes, mejor”.
A continuación te damos algunas recomendaciones.
� menor consumo de aLcohoL Si bebes, lo que en realidad estás haciendo es elevar el riesgo de desarrollar siete tipos de cáncer diferentes, entre ellos, cáncer colorrectal y de hígado. Una copa al día aumenta las probabilidades de desarrollar cáncer de mama en un 10 por ciento. Dos copas lo duplica hasta un 20 por ciento.
“Muchas mujeres se quedan perplejas con este dato”, asegura el Dr. Julian Kim, oncólogo del centro CancerCare Manitoba, en Canadá. “Piensan que tomar una copa de vino no tendrá consecuencias”. El alcohol puede aumentar los niveles de estrógeno, componente que, igual que otras hormonas, envía mensajes que controlan la división de células en el organismo. El aumento de la exposición al estrógeno a lo largo de la vida se asocia con el desarrollo de cáncer de mama.
Por este motivo, tener el primer período antes de los 12 años y la menopausia después de los 55 constituyen factores de riesgo. Además, cuando nuestro organismo metaboliza el al-
cohol, se transforma en un derivado tóxico llamado acetaldehído, que puede dañar el ADN e interferir en su capacidad de restaurarlo.
“Incluso menos de una copa al día aumenta el riesgo de desarrollar esta enfermedad un 5 por ciento respecto a aquellos individuos que no beben”, afirma el Dr. Evandro de Azambuja, director del equipo de investigación Breast European Adjuvant Study Team (BrEAST), del Instituto Jules Bordet de Bruselas.
� FÍsicamenTe acTiVas El ejercicio reduce el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Los efectos de protección varían según se trate o no de mujeres posmenopáusicas, si el ejercicio es moderado o enérgico (dependiendo de si es posible o no hablar cómodamente mientras se lleva a cabo) y cuánto tiempo se dedica a dicha actividad física.
“Cuanto más ejercicio se realice, menor será el riesgo de desarrollar cáncer de mama”, sostiene el Dr. Jayant Vaidya, cirujano y profesor de cirugía y oncología del University College de Londres (UCL). Los estudios muestran que las mujeres posmenopáusicas más activas reducen el riesgo un 17 por ciento.
Para prevenir, mínimo 30 minutos de ejercicio enérgico al día, pero cualquier actividad es mejor que nada. “Sabemos que el ejercicio también reduce el riesgo al menos de otros 13 tipos de cáncer”, afirma la Dra. Christine Friedenreich, epidemióloga canadiense del centro Alberta Health Services y parte de un proyecto destinado a cuantificar todos los factores de riesgo modificables para los distintos tipos de cáncer de Canadá.
Es probable que la actividad física proteja contra el cáncer de mama de muchas formas. El ejercicio disminuye los niveles de estrógeno en mujeres posmenopáusicas y mejora el sistema inmune, y si se realiza al aire libre, la exposición a la vitamina D que aporta el sol puede ofrecer beneficios adicionales. Se necesitan más investigaciones para comprender el impacto de los diferentes tipos de actividad en las células del organismo.
Shawn Chirrey, responsable del área de promoción de la salud de la Asociación Canadiense contra el Cáncer, asegura que cambios en las políticas de los centros de trabajo y ayuntamientos pueden ayudar, con descuentos en cuotas a gimnasios o con gimnasios en el centro de trabajo. En las ciudades, los carriles bici pue-
a mayor actividad física, menor riesgo de cáncer de mama. intentar al menos 30 minutos de ejercicio todos los días.
den ser un incentivo. “Los distintos entornos pueden ayudar a lograr que la actividad física forme parte de tu vida cotidiana”, asegura.
� conTroLar eL peso Tener sobrepeso u obesidad representa un claro factor de riesgo para el cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas (una categoría que incluye a la mayoría de los casos; se estima que el 83 por ciento de los cánceres de este tipo se diagnostican después de los 50 años) Subir de peso tras la menopausia, también aumenta la probabilidad.
“Cada 10 kilos más en la menopausia hay un 18 por ciento de riesgo relativo aumentado”, afirma el Dr. Julian Kim, del centro CancerCare Manitoba. (“Riesgo relativo” significa que es un 18 por ciento más probable desarrollar cáncer de mama para ese individuo que para alguien de la misma edad y tipo corporal que no haya engordado. Mantener un peso saludable nos protege también de otros tipos de cáncer, además de prevenir diabetes, problemas cardíacos y accidentes cerebrovasculares).
“Existen cada vez más pruebas que vinculan la obesidad con el cáncer”, afirma el Dr. de Azmbuja. “En un análisis reciente en el que se evaluaron 82 estudios de más de 200.000 pacientes con cáncer de mama, se detectó un aumento de la mortalidad del 75 por ciento en mujeres premenopáusicas y un incremento de la mortalidad del 34
preVenciÓn en una pasTiLLa
“enTre Los principaLes Tipos
de cáncer (mama, pulmón, gastrointestinal) existe solo uno que se puede prevenir con medicación, y es el cáncer de mama”, asegura el Dr. Julian Kim, del centro CancerCare Manitoba. Tamoxifeno y raloxifeno, medicamentos que bloquean los receptores de estrógeno en las células mamarias, ofrecen una reducción del riego relativo de hasta un 50 por ciento. Exemestano y anastrozol reducen los niveles residuales de estrógeno en mujeres posmenopáusicas, lo que permite una reducción del riesgo relativo de hasta un 65 por ciento.
Esto es importante principalmente en aquellos casos en los que el riesgo es mayor que la media. En 2015, a partir de un estudio internacional en el que participaron más de 67.000 mujeres, surgió una nueva y revolucionaria calculadora de riesgo. Conocido como puntuaciones de riesgo poligénico (PRS), tiene en cuenta el contenido de nuestros genes, pero no evalúa si un individuo presenta una mutación genética BRCA, sino si un conjunto particular de errores en nuestros genomas se asocia con mayores o menores posibilidades de contraer cáncer de mama.
por ciento en mujeres posmenopáusicas que eran obesas cuando se les diagnosticó la enfermedad”.
Igual que con el ejercicio, el peso influye en el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Tras la menopausia, el tejido graso es una de las principales fuentes de estrógenos. Los investigadores también han identificado vínculos entre la obesidad y la inflamación crónica del tejido graso, lo que puede ser responsable de un aumento del riesgo. Sucede algo similar ante niveles elevados de insulina. Controlar el peso, particularmente después de la menopausia, te puede proteger.
� eViTar reempLazo hormonaL La terapia de reemplazo hormonal (TRH) se utiliza para tratar los síntomas de la menopausia ocasionados por una aguda disminución de los niveles de estrógeno, como sofocos, problemas de sueño y sequedad vaginal. Implica tomar suplementos de estrógeno en comprimidos o parches, a veces en combinación con otra hormona llamada progestina. Pero los expertos estiman que la HRT, que expone a mujeres posmenopáusicas a volúmenes elevados de estrógenos, es responsable del 15 por ciento de todos los casos nuevos de cáncer de mama.
“Optar por una TRH es una decisión que la mujer debe tomar junto a un especialista”, sostiene el Dr. Vaidya. “La TRH aumenta el riesgo de cáncer de mama, pero también puede mejorar muchísimo la calidad de vida”.
Según los síntomas, el médico puede recomendar terapia local de estrógenos (para lo que se utilizan dosis bajas a nivel vaginal, como cremas o un anillo), que representa un riesgo mucho menor al ser muy poca cantidad. Si se opta por una terapia de reemplazo hormonal, se debe realizar durante un período lo más breve posible y no alargarse más de cinco años. El riesgo aumentado de cáncer de mama se disipa unos años después de finalizar la TRH. “El riesgo más alto corresponde a la terapia que combina estrógeno/progesterona cuando se utiliza por un periodo de más de tres a cinco años. Entonces, si junto con tu médico decides que los beneficios superan los riesgos, se recomienda no alargar más el tratamiento”, sostiene el Dr. de Azambuja.
aunque Las prueBas de prevención del cáncer de mama son esperanzadoras, poner estos consejos en práctica puede resultar abrumador. “Para poder realizar cambios saludables duraderos en nuestro estilo de vida, es preciso encontrar la manera de que encajen en nuestra rutina diaria”, aconseja Brown.
“Si tienes sobrepeso, haz dieta y ejercicio para perder kilos”, afirma el Dr. de Azambuja. “La pérdida de peso no solo ayudará a que te sientas mejor, sino que contribuirá a reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama”.
con textos añadidos por los editores.